En el mundo de los negocios aceptar o rechazar un trabajo hace la diferencia entre el triunfo y el fracaso, sobre todo cuando las tres familias más poderosas de Japón se unen en una organización privada.
La familia Fujino, los cuales amasaron una gran fortuna durante generaciones desde Europa y América; la familia Himemiya, los más poderosos inversionistas y económicos del mercado, la familia Hanazono, los más poderosos políticos de todo Asia. Dejando con este legado a sus únicas primogénitas a cargo de los negocios familiares. Tres buenas amigas de la Universidad de Tokio dejan el estudio de lado para crear su propio futuro de renombre, una organización de Investigadores Privados llamada F.H.H (Fujino, Himemiya, Hanazono).
La cabeza visible de la organización de renombre es Shizuru Fujino; con 20 años es conocida en el negocio como un Tiburón, porque no hay presa que no escape al menos con una cicatriz de su paso. Chikane Himemiya es su mano derecha, la campeona Internacional de Tenis de campo y una hábil negociante. Shizuma Hanazono, el brazo izquierdo de Shizuru; la más osada de las participantes congresistas de Japón que ha logrado librar a F.H.H de más de un lío con el estado.
La oficina de F.H.H estaba en la mansión Himemiya, la cual Chikane había heredado hace un par de años, la misma mansión que durante sus años en la Universidad de Tokio usaron como residencia, ahora era el lugar de reunión de sur organización. Un caso llegó. Shizuru estaba archivando casos completados cuando Chikane entró.
-¿Algún pendiente, Chikane?
-Nos proponen un caso importante, es el pez gordo que esperábamos
Shizuru miró el archivo que Chikane trajo. Decía en letras rojas "Asesinato".
Shizuru sonrió.
-¿Puedes llamar a Shizuma? Esto es mejor discutirlo con alguien que sepa del tema
-Lo sé, pero anoche llegó a la madrugada, aún duerme
-Jajaja entiendo… Bueno, nos tomaremos la libertad de entrar en el asunto desde ya; tenemos a 3 chicas involucradas en este asunto, las 3 estudian en Fuuka… Bueno, regresaremos a Fuuka, ingresaremos como profesoras
-¿Qué te hace creer que dejarán a 3 chicas de apenas 20 años entrar de profesoras? Shizuma apenas y nos supera por un año, pero aún así sabes el nivel de dureza que tienen en Fuuka
-Que fuimos las mejores egresadas de la promoción de nuestro año- Sonrió ella al tiempo que marcaba el teléfono –Déjamelo a mi, tu hazle saber de esto a Shizuma. Nos regresamos a Fuuka
Chikane sonrió. Salió del estudio dirigiéndose a una habitación en el tercer piso de la mansión. Entró con libertad abriendo las cortinas. Una melena plateada se movió en dirección contraria a la luz.
-Buen día, Shizuma
-… Hola, Chikane… -Moduló cubriéndose la cara con la cobija
-Volveremos a Fuuka, Shizuru está tramitando el asunto
-¿Volver a Fuuka?- Shizuma alzó la cabeza -¿Volver a qué?
-Tenemos una misión MUY interesante- Chikane se sentó junto a ella –Asesinato
-¿En serio?- Los ojos verdes de Shizuma se abrieron súbitamente -¿Bueno y cuando empezamos?
-Como entremos a Fuuka, iremos de profesoras
-… ¿Profesoras?... Jajaja Shizuru lo hizo esta vez- Shizuma se levantó y estiró los brazos –Bueno… El tiempo en Fuuka fueron los mejores años que pude pasar, así que volver no será problema
-Es bueno saber que este trabajo te entusiasma… Desde Kaori… Bueno…
-Lo sé- Shizuma suspiró melancólicamente –Perdona, les he dado muchos problemas los últimos meses
-Tranquila, para eso están las amigas
-Si, pero ustedes son como mis hermanitas
-Eso es ofensivo jeje- Rio Chikane al oírla
-Iré a darme una ducha
Chikane salió de la habitación.
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En un barrio medio de Japón cerca de Fuuka. Una mañana rutinaria se desarrollaba en casa de dos estudiantes de Fuuka.
La familia Kuga se había mudado desde América después de que Hiroshi dejó una farmacéutica. Saeko su esposa solo velaba por el cuidado de su familia. Natsuki era su única hija, una muchacha de 19 años del último año de Fuuka. Vivían con una chica más, también miembro de la familia; Nagisa Aoi. La familia de Nagisa había muerto en un accidente de avioneta hacía 3 años, y la familia Kuga la recibió amablemente puesto que Natsuki y ella fueron amigas desde la infancia.
Faltaban pocos minutos para el inicio de clases de Fuuka.
-Oye, Natsuki… Eo, Natsuki… ¡NAT-SU-KI!
-¡Yo no fui!- Natsuki cayó de la cama -… Ouch…
-Siempre llegamos tarde por tu culpa ¡Más vale que te apresures hoy!
-Vale, vale, ya me voy a bañar…
Natsuki se levantó de mala gana sobándose los ojos.
Nagisa salió de la habitación y volvió a la mesa a terminar su desayuno.
-¿Ya despertó?- Preguntó Hirsohi
-… Define despertar- Dijo Nagisa en medio de un suspiro
-Cierto…
-¡Natsuki Kuga ven aquí en este instante!- Gritó Saeko desde la cocina -¡Como tenga que llevarlas de nuevo me matarán en el trabajo!
-Lo lamento, Saeko-sama- Dijo Nagisa tímidamente
-Oh no querida, no es por ti ¡Es esa condenada niña que me saca de quicio!
-¡Ya va, ya va!- Natsuki salió de la habitación con el cabello estilando agua y ajustándose la sudadera –No me tardé nada hoy ¿verdad?
-Más te vale- Le regañó Saeko entregándole el desayuno
-Ah Natsuki ¿Podemos ir con Himeko después de clases?
-¿Himeko?- Preguntó mientras comía a toda velocidad
-Si, ya sabes… Lo que ocurrió con su madre…
-Oh… -Natsuki se enserió –Ya recordé…
La madre de Himeko había sido hallada muerta en su casa hacía 3 días, el funeral había sido el día anterior, pero Himeko necesitaba apoyo por parte de su más cercana amiga, Nagisa. Natsuki la conocía también, pero no tanto como su Nagisa.
-Bueno… ¿Mamá, podemos ir?
-Pero claro, ahora más que nunca esa chica las necesita, si quieren quedarse con ella por mi está bien- Contestó Saeko
-Gracias, Saeko-sama- Sonrió Nagisa
-Nada de eso, haber si algún día Natsuki aprende a ser un poco más humana como tu
Natsuki miró detrás de sus hombros mientras bañaba un pan en mayonesa.
-… Y a comer como una… ¡Juraría que tuve un protozoo por como te metes todo en la boca!
-Míralo de otro modo Ma, mejor comer mayonesa que gastar en mujerzuelas
-Mujerzuelas… ¿Sabes? Ya me di a la idea de tus recurrentes relaciones con ese puñado de niñas de la escuela, pero no menciones la palabra "mujerzuelas" frente a mí
-¿Relaciones? ¿Cuáles relaciones?- Natsuki arqueó una ceja
-Habla de tu fan club del equipo de atletismo- Le dijo Nagisa
-Oh… Bueno, basta de eso, hay que ir a clases- Natsuki agarró su bolso –Nos vemos Ma, adiós Pa
-Adiós chicas- Contestó el sin quitar los ojos de su revista
Natsuki y Nagisa salieron de la casa. En el pórtico había aparcada una bicicleta. Natsuki subió al frente y Nagisa detrás de ella sobre los tachos de la rueda trasera.
-¿Ya lista?
Nagisa asintió.
Natsuki arrancó la bicicleta, la cual a una increíble velocidad despegó rumbo a Fuuka.
En pocos minutos Natsuki frenó frente a la entrada, Nagisa bajó sosteniendo las cosas de Natsuki en sus brazos.
-Espérame, si tu maestra te regaña diré que fue mi culpa
-De nuevo- Sonrió Nagisa
-Solo espérame
Natsuki condujo la bicicleta hacia detrás del parqueadero donde todos los estudiantes aparcaban sus bicicletas.
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Un auto rojo estacionó en la calle del frente de Fuuka. De él salieron Shizuru, y Chikane, Shizuma se bajó del lado del volante.
-Fuuka no ha cambiado nada- Comentó Shizuma
-No debería, solo hemos estado lejos de aquí un par de años- Contestó Chikane
-Bueno, la directora nos citó a las 10- Shizuru miró su reloj –Faltan 10 minutos para eso ¿Qué les parece si echamos un ojo al lugar? Por los viejos tiempos
-Gran idea- Sonrió Shizuma
Las tres caminaron hacia la entrada.
Nagisa esperaba en la acerca contra el umbral del marco de la entrada.
-¡Nagisa-chan!
Nagisa volteó la cabeza. Una chica de cabello rubio largo venía corriendo hacia ella.
-¡Himeko!- Sonrió ella al verla
La rubia se detuvo frente a ella sosteniéndose en sus rodillas.
-Ahh… No sé como lo hace Natsuki, esto es complicado… -Suspiró recuperando el aliento
-Jajaja práctica, recuérdalo
-Claro- Sonrió la rubia -¿Almorzaremos hoy? Hice obento para las 3
-¿De verdad? ¡Claro!
De repente un revuelo entre los estudiantes que entraban llamó su atención. Se agrupaban en torno a un lugar junto a ellas.
-¿Qué pasará?- Preguntó Nagisa
-Creo que hay alguien ahí… No, son dos personas… ¿O tres?- Decía Himeko empinándose
Nagisa alcanzó a divisar una bella melena plateada asomándose desde la multitud, la gracia con la que el viento la meneaba, el brillo contrastante del sol en esos finos cabellos. "Un ángel" Pensó por un instante.
Himeko miraba la misma situación, solo unos mechones ligeros de cabello azuloso brillante, graciosamente danzando con el viento entre la multitud. Convino el pensamiento de Nagisa atribuyendo tal perfección a una encarnación divina.
-¡Vamos, vamos! Vamos ya 5 minutos tarde- Dijo Natsuki llegando –Hola Himeko
-¿Natsuki qué pasa ahí?- Señaló Nagisa
Natsuki volteó a ver.
-¿Y yo como voy a saber? ¡Vamos a llegar más tarde ahora!
Las haló de los brazos y las arrastró. Mientras corría volteó la cabeza un momento. Entre la multitud apenas se asomaban un par de piernas blancas asomarse sobre un par de botas hasta la pantorrilla. Tal perfección y esa aglomeración de gente, debía ser una modelo, una presentadora famosa o una celebridad.
Fueron recibidas con un castigo. Cargando cubos de agua en el pasillo por una hora en lo que la clase culminaba por tal tardanza.
-No pasaría esto si te despertaras a la hora que es- Dijo Nagisa
-¡Oye no me culpes a mi! A la próxima vente tu primero en la bicicleta, sabes que nada me cuesta correr… ¿Y tú, Himeko?
-Oh… es que me retrasé porque un abogado quiso que… firmara un testamento
La rubia agachó la cabeza, sus ojos se inundaron de lágrimas. Nagisa soltó los cubos y se puso junto a ella, le dio un reconfortante abrazo.
-Gracias, Nagisa-chan
-Hoy nos quedaremos contigo, Himeko-chan, hasta que te sientas algo mejor
-Jeje eso me alegra
-Ahh… por Dios… -Suspiró Natsuki al ver la escena –Faltan 40 minutos
-¡La directora!- Avisó Himeko
Nagisa se apresuró y agarró sus cubos nuevamente.
Con la directora venían tres personas más detrás. Ella sonreía y se veía radiantemente feliz, les enseñaba las aulas. Natsuki miró de reojo de abajo hacia arriba… Esas piernas, son las que vio antes.
-… Y este es el aula de último grado, el grupo 3- Señaló la directora
Las tres agacharon la cabeza. La directora las volteó a ver.
-Y esto ocurre cuando alguien tarda demasiado en llegar- Agregó a modo de regaño –Pero ustedes ya conocen la escuela ¿verdad?
Las tres asintieron.
-Kuga, Aoi, Kurusugawa
-¿Si, directora?- Contestó Natsuki
-Ellas serán sus maestras desde la próxima semana
Las 3 alzaron la cabeza. Nagisa clavó sus ojos en ese cabello plateado ondulado, salvajemente puesto sobre los hombros de esta esbelta alta mujer de ojos esmeralda. Piel pálida, una fascinante y perfecta sonrisa. La chica le sonrió igualmente.
Esta inocente niña pelirroja cautivó todos los sentidos de Shizuma, esa mirada encendida y brillante, un vuelco en su pecho apretó su corazón. Si había algo cercando a sentirse enamorado a primera vista, era esto. Shizuma clavó su mirada con la de Nagisa instantáneamente
Himeko alzó sus ojos violetas tímidamente hacia estas personas, avergonzada de que la primera impresión fuera un castigo en el pasillo cargando cubos de agua. Pero estos ojos azules no le permitieron ver más allá. Ahora sabía quien era la poseedora de tal cabello perfecto que vio antes. Una figura proporcionada y curvas bien puestas, un rostro perfecto y bello. "Sí, es un ángel"
Chikane miró fijamente esta rubia preciosa frente a sus ojos, esa mirada avergonzada y esas mejillas enrojecidas, esa figura de niña y esas manos delicadas, su corazón latió a mil por hora cada instante que la miró.
Natsuki alzó la mirada lentamente, nuevamente esas piernas esbeltas y perfectas, mientras subía encontró una cadera amplia, una cintura pequeña pero curvilínea, un pecho perfecto y sexi, unos hombros amplios… Y luego esos ojos escarlatas puestos en este perfecto lienzo, un rostro precioso con una sonrisa dibujada en esos labios tentadores.
Shizuru miró fijamente el cabello de Natsuki, aunque no tan brillante como el de Chikane, ese salvaje color y la caída sobre sus orejas la sedujo, la mirada clavada en ella, feroz pero tímida al mismo tiempo, una figura atlética y bien proporcionada detrás de esta sudadera.
La directora miró a lado y lado. Ese silencio mientras las tres tenían la mirada fija cada una en la otra.
-Y entonces… -Interrumpió el silencio
-Oh claro, disculpen. Mi nombre es Fujino Shizuru –Shizuru hizo una leve reverencia
-Shizuma Hanazono- Dijo Shizuma imitando el gesto
-Chikane Himemiya- Chikane imitó el gesto también
-¿Y ustedes?- Les dijo la directora
-Oh… Aoi Nagisa- Dijo la pelirroja ligeramente sonrojada mirando a Shizuma
-Kurusugawa Himeko- La rubia sonrojada se inclinó ligeramente
-Kurusugawa… -Murmuró Chikane en voz baja mirando de reojo a Shizuma y a Shizuru
Ambas asintieron.
-¿Y tú?- Le preguntó Shizuru a Natsuki
-Oh… Kuga Natsuki- Dijo tímidamente
-Natsuki… Lindo nombre
-… Gracias… -Natsuki se sonrojó
-Bueno, ahora les enseñaré la enfermería, chicas, entren a clases ahora
-Gracias, directora- Dijeron al unísono
Shizuru, Chikane y Shizuma caminaron detrás de la mujer. Las 3 voltearon a ver sobre el hombro, Nagisa, Himeko y Natsuki hicieron lo mismo, por los últimos segundos que les quedaba hasta que desaparecieron de su vista.
-… Es un ángel… -Murmuró Nagisa
-Lo sé… -Convino Himeko
-¿Natsuki?- Le llamó Nagisa
Natsuki estaba en silencio, su cara de impresión y ese sonrojo la delataba. Definitivamente había sido un encuentro impactante también para ella.
-Bueno… entremos a clases… -Les dijo a las 2
Las 3 entraron, no sin ese sentimiento de haber hallado lo inalcanzable en sus corazones.
