Olvido

Prologo

Por: Jenny Anderson

Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a Naoko Takeuchi ella es inmensamente rica, yo no, esto es sin fines de Lucro solo de entretenimiento, para la comunidad de retos a la carta

personaje: Darien Chiba

tema : Silencio

tema #: 10

Beta: Orkidea

Para: Marin Silivant, por enseñarme que cuando deseas algo no te quedas a verlo a través de una ventana, si no que sales y luchas por lo que quieres.

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Lo que quedaba de ellos era aquel abrumador silencio, que se llevaba su voz antes de que pudiera ser articulada siquiera, y estaban ahí, en el sillón de su departamento, pero no había las palabras alegres y los planes para un futuro en común, estaban ahí simplemente, observando el atardecer, pero no existía entre ellos la complicidad que había existido en sus actos en el pasado.

-"Serena"- intento murmurar pero las palabras murieron en su garganta antes siquiera de poder ser pronunciadas

Por que ahí estaba ella, con la mirada perdida de los últimos días, con la mueca de decisión y al mismo tiempo de amargura, por que cuando ella fijo sus pupilas celeste en él, sintió que el corazón se le estrujaba porque comprendió que la estaba perdiendo, porque el silencio que los acompañaba era el sonido de su relación agonizante.

No quería perderla, no podía perderla, porque la amaba, porque todo cuanto había hecho era para ella, pero al mismo tiempo no soportaba aquella mirada llena de duda, de sufrimientos, porque Serena sufría, y el no era capaz de adivinar el ¿por qué? o puede que no quisiera hacerlo.

-"Darien"- susurró ella.

Darien la miró fijamente, sintiendo la angustia instalarse en su estómago, sintiendo el miedo recorrerle las entrañas y reemplazando la sangre que corría por sus venas.

-"¿Qué pasa princesa?"- preguntó y noto en las pupilas de ella el desagrado, y él no supo por qué no encontró en sus palabras algo que pudiera molestarla.

Serena le regalo una sonrisa, una de esas sonrisas divinas que tanto le gustaban, pero salpicada de melancolía y a él ese gesto le estrujo el corazón.

-"¿Me amas?"- le preguntó ella, pero el no pudo percibir en su voz el tono juguetón que ella utilizaba en el pasado, ni tampoco el anhelo de una respuesta afirmativa.

Buscó las manos de ella para entrelazarlas con las suyas y la miró fijamente.

-"Más que a mi vida"- contestó él sinceramente.

Porque esa rubia frente a él era su todo, porque no había conocido la verdadera felicidad antes de ella, antes de observar aquellas pupilas que en el pasado ante sus simples palabras brillaban con la emoción contenida, ahora simplemente lo observaba como preguntándose que hacia el ahí.

Se atrevió a inclinarse sobre ella, a sentir aquellos suaves labios contra los cuyos, a pedir permiso con su lengua para entrar en aquella boca ajena, volcando en aquel gesto todo lo que sentía por ella, pero ella contesto de una manera muy diferente, con desesperación, con furia, y él se sintió aturdido y sobrepasado cuando la chica se pego a él e intensifico aún más el beso.

No había querido que pasara, no de nuevo ni de aquella manera, pero era un hombre, un hombre enamorado y ella, ella no sólo era la mujer que amaba, si no una mujer hermosa y entregada, no había querido realmente hacerla suya en aquel sillón, ni de aquella manera, no era la primera vez que sucedía, pero cada vez que pasaba sentía que se alejaban un poco más, porque cuando se desplomaba completamente exhausto encima de ella, ella desviaba la vista hacia el ventanal y se sumía en un extraño silencio.

Porque cuando el le preguntaba con la voz afectada y la respiración entrecortada si estaba bien, ella le regalaba una media sonrisa sin mirarlo, y se quedaban ahí en silencio un rato más, con la ropa tirada por la sala, y lo que tendría que ser un íntimo momento, lo que tenía que ser un silencio de complicidad, se volvía el silencio de un cuerpo que no estaba realmente ahí.

El se mordía los labios para no preguntar, porque sabía que ella no le contestaría, y cuando ella volvía a enfocar su vista en él, cuando lo atraía hacia sí y volvía a besarlo de aquella manera, todo volvía a empezar, el fingía que el nombre que la oiga gemir era el suyo y que aquel TE AMO que ella gritaba en medio del éxtasis era para él, que cuando se derramaba en su interior ella sabía que era él el que la acababa de hacer suya y no alguien más...

-"Te amo, lo sabes verdad?"- le preguntaba entonces con la frente pegada a la de ella, con las narices rozándose, con la piel sudorosa y el aún en medio de sus piernas, ella lo veía, pero no parecía reconocerlo.

-"Lo sé, yo también te amo"- contestaba ella entonces para luego fijar su vista nuevamente en la ventana como si lo que había pasado en aquella habitación no hubiera tenido importancia, como si estar ahí bajo él completamente desnuda fuera una actividad normal para ellos.

-"Debo irme"- decía ella de pronto, él la miraba con miedo, porque temía que ella no regresara, entonces volvía a besarla y ella no hacia nada por detenerlo y se dejaba vestir, como una muñeca, mientras el colocaba cada pieza de su indumentaria en su lugar con adoración, y después besaba sus parpados y le decía al oído.

-"Eres lo mejor que me ha pasado"- y se retiraba un poco para verla a los ojos -"No tienes idea de cuanto te amo"-

Ella volvía a sonreír antes de levantarse del sofá, regalándole uno de esos fríos besos que de pronto le regalaba y luego caminaba hacia la puerta.

-"¿No quieres que te lleve?"- preguntaba entonces.

-"No, gracias, quiero caminar"- le decía ella desapareciendo tras la puerta, mientras el volvía a sentarse en su sofá completamente desnudo para hundir la cabeza entre sus manos, ahora era el silencio quien le hacia compañía, y afuera comenzaba a oscurecer...

Y como cada día se volvía a prometer que mañana le preguntaría que le pasaba...

Notas de la autora

Pues que puedo decir, este es mi nuevo proyecto no será muy largo antes de fin de año estará concluido, aviso de una vez que esta historia es un Serena/Darien, así que espero sus comentarios como habrán visto esto es solo el prologo... espero que les haya gustado.