Eran las tres de la mañana. A medida que pasaban las horas y la batalla avanzaba amigos y enemigos iban cayendo cada vez más rápido. Konoha ya no era la misma que conocían y donde habían pasado tantos momentos felices. Ahora estaba casi destruida, se habían debilitado.
Todos dieron hasta sus últimas fuerzas por defender aquello en lo que creían. Naruto y Madara estaban luchando a muerte en un duelo profetizado hacía años, cumpliendo su destino.
Pero de repente Madara sonrió aunque estaba perdiendo el duelo y sabía que iba a perder ya que sus fuerzas no le respondían.
- Pobre Naruto, que iluso. Estás muy confundido si piensas que esto acaba aquí conmigo.
- ¿Qué quieres decir?
- Ya lo averiguarás.
Y sin dejar de reírse dejó que el jutsu de Naruto le diera justo en el pecho, suponiendo su propio fin.
De repente escucharon el sonido de una enorme explosión. La gente estaba aturdida, y algunos gritaban asustados. Sakura, Naruto y Shikamaru seguidos de Kakashi vieron cómo millones de lo que parecían columnas de humo negro cruzar el cielo en todas direcciones. Algunos árboles del bosque caían debido a la fuerza con la que pasaban y el suelo no dejaba de temblar.
- ¡Dentro de la torre del hokage! Naruto, Sakura y Shikamaru tenéis que venir al despacho del hokage, es urgente.
Que extraño, no sabían por que Gai estaba tan asustada, lo siguieron corriendo por los pasillos hasta la escalera de caracol que llevaba directamente al despacho de Tsunade. Cuando entraron lo que más les sorprendió fue ver a Sasuke en el despacho apoyado contra una pared con aspecto muy magullado.
- Aquí están- dijo Gai.
- Al fin, Naruto es preciso que me digas que pasó cuando derrotaste a Madara.
- Fue muy extraño. Él se reía y dijo que esto no acababa con él, que había alguna sorpresa más.
- Lo que me temía..
- ¿Que está pasando? ¿Y por qué me mando traer también a Sasuke?
- Me temo Gai, que debes dejarnos solos.
- Pero …
- Gai, por favor.
- Bien, es preciso que actuemos enseguida. Lo que voy a explicaros quizá no lo creáis pero es muy real.
- ¿Qué ocurre?
- Sin interrupciones, señor Naruto. Me temo que Madara, recurrió a un poder más oscuro que el que nosotros pensábamos. Y os estaréis preguntando el porqué de la explosión de hace unos minutos. Bien, Madara ha abierto las puertas del infierno.
- ¡QUE! - gritaron todos al unísono.
- No es posible- dijo Shikamaru.
- ¿El infierno existe?
- Claro que existe Sakura, el mal tiene su propia guarida, y Madara era muy insignificante debido a lo que nos enfrentamos ahora.
- ¿Qué tiene que ver esto conmigo?
Sasuke estaba más pálido de lo habitual miro fijamente al suelo apretando los puños hasta que los nudillos se le pusieron blancos y su cara tenía una expresión de rabia contenida.
- ¡Sucio traidor!
- Shikamaru te equivocas, he mandado llamar a Sasuke porque el también tendrá un papel que jugar en esta batalla, igual que vosotros tres. No sabemos todo lo que ha podido salir del infierno, miles de demonios están rondando por el mundo a placer en este mismo momento. Hay que detenerlos, será una misión peligrosa la mayor de todas seguramente y no hay garantía de que salga bien ni de que volváis con vida. Entiendo que os neguéis, estáis en vuestro derecho ya sé que es mucho lo que os pido.
- Acepto- dijo Sasuke decidido.
- Cuente conmigo- apoyó Naruto.
- Me apunto- asintió Shikamaru.
Y aunque no había estado tan asustada en toda su vida y estaba segura de que se encaminada hacia una muerte segura, Sakura levantó la cabeza y dijo con voz firme:
- Lucharemos hasta el final.
