Rating: K+
Pairing: N/A
Tema: Conejo
Disclaimer: Los personajes de Eyeshield 21 son propiedad de Riichiro Inagaki y Yusuke Murata.
Advertencias: N/A
Notas: oh my fucking god... tres meses sin escribir nada, alguien ahorquéme por favor. Tienen completa libertad de hacerlo y lo entendería D: espero no aer en otro 'receso' tan largo. Por otro lado, muchas gracias a las personas que continuaron comentando mis historias en este tiempo ;A; me hacen el día cada vez que los leo. A quienes tienen cuenta aquí ya les contesté, pero quería agradecer también a todos los demás que se tomaron el tiempo de leer mis cosos.
asdf~
Here, a chocolate.
Era aproximadamente la una de la tarde, el cielo era azul uniforme y nítido, sin nubes que interfirieran la vista, la luz del sol caía con suavidad calentando el aire justo en el nivel adecuado para ser agradable.
Era, cuando menos, un bonito día.
En algún momento de la caminata, Sena había dirigido su vista hacía el escaparate de una tienda y ahora se encontraba con las manos pegadas al cristal, viendo a través de éste, a unas criaturitas de largas orejas y grandes ojos cafés que revoloteaban entre el aserrín ignorando la presencia del castaño.
—Son muy simpáticos, ¿no crees? —habló el castaño.
Quien lo escuchaba era un chico de cabello blanco y ojos verdes, a unos pasos de distancia, mirándolo con ojos comprensivos y los brazos cruzados. Sena continuó hablando antes de que él pudiera contestar.
—Siempre quise un conejo.
—¿Y el gato? —preguntó Riku algo sorprendido.
—Pitt es genial, pero yo quería un conejo, para mi mala suerte a mi mamá no le gustan.
—Oh.
—¿Crees que consiga hacerla cambiar de opinión?
—No.
La respuesta tan tosca obligó a Sena a voltear la cara hacia su amigo y exigirle una explicación. Riku suspiró.
—Si no la convenciste antes, será más difícil ahora que ya tienes una mascota, no hay manera de que tener un gato y un conejo en la misma casa termine bien.
—Creía que Pitt se acostumbraría a uno.
Sena miró el suelo, sabía que era cierto, pero a veces uno se termina creyendo su propio cuento.
—Ese gato es un monstruo —dijo Riku medio en broma. Sena rió.
Continuaron su camino, debían encontrarse con Mamori en el parque de diversiones.
Más tarde, justo antes de volver a casa, Riku le dejó a Sena una pequeña bolsa de golosinas. De conejos de chocolate.
Gracias por leer c:
