A/N: Las personas que me leen usualmente están acostumbradas a mis fics de Madoka Magica, pero ando muy pegada con esta serie y decidí darle chance a escribir algo diferente. Esta es una variación de un post que tengo de MadoMagi,reto de Natsumi Niikura. Serán 25 shots basados en la temática de la palabra correspondiente.

Este animé no es muy conocido –aunque debería, es muy bueno- así que sé que no habrá mucha recepción de esto, pero no me importa yo amo a estas chicas.

01.- Inyección; 02.-Trébol; 03.- Aerosol; 04.- Óvalo; 05.- Examen; 06.- Mímica; 07.- Fuerza; 08.- Borracho; 09.- Papelera; 10.- Conversación; 11.- Visitar; 12.- Niños; 13.- Piernas; 14.- Sed; 15.- Botas; 16.- Continente; 17.- Pie; 18.- Pulsera; 19.- Vestido; 20.- Filmar; 21.- Bañarse; 22.- Masaje; 23.- Disparo; 24.- Grasa; 25.- Acuario.


01.- Inyección

Miku caminaba a pasos apresurados.

Hoy era el día y sabía que tenía que estar ahí; era importante.

Siempre, desde muy niñas, había acompañado a Hibiki en esto y esta no sería la excepción.

…Aunque no dejara de parecerle cómico que siendo una usuaria de Symphogear, siguiera temiéndole a cosas así.

Por su lado, Hibiki miraba inquieta hacia los lados.

Echó un vistazo rápido hacia su teléfono en búsqueda de llamadas perdidas o textos, y de paso revisar la hora.

Tragó pesado; Miku no llegaba y quedaban solo cinco minutos. Lo peor es que en ese lugar, todo el personal era extremadamente puntual.

Se abrazó a sí misma y frotó, de arriba abajo, la tela del chaleco de su uniforme para descargar su nerviosismo en algo tangible. No funcionaba, pero al menos cumplía la función de tenerla ocupada en algo. Ahí, sentada en la camilla de una de las salas médicas de la Segunda División en completo silencio, tenía que luchar contra la urgencia de salir de ahí lo más pronto posible.

No entendía por qué tenía que pasarle esto ahora, se suponía que con todo el tiempo que estuvo hospitalizada luego del incidente en el concierto debería haber recibido todo el tratamiento médico básico, y eso debía incluir las vacunas básicas.

Probablemente quedó como una prioridad muy terciaria considerando la complejidad de su rehabilitación.

Respiró profundo y miró la hora una vez más.

Dos minutos.

"Miku…" Susurró, voz temblorosa.

"Tachibana-san."

Hibiki pegó un salto en su lugar y enderezó su postura de golpe. Un escalofrío recorrió su espalda y sintió que su estómago se apretaba, se revolvía. Sonrió de lado, forzada, y recibió a la enfermera con un animado saludo. "¡Buenas tardes! D-Discupe las molestias…"

La enfermera le regresó la sonrisa y negó con la cabeza. "No es ninguna molestia. Nuestro deber es velar por vuestra seguridad, es lo menos que podemos hacer por las personas que siempre arriesgan su vida en el campo de batalla."

Hibiki rió, nerviosa e incómoda, "ah, ¡tranquila! Tsubasa-san, Chris-chan y yo trabajamos juntas, ¡así que siempre estaremos bien!"

"Lo sabemos, pero todos queremos ayudarlas en todo lo que podamos." Ella se dirigió hacia el mueble donde guardaban todas las provisiones médicas. La mayor parte del tiempo, Hibiki solo veía la indumentaria más pesada. No le orgullecía decirlo, pero cada una de las veces que había visitado el ala de urgencias era por situaciones graves, de riesgo vital. Vio como la encargada sacaba cuidadosamente el kit que necesitaba y se dirigió diligentemente a iniciar los preparativos. Hibiki se mordió el labio inferior y ladeó la cabeza para mirar hacia el costado en dirección a la puerta. Al parecer, Miku no llegaría. Entrecerró los ojos, ligeramente decepcionada, pero entendió que ya era hora de dejar de depender de ella para las cosas más sencillas. Debía pensar en esto como un desafío más, de todos modos, estaba segura de que sería un dolor mínimo en consideración a todos los golpes que había recibido durante las batallas.

No necesitaban decírselo, sabía que estaba siendo más que absurda.

Cerró los ojos y tomó una buena bocanada de aire. Se concentró en sus motivaciones, en sus metas, como cada vez que debía enfrentar pruebas difíciles. Tenía que aprender a ser más responsable; las personas contaban con que estuviera sana para poder protegerlos como correspondía.

"Muy bien, ahora le pido que se quite la parte superior de su ropa para descubrir el hombro."

La enfermera se había girado y se encontraba de frente con Hibiki. La última asintió débilmente y accedió, dejando la ropa a su lado. Se quedó con una camiseta blanca simple, de aquellas de tiras. Tan pronto lo hizo, la mujer se acercó y dejó la pequeña caja del kit a un lado. Tomó a Hibiki por el codo y humedeció un trozo de algodón para limpiar la zona y luego descartarlo a un lado.

"Ahora, enfóquese en algún punto de la muralla para evitar tensiones, dolerá menos de esa forma. Será tan solo un pinchazo, no tardaremos."

"M-Mhm…"

Pero en lo único que pudo enfocarse fue en la puerta. Miku…, pensó, aun con la ligera pizca de esperanza de que aparecería en cualquier momento.

Como era de esperarse, Miku nunca le fallaba. "¡Hibiki!"

La enfermera se detuvo, distraída por la llegada de la chica. Miku respiraba entrecortadamente y avanzó con pasos apresurados hacia su mejor amiga. "Lo siento, la maestra me pidió que la ayudara a cargar unas fotocopias y yo…"

Pero Hibiki solo la abrazó con su brazo libre con mucho alivio y entusiasmo. "¡Miku! No sabes cuánto me alegra que estés aquí…"

Miku parpadeó varias veces, sorprendida por la recibida, pero le duró solo un par de segundos. Sonrió, enternecida por el cariño. "Cielos, Hibiki… De verdad eres como una niña a veces…"

Hibiki soltó el abrazo solo para verla con una sonrisa amplia y ojos ligeramente vidriosos, "l-lo sé, pero no puedo evitarlo… Solo tú logras tranquilizarme, eres mi rayo de sol, a fin de cuentas."

Las mejillas de Miku se prendieron, principalmente porque no se encontraban solas. Cruzó miradas con la enfermera que se reía silenciosamente. "H-Hibiki…"

"Lamento interrumpirlas, Kohinata-san. Será mejor que acabemos esto rápido y así podrán compartir juntas tranquilamente." Dijo la enfermera con una sonrisa breve.

Miku encogió la cabeza y asintió, "lo siento, entré así de pronto…"

"No te sientas mal, no hay problema."

"Además…" Ambas se giraron a ver a una Hibiki que lucía avergonzada, mejillas teñidas, "yo fui la que te lo pidió, no es tu culpa."

Miku entornó sus ojos turquesa y sonrió suavemente. "No retrasemos más a la enfermera, ¿vale?"

"M-Mhm…" Dijo, asintiendo con la cabeza.

Miku tomó su mano libre y entrelazó sus dedos para luego cubrirlas con su otra mano, acariciando lentamente sobre el dorso de la ajena.

"¿Listas?" Dijo la enfermera, jeringa en mano.

"¡Casi!" Hibiki se volteó hacia Miku con una sonrisa ladina y se inclinó hacia adelante para poner su frente contra la ajena. "Ahora sí, cuando quiera."

Un escalofrío recorrió la espalda de Miku al encontrar la mirada de ojos anaranjados encima de los propios desde tan cerca. Podía sentir la cálida presencia de Hibiki, contagiándola, o probablemente era ella misma por cómo se agitó su corazón de manera violenta. Iba a quejarse, pero se vio incapaz de articular palabra ni de moverse un solo centímetro lejos de ella. Los ojos de su amiga no vacilaban en absoluto y el rubor no tardó en teñir por completo su rostro y sus labios se volvieron temblorosos, secos de golpe.

"Perfecto, todo listo. No fue tan terrible, ¿verdad?"

"¡Ni lo sentí!" Dijo una sorprendida Hibiki que se alejó repentinamente. Fue a mirar su hombro, incapaz de creer lo simple que fue y comprobó que efectivamente ahí se encontraba la marca que fue cubierta a los segundos por una bandita. "Muchas gracias," dijo a la mujer que se encontraba descartando los materiales y desechando lo que ya no tenía utilidad.

"Agradece a tu amiga, yo solo hago mi trabajo."

"Ah, por supuesto." Hibiki regresó su atención a una estupefacta Miku que lucía completamente perdida. "¿Miku?" Agitó su mano libre frente a su rostro y Miku parpadeó repetidas veces una vez salió de su trance. Hibiki rió levemente, "lo siento, no quise asustarte."

Miku se sonrojó aún más que antes, peor cuando vio a la enfermera guiñándole un ojo.

"Bien, las dejaré solas, aun me toca hacer rondas por aquí y por alla." Dijo y pasó por el lado de ambas para luego desaparecer por la puerta.

Hibiki la despidió con la mano y una amplia sonrisa. Volvió a ver a Miku y comprobó que la chica aún tenía su mano firmemente apretada. No le molestaba, pero tenía que vestirse y se le hacía imposible de ese modo. "¿Miku?"

Ella acabó de reponerse por fin y ladeó el rostro para mirarla, "¿sí?"

"¿Puedes soltarme la mano? Digo… Necesito vestirme."

"Mmm…" Frunció el entrecejo y acabó apretando más el agarre. "¿Tienes prisa?"

Hibiki parpadeó varias veces, "¿Miku…?"

Miku suspiró, "nunca cambiarás."

"¿Eh?" Hibiki frunció la frente, preocupada de golpe, "¿estás molesta?"

Ella hizo una mueca y liberó su mano por fin para poder moverse y posicionarse frente a Hibiki. "Eres muy impulsiva a veces," dijo mientras tomaba la parte superior del uniforme de la otra, "anda, levanta."

Ladeó la cabeza, "¿te incomodó lo que hice?", alzó ambas manos y las agitó, negando, "ah, no te preocupes, ya lo hago yo."

"Hazlo."

Los ojos entornados de Miku callaron su protesta y levantó lentamente los brazos. Miku deslizó la blusa y luego el chaleco escolar. Tomó el corbatín característico y lo ajustó en el cuello de la otra con cuidado. Hibiki la miraba tímidamente; Miku siempre asustaba cuando estaba molesta. Una vez terminó, decidió intentar una vez más. "Mi-"

Pero Miku se inclinó y acercó a Hibiki jalándola de la corbata y plantó un beso suave en su mejilla que provocó que las palabras murieran en la garganta de la otra. Sin embargo, tan pronto como vino, se apartó para ver a una estupefacta Hibiki y sonrió ladina, satisfecha con el resultado. "No eres la única que puede ser impulsiva."

Dicho eso tomó su bolso y caminó hacia la puerta, "vamos, prometiste invitarme a Flower y no almorcé por apresurarme en llegar."

Pero Hibiki seguía sentada y con una mano sobre la mejilla donde la habían besado. Se puso de pie de un salto, claro, cuando escuchó la voz de la otra que la miraba por sobre el hombro, profundamente divertida.

"¡Hey, eso no es justo!"

"No vi que te desagradara," y le sacó la lengua a modo de burla.

"Claro que no, pero…"

"¿Mhm?"

Y la alcanzó solo para plantarle un beso rápido sobre la mejilla, también, y luego salir corriendo. "¡Estamos a mano!"

Miku se sonrojó por completo y frunció el entrecejo antes de salir persiguiéndola, "¡no me vencerás en eso, Hibiki!"

"¡Uh hum!"

Esa fue una tarde llena de besos.

Fin.


A/N: Planeaba hacer estos shots exclusivamente HibiMiku pero decidí tener este espacio para todos mis fics de Symphogear que variarán en parejas.

Saludos a quien se pase a leer.