CAPITULO I

SOLO UN INSTANTE.

Grandes nubes oscurecían toda la provincia de Nérima, presagio de una tormenta muy poco usual en esa época del año; Ranma Saotome caminaba lentamente por las calles de la ciudad que tantos recuerdos le traían, ocho años habían pasado desde la última vez que caminó por esa calle en especial, la que daba directamente a la casa de Akane. Ahora era todo un hombre, no quedaba nada de aquel chico rebelde de dieciséis años que partiera ya hace tanto tiempo con destino desconocido, su mirada azul se había vuelto nostálgica y a la vez penetrante; reflejaba los tiempos duros que había pasado. Vestía las tradicionales ropas de los artistas marciales chinos, camisa blanca con botonadura negra y pantalones negros, algunas gotas comenzaron a caer, él levantó su rostro al cielo, sintiendo el reconfortante tintinear del agua, hasta que finalmente la lluvia envolvió todo su cuerpo; después de varias semanas desde su salida de China, por fin la lluvia de mayo había llegado.

Su corazón latía fuertemente, como un caballo desbocado. -¿Sabes que a veces te odio?- Apretó su pecho como si con eso entendiera quien mandaba. -¡Kami-sama debería saber que los corazones son inservibles!- A cada paso que daba su ritmo cardiaco era mayor. -¡Es la última vez que te lo advierto, sigue así y te juro que te arrancaré de mi pecho!- ¡Maldita sea! – Relajó un poco la mano mientras con la otra estrujaba la carta que le estaba obligando a regresar al lugar donde su vida cambió para siempre. ¡Valor Ranma Saotome! ¡Solo serán unos días!-Levantó nuevamente la vista y leyó en el tablero del gran portón "RESIDENCIA DE LA FAMILIA TENDO" se enderezó totalmente aumentando algunos centímetros más a su ya de por sí alta figura y se encamino hacia la casa principal.

-¡Buenas días! ¿Hay alguien en casa?

-¿Ranma? ¡Que gusto verte de nuevo!– Kasumi se adelantó a abrazarlo con cariño.

-¡Hola Kasumi! También me da mucho gusto verte de nuevo.

Kasumi Tendo era ahora una hermosa joven de 27 años, tiempo en el cual se había convertido en una de las mujeres más codiciadas, pero su único amor era el Dr. Tofú quién aún no encontraba la manera de pedirle matrimonio.

-Pero si vienes empapado, espera un momento ¿Y Ranma-Chan?

Las facciones de Ranma se endurecieron y su mirada se ensombreció -Es historia antigua Kasumi, ya no hay más chica pelirroja.

-¡Vaya! Así que el hijo pródigo ha regresado a casa.

-¡Hola Nabiki! Gusto verte también- Sonando un poco irónico.

-¡Qué más da! Dame un fuerte abrazo ¡Ranma! Debo aceptar que te hemos extrañado mucho- Sus ojos se cristalizaron -¡Vaya que guapo!

Nabiki Tendo fue además de Akane de las que más habían resentido la partida de Ranma, no solo porque su negocio había desaparecido cuando él se fue, sino que tiempo después fue víctima del "Factor Ranma Saotome". Ese ¡No sé qué! Que lo hacía tan irresistible para las mujeres, había atrapado a la fría y calculadora Nabiki, motivo por el cual aún no tenía una relación formal con algún chico. Ranma le sonreía, se dio cuenta de lo bella que se había puesto, pero una voz familiar lo sacó de su pensamiento.

-¡Ranma Saotome! ¡Bienvenido!- Sonriéndole.

-¿Dónde está?- Dijo, mientras clavaba su mirada fría en la menor de las Tendo.

La desilusión se dibujó en el rostro de Akane, ahora a sus 24 años era sin lugar a dudas la más hermosa de las tres hermanas, su mirada se ensombreció y solo se limitó a señalarle el camino a su ex prometido. Ranma hizo hasta lo imposible por no demostrar sentimiento o turbación alguna ante ella, que llevaba un sugestivo pantalón de mezclilla a la cadera y un top verde agua no menos provocador, que acentuaba su bella figura, Akane no acostumbraba usar maquillaje; pero en esta ocasión utilizó brillo en sus labios y sombreó un poco sus párpados de un color aguamarina, haciendo ver sus ojos marrones muy exóticos.

-¡Gracias!- Y sin voltearla a ver subió las escaleras con rumbo a la habitación de Soun Tendo.

-¡Oye Ranma! necesitas tomar un baño y cambiarte de ropa o vas a pescar un...

-Más tarde Kasumi. Gracias de nuevo.

Akane observaba la lluvia caer sobre el estanque y dando la espalda a sus hermanas.

-Así que terminó la maldición ¿Verdad Kasumi?

-Parece ser que sí, hermana- Tomándola por el hombro -Ten fe y no pierdas las esperanzas.

-Me odia Kasumi, sé que me odia, lo vi en sus ojos- Su ojos marrones se llenaron de lágrimas.

-¡Y que esperabas después de romper el compromiso por otro! Querías que llegara y te dijera que todo fue un malentendido y que lo olvidaras- Le cuestionó con rabia.

-¡Nabiki!- Gritó Kasumi.

-Tiene razón Kasumi, fui una estúpida, pero te juro que no pasó nada entre nosotros y muy tarde me di cuenta del error que cometí. Además Nabiki, tu tuviste mucho que ver en todo esto.

-No puedes culparme de nada, yo solo fui sincera con él, algo que no se podría decir de ti.

Sus ojos furiosos se encontraron fijamente, después de unos segundos desviaron la mirada, sabían del juego tan peligroso que habían montado ocho años atrás. Soun estaba postrado en su futón, una extraña enfermedad había hecho presa de él y se encontraba delicado, la carta que recibió Ranma en su remitente en China hablaba del estado de salud de su antiguo suegro y que quería verlo cuanto antes, pedimento al cual no pudo negarse por agradecimiento de todo el tiempo que estuvo viviendo bajo su techo, así que al enterarse partió inmediatamente hacia Nérima.

-¿Tío Soun?- Tomándolo de la mano.

-¡Sabía que vendrías!- Tocio aparatosamente.

-¡Dime Tío! ¿En qué puedo ayudarte? ¿Que necesitas?

-Antes que nada dime como está ese malagradecido de Genma ¿Porque no ha venido a verme?

-¡Lo siento Tío!- Intercambió una mirada seria y de complicidad -Pienso que en verdad él hubiera querido estar aquí.

-¿Quieres decir que él?- Preguntó fríamente -¿Cómo fue? ¿Porque nunca me lo hicieron saber?

-Antes de irse me pidió guardar silencio, le hice una promesa, no podía romperla, solo te puedo asegurar que no sufrió- Detestó haberle mentido de esa forma a Soun.

-¿Y tu madre?

-Ella está bien, ahora vive conmigo en China.

-¿Sigue enfadada conmigo y mi pequeña Akane?

Ranma titubeó por un momento, la verdad era que su madre se negaba rotundamente a que él regresara a Nérima, estaba muy dolida, pero sobre todo con Akane, jamás pensó que tuviera ese comportamiento con su hijo.

-No te preocupes Tío, ella manda saludos a todos y pide por tu recuperación- Mintió nuevamente.

-Y dime hijo mío, que has hecho todos estos años, ahora te vez mucho más fuerte, ya eres todo un hombre.

-Entrenar siempre ha sido mi vida, he mejorado mucho y mis estudios en la Universidad están por concluir.

-Tu padre estaría orgulloso de ti.

-¡Dime Tío! ¿Por qué me has llamado?- Reclamó impaciente por saber la verdad.

-¿Sabes? Probablemente no salga de esta, mi viejo cuerpo ya no da para más.- Tomando sus manos -Prométeme que cuando muera te harás cargo del Dojo.

-¿Qué? Eso que me pides es imposible; Kasumi seguro no tardará en casarse con el Dr. Tofú y Nabiki pues, bueno de ella no tengo ni la menor idea de lo que planea y además Akane ¡Akane!- Encaró molesto a Soun -Tiene al imbécil de Takeda.

-La sigues amando ¿Cierto?

-Eso ya no importa Tío- Contestó tristemente- Pude pensar que sería Ryouga, pero de ese inútil de Takeda, jamás lo imaginé. Con el tiempo he aprendido a sobrellevarlo, creo que ya lo he superado.

-Ryouga, estaba tan desilusionado como tú, creo que ahora vive con Ukyo, tal vez con el tiempo se casen.

-El hecho es que Akane ya tiene su vida resuelta con otro- Interrumpió molesto -¿No encuentro el porqué de tu deseo?

-Hace unos días Aoki Takeda vino a pedir su mano, se casarán en un mes.

-¿Y te atreves a pedir que me haga cargo del Dojo?- Apretó con ira los puños -No lo entiendo, sabes que no me gustan los juegos, no permitiré que me utilicen nuevamente.

-Ranma, escúchame bien, todo esto es tuyo por derecho, yo así lo dispuse en mi testamento. Akane partirá con su marido ¡Sí! Pero mi escuela, la escuela que tu padre y yo creamos, tiene un solo heredero y ese eres tu ¡Es tu deber continuarla!

-Pero Tío Soun. Yo no puedo.

-¡Por favor! Piénsalo bien, antes de que me des tu respuesta definitiva.

-Lo pensaré, pero no te prometo que cambie mucho mi decisión- Encaminándose a la salida.

-Esto tiene que funcionar, debo unirlos antes de irme, es mi deber- Se repitió Soun.

-¡Cielos! En que lío me he metido, tal vez no pueda partir tan rápido como lo tenía planeado- Ranma caminó rumbo a la estancia, pero se detuvo frente a la recámara de Akane. Que ahora ya no tenía aquel horrible patito. Cientos de escenas empezaron a desfilar en su mente, buenos y malos momentos, por no decir peligrosos, estaba perdido en sus pensamientos cuando una voz angelical lo regresó a la realidad.

-¿Cómo lo viste? ¿Está muy mal, cierto?

¡Genial! Pensó, mientras maldecía por lo bajo haberse encontrado nuevamente con ella -No te preocupes Akane, se pondrá bien- Dijo esto mientras le daba la espalda.

-¡Yo!- Intentó tocar su hombro pero percibía su tensión, así que intentó cambiar el tema -¿Y cómo está Tío Genma?

-¡Murió hace dos años!- Contestó con voz de ultratumba.

¡Idiota de mí! Se recrimino en el fondo -¡Yo en verdad lo siento!- Contestó con un hilo de voz.

-¡Gracias! Ahora si me permites debo salir, tengo asuntos pendientes- Y sin voltearla a ver, salió de la casa.

-¡Ohh, Ranma!- Susurró mientras con pies pesados entró a su habitación para iniciar una larga sesión de llanto en honor a su insensible ex prometido.

Los baños públicos se habían convertido en su lugar de meditación, desde que dejó la casa Tendo nunca volvió a disfrutar de las comodidades que allí tenía, a comparación de su madre a la que tenía perfectamente atendida en su casa en China, él pasaba muy poco tiempo ahí, su vida fue un poco más fija cuando decidió ingresar a la universidad, pero al llegar las vacaciones prefería pasar largos días viajando por toda China, de algún modo comprendió a Ryouga con sus eternos viajes por todo Japón, él ya conocía perfectamente lo que se sentía andar errante, sin saber lo que depara el destino y sin embargo a veces suele ser caprichoso, quién lo hubiera pensado, ahora había regresado al lugar donde todo comenzó.

-¡Aaahhhh! Ya me hacía falta relajarme un poco. ¡Demonios! debí saber que Tío Soun se traía algo entre manos, yo no puedo quedarme aquí, no debo. Si tan solo ella no me hubiera cambiado ¡Estúpida Akane! Nadie te hubiera amado como yo.

Dos horas después salió de los baños públicos, un poco más relajado y pensando cómo decirle a Soun que no aceptaría su propuesta, caminó algunas cuadras hasta que a lo lejos distinguió a una persona que lo miraba fijamente con una sonrisa perversa, haciendo brillar su colmillo. Una enorme nube ensombreció el lugar.

-Así que Ranma Saotome regresó a Nérima.

-¡Ryouga!- Tirando al piso sus utensilios de baño.

-¡Bien! es tiempo de saldar viejas cuentas ¿No lo crees Saotome?- Tronándose los dedos.

-¡Acepto tu desafío!- Estirando los músculos -¡Bien! comencemos.

Ranma corrió hacía Ryouga y le lanzó varias patadas, las cuales detuvo fácilmente; haciendo gala de destreza, el chico del colmillo tomó a su oponente de la camisa y lo arrojó contra un poste de luz, para después lanzar cientos de puñetazos y cada uno de ellos dio en su objetivo.

-¡Vamos Saotome! deja de jugar conmigo- Exigió sonriendo.

-De acuerdo ¡Veamos cuanto has progresado!- Devolviéndole la sonrisa.

De repente se irguió, tomando una posición que Ryouga nunca había visto; Tachi kata, que constituye la posición adoptada, que debe ser erguida y relajada, pero atenta en todo momento, con las rodillas ligeramente flexionadas y el peso repartido por igual entre ambos pies, los cuales se asientan sobre toda la planta, pero con una ligera presión mayor sobre el área de los dedos, que son los impulsores de los movimientos y desplazamientos, pues el talón apenas roza el suelo.

-¿Un nuevo truco, no Saotome? ¡BAKUSAI TENKETSU!

Quiso sorprenderlo con "El punto de explosión", pero Ranma ya era muy superior a su contrincante y con suaves movimientos fue eludiendo uno a uno los ataques de Ryouga, quien desesperado utilizó su última carta.

-Como no te cansas de huir de mis ataques creo que es tiempo de terminar con esto- Una gran energía negativa comenzó a rodearlo, la gran bola de energía flotaba por encima de Ranma pero él ni siquiera le tomó importancia, solo se concentró en Ryouga.

-¡Máximo poder! ¡SHISHI HOKODAN!

De un movimiento vertiginoso Ranma se colocó frente a Ryouga y le aplicó un Teisho uchi (ataque con la base de la palma) En la base del mentón, noqueándolo instantáneamente.

-¡HIRYU SHOTEN HA!- Y el "Dragón Volador" terminó su obra, absorbiendo toda la energía negativa y lanzándola lejos en un remolino enorme.

-¿Ryouga?- Golpeando su rostro -¿Ryouga?

-¿Ehhh? ¿Qué?

-¡Despierta bella durmiente!

-¡Demonios!- Incorporándose -Debí saber que siempre tienes un "As" bajo la manga, ya extrañaba estos encuentros.- Sonrió satisfecho.

-¡Sí! Tenía mucho que no sudaba tanto.

-Pues bien Ranma Saotome ¡Bienvenido!- Ofreciéndole la mano.

-Como siempre, bastante raras tus bienvenidas.

Ambos comenzaron su marcha hacia el Uuchan's.

-Y dime ¿Llegó mi encargo a casa de Ukyo?

-¡Claro! Aún no puedo creer que lo consiguieras, en verdad estoy en deuda contigo.

-¡Olvídalo! para eso somos amigos ¿No? Y que pensó Akane sobre la repentina desaparición de "P-Chan"

-P-Chan desapareció de su vida, desde que tú partiste de Nérima.

-¡Entiendo! ¿Aún no lo has superado?

-¿Tu ya lo olvidaste?

-¡No! Hay cosas que no se pueden olvidar Ryouga.

-¿Y perdonar?

Un silencio incómodo los acompañó camino al restaurante de Ukyo. -¿Perdonar?- Pensó Ranma. Durante su trayecto observó un edificio, con instalaciones muy completas, parecía un moderno centro deportivo.

-Interesante ¿Verdad?

-¿Cuando llegó esto aquí?

-Hace unos tres años, la corporación Takeda Inc. Lo edificó, es un mar de gente la que viene a este lugar para estar en forma.

-¿Takeda? ¡Ese gusano quiere adueñarse de todo Nérima!- El solo pronunciar su nombre le provocaba nauseas.

-¡Así es! solo algunos barrios y negocios no han caído en su poder, el "Uuchan's" y el "Nekohanten" a duras penas han sobrevivido.

-¿Y el Dojo Tendo?

-El Dojo Tendo lleva ocho años fuera de circulación- confesó con tristeza.

-¿Qué? Pero ¿Akane? Ella debería de dar clases ahí.

-¿Quieres saber por qué P-Chan salió de su vida? ¡Sígueme!- Encaminándose a la puerta principal.

-¡Estás loco! no pienso entrar a un lugar edificado por esa sabandija.

Ryouga le clavó una mirada amenazadora -¡Sígueme! Es importante que lo veas con tus propios ojos.

Ambos entraron al "Centro de Acondicionamiento Físico Takeda". Era impresionante la cantidad de salas que tenía el edificio, gimnasios, cientos de maestros enseñando aeróbicos, hermosas edecanes dando información en una amplia sala de estar, salón de pesas, natación, danza, un complejo que constaba de ocho pisos; todos equipados para toda clase de actividades, salas de nutrición deportiva, en fin toda una ciudad para la salud corporal y en el séptimo piso se llevó la impresión más desagradable de su vida, en un gran salón que asemejaba un antiguo Dojo de artes marciales, salían cantidad de voces, alguien del otro lado de la puerta estaba dando clases.

-No me digas que ese animal da clases de Artes Marciales- Ryouga le indicó con la cabeza que lo viera por sí mismo, abrió lentamente la puerta y observó a cientos de estudiantes escuchando a su Sensei, un joven rubio de tez blanca y complexión atlética, ambos entraron tratando de hacer el menor ruido posible y se colocaron en la parte trasera del Dojo.

-¡Ok! es momento de comenzar, como siempre la clase de principiantes e intermedios será impartida por "Tendo Sensei"

-¿Tendo Sensei? ¿Principiantes e intermedios? ¿Pero qué demonios?

-¡Si Ranma! Ella trabaja para él.

De una de las puertas contiguas salió Akane, con una malla deportiva color azul cobalto, que cubría desde su cuello hasta sus tobillos, todos los alumnos se inclinaron ofreciéndole el saludo tradicional de combate. Uno de los estudiantes se percató de dos nuevos alumnos, o al menos eso pensó y al observarlos detenidamente los reconoció.

-¿Ranma Saotome?- Gritó un joven delgado.

-¿Hiroshi? ¿Pero qué demonios haces aquí?

-¡Akane Sensei! ¿Te dice algo?

-¡Eres un pervertido!- Lo amenazó golpeando su cabeza.

-¡Silencio! ¿Qué sucede allá atrás?

Takeda echó una ojeada hacia aquel lugar, Akane ya había observado a Ranma y se sonrojó apenada por haber sido descubierta, Takeda al reconocer a Ryouga, sonrió triunfante pero al reconocer a Ranma sintió un escalofrío correr por su espina dorsal, pero su personalidad altiva lo sacó adelante.

-¡Ryouga Hibik! ¿Por fin aceptaste ser uno de mis instructores?

-Ni en tus mejores sueños ¡Animal!- Sonrió arrogante mostrando su colmillo.

-¿Y tú Ranma Saotome? ¿Dime que haces aquí? ¿Te inscribiste a mi curso de artes marciales?

Sin perder el temple, con una mirada de hielo se fue acercando al rubio, lo analizó de arriba hacia abajo -¿Y crees que una sabandija como tu podría enseñarme algo?-

Los estudiantes observaban incrédulos como su Sensei era insultado por aquel desconocido -¿Que dices infeliz?- Balbuceó enfurecido.

Ranma miró con un dejo de decepción a Akane -Así que por esto abandonaste el Dojo Tendo, no puedo creer en lo que te has convertido Akane-

-¡Ranma! No lo entenderías- Apretó impotente sus puños, ella hubiera querida allí mismo explicarle todo, pero no era tan sencillo.

-No te preocupes Akane, tú ya has tomado tu decisión, tenía pensado irme pero tengo muchos pendientes que cerrar en Nérima ¡Adiós, Akane Tendo!-

-¡Ranma, espera!- La voz se escuchó como un susurro que Ranma no alcanzó a escuchar, o simplemente no quiso hacerlo. Decepcionado dio media vuelta y miró de reojo al chico del colmillo.

-¡Vámonos Ryouga!

-¡A donde crees que vas! Debes pagar por la ofensa que acabas de hacer a esta institución-

-¿Que dices? .Tu deberías pedir perdón a las artes marciales y largarte de aquí.

-¡Infeliz!

Aoki se abalanzo como una furia sobre Ranma quien con gráciles pasos en retirada esquivó todos los ataques de su contrincante, jugó unos minutos con él hasta que lo vio jadear por faltarle el aire, mientras el chico de coleta parecía danzar por todos lados.

-No puedo creer que una persona que se hace llamar "Sensei" pierda tan rápido el control.

Aoki gimió impotente pero poco a poco comenzó a calmarse y tomando nuevamente su aire autoritario se colocó a un lado de Akane y la abrazó, quien inmediatamente sintió sus músculos tensarse por la cercanía de ese maldito hombre.

-Sigues siendo muy bueno, me gustaría que fueras instructor de esta institución, porque dentro de un mes Akane y yo nos casaremos y necesitaré a alguien que siga dando clases aquí, en lo que dura mi luna de miel ¿Cierto mi amor?

Aoki besó la mejilla de Akane quién permaneció tranquila y cabizbaja a su lado. El ambiente comenzó a sentirse pesado el aura de Ranma inundó el Dojo, pero pasados unos segundos, relajó su postura y se dirigió a ambos con esa mirada que guarda para sus amigos especiales -¡Agradezco tu ofrecimiento, pero debo negarme ya tengo mi propio Dojo!

-¡Idiota! Crees que esa pocilga pueda competir con mi sofisticado centro de...

Ranma lo interrumpió y con voz enérgica se dirigió a todos los estudiantes, pero sobre todo miró directamente a los ojos de Aoki.

-Mi Dojo enseñará clases de verdad y enseñará a los estudiantes a ser excelentes artistas marciales y no arremedos como los que hacen aquí ¡Ustedes deciden! ¡Vámonos Ryouga!

Muchos estudiantes se observaban unos a otros sin saber qué hacer, algo se había despertado dentro de ellos, algo que les hacía querer seguir al chico de la coleta; Akane dibujó una media sonrisa en su bello rostro. Como resultado de tan extraño reencuentro entre Ranma Saotome y Aoki Takeda la mitad de los estudiantes salieron inmediatamente de allí.

-¡Idiotas! Pronto regresaran aquí y les cobraré lo doble para volverlos a aceptar.

-¡Eres un imbécil!- Abofeteándolo -Ranma pronto te dará tu merecido y no sabes cómo disfrutaré viendo cómo te aplasta ¡Yo también me largo de aquí!

-¡Heyy! ¿Olvidas esto?- Aoki saco un sobre y lo agitó frente al rostro enfurecido de Akane -Esto mi querida Akane te obliga a casarte conmigo y a prácticamente ser mi esclava.

-No me seguirás chantajeando con eso, ya lo perdí una vez y no lo pienso dejar ir de nuevo.

-¡Te pesará Akane Tendo!

Akane salió del lugar rápidamente haciendo caso omiso de las amenazas de Takeda, en tanto Ranma, seguido de Ryouga y de Hiroshi caminaban rumbo al Dojo Tendo, la visita con Ukyo debía esperar.

-Debiste ver su cara de tonto cuando salieron ustedes dos.

-¿Miedo acaso? ¡Ah! La vida es buena ¡Cierto Ranma! ¿Ranma?

Ranma caminaba perdido en sus pensamientos, con los puños apretados y con la mirada inyectada de un instinto asesino.

-¿Ranma? ¿Te encuentras bien?

-Espérenme aquí un momento.

-¿Y ahora?

Hiroshi preguntó confundido a Ryouga, quien solo encogió los hombros. Ranma brinco la reja de un lote baldío y de pronto un gran resplandor iluminó gran parte de la ciudad, seguido de una gran explosión, Akane que corría para darle alcance sintió la gran cantidad de ki negativo que emanaba de ese lugar sigilosamente se acercó y vio a su ex prometido rodeado por una gran zanja con la mirada clavada al piso, como años atrás vio a Ryouga después de perfeccionar el ""SHISHI HOKODAN"", sendas lágrimas surcaban sus mejillas mientras sonreía de medio lado.

Akane lo observó desde las sombras le dolía verlo de esa manera, tan vulnerable, tan triste y sobre todo tan decepcionado de ella la heredera del "TENDO MUSABETSU KAKUTO RYUU", tenía que enfrentarlo y aclarar muchas cosas pero no era el momento ni el lugar indicado para hacerlo, dio media vuelta y desapareció entre las calles nubladas de Nérima.

-Hasta que aprendí el "Rugido del León"—Dijo Ranma mientras levantaba la mirada y allí tan SOLO POR UN INSTANTE le pareció ver la figura de su padre, se talló fuertemente los ojos y al mirar nuevamente había desaparecido. Ryouga e Hiroshi llegaron rápidamente.

-¿Ranma, estas bien?

-¡Ryouga! ¿Todavía crees que me debes algo?

-Te lo dije y lo repito estoy en deuda contigo.

-Ayúdame a hacer del Dojo Tendo el mejor.

-¡Te doy mi palabra!

Y apretando sus manos en un saludo, ambos hicieron un pacto de amigos, como hace muchos años Soun Tendo y Genma Saotome también lo hicieran.

Continuará...