Observo con asombro una lluvia de objetos punzantes tapizando el cielo dejándolo completamente gris; gruesos y delgados hilos de líquido carmesí en sintonía de un dolor agudo comienzan a cubrir mi cuerpo ¿qué sucede?
Me hallo con mis manos cubiertas de sangre, un sinfín de armas cortantes penetran cada centímetro de mi ser; senbon, kunais y shurikens se incrustan sin piedad en mi carne…por favor basta
Emito un quejido de dolor; soy fuerte pero aquella tortura es demasiada; estar cubierta de agujas y armas cortantes es un suplicio que mi cuerpo no puede resistir ¿acaso me escuchas?

Débil… – escuche aquella palabra que tanto dolor me causa hasta la fecha; una punzada venenosa tan similar a la tortura que vivo en este momento me cubre por completo…

– ¡Levántate! ¿piensas morir aquí? – nuevamente aquella voz tan parecida a la mía vuelve a llamarme con fiereza ¿dónde estás?

Caigo pesadamente al piso; aquellas palabras hacen que resuene un eco interminable en mi cabeza; mi pecho se impacta en suelo terroso al igual que todo mi cuerpo, siento como interminables armas punzantes se encajan más y más en mi piel haciendo que casi pierda el conocimiento ¿dónde está él?

– ¡Responde por favor! ¡Abre los ojos, no puedes morir aquí y dejarme…! – escuche la voz suplicante de cierta persona

¡Es él! Ha venido por mi ¿tanto le importo? ¿Se ha dado cuenta de lo que he hecho? ¡Sí! Eso debe ser, eso explica porque me llama con tanta insistencia, pero… ¿Por qué no siento sus manos? ¿Por qué escucho su voz tan distante? ¿Estás ahí?

Abro mis ojos pesadamente sólo para enterarme que no es a mí a quien llama, no soy yo por quien se preocupa, no es a mí a quien con insistencia reclama que reaccione… Ojala no hubiera abierto los ojos…

– ¡Sakura-chan! ¡Sakura-chan por favor reacciona! – escucho que con preocupación llama a su compañera

Ambas luchamos con varios shinobis; un ataque ninja tomó por sorpresa a Konoha, causando muchas bajas en la villa. Sigo escuchando su dulce voz llamándola; abro nuevamente los ojos, no sé si es buena idea pero me arriesgo…

Veo que él con lagrimas en los ojos se aferra al cuerpo de la pelirrosa ¿tan grave está? Con mi última reserva de chara activo mi byakugan…

– Ella está viva, solo necesita atención medica… – le dije al chico pero el pareció no haberme escuchado o sólo me ignoro porque no le intereso

– ¡Resiste Sakura-chan, te llevare al hospital! – vuelvo a oír que Naruto le habla al cuerpo inconsciente de la ninja médico…

Veo con tristeza como mi amado se retira con la cerezo en sus brazos; esa manera tan protectora de abrazarla, como se aferra a la de ojos jade me hacen sentir ternura y envida, pero ¡No! ¿¡Que está haciendo!? ¡La besó! Me ha matado en vida; una punzada ponzoñosa me hace retorcerme de dolor en la agonía que vivo por mis múltiples heridas físicas…

Se siente peor a estar herida externamente – dije con nostalgia viendo el enorme charco de sangre que se formaba debajo de mí…

Mas alboroto se desarrolla en el interior de la aldea; veo que algunos enemigos se retiran rumbo al bosque mientras los shinobis de Konoha los persiguen para darles muerte; las vidas perdidas en esta batalla innecesaria no fueron demasiadas, pero si las suficientes como para no dejarlos escapar…

Siento frio, mi cuerpo empieza a entumecerse, mi piel tomar un matiz mas blanco y algo azulado, un bestial escalofrió me hace recordar que aun estoy viva…que desgracia, aun estoy sufriendo; siento que me queda poco tiempo de vida, aunque me aferrara a negarlo, sé que las manecillas de mi reloj giran a la inversa…

– ¡Ayuden a los heridos! – escucho que varios ninjas se disponen a recoger los cuerpos de los lesionados

Me esfuerzo al levantar la mano en un intento absurdo de mostrarles que aun respiro pero… no quiero, mis ganas de vivir se apagan con cada cruel respiro ¿para qué vivir? Ojala me den por muerta, así podre descansar en paz

¿En paz? ¿Después de lo que viste? – escuche de nuevo esa voz que me hablaba

¿Quién eres? – pregunte con un halo de voz, no tengo ganas de vivir, mucho menos de hablar, quería que por una vez, el silencio rondara a mi alrededor…

– ¿Tan fácil te rindes? – me respondió aquella voz con una pregunta diferente

Solo quiero estar en paz conmigo – respondí casi sin aliento, la vida se me va a cada segundo que pasa, parece que después de todo, mi petición de pasar por muerta fue escuchada…

– ¡Hinata! – escucho la voz de Kiba hablarme, al parecer él se ha dado cuenta de mi estado y ha acudido a mi auxilio…

No puedo contestarle, mi voluntad de seguir con vida se apaga, sólo puedo dedicarle una mirada de ternura mientras él se arrodilla a un costado mío, girándome con suavidad y sosteniendo mi cabeza delicadamente en sus piernas…

– ¡HINATA! ¡RESISTE, NO CIERRES LOS OJOS, AGUANTA! ¡HINATA MALDICIÓN, NO TE VAYAS! ¡AYUDA, POR FAVOR…! – escucho a Kiba con tono angustiado mientras inclina su cabeza para verme mejor mientras golpea suavemente mis mejillas, haciéndole señas a los ninjas médicos que rondaban por las construcciones destruidas para que acudieran a ayudarme

¿Esas son lagrimas? – me pregunto al ver los ojos vidriosos de mi compañero de equipo…

Con las pocas fuerzas que tengo tomo su mano; al menos alguien estuvo a mi lado en mis últimos minutos de vida, siento que me duele respirar, otro escalofrió brutal me recorre indicándome que mi tortura no ha cesado… es tiempo de despedirme…

– Kiba-kun, dile a Sakura-chan que cuide muy bien de Naruto-kun… – fue para lo único que alcanzó mi reserva de fuerza antes que mis ojos se cerraran…para siempre

Siento que un fulgor cálido me envuelve pero ¿qué pasa? Veo una cadena que cuelga de mi pecho y en el suelo… ¿esa soy yo? Pero ¿Cómo puedo ser yo si estoy aquí? ¿QUÉ ES ESTO? Veo con asombro como Kiba llora abrazando aquel cuerpo que parece ser el mío…

No llores Kiba-kun, siempre he sido un estorbo; a pesar de mis múltiples intentos logre mejorar... pero no lo suficiente para vivir un poco mas…

– Tranquila, no te asustes… – escuche que alguien me hablaba al momento que toqué mi cadena y veia con nostalgia a mi compañero de equipo.

Era un tipo delgado, cabello rubio algo desordenado que le llegaba hasta los hombros, vestido con una típica bata japonesa y debajo, ropa para estar en casa; portaba un sombrero bastante peculiar de rayas blancas y verdes…

– ¿Quién es usted? – le pregunte a aquel extraño, dirigiéndose hasta el bosque, invitándome a acompañarlo…

No sabía si era seguro, pero… ¿Qué podía perder? ¡Estaba muerta!, ni modo que me rematara dos veces…

Lo seguí, vi con tristeza como Kiba seguía llorando, aferrándose a mi cuerpo sin vida acompañado por los aullidos de Akamaru…

– Supongo que quieres respuestas – me dijo el del sombrero blanco recargándose en un árbol…

– Si…por favor – dije algo confundida viendolo con nerviosismo

Sabía que estaba muerta pero ¿Qué diablos hago aquí? ¿No se supone que debo ir al cielo o al infierno? ¿Cuál será mi sitio de descanso? Tal vez mi destino era vagar por la Tierra al no haber hecho algo lo suficientemente bueno o malo para ganar mi pase al paraíso o al averno.
¡Qué ironía! No soy hábil ni en cosas positivas o negativas… ¿Qué logré a lo largo de mi vida? Hasta tristeza me da contestarme esa pregunta: nada...

Aquel hombre se presentó conmigo, me contó sobre la cadena que llevo en mi pecho, que debía cruzar a la "Sociedad de Almas" para que un "Hollow" no me devorara mientras deambulaba por el mundo de los vivos; me explico todo, la manera en la que funciona el Sereitei, sobre los segadores de almas… Debo de admitir que en un inicio pensé que se trataban de puros disparates, pero que alguien vivo pudiera verme ya era suficiente locura como para creerle.

– ¿Tienes algo que te una a este mundo? – me preguntó con voz serena viéndome fijamente a los ojos

¿Algo que me ligara al mundo de los vivos? no, no lo hay; mi amado no corresponde lo que siento por él así sea tan grande que no quepa en mi pecho; en este instante debe estar con Sakura, ignorando por completo mi muerte ¿por qué se interesaría en alguien como yo? Sólo he sido un estorbo…

– Entonces prepárate, iras a la sociedad de almas – me dijo mi acompañante con una sonrisa cálida al ver que no di algún motivo para quedarme en Konoha; no sabía porque pero sentía que podía confiar en Urahara-san

¿Preparada? Estaba más que lista, todo lo que me conto el hombre del sombrero rayado se escuchaba entretenido; aunque eso de ir a parar al Rukongai era un misterio; vi acercarse a Kisuke-san, sacó su katana, no sentí la intención de herirme ¿de qué serviría correr y alarmarme? ¡Soy un fantasma! Me colocó la base de la empuñadora en mi frente y un brillo cegador de color blanco me cubrió completamente…

Volví a abrir mis ojos; espero no volver a ver otra escena tan desgarradora e hiriente como el beso que le dio Naruto a Sakura; veo a varias personas y niños correr a mi alrededor; yo estaba recargada en un enorme árbol que daba una brisa fresca y agradable. Una pelota fue a dar justo a mis pies…

– Pasala nee-chan – escuche que un niño de cabello negro me grito con cordialidad y alegría

Me incorpore y le lance la pelota; el niño corrió a jugar con varios amigos que esperaban impacientes que su turno llegara para jugar con el balón.

Veo en varias direcciones, el lugar es muy tranquilo, se respira quietud, pero aun así… extraño mi hogar, a mis amigos, a él… Veo aquel enorme árbol y me recuerda al de la academia ninja, donde un columpio fue el sitio de consuelo de mi amado. Necesito dejar de pensar en él ¿De qué sirve guardar su nombre y rostro en mi memoria? Solo me atormenta y mis ganas de llorar se aglomeran en mi garganta amenazando con romper en llanto.

– Hola ¿eres nueva por aquí? – escucho una voz femenina, obligándome a voltear para ver de dónde proviene aquella voz…

Al girar mi cuerpo me topo con una chica de aproximadamente 18 años, de piel blanca, complexión delgada, de atributos bien distribuidos, cabello negro y ojos celestes. Portaba un kimono de color negro con camelias rojas dándole un aspecto refinado aunque aquella prenda estuviera algo desgastada…

– Hai… – conteste al ver cómo me sonreía con simpatía; aquella chica se me figuraba una persona amable

– Bienvenida al Rukongai… este es Junrinan mejor conocido como el distrito 1 – me dijo aquella chica sin dejar de sonreírme

– ¿Y? ¿No me vas a decir tu nombre? ¿Te comió la lengua el gato? – me dijo con una sonrisilla burlona mientras me miraba

– H-hai… soy Hinata, Hyuga Hinata – le dije tartamudeando un poco…

Para ser sincera; era una nueva "vida" si podía llamar así a la situación y lugar donde me encontraba, tenía que cambiar muchas cosas, entre ellas mi tartamudear y confianza en mí pero sin perder mi esencia.

– Mucho gusto Hinata-chan… yo sor Kaori, Uzuma Kaori… – se presento la chica conmigo mientras me extendía la mano para saludarme…

– Encantada de conocerte Kaorii-chan – le dije estrechando su mano en un gesto sincero…

– Supongo que no has de tener donde quedarte, sígueme… – me dijo ella con cordialidad así que decidí seguirla…

La chica despedía un aura amigable y serena, muy parecida al lugar donde me encontraba, el ambiente me recordaba a Konoha, tenía que admitirlo… me dolía estar lejos de todo lo que conozco y amo… ¿Cómo la estarán pasando sin mi…?

(Narradora)

Entre tanto, en el mundo de los vivos, la aldea de Konoha está de luto; entre los shinobis muertos en batalla está la futura heredera al clan Hyuga. Todos visten de negro; el féretro es transportado por varios integrantes de la rama secundaria, colocándolo en el panteón de la villa.

Se escuchan los llantos desconsolados de Kurenai; los más afectados son Kiba y Shino; Hinata, su gran amiga y compañera ya no estaba con ellos, todo por haber arriesgado su vida para que Naruto viviera…

Los integrantes de la rama secundaria empezaron a colocar el ataúd en el pozo cavado para enterrar el cuerpo de la heredera Hyuga; el féretro tocó el fondo del agujero, los amigos de la chica empezaron a arrojar flores blancas al lugar que se convertiría en el sitio de descanso del inerte cuerpo de la joven de ojos plateados…

– Lo lamento Hinata… no pude protegerte – decía Naruto mientras arrojaba una flor blanca…

Estaba dolido, se sentía un inútil; dejó que una de sus amigas se sacrificaran por él. La dulce y bella Hinata se interpuso en el fuego cruzado que iba directo a Naruto matándola sin piedad a quemarropa.

– Naruto… – le dijo Sakura apoyando su mano en el hombro de su amigo…

La tierra empezó a llenar aquel pozo con el féretro en su interior; poco a poco el agujero se lleno de tierra, colocándole encima una lapida que decía "R.I.P Hyuga Hinata"

El pésame a la familia fue dado por los integrantes de los demás clanes, así como los amigos de la chica; Naruto se quedaba viendo aquella lapida ¡Si tan solo hubiera llegado antes! ¡Si fuera más fuerte eso no habría pasado!

– Vámonos a casa… – le dijo Sasuke a Sakura tomándola de la mano, dejando a Naruto sólo en la tumba de Hinata…

– Espero… estés donde estés, algún día puedas perdonarme – dijo el rubio mientras el viento revolvía su cabello…

Estaba solo; había besado a Sakura en un arranque de locura, sabía que ella jamás le correspondería; ella había quedado herida por proteger a Sasuke mientras que Hinata había dado su vida por él.

– ¿Qué he hecho? – se dijo el rubio con pesar y desesperación, cayendo arrodillado sobre la tumba de Hinata…

(Fin Narradora)

Sentí un escalofrió recorrer mi espina dorsal ¿Qué habrá sido eso? Tal vez acostumbrarme a un lugar distinto me tomara más tiempo de lo esperado…

Seguí a Kaori-chan hasta su casa, era una especie de cabaña, no muy grande pero si con lo indispensable para vivir, era muy acogedora, se percibía que quien vivía ahí era alguien con un gran corazón…

– Mira, esta será tu cama – me dijo dándome unas sabanas y una almohada limpia que saco de un cajón…

– Pero… – intente protestar, si era una especie de posada, no podía pagarle

– Pero nada, estamos en el mismo lugar y hay que ayudarnos – me dijo mientras tomaba las sabanas que me había dado, colocándolas sobre mi nueva cama…

– Gracias – le dije desde el fondo de mi corazón, no tenia como agradecerle lo que hacía por mi…

Estaba sola, no conocía a nadie y Kaori había aparecido de la nada para salvarme ¿acaso es un milagro? No lo sé, pero lo que tengo entendido es que jamás terminare de retribuirle su hospitalidad; no estaba obligada, soy una extraña, y aun así me invita a quedarme en su casa; que agradable y cálida alma…

– ¡He vuelto! – escuche una voz masculina en la entrada de la cabañita

– Ya era hora Riku-chan ¿trajiste de comer? Tenemos una invitada – le dijo ella con cortesía…

Un chico alto de cabello rojo, ojos color ámbar, complexión atlética estaba frente a mí. Portaba una ropa algo desgastada por el uso…

– Buenas tarde señorita ¿Quién es usted? – me dijo el chico con galantería acercándose a mí, tomando mi mano, besándola suavemente…

Me teñí de un color rojo intenso, lo sé porque mis mejillas ardían en calor al contacto con aquel joven de cabello carmesí…

– Déjate de tonterías Riku… anda; ayúdame a preparar la comida… – le dijo Kaori al joven jalando su oreja, llevándolo a la parte trasera de la cabaña para que cortara leña…

– Duele, duele Kaori-chan, déjame – luchaba el chico por zafarse pero al parecer la del kimono de camelias lo tenía sometido…

Los seguí hasta la parte exterior de la cabaña; tome la olla y las cosas que había llevado Riku-chan para empezar a cocinar; si iba a quedarme con ellos, la preparación de la comida correría por mi cuenta, no es por alardear pero Kiba-kun y Shino-kun me alagaban constantemente sobre mi supuesto "talento culinario"… ¿Cómo estarán ellos?

Estuve platicando con el dúo un buen rato, las verduras de la comida aun no se cocían en su totalidad en aquella enorme olla que olía delicioso, así que matamos el tiempo conversando sobre el lugar y mi procedencia; me sentí en confianza con Kaori y Riku, eran muy agradables y atentos…

– La comida esta lista – les dije colocando un poco de aquel estofado en un recipiente pequeñito para probarlo

– ¡Excelente! – dijo el de cabello rojo corriendo hacia el interior de la cabaña, trayendo varios platos para servir la comida

Supongo que el aroma llego a varios metros de donde estábamos pues varios niños comenzaron a llegar; Kaori empezó a servirles para que nos acompañaran…

– Donde come uno comen dos, después de todo…somos una familia – dijo la chica de ojos celeste sonriéndole a los reunidos

Una familia – me dije mentalmente

Ni con mi familia biológica me había sentido tan cómoda como en ese momento, la comida con mi padre y hermana, más que un momento sagrado parecía un funeral, solo el sonido de los cubiertos y la respiración de los presentes era lo que se escuchaba en el comedor Hyuga; y ahora las risas, el ambiente…todo en el distrito 1 era fantástico; aunque no por eso dejaba de extrañar a todos los de Konoha

– ¡Prepárate Hinata-chan! Cuando terminemos de comer practicaremos Kidō – me dijo Riku con emoción en los ojos

No tenía ni la más remota idea de cómo usar las artes demoniacas; por la explicación de Urahara-san comprendí que es una de las formas que un segador de almas puede usar para defenderse…

No les mentiré, practicar fue difícil, pero solo fue cuestión de agárrale la "maña" como dijo Riku para poder hacerlo a la perfección. Ambos chicos me aplaudían al ver la rapidez con la que avanzaba…

– Veras que pronto seremos grandes shinigamis, mi sueño es llegar a convertirme en capitana de una de las 13 divisiones y proteger el mundo de los vivos – me dijo Kaori con una amplia sonrisa mientras los tres estábamos tumbados boca arriba, viendo las nubes pasar.

El tiempo pasa y no perdona; hoy me encuentro con Riku divisando la enorme construcción que conforma el Sereitei, se ve imponente e impenetrable, deseosa de que entremos a las filas de los segadores de almas…

– Tenemos que irnos de aquí Hinata-chan – me dijo Riku colocándome una mano en el hombro para después colocar una flor en la tumba de Kaori.

Así es… ella murió; un día unos bandidos del distrito 79 llegaron a nuestra cabaña; ella abrió la puerta pues nos esperaba a mí y a Riku para cenar; los ladrones buscaban dinero y cosas de valor pero en nuestra humilde morada no había nada de eso. Uno de los malhechores la hirió de gravedad: atravesó a Kaori por el vientre y la apuñalo por la espalda desangrándose; al llegar la encontramos en sus últimos minutos de vida…

– Andando… – dije sin más rodeos; tenía un objetivo, una meta… cumplir el sueño de mi amiga y proteger el mundo de los vivos…

Tuvimos varios contratiempos pero ingresamos a la academia de shinigamis; a diferencia de los segadores de noble cuna, nosotros no éramos lo que se decía "privilegiados". Hacía ya un año que entramos a la escuela, las burlas y murmullos de los nobles sobran al criticar nuestra procedencia, pero eso no nos limita a conseguir nuestro objetivo: ser fuertes shinigamis…

– ¡Oye fíjate! – escuche que una chica me dijo al momento que choque con ella por accidente…

– Lo lamento, no te vi – le dije sinceramente ofreciéndole una disculpa: lo cortés no quita lo valiente…

– ¿Qué no me viste? ¿Tienes idea de quién soy? – me dijo ella con mucho ego, viéndome con superioridad

Nunca supe el nombre de aquella engreída; solo sabía que era de 4to grado y que no le agradaba; buscaba cada excusa para provocarme pero yo jamás caí en sus juegos, no deseaba dar una mala impresión; estaba en ese lugar para realizar el sueño de Kaori-chan, no para perder el tiempo con niñatas consentidas que se creen mejor que los demás

– Vámonos Hinata-chan – me dijo Riku tomándome de la mano, intentando apartarme de donde estaba esa chica

– Si, corre…vete con ese muerto de hambre – dijo la creída con desdén haciendo que me enfadara

Sus palabras hacia mí se me resbalaban como la mantequilla al pan tostado, lo que me molestaba era que se metiera con Riku; era mi mejor amigo y ella se atrevió a insultarlo; lastima por ella, ya no era la misma Hinata tímida y compasiva; mi "timidez y dulzura" como decía Riku, la guardaba sólo para quienes la merecían…

– ¡Byakugan! – dije para activar mi kekkei genkai, viendo fijamente a quien se convirtió en mi presa

– Hakke Rokujūyonshō (Círculo celestial, 64 puntos de adivinación) – dije con energía tomando la habitual posición de batalla de mi clan, dejándome ir en contra de aquella fanfarrona…

Hakke nishō, yonshō, hashō, jūrokushō, sanjūnishō, rokuijuū yonshō… – dije al momento de ir aumentando mis golpes, dejando a todos perplejos…

– ¡¿Qué le hiciste?! ¡Eres un monstruo! – me dijo con miedo una de las chicas que acompañaba a la fanfarrona que se atrevió a insultar a Riku

Todos los de aquel pasillo me miraban con miedo; la tipa que se atrevió a meterse conmigo yacía inconsciente en el suelo. En combate cuerpo a cuerpo era la mejor; el uso de katana combinado con mi taijutsu asombraba a mis tutores; muchos de mis compañeros decían que posiblemente terminaría en el escuadrón 2 con la capitana Suprema de las Fuerzas Especiales

– ¿Qué sucede aquí? – escuche que alguien preguntaba por el revuelo que estaba a mi alrededor

Me gire para ver de quien se trataba; detrás mío estaba una chica de cabello rojo algo revuelto y corto en la parte superior y largo en la parte inferior, llegándole aquellas hebras rojizas hasta la cintura; sus ojos eran de color bermellón, tez blanca, complexión delgada y de atributos femeninos resaltados. Vestía su shihakushō (ropas de las almas muertas); su shitagi blanco y kosode y hakama negros. Portaba además un haori níveo con toques purpuras en el cuello, mangas y parte inferior de la prenda con el número 5 en su espalda…

¿Un capitán? – me dije interiormente con asombro al ver a aquella chica…

– Pregunte ¿Qué sucede aquí? – dijo con voz serena la de cabello rojo mirándome de manera inquisidora

– ¡Yagami Taichō! – escuche que muchos decían con asombro al ver a aquella mujer tan atractiva…

– ¿Nadie va a contestarme? – dijo ahora arqueando su ceja, viendo a todos los reunidos de manera inconforme

– Yagami Taichō esa chica golpeo a Nozomi-san – escuche que una de las amigas de la habladora me delato con toda naturalidad…

– Acompáñame… – me dijo la capitana y me limite a seguirla, no quería ser expulsada, había pasado un año de arduo esfuerzo soportando a los de clase alta burlarse de mí y Riku por ser de origen humilde…

Llegamos a un recinto dentro de la escuela; según escuche en los pasillos, tres capitanes irían de visita para examinar a los estudiantes de nuevo ingreso para estar en contacto con el nuevo talento. ¡Esa era mi oportunidad! Demostrar que era fuerte para ser parte de uno de los 13 escuadrones del Sereitei.

– Siéntate… – me dijo con amabilidad la capitana del quinto escuadrón

No soy tonta; había escuchado que después de la traición del capitán Aizen, Kaname y Gin, el escuadrón 3, 5 y 9 estaban sin lider, pero hacia poco que una mujer de cabello llameante había aparecido para tomar el antiguo puesto de capitán en el escuadron 5. No voy a negarlo, me puse triste en un principio al perder una de mis tres posibilidades de convertirme en capitana y cumplir el sueño de Kaori-chan. Pero aun así, aun quedaba el puesto del tercer y noveno escuadrón.
Le hice caso a la mujer y ella se sentó a un lado mío…

– Dime ¿Cómo te llamas y de dónde eres? – me pregunto con voz apacible, tanto que desee responderle, me inspiraba confianza ver aquellos ojos ardientes como una cálida hoguera en una noche fría

– Hinata, Hyuga Hinata, Yagami Taichō – le dije con respeto, ofreciéndole una reverencia…

– Un gusto Hinata-chan, soy Murasaki, Yagami Murasaki, capitana del 5º escuadrón – me dijo con una sonrisa amable que me hizo sentir como si estuviera con un ser querido que jamás hubiera conocido pero que sabía que era cercano y de mi propia sangre…

– Y… ¿de dónde vienes Hyuga-san? – me dijo con respeto haciendo que me sonrojara

Le conté de donde venia, no sé porque pero al ver la atención con la que me escuchaba, le confesé hasta la razón de mi muerte y como sufrí al ver al amor de mi vida besando a otra mujer, a minutos de que mi corazón dejara de latir. Le hable sobre mis habilidades como ninja y ella no parecía sorprendida…

– Ya veo… Hinata, tienes mucho potencial, me gustaría que en un futuro te unieras a las líneas de mi escuadrón o quién sabe, tal vez te sientas más cómoda en el escuadrón 2, la capitana Soi Fong es amiga mía, puedo recomendarte... – me dijo de manera amable como si fuéramos las más grandes amigas, haciéndonos favores y ayudándonos mutuamente…

– Pero… – trate de hablar

– Pero nada, serás una gran shinigami – me dijo con la misma cordialidad anterior antes de que una persona entrara al recinto…

– Yagami Taichō, el capitán Ukitake y Hitsugaya la esperan en la sala de reunión – le dijo un hombre de estatura mediana y cabello negro a mi acompañante

– Ya voy… – dijo con fastidio, aquellas muecas me recordaron mucho a Shikamaru-san

– No olvides nuestra plática, estaré observándote – me dijo como última palabra y se retiro junto con el hombre para reunirse con los dos capitanes

Me quede sola en aquella habitación, procesando y brincando internamente de alegría ¡Una capitana me había invitado a unirme a su escuadrón! Estaba realmente feliz, estaba a poco tiempo de cumplir el sueño de mi difunta amiga; entrando como subordinada de la capitana Yagami podía ascender y convertirme en capitana del escuadró ¡Eso es lo que hare! Me esforzare en la demostración de hoy; después de todo, gracias a Kaminari-sama, un shinigami veterano y retirado de los campos de batalla que vivía en el distrito 1, nos enseñó a Riku y a mí un sinfín de técnicas Kidō y Hado antes de entrar a la academia.

Salí del lugar y vi que los estudiantes corrían a un patio enorme donde un hombre maduro de cabello blanco, acompañado de un chico de hebras plateadas, seguidos de cerca por la capitana Yagami se situaban en el lugar adecuado para ver la práctica que se avecinaba…

– ¿Dónde estabas? Te busque por todas partes – me dijo Riku preocupado, colocándose a un costado mío…

– Estuve platicando con la capitana Yagami – le dije con una gran sonrisa mientras unos chicos escuchaban disimuladamente nuestra conversación

– ¿Y? no me digas que te expulsaran – me dijo con tono preocupado mientras me zarandeaba de manera suave

– ¡No! al contrario, me dijo que seré una gran shinigami – le dije con alegría al punto de brincar como una loca, pero el lugar y la situación no eran el adecuado

Todos empezaron a colocarse en su respectiva posición; las demostraciones empezaron pero yo tenía algo extra planeado, deseaba entrar a los 13 escuadrones y lo lograría…

– Supera eso… – me dijo la engreída mientras me miraba con notable coraje, limitándome a ignorarla…

– Hirano Riku y Hyuga Hinata, pasen al frente – nos dio la orden uno de los instructores de la academia

Gire mi cuerpo para ver a los tres capitanes, Riku y yo les ofrecimos una reverencia antes de empezar. La capitana Yagami me sonrió y eso me infundio confianza y empecé a luchar con mi amigo usando mi katana; vi que los tres capitanes murmuraban entre si, al parecer los sorprendimos… Tome mi distancia y Riku se aparto…

– Kage bunshin no jutsu (jutsu clon de sombra) – dije mientras realizaba los sellos correspondiente, resultando una replica mía

Vi que los reunidos se sorprendieron al igual que los capitanes; empecé a luchar con mi clon usando mi jūken. Mi replica se elevo en el aire, lanzándome una gran cantidad de senbon…

– ¡Byakugan! – dije activando mi dojutsu…

– Hakkeshō: Kaiten (manipulación del círculo celestial, giro celestial) – dije al momento de girar, creando una semi-esfera de chacra que repelió todas las agujas…

– Hakke Rokujūyonshō (circulo celestial, 64 puntos de adivinación) – dije al momento que mi replica aterrizo, tomando mi postura de batalla, atacando todos sus puntos de chacra…

Mi clón cayó derrotado, esfumándose por los impactos; todos se quedaron callados, vi que la capitana Yagami aplaudió, después el capitán Ukitake y Hitsugaya, uniéndosele todos los reunidos; me sentía única, reconocida…admirada, lo que nunca puede experimentar estando viva...