Hola!
Aquí estoy con una nueva historia, esta vez es un regalo de cumpleaños, un regalo para Viri Malfoy que se merece más que una simple historia. Gracias por estar cuando más necesito del apoyo de una amiga, gracias por corregirme, por aconsejarme, por leerme en mis delirios mentales (y también escucharme). Como lo prometí aquí tienes mi regalito, (incompleto aún, pero con mucho cariño) Espero que la pases super bien y FELICIDADES! pronto te daré tu abrazo por lo mientras te mando uno desde acá. Espero también que te guste. Te quiero mucho linda )
Disclaimer: Todo es de J.K Rowling, todo lo desconocido es mío ;)
Sorpresas y una graduación.
Parte I
Mi último día en Hogwarts.
El tiempo pasa más rápido de lo normal cuando se tienen cosas qué hacer; más bien cuando ya nada es aburrido.
Aún recuerdo cuando besaba por primera a vez a Potter y su reacción: eufórica. Jamás pensé que fuera tan efusiva…
- ¡Guau! – Fue lo primero que emitieron sus labios al separarse de los míos para después abrazarme. - ¿Por qué? -
Esa pregunta me tomó con la guardia baja. Ella se separó al fin para fijar sus ojos marrones sobre los míos. No sabía como expresar lo que siento, solo que… ¿Qué no le bastan los hechos?
- ¿Qué no es obvio? – Se puede decir que contesté pero con otra pregunta, sí, eso es lo mejor, mi padre alguna vez me dijo que si no quería responder a alguna pregunta lo mejor sería "contestar" con otra. Aunque… bueno… por otra parte, mi madre me dijo que eso era una falta de educación… pero por ahora eso no tiene mucha importancia.
- No me hagas decirlo en voz alta – contesto al fin después de recibir una mirada severa. Yo solo la miro con un aire inocente enarcando ambas cejas y sonriendo con la misma ingenuidad que emana mi mirada.
- Bueno no te haré decirlo. No por ahora - ¿Eso que significa? ¡Oh no! Está bien, ya tendré tiempo para planear mi estúpida y cursi declaración.
Pero con el paso del tiempo me fui acostumbrando a sus reacciones tan inesperadas y ahora que somos… novios… pude llegar a llevarme mucho mejor con James y con sus primos.
No puedo decir lo mismo acerca de Albus pues antes de que pasara todo esto, él ya era mi amigo. No para nada tengo que verlo día y noche. Sí, Albus Severus Potter ¿Quién lo diría? ¿Él un Slytherin? ¡Vaya! Esa sí fue toda una sorpresa aquel día. Nuestro primer día en el castillo.
Se armó un gran alboroto, entre cuchicheos y miradas reprobatorias por parte de su hermano al momento en el que escucharon al viejo sombrero seleccionador enviarlo a la casa más "odiada" de todo Hogwarts ¿Cómo él, el hijo de Harry Potter pertenecería a Slytherin?... Esa es una historia muy larga y ahora Albus es mi mejor amigo.
- ¿Listo para salir de aquí? – Me pregunta Albus con un aire nostálgico mientras terminábamos de guardar nuestras cosas en los enormes baúles que solíamos llevar cada año. Albus no había cambiado mucho desde que lo conocí, solo que mucho más alto, más o menos de mi estatura, unos cuantos centímetros por debajo de mis sienes. Sus facciones eran iguales a como yo recuerdo, un poco más definidas y como siempre su cabello negro azabache sin peinar. - ¿Lo extrañarás? - añade con el mismo aire nostálgico en su voz observando a su alrededor antes de voltear a verme.
- No es para tanto. Si extrañaré el colegio, bueno… sabes exactamente por quién lo extrañaré – Observé cómo Albus ponía los ojos en blanco y fruncía los labios hasta formar una sola línea.
Después de un largo rato de silencio, escuché como reía entre dientes así que le dirigí una mirada interrogativa. – Ve el lado amable del asunto, Scorpius. Ya no tendrás que explicarle pociones a mi inútil hermana. Aunque, si te preocupa un poco el asunto de dejarla sola aquí, yo diría que no hay nada de qué preocuparse, al contrario esta más que emocionada por… bueno, sólo me queda por decirte… ¡Prepárate! – Me dijo Albus y enseguida comenzó a reír, a decir verdad yo no le encontraba el chiste.
- No seas idiota y habla claro ¿Sí? Sabes que me fastidia que hables de esa forma – Fruncí el ceño al mismo tiempo que guardaba en lo más profundo de mi baúl una bolsa llena de calcetines sucios.
Todo indicaba que estaba pensando si decirme lo que tenía en mente o no, su semblante era serio y se veía muy concentrado en sus pensamientos. Terminé mi labor con un par de movimientos de mi varita y me senté pacientemente sobre la cama, aunque esa paciencia comenzaba a desvanecerse poco a poco, pues el silencio se prolongó durante mucho tiempo; incluso más del que estaba dispuesto a tolerar.
Justo en el momento en el que el silencio estaba rebasando los límites de mi paciencia, Albus volvió a hablar.
- ¿Sabes qué papel desempeño en esa relación? -
- ¡Vaya! por un momento creí que tu estúpido gato se había tragando los restos de tu cerebro – Me crucé de brazos y levanté una ceja, estaba enojado, o más bien desesperado por saber qué se traían entre manos. Y luego me hace una estúpida pregunta ¿Qué clase de juego era este? Ante mi comentario, mi amigo solo puso los ojos en blanco fastidiado y alcancé a escuchar como por lo bajo decía: "Imbécil".
- Limítate solo a responder ¿Quieres? – Ahora sí que lo hice enojar, pero realmente no me importa, en ese momento reí internamente pero tuve que esforzarme porque esa risa no hiciera contacto con el aire, así que sólo me encogí de hombros demostrando que no tenía ni la más remota idea sobre su papel en mi relación con Potter. No quería estropear mi esfuerzo por no reír en sus narices.
- Es difícil. Soy su hermano y tu mejor amigo. Así que no puedo hablar, no tan claro como tú esperas. Si quieres saber los detalles, tendrás que hablarlo con ella – Sólo observé como salía del dormitorio con una sonrisa dibujada en su rostro.
Me quedé a solas en ese dormitorio ¿Qué era eso que se traía entre manos ese par? Tendría que hablar con Potter ahora mismo, no quisiera tener que llevarme una desagradable sorpresa. Me levanté con un poco de pereza dispuesto a salir de ahí. Necesitaba encontrarla antes de que McGonagall diera su aburrido discurso de fin de año y nombrara a los campeones de las casas que obviamente este año será Slytherin.
Para suerte mía, Potter se encontraba, como siempre, recargada en una de las enormes puertas de roble, a las afueras del Gran Comedor, su rostro se mostraba ausente y con un aire aburrido, ajeno a toda preocupación. Me acerqué a ella como cualquier otro día, y de igual forma, ella al avistarme se acercó y me saludó con un beso en los labios regalándome una sonrisa; lástima que no pude regresarle la sonrisa como hubiera hecho en uno de esos días.
- ¿Pasa algo, Scorpius? - Me pregunta con el aire preocupado que no mostraba cuando la encontré; la observé con mucha seriedad, esta vez no me iba a medir, siempre tenía que medir mis comentarios cuando estaba cerca de ella y es que… ¡Maldita sea! ¿Por qué siempre tiene que salir a la luz mi instinto protector cuando estoy cerca de ella? Es como si… como si me hubiera tragando un filtro de amor cada mañana antes de verla. Pero haré como si no me lo hubiera tragado el día de hoy. No me gustaba nada lo que me había dicho Albus esa mañana.
- ¿Se puede saber qué demonios te traes entre manos? Y no me vayas a salir con que no sabes de que jodidos estoy hablando. – Ella me observó confundida y guardó silencio. Yo esperé hasta donde mi paciencia me lo permitiera; tal vez en verdad en esta ocasión no sabía de qué estaba hablando, pero finalmente una chispa iluminó sus ojos marrones y sonrió.
- No te lo diré - Me dice con calma, con la misma calma con la que la encontré, pero ahora con una sonrisa en sus labios.
Esa fue la gota que derramó el vaso. La poca paciencia que me sobraba ahora estaba hecha añicos; respiré profundo para no perder la cordura en ese mismo instante. - ¿Por qué? – Traté de que mi voz sonara fría e inexpresiva. El resultado me gustó, me escuché tal y como quería. Frío.
- Porque no quiero – Fue su respuesta a mi simple pregunta ¿Por qué no me quería decir nada? Ese momento fue frustrante, ella tan tranquila como siempre y yo queriéndome tirar de una escoba.
Obviamente no me iba a rebajar para suplicarle que me dijera de qué se trataba. Fruncí el ceño y me di la vuelta sin decir otra cosa, no sin antes rodar los ojos con fastidio. Pero antes de que pudiera emprender mi camino derecho a la mesa que todas las mañanas, tardes y noches ocupaba, sentí en mi brazo la calidez de una de sus delicadas manos.
- Scorpius, es una sorpresa -
- Una sorpresa.- Repetí tranquilamente. Eso cambia las cosas. ¡Las empeora! Ella mejor que nadie sabe que detesto esas estúpidas sorpresas. ¿Y si…? No, no quiero siquiera imaginarlo, eso sería peor que… Bueno, ahora tendré que esperar a ver de qué se trata esa… sorpresita. Ella asintió sonriendo, se notaba a leguas que estaba demasiado feliz y satisfecha por su "grandiosa idea", esperó a una segunda reacción por mi parte, más bien, esperó una reacción más animada.
- Di algo – Me anima ella después de un largo silencio.
Antes de contestar me encogí de hombros y un poco incómodo ante su mirada volví a responderle con una pregunta.- ¿Qué quieres que diga? –
- ¿No te sientes intrigado? – Pregunta ahora con el ceño ligeramente fruncido y dando a entender que ahora se encuentra un poco… contrariada al ver mi reacción bastante poco entusiasta. Esta situación comenzaba a hartarme.
- ¿Debería? - Contestar con otras preguntas comenzaba a hacerse una costumbre en mí, pero no podía decepcionarla del modo en el que estaba a punto de hacerlo; más bien, no podía explotar en ese mismo instante y gritarle cuánto odio las sorpresas. ¡Vamos! Estábamos a las afueras del Gran Comedor que estaba ya repleto de alumnos. Por unos instantes creí que sólo faltábamos nosotros, de no haber sido por Albus que justo llegaba acompañado de Nicole Barker, una chica de Revenclaw que compartía múltiples clases con nosotros.
Potter me observa ahora molesta por mi reacción, agradecí profundamente que Albus jamás metiera sus narices en nuestra relación como solía hacerlo James, de lo contrario habría tres opciones: La primera sería una lluvia de preguntas tanto para Potter como para mí. La segunda sería lanzarme un maleficio o simplemente amenazarme con la varita lista para lanzar uno por "hacer sufrir a su hermana", palabras casi exactas de James la última vez que la hice enojar. Y por último, la tercera opción: la unión de las dos primeras…
- ¿Qué pasa aquí? – Pregunta el entrometido de su hermano: James Potter, justo en el momento en el que iba a responder a su pregunta.
¿Por qué tiene que se tan entrometido? Me pregunté internamente, rodé los ojos, fastidiado y cansado de que siempre su súper hermano salga a su defensa cuando ni siquiera la requiere así que me volví lentamente para observarlo.
- No creo que sea de tu interés así que… ¿Por qué no te largas de una buena vez? – Le respondí enfadado para después volverme de nuevo hacia mi chica que me observaba con el ceño fruncido. Lo admito, esta situación me estaba cansando demasiado, no podía mantener este ritmo, ayudarle con sus estúpidas pociones y encima hacer mis deberes, no es que sea un tipo constante en cuanto a los deberes escolares se refiere, pero también tengo que hacer cosas aún más interesantes que ayudarle, necesitaba tiempo para mí.
- No me iré hasta que me expliquen qué es lo que esta pasando – Estaba serio y tenía una mano cerca de una de sus bolsas que tenía su túnica.
- Y si no te queremos decir nada ¿Qué? – Lo reté dando un paso hacia delante, pero antes de terminar de avanzar, él me detuvo alzando su varita. Estaba casi seguro que no me haría nada. La razón principal era que ahí estaba su hermana, no sería capaz de ignorarla ¿O sí?
- James, por favor déjanos solos ¿Sí? –
Al instante Potter dejó de apuntarme con su varita, yo obviamente sonreí para mis adentros, pero se notaba a leguas de distancia que trataba de contener una sonrisa burlona por su rotundo fracaso en su deseo de golpearme mágicamente. Y sin decir nada más se dio media vuelta, serio y al parecer enfadado por no haber cumplido con su cometido.
…Albus era más tranquilo pero no por eso menos cabrón que su hermano, tal vez era tranquilo por el simple hecho de que además de ser hermano de Potter, es mi mejor amigo también, no estoy muy seguro de ello pero cuando llegó solo observó con un gesto confuso a su hermana y luego a mí.
- Será mejor que entren, la vieja ya esta a punto de dar su discurso y Filch aprovechará sus últimos minutos para jodernos si nos encuentra aquí -
Tenía razón, ese otro vejete aprovecharía la situación. Pero… no quería largarme de allí sin antes aclarar las cosas con Potter.
- Esta bien Albus, ahora vamos – Me volví de nuevo hacia Potter una vez seguro que Albus y Nicole nos habían dejado a solas de nuevo – Potter, no te pongas así, es solo que… -
- ¿Potter? – Alzó las cejas con un gesto aun más enojado, pude notar que su voz contenía un toque de ironía. Puse los ojos en blanco, ¡Eran demasiadas cosas las que quería que le pasara por alto! Así que suspiré, resignándome al fin en llamarle como cualquier otro imbécil la llama. Lily.
- ¿Qué te parece si hablamos por la mañana, camino a King's Cross? – Pregunté justo en el momento en el que avistaba a Filch acercándose con su estúpida gata, la señora Norris, iba directamente hacia nosotros, así que nos apresuramos a entrar al Gran Comedor.
El discurso fue aun más aburrido de lo que pensé, así que no presté la suficiente atención como para recordar el sermón de McGonagall. Tenía demasiadas cosas en la cabeza, en primer lugar estaba la dichosa sorpresa que me esperaba en vacaciones. En segundo lugar estaba la situación con… con Lily y por último no tenía ni la más remota idea de lo que estudiaría después de Hogwarts.
OoOoOoOoOoOo
Comenzaba a anochecer y estábamos a punto de llegar a la estación de tren. Lily se encontraba sentada a mi lado y en el mismo compartimento se encontraban Albus y Nicole. Ese par. Siempre andan juntos, no dudo ni un instante que ahí hay algo, pero Albus es algo reservado incluso conmigo, así que no insistí demasiado el día en el que le pregunté sobre ella.
Ambos se reunieron con nosotros varias horas después de haber retomado mi pequeña charla con Lily. Arreglamos las cosas y me dijo que solo sería en esta ocasión en la que me daría una sorpresa y quedamos en que jamás lo volvería a hacer. Eso espero.
- ¿Me escribirás? – Me preguntó cuando ya habíamos bajado del Expreso. Pude avistar a mis padres esperándome en el lugar de siempre. Por una razón muy importante no había comunicado a mis padres que estaba saliendo con Lily Potter. Tal vez a mi madre no le importaría demasiado pero a mi padre… creo que me desheredará el día que se entere. De hecho me sorprendió bastante que se haya tomado a la ligera cuando le platiqué de Albus.
- Sabes que siempre lo hago - Ella sonrío ampliamente para después estampar sus labios contra los míos. El típico beso del "Adiós" temporal.
- Te veré pronto – Dirigió una sonrisa de complicidad a su hermano y me guiñó el ojo mientras se alejaba.
Estando a solas con Albus, me dio la mano y nos abrazamos. Él es como el hermano que nunca tuve, siempre peleando, siempre apoyándonos mutuamente, siempre bromeando y siempre molestando a los demás.
– Te veré pronto, por lo mientras te cuidas – Sólo asentí y le sonreí resignadamente.
- Tú igual -
Ambos nos reunimos con nuestras respectivas familias. Mi madre. Astoria. Me abrazó y me dio un beso en la mejilla, ella era más efusiva que mi padre quien se encontraba a su lado y solo posó su mano en mi hombro dándome la bienvenida. Yo me parecía demasiado a mi padre. Draco Malfoy. Ambos con ojos grises aunque él era mucho más rubio que yo, mi cabello no era precisamente platinado, casi blanco bajo el sol.
Estaba agradecido que los genes paternos sean los dominantes, pues mi padre a pesar de los años seguía siendo el mismo tipo apuesto. No era que mi madre sea fea, no, al contrario era bastante guapa también, tenía el cabello largo y ondulado era rubia igual que yo pero sus ojos eran de un color muy parecido al de la miel.
- ¿Qué tal este último año querido? – Me pregunta mi madre una vez separada de mí, sonreía abiertamente, era evidente que me había extrañado todo este tiempo.
– Nada de especial, pero todo bien – Asentí frunciendo los labios no muy convencido de mi respuesta, muy poco entusiasta. Fue mi último año y me había prometido que sería el mejor, y así fue, solo que… no tenía muchos ánimos de entablar una conversación con mis padres, sabía que terminaría contándoles lo poco que sabía sobre los planes de los Potter para estas vacaciones y no quería incomodarlos de esa forma. Sabía que mi padre aún no soporta del todo al Sr. Potter.
En cuanto cruzamos las enormes puertas de la mansión que alguna vez fue de mi abuelo, me dirigí a mi habitación rápidamente, quería desempacar pronto y después tomar mi merecido descanso que buena falta me hacía. Llegamos muy rápido a casa, el motivo era que no teníamos que subir a un "automóvil", esas cosas que usan los muggles para transportase a ciertos lugares lejanos a sus hogares, mi padre odiaba usar artefactos creados por esos hombres, y prefería evitarlos, así que gracias a sus influencias en el Ministerio, había conseguido un permiso especial para usar un Traslador en el andén 9 ¾.
- Astoria, déjalo respirar – Escuché el tono aburrido y habitual de mi padre mientras subía las escaleras directo a mi habitación.
Pasaron algunos días, una semana después para ser exactos, semana en la que pasé desempacando con mucha calma y manualmente para que el tiempo se me pasara rápido.
Era una mañana soleada, nos encontrábamos desayunando en silencio cuando llegó el correo. Aquel día no habíamos recibido el número habitual de cartas, había una para mí de parte de Lily y otra dirigida a toda la familia, era una…
- ¿Se puede saber qué jodidos es esto? – Me pregunta mi padre con una mueca de fastidio dibujada en su rostro tan pálido como el mío, sostenía en lo alto un pequeño sobre blanco con los bordes negros. No supe qué contestar, estaba completamente horrorizado ¿Esa era su dichosa sorpresita?
- No tengo ni la más remota idea –
Mi madre solo observaba con mucha curiosidad el sobrecito, su rostro se mostraba sereno y no dijo palabra alguna hasta que mi padre se lo entregó. Ni siquiera intenté pedirle el sobre para ver cuando sería el peor día de mi vida.
- Bueno, tendremos que ir -
- No, no tenemos – Repliqué enseguida. A decir verdad no quería ir y estaba seguro que mi padre me apoyaría, así que lo observé suplicante, pero ¡Vaya sorpresa! Mi padre sonrío, me pareció una sonrisa burlona.
- Compromisos, son compromisos Scorpius, tienes que aprender a cumplirlos -
¡No podía creer lo que estaba escuchando!; mi padre, el gran Draco Malfoy peor enemigo de Harry Potter, o como él solía llamarle aún "cara rajada" estaba aceptando ir…
Puse los ojos en blanco y bufé resignadamente. Por primera vez mi padre no me apoyaba, fruncí el ceño e hice una mueca de desagrado antes de llevarme un enorme bocado de mi desayuno a la boca, a pesar del enfado que sentía en ese momento disfruté de lo que tenía frente a mí, esos elfos domésticos cada día se lucían más.
OoOoOoOoOoOo
El día de mi sentencia llegó, no tenía que usar necesariamente una túnica de gala pero tenía que ir lo más presentable posible.
- Esperemos que la comadreja llevé su vieja túnica de gala – Comentó burlonamente mi padre mientras al parecer recordaba algo sumamente gracioso.
Yo no tenía muchas ganas de hablar sobre algo en especial así que permanecía callado mientras nos encaminábamos al traslador que se encontraba en el jardín de la mansión…
…
Llegamos a un lugar totalmente desconocido para toda la familia, tenía un aspecto extraño, de no haber sido por el enorme jardín que se encontraba adornado por diversas mesas con manteles blancos contrastados con el negro hubiera mencionado que el lugar era totalmente horrible. Era horrible, de eso no había duda pero por lo menos los globos y las mesas le ayudaban a lucir decente.
Lily se encontraba justo a lado de una de las tantas mesas que "adornaban" el lugar, al verme allí corrió hacia nuestra dirección pero se detuvo en seco al observar quienes iban justo detrás de mí. Mis padres.
- Potter, Hola ¿Cómo estas? – Saludé un tanto nervioso, no quería imaginarme su reacción al mencionarle que mis padres no sabían absolutamente nada sobre la relación que llevamos.
- Bien, gracias Malfoy - Responde ella mirándome con complicidad, eso significaba solo una cosa. Ella tampoco había mencionado nada a sus padres, algo que agradecí profundamente, al menos compartía con ella este peso y podríamos decírselos… hoy mismo.
Nos ayudó a encontrar una mesa, a decir verdad el lugar no estaba lleno, pero tampoco se encontraba vacío. No sabía exactamente qué demonios estábamos haciendo allí y al parecer mi padre se estaba preguntando lo mismo que yo, su rostro mostraba una mueca de desagrado, tal vez estaba arrepentido y en cualquier momento se levantará de su silla y nos exigirá que nos larguemos de allí. Obviamente yo no opondré ninguna resistencia.
Tomaba un sorbo de mi cerveza de mantequilla cuando escuché a mi padre decir - Vaya, vaya, pero a quien tenemos aquí, nada más ni nada menos que al famoso cara rajada –
- Claro, y aquí esta el famoso huroncito -
Me di cuenta que estrecharon sus manos como los viejos conocidos que eran, si hubieran sido amigos, no dudaría en que hasta un abrazo se habrían dado. En sus rostros se podía percibir la burla de sus comentarios pero eso tampoco significaba que continuaban odiándose a muerte, aun así prefería al igual que Lily, el silencio.
El lugar se llenó poco a poco, no conocía a nadie, bueno excepto a algunos ex-compañeros del colegio y al profesor Longbottom que era gran amigo de la familia Potter.
…
La comida apareció justo después de que una señora gorda, y con un aspecto sumamente gruñón dio la bienvenida. Creo que era la abuela de Albus...
Terminando de comer, me retiré de la mesa en la que solo nos encontrábamos los Malfoy, la excusa era ir a saludar a Albus, pero la única persona con quien quería hablar era con Lily. Me encaminé directamente a donde Albus y su familia terminaban de comer.
- Buenas tardes – Saludé educadamente a los señores Potter quienes asintieron con una sonrisa, parece que por lo menos a ellos les simpatizo pero… el "señor comadreja" no parece compartir ese sentimiento porque me veía de una forma… extraña.
– Albus ¿Cómo estas? - Lo observé levantando ambas cejas, ese era un método que siempre utilizábamos cuando queríamos tratar ciertos asuntos importantes y en privado.
- Bien Scorpius. Por cierto ven, quiero mostrarte algo. Lily ¿Quieres venir? – Estaba profundamente agradecido que llamara también a Lily, no estaba muy seguro si solo era una excusa para ausentarse junto a su hermana y conmigo o en verdad quería mostrarme algo. De lo que sí estaba totalmente seguro era que había entendido el significado de mi gesto.
Nos encaminamos presurosos directamente a la… casa, si es que así se le puede llamar, no se le comparaba absolutamente nada a la mansión en la que vivía… Pero… una vez dentro el lugar resultaba agradable y… no puedo creer que este diciendo esto… fantástico.
- Bueno, hablen mientras yo subo -
Ambos asentimos agradecidos. Permanecí en silencio, prefería que ella iniciara con nuestra pequeña charla.
- No le has dicho nada a tus padres - Su semblante era serio, pero no veía reproche en su voz, al contrario notaba cierta nota de complicidad. Moví negativamente la cabeza sin quietarle la vista de encima, lucía hermosa.
- Yo tampoco, así que… Quiero tu opinión… -
- Sí quiero decírselos hoy – Al fin contesté decidido – Veo que nuestros padres no se llevan tan mal como teníamos pronosticado así que me parece justo -
Noté la sorpresa en su rostro, ella no pensaba lo mismo, lo podía leer en sus ojos. Por lo menos por parte de los Malfoy no habría mucho problema aunque al parecer Lily sabía algo que yo ignoraba completamente. Nunca había escuchado a mi padre hablar mal sobre Harry Potter… bueno a excepción de los últimos días que no paraba de llamarlo con múltiples apodos cuando mi madre nos recordaba esta "celebración".
- ¿Hoy? Pero tendrá que ser cuando… -
En verdad había algo que Albus quería mostrarme, era una escoba nueva, una Saeta de Fuego 3,000.
Salimos a jugar un rato con una quaffle que tenían guardada, tuvieron que prestarme una vieja Nimbus 2,001. Nos divertimos mucho. Y cuando al fin decidimos descender para ver cómo iban las cosas. Mi madre estaba riendo enérgicamente a lado de la señora Potter. Se llevaron bastante bien ambas, o al menos eso creía. Cuando nos acercamos noté cierto rubor en la mejilla de ambas mujeres. Observé a Lily confuso y ella sonreía ampliamente.
- ¡Funcionó! – Dijo triunfante.
- ¿Exactamente, qué funcionó? -
- Pues verás… Hace unos cuantos años mi tío George decidió preparar una bebida alcohólica que había inventando antes de que su hermano, mi tío Fred, muriera. Lo bautizaron con el nombre de "Llamarada Weasley", no sé exactamente en qué consista pero lo que sí sé es que es aun más fuerte que el Wisky de Fuego. Así que le pedí unas cuantas botellas para el día de hoy y así… - hizo una pequeña pausa - bueno, el caso es que aún no ha perdido el sentido del humor y me las regaló con la condición de no decirle nada a nadie pero confío en ti -
En el periodo de silencio que se produjo después de esta pequeña "confesión" ella me observaba con una sonrisa en sus labios conteniéndose para no carcajearse, era una chica demasiado traviesa por no decir diabólica.
- Creo que es tiempo de decirles qué es lo que pasa entre ambos ¿No? -
- Al menos asegurémonos de que lo recordarán -
Asentimos y nos observamos, ella con una mirada satisfecha y llena de diversión. Yo… con una pequeña sonrisa nerviosa.
- Pa… Ma… Scorpius y yo tenemos algo qué decirles - Lily aún sonreía mientras veía a su madre, pero esa sonrisa se desvaneció en cuanto su padre habló.
- Hija, ¿No pueden esperar a otro día? Tu madre esta… - No terminó su frase porque la señora Potter quien se encontraba recostada en la mesa, al fin levantó su cabeza e interrumpió a su esposo.
- Deejalosh que hablen – Dijo en un tono enojado, intentó golpear al señor Potter pero él esquivo limpiamente el golpe propinado por su esposa quien gritó – ¡Eresh un imbeshil Harry! -
Era el día en que conocía a la señora Potter y me llevo la sorpresa en que por lo menos en estos momentos se encontraba en la primera etapa de la embriaguez ¿Hasta qué etapa es capaz de llegar una bruja? No lo sabía puesto que nunca en mis diecisiete años de vida había visto a mi madre borracha, ella compartía la primera etapa con la señora Potter, al menos mi padre aún guardaba la cordura, pero no tardaría mucho en perderla.
- Bueno. Scorpius y yo somos novios desde hace tres años – Lily habló rápido, al parecer toda su confianza quedó derrumbada cuando vio que su padre y el mío aún no estaban lo suficientemente ebrios como para tomarlo a la ligera. Se produjo un silencio incómodo en la mesa, un silencio que no duró por mucho tiempo ya que fue roto por las carcajadas que nuestras respectivas madres soltaron. Ellas no me importaban demasiado, lo que importaba ahora era la reacción de nuestros padres.
- ¿¡QUE!? – Dijeron ambos al mismo tiempo levantándose de sus respectivas sillas dejando caer a sus esposas que dejaron de reír en cuanto sintieron el húmedo pasto sobre sus traseros, para después observarse y seguir riendo. Si no hubiéramos estado tan preocupados por su reacción, nos habríamos reído ante tal escena presentada.
- Lo que escuchaste papá –
Ambos nos observaban completamente horrorizados, mi padre se acercó a mí, posó sus manos sobre mis hombros y me alejó, curiosamente el señor Potter hizo lo mismo con su hija.
- ¿Te sientes bien? ¿Tomaste algo? ¿Es una broma? Porque si lo es yo nunca te enseñé a hacer este tipo de bromas - En verdad estaba alterado, nunca lo había visto así conmigo, yo solo negaba con la cabeza y con el ceño fruncido.
- Scorpius estoy hablando en serio -
- Yo también. – Levanté una ceja e intenté retarlo, me escuché tranquilo a pesar que me habían molestado sus múltiples preguntas. No podía creer que me tomara de a loco o enfermo.
Quise saber qué era lo que estaba pasando con Lily y su padre, ellos se encontraban en nuestro lado paralelo. El señor Potter iba de un lado a otro, justo como lo hacía un león.
Rodé los ojos y suspiré antes de volverme para observar a mi padre y tratar de entablar una conversación sobre el tema con él.
- Papá. Tranquilo, no es el fin del mundo – Intenté sonreír para aligerar la situación.
- ¡Oh sorpresa! Para mí lo es. Como se te ocurrió involucrarte con la hija de "San Potter" y encima… ¿En qué demonios estabas pensando? -
La irá que me había abrazado justo en el momento en el que pronunciaba el apellido Potter con desprecio me bloqueó la mente para mantener la calma entre ambos…
- ¿Acaso tú no te llegaste a preguntar lo mismo cuando eras más joven? ¿Acaso tú nunca te enamoraste de alguna otra mujer que no fuera mi madre? ¿Y encima que fuera… relativamente… "prohibida"? -
Intentó contestar, pero guardó silencio. Me dirigió una mirada que nunca antes me había dirigido y esto me incomodó bastante, así que decidí voltear a ver si por lo menos a Lily le iba mejor que a mí.
Por primera vez mi padre se dio media vuelta, derrotado. No era su estilo terminar una discusión de esta forma. Él tenía un secreto… y tenía que descubrir, no importa de qué forma, cuál era…
- ¿Cómo te fue? – Pregunté cuando al fin Lily se acercó a mí. Noté un ligero tono rojizo en sus ojeras.
- Se puso como loco. Pero lo superará ¿Y a ti? -
Suspiré pesadamente antes de contestar – Igual. Solo que… hay algo que me intriga… -
Le platiqué cada detalle de mi pequeña y "amorosa" charla, y ella hizo lo mismo, había algo que encajaba en ambas reacciones además del notorio desacuerdo. Por parte de los Potter por alguna razón desconfiaban plenamente de mí. Y por parte de los Malfoy, bueno, la pieza del puzzle que nos habíamos propuesto a armar era la pequeña reacción de mi padre a mis preguntas.
- Bueno, supongo que no hablará mientras este así. Tendrás que asegurarte que seguirá tomando "Llamara Weasley" -
- De eso se encargará mi madre -
Sonreí ante la idea de ver a mi madre tratando de convencer a mi padre sobre seguir tomando. Lo único que necesitábamos ahora era esperar a que esto sucediera. Decidimos ir a sentarnos junto a la familia y observar con paciencia el vergonzoso espectáculo que estaban mostrando nuestras madres...
Hola de nuevo!
Sii me emocioné escribiendo jaja. Bueno la historia en sí estaba planeada para un parte pero salió más, espero actualizarla muy pronto, tengo la idea completa en mi cabeza pero me cuesta escribirlo así que bueno.
Espero que les haya gustado, esta podría ser una segunda parte de mi primer Lily/Sorpius pero no porque aquí Albus esta en Slytherin algo que me pareció interesante. Espero haber robado una sonrisita aunque sea chiquita jeje
Y bueno, no les adelanto nada aunque creo que ya sabrán el pequeño secreto de Malfoy (padre) muajajaja. Romperé con el Cannon otra vez (ya se me esta haciendo costumbre xD)
Bueno me despido. Espero que les haya gustado y Viri una vez más FELICIDADES!
Con cariño
Eren Lovett
