«juro solemnemente que mis intenciones no son buenas»


Título: Destellos de esperanza.

Autor: Angelito Bloodsherry (antes Angelito97-Delena)

Pairings: Draco Malfoy / Harry Potter.

Sinopsis: En un mundo gobernado por la oscuridad, ¿merece la pena luchar o mantener la esperanza? A veces, la compasión de un mago puede salvar a otro de la crueldad.

ADVERTENCIA: Esta historia, aunque se puede leer de forma independiente, está situada en el mismo universo que "Esperanza" de mi historia "After all this time" por lo que es recomendable leer ese drabble antes. Pero no necesario.

Disclaimer: Todo el universo de Harry Potter es propiedad de J. K Rowling y compañía.

N/A: Esta historia no puede ser reproducida de forma total o parcial bajo ningún concepto. Si encuentran este fic u otro cualquiera en otra página, avisadme. Yo misma me encargaré de ver si es plagio. Mirad en mi perfil que páginas tienen permitido la reproducción.

Palabras: 698.

Capítulos: 1/2.


Este fic participa en el Reto #16: "Los opuestos" del foro Hogwarts a través de los años.


i. crueldad

Esperanza. ¿Qué es la esperanza más que una ilusión que se escapa de entre los dedos a la menor oportunidad? Harry Potter ya no tenía esperanza, ni siquiera estaba seguro de que alguna vez hubiera sabido lo que significaba. Lo que sí sabía es que todos creyeron que él era un símbolo o que lo había sido antes de ese fatídico 2 de mayo de 1998.

El día en que había muerto para no volver.

El día en que había comenzado el reino del terror de Voldemort.

El día en que el mundo conoció la palabra crueldad porque todo lo que hubo antes, aunque suene insensible, era nada más que un juego terminó con la maldición mortal. Pero no con Harry Potter.

Estuvo en coma durante meses. ¿Y qué fue de Inglaterra en ese tiempo? No vio la transición de un mundo en guerra a un mundo gobernado por el mal, pero si vivió en su propia piel las persecuciones, las desapariciones, los ataques terroristas, los genocidios, la desesperación y la paranoia.

El punto de inflexión sucedió el 17 de marzo del 2000. Voldemort ya se había hecho con gran parte de Europa, tenía el control de las poblaciones mágicas más importantes y había destruído la Confederación Internacional de Magos. ¿Por qué cometer genocidio entre sus seguidores? No tenía sentido y Harry ya estaba cansado. No podía seguir ocultándose, actuando en las sombras y esperando un momento que nunca iba a llegar. Tenía que luchar y tenía que hacerlo ya.

Y lo hizo. Usó el glamour más poderoso que Hermione encontró y luchó. Estuvo en casi todos los ataques a poblaciones muggles que pudo, ayudó a todos los magos que buscaban refugio e hizo lo imposible para acabar con las células de mortífagos. ¿Y cómo lo hizo? Usando sus mismas armas.

—¡Diffindo! —se tiró al suelo para evitar un golpe directo y lanzó la primera maldición que se le vino a la cabeza, una asquerosa que hacía estallar a una persona desde dentro hasta acabar vomitando sus propios órganos, pero no se quedó cerca para verlo. No porque no pudiera soportarlo, sino porque había muchos más y no tenía tiempo.

Le dolía la cabeza. Muchísimo.

Siguió luchando.

Maldiciones iban de una dirección a otra, Harry Potter sonreía cada vez que una daba directa al objetivo. No supo qué le gustó más, si escuchar los gritos de desesperación, ver las automutilaciones o el poder que otorgaban los imperdonables. Estaba tan embriagado por el humo, las maldiciones, los gritos y la sangre que no fue consciente de dos cosas: que no estaba bien disfrutar de esa masacre y que un mortífago estaba justo detrás.

—¡Sectumsempra! ¡Morssomnus!

Y Harry lo supo. No podía protegerse. Todo había acabado y una parte de él, una muy pequeña, lo recibió agradecido. O no. Porque, a pesar de que todo se volvió negro, el dolor y los miedos continuaron. Era una muerte en vida. Los recuerdos, esos que había mantenido muy enterrados en su memoria, lo golpearon con la fuerza de cientos de cruciatus juntas y no podía hacer otra cosa que gritar, gritar y gritar.

Era como estar encerrado en tu propio cuerpo, como sentir la oscuridad en cada parte y no poder hacer nada, porque la oscuridad está amenazando con acabar con su corazón podrido por la guerra. Solo le queda llorar, gritar y suplicar por un milagro que nunca llegará.

Quería morir.

Y quería morir ya.

¿Pero desde cuando el universo está de parte de su parte? ¿Desde cuando la muerte lo recibe con los brazos abiertos para otorgarle la paz que anhela?

«Potter, tienes que resistir».

No.

«No pasa nada, estoy contigo. No es real, son pesadillas».

¿Son solo pesadillas? No, son horribles pesadillas que se sienten como reales, ¿por qué despertar en un mundo cruel cuando ya vivo en un castigo constante?

«El mundo te necesita».

El mundo puede irse a la mierda.

«Te necesito, despierta. Por favor, Harry».

Y lo hizo. No quería hacerlo, pero abrió los ojos para encontrarse con el rostro de lo que parecía, aunque nunca lo diría en voz alta, un ángel.

—¿Malfoy?

Un ángel rodeado de crueldad.

Un ángel que no podía salvarlo.


continuará...