POV Natsu
En el momento en que mis manos tocaron las suyas, en que nuestros ojos se encontraron, y en el que de sus labios apareció una sonrisa…, solo en ese momento el tiempo pareció detenerse.
Mi cuerpo, más ligero que el viento se encontraba flotando sobre el aire -a unos centimetros del suelo-, como si de mis espaldas hubieran aparecido unas alas. Unas alas de seguro no tan hermosas como las suyas, tan blancas, tan grandes, casi invisibles….
Mis brazos temblaban, mi corazón latía rapidamente y mis ojos seguian igual de abiertos que hacía unos momentos atrás, aún sin creerme lo que ocurria.
Era ella.
Quería abrazarla, besarla, pegar su cuerpo al mio… pero sabía perfectamente que eso era algo imposible. No podia tocarla, si lo hacia lo mas seguro es que desapareciera como si de una vela se tratara.
No podia dejar de mirarla.
Aún después de que su corazón estuviera detenido sin latir ni una pizca, el brillo de sus ojos seguian allí. Un brillo que siempre habian iluminado mis dias y mis noches. Esos orbes tan perfectos fueron los que de un principio mis mejilllas se encendieran cada vez que los veía.
Me costo mucho decirle lo que sentía por ella, meses, años.. por suerte para mí, ella acepto mi amor y correspondio a mis sentimientos.
Pasaron años. Yo me encontraba con ella, ella conmigo, los dos juntos intentando formar una familia feliz, pero ya se sabe lo que dicen: "Cuando la vida te da algo, esta misma vuelve y te la quita"
Eso fue lo que me paso a mi.
Su muerte dejó un gran vacío en mi interior, una gran culpabilidad y una enorme tristeza; pero ella, antes de marcharse para siempre, me dejó un regalo, un pequeño y tierno regalo que haría que siempre, cada vez que lo viera me acordara de ella.
Ese pequeño presente fue lo unico que me hizo poder continuar con mi vida, lo unico capaz de hacerme sonreir de la misma manera que lo hacía ella y lo unico capaz de llenar el vacío que llevaba en mi interior desde hacía años.
Ahora, en el aniversario de su muerte, unas lagrimas traicioneras rodaron mejilla abajo cayendo justamente sobre su tumba. Fué justo ahí cuándo ella -o mas bien su espiritu- apareció frente a mi.
Nuestros dedos se rozarón y ella, con la misma mirada –tan tierna y llena de amor- y su sonrisa –tan billante-, me dijo:
-Cuidala…
Después de esa corta palabra, batió sus alas acercandose a mí y rozó sus labios con los mios en un calido beso, un ultimo beso antes de desaparecer de nuevo, esta vez para siempre…
Mis pies volvieron a tocar el suelo y de nuevo el tiempo volvió a correr.
-Papi tengo hambre, ¿nos vamos ya? –me preguntó una dulce voz.
-Nashi… -susurré su nombre sorprendido.
Ella me miro sin entender mi sorpresa y sin darle importancia, me sonrio felizmente.
Había adquirido sus sonrisa…
-¿Nos vamos? –volvió a preguntar. –La tía Erza nos esta esperando.
La miré durante unos segundos y después asentí con la cabeza sonriendo un poco.
-¡Bién! –gritó felizmente para luego correr hacia la salida donde Erza junto con Gray la abrazaron.
Eché un ultimo vistazo a la tumba la cual decía:
Aquí descansa Lucy Dragneel: Gran esposa, hija, madre y gran maga.
X767 – x801
… y sonriendo declaré:
-¡Lo haré!
Y emprendí el camino hacía la salida del cementerio no sin escuchar por ultima voz su voz diciendo:
-Gracias…
Afasfasgdfgafdgh fin de la historia *-* Que os a parecido?
Se que se parece mucho a la otra que escribí, pero es algo distinto, y mas bonito :3 jajaja espero que os haya gustado. No olvideis comentar ^^. Nos vemos!
