CAPÍTULO I: MISIÓN: INFILTRARSE
― ¡Sakura! ―se escuchó el fuerte grito de un joven de cabellos azulados― «Todo esto es mi culpa» ―pensaba, mordiéndose los labios y botando sangre por la comisura de los mismos, atado a un árbol con unos hilos de chacra―. «No debí distraerme, y si ataco ahora, podría usar el Susano'o pero, eso sería demasiado arriesgado, ya que ellos tienen a Sakura. Creo que es la primera vez, que no se realmente que hacer. Naruto, ¿qué debería hacer ahora? Tú siempre encuentras una respuesta, siempre nos salvas a todos, incluso a mí, y ahora yo» —su respiración agitada no le dejaba pensar con claridad, sin saber qué hacer, desesperado, nunca antes se había imaginado estar en una situación como esa. De pronto, como un rayo de luz en la tempestad, algo vino a su mente— «¡Eso es! Ya sé que hacer, pero antes debo liberarme» ―en su mano izquierda se formo el raikiri que utilizo contra el árbol, haciendo que este se cortara y de esta manera pudo liberarse de las ataduras― Creo que me he tardado demasiado, debo alcanzarlos ―corría a toda prisa, en dirección igual a la que se habían llevado a Sakura―. «Si yo no fuera tan… esto no tenía que haber pasado, yo solo, Sakura» ― su mente le torturaba sin cansarse de hacerlo, cada paso que daba era una tormenta que arrasaba su interior. Cada recuerdo podía venir a su mente con calma, los recuerdos de cómo había ocurrido todo.
UNA SEMANA ANTES.
Tres años, ese era el tiempo que había pasado desde aquella horrorosa cuarta guerra. Nostalgia fue lo que dejó aquella tragedia que por la codicia de una persona había envuelto al mundo entero en desespero y oscuridad. Tristezas que se marcaron para siempre en el corazón de algunas personas jamás se podrían borrar. Pero, había dejado algo bueno a cambio, las Cinco Grandes Naciones Ninja se habían aliado, y, gracias al esfuerzo de todas las partes esa unión se mantenía fuerte y abundante.
―¡He llegado, Tsunade-Sama! ―Decía entrando una chica de cabellos rosados a la oficina de la Godaime Hokage― ¿Sa-Sasuke-kun? ¿Qué estás haciendo en la oficina de Tsunade-Sama? Tsunade-Sama, ¿por qué está aquí el "señor vengador"? ―Decía la pelirosa de pie frente a su maestra sin quitarle la mirada de encima a Sasuke.
―No sé cuál es tu problema Sakura —sus quejas acababan de ser interrumpidas por un joven de cabellos azulados—. Desde que llegué no has hecho más que decirme tonterías, discutirme todo y repetirme una y otra vez mis errores. ¿Podrías parar ya? ―Sakura lo miro aun mas enojada y volvió la mirada hacia la Hokage.
―No tienes derecho a decirme que hacer —contestó sin ánimos ignorándole—. Tsunade-Sama, dígame por favor la razón por la cual me ha llamado para poder retirarme. ―Tsunade observó a Shizune con algo de duda en su rostro, y volvió la mirada hacia Sakura.
―Sakura, ha pasado algún tiempo desde la última vez que saliste a una misión y ha aparecido una que espero de forma especial contar con tu participación —dijo con una gran sonrisa en su rostro—, es algo muy importante —la sonrisa de antes había desaparecido en un instante—. Al parecer en la Aldea oculta entre la Hierba hay un tipo que está manipulando al Kusakage.
—¿Están controlando al Kusakage-sama? —Preguntó preocupada la pupila de ojos verdes.
—Sí, es preocupante. —Un suspiró salió de los labios de la esbelta Hokage—. De hecho, por lo poco que sabemos, todo el lugar, incluyendo a las personas, están siendo manipulados por ese alguien. No se le está permitiendo la entrada a ninjas extranjeros, y solo turistas y viajeros convencionales pueden atravesar las puertas, el problema está en que una vez que entran, nunca salen.
—Eso es muy extraño —susurró Sasuke acercándose e interviniendo en la conversación— ¿No se había unido la Aldea de la Hierba a la alianza cuando se invitó a las pequeñas naciones?
—Sí, es precisamente por eso que estoy tan preocupada. —Tomó unos papeles y los ojeó quedando en silencio un instante—. Cuándo Naruto logró convencer a Sasuke de volver a Konoha —prosiguió— gracias a Sakura y Kakashi habíamos capturado a una de sus compañeros de Taka, Uzumaki Karin.
—¿Karin es de la Aldea de la Hierba, cierto? —preguntó Sakura.
—Sí, y se había convertido en una aliada de la Hoja, incluso estuvo muy relacionada al proceso de unión a la alianza, pero desde que volvió a la hierba, no he sabido nada más de ella. —Organizó los papeles dentro de una carpeta y los empujó levemente hasta el borde de la mesa—. Hasta donde se no ha muerto, ya que el mismo Kakashi me lo confirmó. ―Sakura interrumpió a Tsunade.
― ¿Cree que Karin nos traiciono? ―Tsunade dirigió su vista hacia la ventana, observando cómo las cortinas se movían y parecían danzar con el viento que las arrullaba.
―No lo creo. Esa chica estaba realmente agradecida de que Kakashi y tu le salvaran de Sasuke cuando él intentó matarla ―Sasuke miró a otro lado revirando― Solo, estoy preocupada ya que la aldea de la hierba es un país pequeño, si algo está ocurriendo, no creo que tengan otra forma de hacerle ver esto al mundo.
—¿Y la alianza? —Sasuke había dado en el punto. Tsunade asintió.
—Debemos proteger la alianza para preservar la paz. Si una de las Aldeas aliadas, aunque sea una pequeña tiene problemas, podría desestabilizar la credibilidad de la alianza, y tal vez otras podrían retirarse. —Sakura y Sasuke asintieron moviendo su cabeza hacia arriba y abajo levemente—. Sakura, tu misión es ir a la Aldea de la Hierba junto a Sasuke, se infiltraran en la aldea y así podrán saber qué es lo que ocurre, como no puede entrar ningún ninja de otra aldea irán como turistas. ―Sakura se acerco a Tsunade.
― ¡Tsu-Tsunade-Sama! ¿De qué está hablando? ¡¿"Turistas", en serio?! ¿Y porque tiene que ir justamente él conmigo? ¿No había nadie más en toda la aldea? Preferiría ir con Shino antes que con Sasuke. ―Tsunade enojada se levantó de su cómodo asiento golpeando el escritorio.
― ¡Sakura! ¡Eres un Jounnin no una princesita malcriada! Les envió a ustedes porque su control de chacra es el único capaz de llevar a cabo esta misión. Mientras estén en la aldea deben mantener su chacra en un nivel tan bajo como para que los ninjas del lugar no la detecten.
—Pero —inquirió Sakura siendo su queja completamente rechazada.
—Pero nada. Todo está preparado, Sasuke tiene el resto de la información de la misión, además para asegurar que tú estés en total seguridad y de que Sasuke no llegase a intentar nada extraño, coloque en él un sello especial. Si algo fuera de lo normal ocurre, Naruto y el Kyuubi aparecerán de inmediato, es la técnica que utilizaba Minato Yondaime.
—No sé que es más ofensivo —ambas voltearon a ver al moreno— Que a Sakura le parezca más interesante ir de misión con Shino que conmigo —continuaba—, ó, que la Hokage desconfié de mí a tal punto de sellarme de esa extraña manera.
—No me interesan tus quejas Uchiha —esbozó comenzando a enojarse— ¡Lárguense de mi oficina y hagan lo que les he ordenado!
No había opción. Ambos salieron de aquel edificio con sus mentes ocupadas en sus propios pensamientos. Un par de horas más tarde iban a toda velocidad camino a la aldea de la hierba, Sakura iba delante y se mantenía lo más alejada de Sasuke que podía, de pronto Sasuke desapareció y apareció de frente a ella haciendo que la ninja medico se detuviera en seco.
―Sakura —le llamó por su nombre—.
—"Haruno-san" para ti —dijo tratando de avanzar en vano, pues su camino lo cubría su compañero de equipo asignado.
—No te llamaría de esa forma jamás —respondió con calma y volvió a verla a los ojos. Esos ojos ónix eran tan penetrantes, podían esculcar en lo más profundo del alma de cualquier persona—. ¿Qué te pasa? ¿A caso es que me tienes miedo? ―Sakura se quedo en pie frente a él, devolviendo una mirada casi tan fuerte como la suya y respondió con firmeza.
―No es miedo Sasuke. Es solo que ya no soy la niñita tonta que era feliz dejando que te burlaras de ella tanto como quisieras —sus miradas se cruzaron, era una guerra muda, pero él sabía que ella hablaba en serio. Al parecer, ya no le importaba.
—Sakura yo —ella lo detuvo bruscamente.
—Estamos a pocos metros de llegar a la aldea, por prudencia deberemos comenzar a ocultar el chacra a partir de aquí, así que iremos a paso normal. ―Sasuke oculto su chacra y luego tomo un pergamino que llevaba en su maleta de mano ― ¿Qué es eso? ―Preguntó Sakura.
―En este pergamino esta lo que debemos hacer en la misión. Tsunade lo escribió y me pidió entregártelo cuando estuviéramos lo suficientemente cerca de la aldea de la hierba. ―Tomo otro pergamino de su bolsa, esta vez un poco más grande, que al abrirlo contenía dos sellos iguales, lo rompió haciendo que los sellos quedaran separados. Coloco uno en su mano izquierda, justo en la muñeca y luego lo cubrió con la manga de un suéter largo que llevaba, junto a unas sandalias más simples que las usadas habitualmente por los ninjas, unos pantalones largos un poco anchos y una remera blanca que se observaba bajo el suéter.
»Sakura, coloca este sello en un sitio que no sea de fácil visualización. Es un regalo de Tenten por petición de la Hokage, tiene dos propósitos; el primero es que si algo ocurre podremos tomar de allí cuantas armas necesitemos, todas fueron preparadas por Tenten. Tenemos acceso ilimitado a ellas, incluso mi Katana está allí oculta en caso de que la necesite —terminó de cubrir su brazo y continuó explicando—. Al mismo tiempo si algo sale mal solo debemos hacer los sellos: Buey, Gallo, Dragon y Tigre, de esta manera Tenten recibirá de regreso uno de los Kunais, hasta un sello que ella tiene, si esto ocurre sabrán que estamos en problemas y enviaran refuerzos. ―Sakura se coloco el sello en su brazo izquierdo y lo cubrió con un chal que llevaba sobre su vestido. Rosado y caía hasta sus rodillas, tenía también un sombrero de paja con una cinta rosada que le cubría su cabeza, su cabello caído y unas sandalitas blancas con un poco de tacón, uno cm nada más.
―¿El gran Uchiha Sasuke necesita refuerzos? ―Pregunto algo sarcástica.
―Ordenes son ordenes Sakura. En lugar de estar discutiendo conmigo, deberías leer el pergamino antes de que lleguemos a la aldea ―Volteando la mirada abrió el pergamino y comenzó a leerlo. La cara de Sakura comenzó a tornarse roja y le lanzo el pergamino fuertemente en la cara
― ¡¿QUEEEEEEEEEEEEE?! ¡¿E-ESTAN LOCOS ACASO EN KONOHA?! ¡N-No puedo no, no, no, no, no! ¡No lo hare! ¡NO! ―Sasuke tomó el pergamino con una de sus manos y lo hizo desaparecer.
―No te comportes como una niña, no es como que a mí me guste la idea de tener que hacerme pasar por tu novio ―ese comentario solo empeoró las cosas, hizo su chacra casi imperceptible y dejo caer al suelo la pequeña maleta de mano que llevaba.
―Las damas no deben cargar su propio equipaje, y menos si van con su "novio" ¿no crees? —Reprochó con sarcasmo—. Encárgate de eso "Cariño" ―resoplaba y refunfuñaba a medida que daba cada paso con fuerza y rabia.
—Sigue siendo una molestia —susurró tomando el bolso y comenzando su andar tras ella.
