-1La gran capital se veía muy diferente a como el la recordaba. Las luces y los colores de festividad la invadían, la guerra de los cien años había terminado y la celebración era majestuosa, las autoridades no habían contemplado en gastos, aun había círculos y muros en Ba Sing Sei pero no parecía ser tan importante ni difícil cruzarlos. Zuko por ejemplo paso del Palacio y su asiento a la derecha del jovial Rey Restaurado a la vieja tienda de té sin ningún problema. Sabía a donde lo llevaban sus pasos, lo sabía tan bien como en las dos incomodas situaciones que vinieron antes.
"No podía ser mas difícil" pensaba Zuko "Que recibir la bofetada de la enfermera o tener que pelear con el chico sin lastimarlo antes de poder darles una docena de los mas finos Caballo-Avestruz y la propiedad de las tierras alrededor de un pequeño pueblo respectivamente, no es que eso hubiera simplificado las cosas, la curandera se suavizo con el primer gesto y eventualmente tomaron té y pidió perdón y se sintió mejor, el chico no fue tan fácil, se requirió que trajeran a un joven prisionero de guerra para que finalmente sonriera.
-Ya no soy el enemigo niño.-Había dicho Zuko mientras se iba y había recibido una dura mano mas pequeña que la suya en la espalda y miradas tranquilas después de haber vivido en guerra y humo todo el tiempo.
Y esto no debía ser mas difícil.
Este era el último paso, y si había logrado el respeto del Avatar, el perdón de Song y la aceptación de Lee entonces no entendía como es que ir a la Fuente de Las Lámparas era tanto mas complicado.
Era por Mai suponía; la boda entre ellos se celebraría en cuanto volviera a La Nación de Fuego y Zuko temía que ver a Jin pudiera de alguna manera complicar esa decisión, y es que Mai no podía venir con el esta vez, antes no había bajado del carruaje hasta que Song se calmo y ofreció una pequeña cena, Mai no había estado muy feliz pero ver el rostro de Zuko tan tranquilo tenía un extraño efecto en ella y no parecía haberse aburrido en esa velada.
Con Lee Mai se quedo a unos pasos con los shurikens y las dagas listas en cualquier momento, Zuko le prohibió usarlos pero no estaba demás estar preparada.
Ahora Mai estaba junto con Ty Lee disfrutando del Palacio real como lo habían hecho hace no tanto tiempo.
Y Zuko estaba esperando que Jin apareciera en esa fuente.
Solo quería decir…mas bien tenía que decir que era lo complicado, pero decir que era tan complicado era complicado por si mismo y la cabeza del príncipe se enredaba entre todas las posibles palabras para tal situación. Cuando sus pasos no podían acercarlo mas a la fuente y de hecho se empeñaban en alejarlo de allí prefirió sentarse en el piso y esperar, había gente celebrando en la Fuente y Zuko sabía; estaba seguro que Jin aparecería.
No podía hacer mas, no sabía donde vivía y de tener que averiguarlo su viaje se retrasaría, no estaba seguro de que Mai pudiera soportar tanto mas. Pero una silueta envuelta entre las sombras en una esquina de la fuente le mostró que no tendría que esperar. Zuko movió un poco el fuego de una lámpara para que iluminara hacia el lejano rincón en que la silueta estaba de pie y encontró los ojos de Jin.
El Príncipe se puso de pie, sus movimientos elegantes y cuidados, nada comparables a los mostrados hace tiempo en el mismo lugar.
Cuando Zuko vio que los ojos de Jin lo miraban trato de sonreír.
La chica se quedo paralizada cuando el empezó a avanzar hacia ella.
Y Zuko no pudo ver si había ira o temor o indiferencia en los ojos de la joven; pero igual eso no lo detendría, quería corregir esos pequeños detalles y acabar con todas las historias inconclusas mientras vagaba por El Reino Tierra.
-Buenas Noches Jin.-Empezó a decir Zuko.-Tiene ya tres meses que me invitaste a salir.-Continuo, no estaba muy seguro de que debía decir, y de los tres arreglos de disculpas el destinado para Jin le costo mas encontrarlo.
Jin no hablo, y solo bajo la cabeza en señal de respeto como cualquier ciudadano lo hubiera hecho por el Señor de Fuego que había devuelto la paz al mundo. No alzó la cabeza hasta que Zuko uso dos de sus dedos para forzar su barbilla a manera que sus miradas se pudieran cruzar.
-No hay necesidad de que tengas ese trato conmigo Jin.-Siguió Zuko.-Solo soy Lee.
Es cierto, Jin no estaba tratando con el alabado señor del fuego, Zuko estaba allí como el mesero. Ese era el problema de la disculpa aunque el no lo sabía. En las otras dos había podido llegar al punto de "La Nación de Fuego siente lo que te ha pasado y seguir desde allí" Pero esta vez era incorrecto. Zuko no estaba pidiendo perdón como Señor de Fuego (Aunque podía y debía por la guerra civil en Ba Sing Sei) sino como Lee.
El lamentaba haberla dejado plantada en la fuente.
-Bueno, no solo soy Lee.-Continuo Zuko.-Y eso era lo complicado, ahora es sencillo, es tan sencillo porque la guerra terminó y es fácil que veas que no soy perverso por ser un Maestro Fuego.
Jin finalmente empezó a mover su boca tratando de hablar sin mirar a Zuko directamente.
-No creí que fueras un malvado maestro fuego jamás, y si lo hubieras explicado, si me hubieras contado lo que te hizo tu padre; Sabes? No hubiera sido tan complicado, hubieras tenido a alguien mas con quien hablar y quizá no hubieras seguido a tu hermana, quizá la guerra hubiera terminado mucho antes.-Jin no mostraba mucha emoción en sus palabras.-No me malinterpretes Señor de Fuego Zuko.-Algo en esas palabras hirió al Príncipe mucho.-Lo que has hecho es admirable y todos en esta ciudad y en este Reino te estamos agradecidos. Pero no puedes creer que solo aceptaré las palabras que quieras darme, porque no te debe interesar mi perdón, porque el daño a mi no es mayor que el de todo habitante de esta ciudad. No merezco una disculpa mas que ellos.
Zuko se quedo en silencio, "Vaya esto si había sido peor que las otras dos situaciones" pensó.
-Quería el amor de un mesero, no la lastima de un príncipe.-Dijo Jin y volvió a bajar la cabeza. Zuko se forzó a levantarla una vez mas y se forzó a ver esos ojos verdes una última vez, tan cristalinos. Mientras hacía esto con una mano la otra alcanzó la mano de Jin y le dejo un pequeño paquete.
-Lo siento.-Zuko pudo murmurar.-En verdad.
Jin no pudo decir nada, miles de pensamientos pasaban por su mente quizá.
"Si lo sientes porque te casas con ella y no conmigo?"
"Esta bien lo entiendo"
"No importa"
"Déjalo pasar vamos por una taza de té"
"Y yo lo siento por tener tan mala puntería!"
"Lo sientes?"
"Me estas lastimando"
"No quiero verte de nuevo!"
"Se ve hermosa la Fuente no? Pero no como en nuestra cita"
Y al mismo tiempo en la mente de Zuko las frases también se revolvían haciendo difícil que pudiera mantenerse en silencio mientras se alejaba de la chica de Ba Sing Sei.
"Quieres venir a la Capital de Fuego? Serías invitada de honor en la boda!"
"Pero que estupidez NO!!"
"Vamonos de aquí ahora mismo, mi Tio se puede hacer cargo del mundo"
"Porque el mundo no sería gran premio sin ti"
"Yo en verdad la amo"
"Ella en verdad es especial y no pienso dejarla cuando en su vida esta alegre por primera vez"
"Mai me necesita Jin, tu eres mas fuerte que ella"
"Encontraras a alguien lo se; si quieres a alguien en especifico puedo usar mis influencias"
Y ninguna frase parecía la correcta, la verdadera.
Para ninguno de los dos.
Zuko volteó, Jin estaba mirando en la misma dirección que el.
Un poco de resplandor en los ojos de ambos. Zuko empezó a moverse rápida pero certeramente lanzando ráfagas de fuego de colores al cielo. Jin miró como se desvanecían bajo las estrellas y la Luna y cuando volvió la mirada a las calles de la ciudad Zuko se había ido. Se había ido para siempre.
Jin se apretó fuerte el estomago doblándose a llorar. La única persona en toda la ciudad que no estaba celebrando, la guerra tenía un costo, ella lo sabía, la libertad igual.
Entre sus lagrimas y su llanto silencioso se escondió mas en las sombras y cuando había entrado al patio de una casa cuyos habitantes estaban en la celebración se tomo el tiempo de desenvolver el paquete.
Y el contenido era mucho muy extraño.
La envoltura de papel tenía adentro una especie de gema verde enredada en un viejo y enmohecido pedazo de tela rojo, parecía haber sido una banda para el cabello y de hecho tenía un par de cabellos en ella, de un lado el corte era preciso y bordado, del otro parecía haber sido hecho de prisa y con un cuchillo, unas pequeñas algas en una de las orillas probaban que había estado un tiempo en agua. La gema no era tan especial, era muy común en los túneles subterráneos de la ciudad, los Dai Li les daban piedras así a sus prometidas aunque claro pulidas y engarzadas. Jin no pudo entender de momento. Igual se quedo en esa casa extraña hasta que amaneciera y alguien viniera a retirarla.
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Unos días después el Avatar y El Señor de Fuego estaban dejando la ciudad. Una multitud se agrupo para despedirlos.
Aang saludaba cortésmente y Zuko trataba de sonreír, los dos montados en el bisonte del Avatar, tras de ellos venía una muy importante comitiva. La prometida del Señor de Fuego, y los Amigos y Maestros del Avatar entre ellos.
En la primera fila una chica vestida de rojo pero con características que la delataban como una chica del Reino tierra extendía su mano con un pequeño papel en ella. Zuko estaba distraído mirando a otro lado mientras pasaron frente a ella, pero Aang recogió el papel y le sonrió.
Poco después el bisonte del Avatar emprendió el vuelo y los carros de sus amigos se sumergieron en las calles para usar las vías subterráneas, la festividad había terminado.
-Oye Zuko?-Le dijo el Avatar a su compañero mientras la ciudad se hacía muy muy pequeña bajo ellos.
-Que ocurre Avatar?-Contesto Zuko con la mirada perdida en el horizonte.
-Tu entiendes esto.-Y extendió el pequeño pedazo de papel frente a el.-Una chica me lo dio, pero es un cupón usado, no se como podría servirnos.
Zuko lo tomó rápido pero cuidadosamente de la mano de Aang.
-Es una historia muy larga Avatar.-Empezó y leyendo las palabras en el reverso del Cupón de té (Justo bajo el sello de "Té Entregado Cupón utilizado")-Porque los detalles significativos e insoportablemente cursis son los mejores regalos.
Y Zuko lo guardo mientras daba una última mirada a Ba Sing Sei.
-Entonces como exactamente es la boda de un Señor de Fuego?-Pregunto Aang.
-Será una ocasión memorable Avatar.-Luego Zuko sonrió.-Si tus ojos ven a algún lugar que no sean los ojos de Mai en el vestido negro con rojo que estará usando tendremos un Agni Kai en ese mismo lugar y en ese preciso momento.-Los dos jóvenes rieron.
