Derby
Tres jóvenes unicornios se encontraron en los asiento VIP de las gradas para el derby de pegasos en Canterlot. Los corceles vestían lujosamente, con una apariencia pulcra y distinguida, y un porte que emanaban superioridad y refinamiento entre la aglomerada multitud emocionada por la carrera.
-Así que…- dijo uno de ellos, de melena café y pelaje gris, viéndose el mayor de ellos. Usaba un saco café oscuro, camisa azul claro y corbata roja-. ¿Por quién apostaron, primos?
-Mmmm. Me fui por el número 11- comentó un unicornio de pelaje cerúleo, ojos celestes y melena negra. Usaba un saco negro de camisa blanca sin corbata, dándole un aire más juvenil de los tres.
-Es el derby de aficionados. No espero mucho- torció los ojos uno de pelaje amarillo, ojos dorados y melena castaña clara con respingada nariz. Usaba un saco gris con camisa negra y corbata ploma-. No aposté por ninguno.
-Haz lo que yo, Refined - sonrió el corcel mayor -. Elegí la número 8, a la más bonita.
-Pfff. Eso no asegura que ganará- comentó.
-Al menos es una excusa para mantenerle el ojo.
-Y verle el costado.
-Y consolarla si no llegase a ganar- levantó una ceja confiada, paseando la mirada hacia ellos -. Ustedes me entienden.
-En serio, Shine Step- torció los ojos el unicornio cerúleo -. Eres el único, al menos que conozco de la familia, que te vacilas a esas salvajes.
-Es eso precisamente, High Line- llegó su vista hacia la pegaso que apostó -. Lo salvaje. Está en su sangre. Por más tímida o seria que se vean, siempre se le sale su agresivo lado guerrero de sus ancestros- amargó el rostro -. Esos saqueadores y ladrones de fortunas.
-Peeeeero…- obvió él con su segunda. Shine ladeó la cabeza hacia su primo y sonrió.
-Pero eso mismo hace a sus yeguas exquisitas de coger.
-Si el resto de la familia se enterara…- opinó Refined con una sonrisa divertida con su mirada de vuelta hacia el circuito.
-Que se entere- aceptó Shine con indiferencia -. Ni que vaya hacer de mi esposa a una de esas. Vacilarse a pegasos es…como una tradición familiar antes de empezar la tuya propia con una unicornio.
-¿En serio?- preguntó High Line, incrédulo -. ¿Tradición? ¿Y por qué no he oído de ella?
-Porque aún eres un bebé- se burló para pellizcarle una mejilla y él se la apartó de un golpe.
-Me llevas de ventaja tres años nomás.
-Pero no soy el que tiene 16 años. Eres el menor entre los tres. Tienes suerte de haber entrado aquí por nuestro linaje. Cuando cumplas la mayoría de edad, ahí hablamos.
-Aún así dudo que mi padre haya hecho eso- refunfuñó sobándose la mejilla pellizcada con un ceño y mirada seria. -. Es un corcel decente.
-¿Y que yo no lo soy?- le levantó la ceja -. Mi padre lo hizo. Que yo sepa mi tío también.
-¡Tu tío es mi padre!- exclamó Refined apartando de golpe su atención al derby para mirar horrorizado a Shine para risa de High, cambiando el humor. -. ¿Mi padre se anduvo rebajando con pegasos?
-Oye, oye, no las subestimes sin haberlas probado primero- sonrió Shine.
La conversación cortó abruptamente cuando dieron aviso a la carrera.
-Recuerden. La mirada a la número ocho- exclamó Shine mirando fijo las casetas con el número en la puerta, como si pudiera ver a través de ella.
-Y el número once- agregó High -. Yo también aposté.
-Prefiero mirar a la novia de Shine- bufó Refined.
-Agh. No seas un idiota, primo- se quejó Shine con un gesto de asco en solo imaginarlo.
La carrera inició y los jóvenes pegasos que participaban en el derby se precipitaron en el circuito. Aunque los tres unicornios tenían mal concepto de la "raza inferior" que eran los terrestres y, por supuesto, los pegasos, era una diversión de la crema y nata las apuestas en los derbys de esta clase. Era…como ver a un animal salvaje competir por ver quién era el más salvaje de todos. Esta competencia solo los hacía ver como la limitada raza que era para sus ojos.
La emoción y la algarabía por ver la velocidad en que cómo salían volando, con especial atención a la pegaso crema y de melena café que había apostado Shine, que para sorpresa de los tres, los asombró la velocidad de su vuelo, llevándole a la cabeza al resto de pegasos.
En la gran pantalla funcionando con magia, se podía reflejar a tiempo real y de cerca, a los participantes. La número ocho con su velocidad había sido enfocada. Parecía hundida en concentración, tomándose en serio esta carrera. Tenía los ojos azules, la melena larga y su cola de un café oscuro, danzando violentamente por el impacto de aire ante la fuerza de su vuelo y su pelaje crema. La combinación de colores, su ceño determinado y la fuerza de su expresión, viéndose desbocada, indomable, y tenía un cuerpo esbelto, notándose que era atlética.
Los ojos celestes del unicornio se quedaron prendidos sobre la pegaso, de alguna forma incomodado de que su primo tenga razón.
Era muy bonita, en realidad, le atrajo bastante.
-¡Oh, por Celestia!- gritaron en emoción cerca suyo, rompiendo su ensimismamiento y ver a su lado a Shine desquiciadamente emocionado -. ¡Mira cómo vuela nomás! ¡Con mayor gusto me la llevo al cuarto!- carcajeó apoyándose del barandal con mucho entusiasmo.
-Entonces mide su potencial en la cama…¿por su vuelo?- preguntó High hacia Refined, quien se limitó solo en reírse por el comentario de Shine.
Pero entonces la pegaso, simplemente no pudo girar una curva y… se estrelló. Los tres abrieron bastante los ojos confundidos, con el coro de dolor ajeno levantarse entre el público. Parecía llevarse el primer lugar y ahora, simplemente se estrelló contra la pared de la pista.
-"Tal parece que la número 8 quedó fuera de combate"- anunciaron por el micrófono mientras la carrera continuaba. -. "Mejor suerte para la próxima"
-Yo la dejaré fuera de combate y le daré suerte- sonrió Shine saliendo de su asiento.
-¿A dónde vas?- preguntó High Line. -. Aún falta ver el mío.
-¿Qué te dije?- obvió sin detener su andar -. Voy a consolarla.
High Line le frunció las cejas.
-Debes estar herida. Déjala tranquila.
-No te preocupes- rió sin para su andar -. Yo la haré hacer sentir mejor.
-Sólo déjala en paz, ¿Sí?- insistió con la voz más dura sintiendo como se le intumecía el cuerpo.
Shine frenó de golpe, se giró con la frente arrugada y una sonrisa bufona.
-¿Qué? ¿Estás celoso?
High retrocedió la cabeza sin borrar el ceño.
-Repruebo esa diversión tuya- se limitó en decir desviándole la cara -, es todo.
-Ajá- asintió mirándola fijo y soltar un sola risa confiada -. Como le dije a Refined- dijo volviendo su andar a la salida -. No subestimes sin haberlas probado primero- exclamó para abandonar el VIP, dejando atrás el malhumorado ambiente que dejó High Line.
-Sacaste el viejo humor del abuelo- comentó Refined mirando esa amargura concentrada en su rostro. Le torció los ojos y le dio un empujón amistoso. -. Ya, primo. Relájate.
-Es asqueroso lo que hace- farfulló entredientes manteniendo el ceño volviendo la vista hacia la carrera, aunque había perdido interés.
-No sé tú, pero ya me picó la curiosidad- admitió Refined para el mal de High.
-Ambos son asquerosos entonces- se quejó pasando un casco a su melena, demasiado molesto e incómodo. Trató de concentrar al pegaso que apostó, aunque sin éxito.
No podía sacarse de la cabeza a la número ocho.
Bueno, este es un...sí, spin off del fanfic "Canterlot High Tales" y "Lo Que Somos Ahora", sobre la historia de cómo se conocieron los padres de Moon White. No, no se preocupen aquellos que no siguen esas historias, pues no es necesario saberla para leer. Será una historia corta que me hinca por hace rato narrarla. Así que...¡Disfruten!
