In mens
Se balanceaba al caminar suave y silenciosa, la mirada fija en la persona que buscaba. La vieja calle que la llevaba una y otra vez a él era el perfecto cuadro de un día nublado, pero sin perder la luz.Levantaba débilmente la tierra blanca cada vez que una de sus pequeñas patas rozaba el suelo, cubriéndose el pelaje de polvo. Le veía sentado como siempre; en la puerta, con la mirada dirigida al cielo, oculta tras el sombrero del que tanto se había encariñado.
Sabía que era un hombre extraordinariamente fiel y protector con sus cosas, cualesquiera que alguna vez habían tenído que ver con él. Sonrió cuando del interior de la tienda salieron trotando los dos niños que había adoptado. Tienes demasiado instinto paternal, Kisuke
"¡Eh¡eh!" Gritó el chico, que siempre la detectaba antes que nadie. "¡Ha venido tu amigo el gato!" Corrió hacia Yoruichi y se detuvo cuando pasó por su lado. Tras él la graciosa niña de las coletas le hacia una reverencia.
"Bienvenido otra vez, Yoruichi-san, te echábamos de menos"
"OH Yoruichi-san" Sonrió Urahara sin mirarla a los ojos con su habitual tono musical. "Cuanto tiempo". En su forma de dirigirse a ella no había ni sentimiento ni afección. Sólo el Urahara de siempre, tan frío, a pesar de las apariencias. Sonrió al pensar que a ella le sucedía todo lo contrario.
"Seguro que no te preocupaba demasiado" dijo en tono sarcástico. Se hizo un silencio en el que los niños entendieron que estaban de más. Las visitas de Yoruichi a menudo significaban asuntos graves, importantes y serios, es decir, completamente aburridos.
"Son encantadores" Le dijo, refiriéndose a los niños.
"Oooh, sobretodo cuando Jinta empieza a golpear a Ururu contra la pared" Asintió con gesto sarcástico.
Yoruichi le miró divertida. Te cuesta estar solo, Kisuke.
"Todo lo contrario que tu, amigo mio" Contestó con un movimiento de abanico. Youichi no se sorprendió. No era la primera vez que le replicaba a un pensamiento suyo. No sabía si era sensibilidad de shinigami o décadas de camaradería.
"Me pregunto por qué me sigues hablando en masculino cuando estamos solos"
Urahara habló sin mirarla. "No sé para qué me preguntas algo de lo que ya sabes la respuesta"
Yoruichi le miró pensativa. Era un tramposo. Se evadía con maestría, eso sí. Ni ella misma estaba segura de querer responder a esa pregunta. Su forma de gato disminuía sus sentimientos humanos, era más fría y objetiva. Todo tenía menos importancia si se transformaba en un animal de sexo opuesto. El momento de partir no le afectaría. El problema es que esa es mi respuesta Kisuke, algún día me gustaría saber la tuya.
"Aún no tengo ganas de dedicarme al exibicionismo" Dijo ella con simpleza.
Urahara sonrió amablemente y ella comprendió que el turno de la conversación personal había terminado. Hoy tampoco serían sólo Urahara y Yoruichi. Silencios en los que a ambos millones de preguntas y dudas flotaban desde su corazón y el miedo les impedía gritarlos. Miedo de una amistad profunda y duradera. Miedo a romper el vínculo. Miedo al cambio.
¿Esta es tu respuesta, verdad Kisuke? Lo sé. Sé que sólo eres tan hermético si frente a ti tienes un gato. Después de tanto tiempo ni siquiera eres capaz de darte cuenta de que eso me duele. Ya no sé si tomo esta forma por mi, o por ti.
Urahara repiqueteó el suelo con su bastón. Una sencilla forma de dejar salir su incomodidad discretamente. Yoruichi sopló y saltó a su lado, sin inmutarse.
"Inoue Orihime y Sado Yasutora"
"¿Por qué siempre me hablas como si te leyera en pensamiento?"
Yoruichi le miró con una falsa expresión de sorpresa en su graciosa cara gatuna.
¿Es que acaso no lo haces, Kisuke?
Urahara sonrió.
FIN
Notas de Autor: Algún día me gustaría escribir algo más sobre Urahara y Yoruichi. De momento, sólo son impresiones sobre su relación a partir de mínimas pistas en el manga. Escasea información sobre su pasado como palabras en esta especie de fic.
