Hola! Akkira llega con una nueva historia, esta vez para el hermoso e impaciente fandom de Miraculous Ladybug!

La idea surgió de tantos Loup Blanc y de pequeñas situaciones con mi pequeño Oc. Si bien quisiera que fuera un fic Oc x Marinette... Siento que estaría traicionando a mi corazón. Así que será MariChat, y sus derivados, exceptuando Ladrien. Sin embargo, si habrán situaciones Marinette x Oc, pero solo para la trama... y para sacarme las ganas c:

A disfrutar!


Era un hermoso día en la ciudad del Amor, las aves cantaban, el sol en lo alto del cielo brindando calidez a quien se encontrara afuera, la apacible y silenciosa calm...—

—MARINETTE!

Una voz resonó por toda la casa, asustando a la joven diseñadora quien se encontraba acostada y plácidamente durmiendo. Semejante grito, sin embargo, fue suficiente para que se levantara inmediatamente, asustada y en busca de un Akuma. Cuál fue su sorpresa al verse rodeada de mucho rosa, al tiempo que Tikki se acercaba a ella con una sonrisa y le preguntaba si se encontraba bien.

Más despierta y calmada, miró a la pequeña Kwami antes de responder

—Si Tikki… Pero que fue ese grito…?—Preguntó mirando distraídamente a su alrededor: las paredes, el reloj, el escri—EL RELOJ. Que marcaba que solo faltaban veinte minutos para que comenzaran las clases. —TIKKI, POR QUÉ NO ME DESPERTASTE ANTES! LLEGARÉ TARDE!—

Dicho esto y ante la mirada divertida de su Kwami, Marinette comenzó a vestirse de la manera más rápida que pudo. Su madre mientras estuvo gritándole un par de cosas, las cuales solo captó la mitad; esperaba que Tikki hubiese prestado atención por ella.

Al terminar, corrió escaleras abajo, con la agilidad propia de Ladybug y depositando un suave beso en la mejilla de Sabine, partió rumbo a la escuela, en una corrida digna de un maratonista para poder llegar a tiempo. Por suerte, pudo lograr su objetivo, e incluso con más anticipación de la que esperaba; ser Ladybug tenía sus ventajas, tales como la resistencia y la velocidad al parecer.

Asegurándose que no hubiera nadie, dejó salir a Tikki de su cartera, procediendo a preguntarle lo que su madre anteriormente le hubiera informado. A punto de abrir su boca, la kwami voló a esconderse detrás de Marinette para no ser vista por quien llegaba a la escuela: Adrien Agreste.

Marinette disimuló la mueca de tristeza y dolor con una débil sonrisa; había olvidado por completo lo que significaba ir a la escuela. Además esa semana Alya estaba enferma, así que no tenía su apoyo moral, justo cuando más lo necesitaba. Habría pasado hace una semana, cuando ella le confesó finalmente al rubio sus sentimientos. Y de la manera más gentil, aunque no por ello menos dolorosa, fue rechazada, enterándose en el proceso que a Adrien le gustaba otra persona. Sin embargo, el ojiverde no había querido que las cosas terminaran para ellos, asi que le pidió que por favor siguieran siendo amigos. Y Marinette, en conocimiento de que el modelo no tenía muchos amigos, decidió tragarse el dolor y con una sonrisa, la misma que le otorgaba desde entonces, aceptó el trato ofrecido. "Amigos es mejor que nada" había pensado. Y así se encontraban. Ella sabía que le llevaría tiempo superarlo, pero de algún modo se sentía bien haber sacado esos sentimientos. De esa manera su corazón tardaría menos en sanar.

Adrien le devolvió el saludo y automáticamente ella se volteó; aun dolía, no estaba segura de que alguna vez sanaría, a decir verdad. Necesitaba todo el apoyo posible, lo que hizo que sus pensamientos se desviaran a su amigo de la infacia antes que Alya, Jack. Otros recuerdos dolorosos, por lo que se concentró en el presente, y en la tarea a mano, que era…? Ah, si, debía hablar con Tikki. Eso la distraería de ese agudo dolor que le provocaba el verlo así por ella.

—Decías, Tikki…?

La kwami voló a su hombro al ver a Adrien alejarse, con una expresión dolida, pero dejó eso a un lado para responder a su humana.

—Marinette… Olvidalo. Tu madre dijo algo sobre una visita…? Un amigo que conoces de pequeña y que se mudó…—Tikki quedó estática, percibiendo algo con sus antenas. —Marinette, hay un kwami cerca, puedo sentirlo! Y no, antes que preguntes, no es el kwami de Chat Noir.—Cortó antes que la azabache pudiese articular palabra. Su kwami la conocía muy bien.

—Bien, eso qué significa, exactamente…? Espera, qué? Alguien viene…? — Y la suerte de la pelinegra parecía ir en aumento. Justo pensaba en él, y resulta que aparecía? Muchísima suerte.

En el momento que Tikki sentía el otro Kwami, Plagg también lo hacía y ponía sobreaviso a Adrien, quien hizo la misma pregunta que Marinette no llegó a hacer, y obtuvo la misma respuesta. Pero al tiempo que la pequeña kwami rojo saltaba de alegría, el kwami negro suspiraba derrotado, casi enfadado debido a esa molesta presencia. Adrien detuvo sus pasos, viendo como una limusina que no era la de Cholé estacionaba en la entrada. Vendría alguien nuevo? Ya se enteraría luego.

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—Veamos Ali… Aquí estás segura está Marinette? Y ella es Ladybug?

—Te he dicho mil veces que así es, Jack… Tan ansioso estás? Irás a su escuela, y con suerte incluso quizás vivas con ella. No has olvidado ese amor, al parecer.

Esta conversación se daba en una limosina color azul, al mismo tiempo en que ambos kwamis complementarios sentían la presencia de la nueva Kwami. EL auto se estacionó frente al Colleage donde nuestros héroes asistían, bajándose de allí un apuesto muchacho de ojos negros como la noche, cabello castaño rojizo corto y una sonrisa capaz de deslumbrar a la mismísima Ladybug… Y así fue como sucedió.

El rostro de Marinette de puso radiante de alegría, y comenzó a dirigir sus pasos hacia el muchacho recién llegado. Él también la notó y asi mismo se dirigió hacia ella, cuando una rubia se interpuso en su camino. El castaño vio como Marinette rodaba los ojos y se adentraba sin más en la escuela, molesta. Irritado, se volvió a la rubia, quien en ese momento se presentaba como Chloé y lo bombardeaba con preguntas, de las cuales pudo escapar gracias a la campana que anunciaba la entrada a clases. Con un suspiro de alivio, se escabulló hasta la oficina del director para anunciarse y así poder empezar su jornada de estudio allí en aquel establecimiento.

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Adrien no pudo menos que extrañarse ante el tono de voz de su Kwami, pero no le prestó atención. A lo que sí le prestó atención, fue a una furiosa Marinette que se abría paso hasta el salón, ignorándolo completamente… no solo a él, sino a todos. Nunca la había visto de esa manera, salvo que defendiera a alguien de Chloé… Ah. Eso tenía más sentido. La rubia había estado haciendo de las suyas. Sin más entró al salón, ocupando su lugar usual. Allí Nino se encontraba hablando apenas con Marinette, ésta aún molesta visiblemente

—…No es para tanto… Espera, qué? Está aquí? Cómo? Wow, esto se pondrá interesante… Pero bueno, donde está Alya?—Oyó decir a Nino sin dejarla responder en realidad ninguna de las preguntas. Qué no era para tanto? Interesante? La curiosidad lo mataba… Cosas de Chat, decidió.

—Si es para tanto, no lo veo hace mucho! No sé cómo, Mamá dijo que se quedaría en casa… Alya no vendrá, está enferma…— Marinette dejó salir la información por entre los dientes, aún enojada

Adrien iba a girarse cuando Chloé entró y lo saludó efusivamente, justo antes que la profesora entrara.

Miró de reojo a la azabache, pero esta estaba concentrada tratando de matar a la hija del alcalde con la mirada.

—Bueno alumnos, antes de comenzar la clase de hoy, quiero presentarles a un nuevo alumno, transferido de América, Jacques Couteau.— Informó y presentó la profesora, dándole paso al susodicho. Éste se adentró y con una leve inclinación repitió:

—Mucho gusto, soy Jacques, aunque pueden decirme Jack. Espero podamos llevarnos bien.

Y levantó la mirada, para encontrarse con la grata sorpresa de estar casi frente a Marinette. Su tímida sonrisa se convirtió en una socarrona, al tiempo que le enviaba un guiño a la susodicha. Toda la clase presenció esto, no saliendo de su asombro principalmente Chloé, al reconocer al apuesto chico de antes quien le hacía ojitos a la hija del panadero como solía llamarla, y Adrien, que miró a Marinette incrédulo, imaginándose que sería un manojo de nervios y balbuceos, o en su defecto lo ignoraría debido a su mal humor y en cambio se encontró con una sonriente Marinette, e incluso sacó su lengua en dirección a él de manera juguetona. Miró a Nino, esperando ver una expresión similar a la suya, pero cuál fue su desconcierto al ver a su mejor amigo meneando la cabeza con divertida resignación, como si supiera lo que seguiría a continuación.

La profesora al notar esto, se aclaró la garganta y dijo:

—Bien, dado que Jacques parece haber encontrado en nuestra presidente una compañera automáticamente, por qué no vas y te sientas junto a ella? Alya no vendrá debido a una enfermedad, luego veremos donde reasignarte. Dicho esto, saquen sus cuadernos y comiencen a copiar lo que está escrito en la pizarra. Luego pueden retirarse, debido a una reunión con el director no habrá clases.. Buenas tardes chicos.—Y así la profesora se retiró del aula.

Pequeños gritos de alegría no se hicieron esperar en el salón, mientras procedían a copiar lo más rápido posible para poder irse.

Bendiciendo su buena suerte, Jack corrió casi llevándose por delante a Adrien, quien bufó molesto y lo siguió con la mirada. El castaño se ubicó donde Alya, pasando a propósito por sobre Marinette para enfadarla un poco. Una vez acomodado, abrazó con fuerza a la chica de las coletas, riendo por lo bajo antes de soltarla e inclinarse hacia adelante, golpeando a Nino en la gorra, haciendo que se cayera. Nino solo la recogió y se dio vuelta para ver al culpable.

—Jack, trata de arreglártelas para no meterte en problemas. No pienso defenderte—. Y estiró su mano para chocar las manos con el recién llegado—. Por cierto, Jack, éste niño bonito es Adrien. Adrien, Jack, el delincuente más sexy de todos—. Y rió con ganas, mirando a Marinette quien también reía.

—Nino, cielo~ La verdad esperaba una bienvenida más cálida, amigo~—. Acompañó el castaño. Dirigiéndose al modelo, estiró la mano para que la chocara igual que Nino. —Yo Adrien! Soy Jack. Un placer conocerte, he oído mucho del famoso Adrien Agreste, modelo de ropa~—

—El gusto es mío— Contestó el modelo, siempre educado. Había algo que no le cerraba en el contrario, la familiaridad y el ambiente que había creado eran raros para él.

—Jack, mejor te pones a copiar, estás algo atrasado con todo… Pasaron dos meses desde que empezaron las clases, debes ponerte al día.— Marinette siempre responsable, puso su mejor cara de "Madre" antes de suavizar la mirada y sonreírle dulcemente, aunque con rastros de su malhumor anterior. —Y por favor, no dejes que Chloé te moleste. No hagas caso a lo que te diga, si? —Y luego se dirigió a su hoja, sin dejar de sonreír el resto del día, según observó el rubio… Y Jack también.


Y aquí el primer capítulo~ Tengo dos más, pero están bajo revisión antes de ser subidos
Criticas constructivas, destructivas, ideas, amor~ Todo es recibido!

Hasta el próximo capítulo, Akkira fuera~