Nuevamente los personajes NO son mios, aunque lo deseara, son de la fantastica SM.
Este es mio y esta inspirado en el los amores imposibles. Explicando brevemente, las historias NO se relacionan la una con la otra. Son por separado pero tienen un tema en comun que es lo prohibido.
Aqui les dejo la historia de Alice & Jasper, nuestra primera pareja.
Espero que lo disfruten.
*Amor Clandestino*
"El novio de mi hija"
"Eres inevitable amor
Casi como respirar
Casi como respirar
Llegue a tus playas impuntual
Pero no me rendiré
Soy tu amor clandestino"
(Alice POV)
Sabía que era lo incorrecto. Sabía que no era 'normal' pero no podía evitarlo. De solo pensar en lo que sucedería en esas cuatro paredes dentro de un par de horas... me excitaba de sobremanera. Sabía que el era uno de mis pacientes, alguien indebido, pero eso en estos momentos no me importaba. Sabia que el podría tener la misma edad de mi hija, sin embargo tampoco importaba. Sabía que era el novio de mi hija, mas, tampoco me importaba.
De pensar en sus ojos azules, su cabello rubio, ondulado y medianamente lago, ese cuerpo estructurado y marcado y esa sonrisa que me derretía, hacia mi cabeza perderse por los mares del placer, haciendo que todo lo racional desapareciera de mi cabeza. Dentro de ese cuarto, solo existíamos el y yo, como Alice y Jasper, sin mas ni menos. Además, sabía que el hoy vendría, su madre había llamado el día anterior confirmando la hora.
Baje de mi coche, cerrando suavemente la puerta detrás de mí. Di media vuelta al coche, saque mi portátil y las carpetas de mis pacientes. Le puse la alarma y camine con el viento soplando mi rostro, hacia aquel enorme edificio en donde trabajaba lunes, miércoles y viernes.
- Buenos días, Srta. Brandon - saludo el portero al verme cruzar las puertas de cristal giratorias.
- Buenos - le sonreí tanto a el, como a Margaret, la recepcionista del edificio.
Me dirigí lentamente hacia los ascensores y espere hasta que sus puertas se abrieran. Al hacerlo ingrese dentro de el y marque el numero de mi piso, el 18. Estaba cansada. La noche pasada había sido un infierno. María, mi hija, había estado toda la noche con fiebre y dolores estomacales, lo peor, es que no estaba conmigo en casa, si no, con su padre Nahuel en su departamento y este se las pasaba llamándome ya que no sabia que hacer.
Ah, si, lo olvidaba, soy Alice Brandon, tengo 35 años y soy divorciada. Mi hija tiene 16 años, pronto a cumplir los 17. Quede embarazada a los 18 años, estaba tan locamente enamorada de Nahuel, el padre de mi niña, que cuando supe que estaba embarazada, no pensé siquiera en la palabra "aborto".
Vengo de una familia adinerada. Siempre se me ha dado lo que quiero, pero fue una decepción para ellos enterarse de que su única hija quedara embarazada a temprana edad. Nos obligaron a casarnos, y como Nahuel no era de una familia poderosa, mi padre lo obligo a trabajar para con el en sus empresas.
Cuando nació María, yo era una de las personas más felices. Nuestro fruto del amor había nacido. Era tan parecida a su padre. Aunque claro, eso ha cambiado con el tiempo. Lo único que poseía de el, era su carácter. Nos fuimos a vivir juntos cuando mi bebe tenia 3 meses. Era un departamento pequeño, pero era suficiente para nosotros. Todo iba perfecto, pasaron meses, años, hasta que Nahuel empezó a llegar tarde a casa. Luego a desaparecerse y entre eso comenzaron peleas, discusiones. Aguante cinco años de eso tratando de charlar con el y comprender el porque de su comportamiento. Nunca lo logre. Sin embargo cuando se atrevió a levantarme la mano, lo denuncie y exigí la separación inmediatamente, no dejaría que el volviese a humillarme nuevamente. Mi hija en ese entonces tenía siete años.
No le prohibí verla, sabia que el jamás seria capaz de tocarle un pelo a su hija, la amaba, era conciente de ello en su mirada. Cuando pude encontrara a 'alguien' que cuidara a María por el día, comencé a trabajar y a estudiar a la misma vez. Sicología fue lo que elegí y me ha ido estupendamente.
Con Nahuel siempre estábamos en contacto, sin embargo, ya no quedaba nada del amor que algún día le tuve. Solo estaba ese cariño por ser el responsable de tener una de las maravillas de la vida, mi hija. Mas, no le amaba, mi corazón ya estaba ocupado. Sobre el, no se demasiado. Se que esta casado con una latinoamericana, tres años menor, y que tenia un bebe de un añito y medio. Yo, aun estaba soltera y por el momento creia que estaba mejor así. Aunque, a veces me sentía solitaria y deseaba tener a un hombre el cual esperar, un hombre con el que pudiese salir a pasear, que quisiese a mi hija y que me cuidara. Necesitaba sentirme protegida. Dejando los pensamientos de lado, baje en mi piso y salude inmediatamente a Jane, mi secretaria.
- Buenos días, Alice.
- Buenos, Jane. ¿Hay gente nueva hoy?
Le pregunte mientras caminábamos hacia mi consulta. Abrí la puerta y me acomode en el escritorio, dejando las cosas sobre este.
- Si, esta es su ficha. Viene en recomendación por el doctor Klinger.
Observe la ficha que me estaba pasando. Otro más con trastornos alimenticios. Cada vez estas consultas se hacían más comunes, sobre todo en los varones. Solo pude asentir, su consulta era antes de Jasper.
Perfecto.
- ¿Y esa es la ultima? - pregunte como si nada.
- Primero a las 10:15 esta la señora...
Deje de escucharla, teníamos un gran recorrido hasta llegar a el horario que de verdad me interesaba. Jane estaba tan concentrada que apenas se dio cuenta que no le prestaba atención.
- ...a las 16:20 con Spencel, el chico nuevo, y por ultimo a las 17:00 el joven Jasper Withlock.
Sonreí.
Jasper siempre tomaba la última cita del día. Amaba que fuese así de ingenioso. Ya que así teníamos la escusa de que el necesitaba "mas tiempo" de lo debido.
Y pasó el día, cada vez estaba más nerviosa, entre más avanzaba el reloj, mas nerviosa me encontraba. Hace dos semanas que no lo veía y de verdad que lo necesitaba. Mi tarjeta de crédito iba a quedarse sin cupo por tanto que compraba, tratando de mantener mi mente alejada de aquel chico. Me había comprado un sin fin de prendas, tanto de ropa interior como trajes. Y cada vez que usaba algo nuevo y el no asistía a terapia, sentía como mi corazón se reducía a pedazos. Aunque sabía perfectamente que debíamos mantener la compostura.
Los pacientes de ese día, gracias a Dios, eran los menos complicados, por así decirlo. Ellos solo me contaban sus problemas y listo. No había nada fuera de este mundo. Por ejemplo, tenía una paciente que cuando pequeña fue violada en la calle por dos sujetos. Ella solo venia para pasar el trauma, dejar de soñar este suceso y poder confiar en las personas extrañas.
Ya iba a ser la hora de estar con el, con el dueño de mi corazón, Jasper. El venia a mis consultas hace casi un año. Era tan solo un adolescente de 17 años cuando vino por primera vez. Obligación de sus padres y recomendación por el instituto que asistía, debo decir. El ingresaba por un problema de timidez y por ser callado.
Según sus padres, Jasper era de esos chicos que se encerraban en su mundo y por más que intentaran charlar con el, lo único que salía de sus labios eran monosílabos. En el instituto, no salía a exposiciones, era reservado y apenas tenia un conocido, un tal Ben. Sin mencionar que nunca salía con chicas, y se dedicaba todo el tiempo a escuchar música, componer, o simplemente a no hacer nada. En sus estudios, era disciplinado, pero para todo lo referente a exponer, el simplemente no salía adelante.
Cuando le vi por primera vez, pensé que era un chico mayor. Unos 18 0 20, quizás. Nunca me imagine que seria este el chico de 17 años que entraría en mi consulta. Rubio, de cabello largo y ondulado, ojos azules, alto, de piel blanquecina y un cuerpo marcado. Poseía unos brazos musculosos, un torso con su sixpack y esa v de la cadera que tanto me mataba, unas piernas firmes y un trasero respingado. Si, lo se. De la primer vez que lo vi, sabia exactamente todas sus cualidades físicas. Y como no, si con esa remera tan ajustada con la que venia...
Al ingresar apenas murmuro un 'hola' y ese silencio me perturbaba. Por más que intente hacerlo hablar, no había caso. Solo afirmaba con la cabeza o fruncía el ceño. ¡Nada más! Esa consulta pensé que me volvería loca. Solo pude afirmar su edad, nombre, situación y hacerle unas cuantas preguntas. También, en un momento de descuido, pude verlo observándome de pies a cabeza y sonreí. Yo también le gustaba, lo sabia por su mirada lujuriosa.
Y así pasaron las consultas. Primero asistía con sus padres, luego con este tal Ben, para un día, venir solo. Eso fue todo lo que necesite para abalanzarme sobre el, estaba harta de los coqueteos, de las sonrisitas. Para este hecho, el ya estaba hablando mas. Yo ya sabía su situación de aislamiento y estábamos en tratamiento.
Todo comenzó ese día, en donde recuerdo perfectamente haberme sentado a su lado, haber sujetado fuertemente una de sus manos y haberla colocado en mi muslo derecho. Sentí como el se tenso y quito la mano, mas, yo lo bese. Quería arrepentirme, quería alejarlo, pero no podía. El era como el aire, no podía evitarlo, no podía negar la fuerte atracción sexual que nuestros cuerpos sentían. El me lo correspondió con la misma o más pasión que la mía. Nos fundimos en un beso furioso, pero a la vez suave. Recuerdo que el tomo la iniciativa y me recostó sobre el sofá. Me desvistió y terminamos teniendo sexo ese día. Llore cuando el se marcho. Llore por haber sido tan débil y tan poca mujer. El no se merecía esto... Sin embargo volvio a suceder en la siguiente sesion y en la siguiente...
Luego, una semana despues, el me dijo que no podíamos seguir, que tenia novia. Acepte, era de lo mas normal que un joven de esa edad tuviese una novia. La vida continuo normal, hacíamos las terapias normalmente hasta que mi hija quiso presentarme a su nuevo novio. Nos reunió a ambos padres. Nadie sabia de nadie. Cuando nosotras llegamos a su casa, quise morirme. Era el, Jasper el novio de MI HIJA. Recuerdo que pedí disculpas y luego de preguntar, me fui corriendo hacia el cuarto de baño. Me sentía culpable. Me estaba involucrando con el novio de mi hija.
Sentía asco conmigo misma, por haber estado con un chico que perfectamente podría ser mi hijo. En ese momento, todo lo comido durante el día, estuvo luego en el excusado.
Cuando el llantería pasó, iba caminando por los pasillos y una mano me jalo hacia un dormitorio, tapando mi boca en el proceso para que yo no gritara. Era Jasper, me beso y me dijo que no podía seguir evitando lo que sentía por mi. Tuvimos sexo ese mismo día, en ese mismo lugar y nadie sospecho nada. Solo me deje llevar por lo que deseaban mis instintos.
Y pasaron los meses. Jasper llevaba casi seis meses con María y ambos eran... felices. Más, yo no podía hablar. Lo único que deseaba era gritar su nombre en publico, era sostener su manos y dormir abrasada a el, sin embargo eso era imposible. Había una postura que destacar y un trabajo que conservar.
"El universo conspiró
Inevitable corazón
Clandestino eterno amor
Pero me duele no gritar
Tu nombre en toda libertad
Bajo sospecha hay que callar"
- Alice, Jasper ha llegado.
Jane interrumpió mis pensamientos. Solo asentí, levantándome de mi escritorio. Suspire antes de contestarle.
- Hazlo pasar.
Ella solo asintió y cerró la puerta tras salir. Mis manos sudaban y estaba segura que era por la anticipación de lo que sabía que iba a suceder. La puerta se abrió y de ella apareció el chico de mis sueños, el hombre que hacia que mi corazón se acelerase de una sola mirada o una sonrisa. Pero esta vez se veía serio y apartado. Traía puestos sus audífonos y parecía totalmente desconectado del mundo.
- Jazz - susurre desesperada, queria tener sus labios sobre los mios nuevamente, pero el solo frunció el ceño indicando la puerta.
Estuve a punto de tirarme a sus brazos, pero una voz demasiada reconocida, me interrumpió rotundamente.
- ¡Alice, querida!
- Sra., Withlock - salude educadamente, sin embargo mi mente le tiraba improperios o deseaba que se abriera un agujero en el piso y se la tragara - ¿Como ha estado?
- Bien, bien muchacha - río - Espero que nos visiten pronto.
- Seguro... - trate de sonreírle amigablemente - Tomen asiento.
- Siento que no hayamos podido sacar cita antes... pero este niño ha andado muy raro este ultimo tiempo y no había querido venir.
- ¿A que se refiere con raro, Sra. Withlock?
A estas alturas ellos estaban acomodados en las sillas frente a mi escritorio y yo me estaba sentando en mi puesto, abriendo la carpeta de Jasper en el proceso. Ella solo se encogió de hombros.
- Es como si todo el progreso que llevaba... disminuyo. Ya no esta. Volvió con sus conductas antisociales y ya no habla. ¡Mírelo! Solo con María ha estado más... hablador.
Hice lo que me pidió y el estaba... ¿Dormido? Estaba casi acostado en la silla, con las piernas estiradas, las manos sobre su regazo y los entupidos audífonos en sus oídos. Fruncí el ceño. Esto era extremadamente extraño. Aunque pensándolo bien, esto era absolutamente lo que necesitábamos. Jasper estaba aparentando, lo sabía.
- ¿Ha habido algún cambio dentro de su casa?
Quise sonar interesada en ese repentino cambio.
- Eh...no... Nada extraño.
Solo pude asentir mientras entrecruzaba mis manos sobre la mesa.
- ¿Jasper? - pregunte suavemente, tratando de llamar su atención.
El solo me observo con una mirada fría y distante. No respondió y eso me enfureció - literalmente.
- Sabes que aquí no puedes usar eso, quítatelos.
Mi voz fue firme y autoritaria. El solo frunció el ceño y de mala gana, se quito los audífonos, guardándoselos en sus bolsillos traseros.
- ¿Que quiere Señora Brandon?
Su voz...en ese momento no sabia que pensar. Sabia que el estaba actuando, mas, lo que decía era verdad.
Yo a su lado era una señora.
No le respondí. Necesitaba estar a solas con el. Necesitaba que el se expresara conmigo como no podía hacerlo frente a su madre. Ella solo estaba ahí, viéndolo mientras negaba con la cabeza.
- Sra. Withlock - la llame - ¿Podría dejarme a solas con Jasper?
Ella asintió mientras le decía a su hijo que lo esperaría en el estacionamiento. El solo dijo un 'Vale' y ella se marcho. Avance hasta dejar la puerta con seguro.
- ¿Termino la hora, ya? - me pregunto sabiendo que su madre estaría escuchando.
Siempre lo hacia.
- Jasper, ¿Que ha pasado? - debíamos esperar unos segundos.
Cuando sentí los tacones de la madre de Jasper alejándose, prácticamente salte a sus brazos, devorándolo en el proceso. Mis labios se aplastaron contra los suyos y nos fundimos en un suave y apasionado beso. Cuando nos separamos por falta de aire, el me observo divertido.
- Te extrañe - le dije sinceramente.
- Y yo... ¿Cuando paras de comprar, Alice? - pregunto viéndome de pies a cabeza.
- Debía de hacer algo mientras tú no me visitabas – puse carita de niña buena.
- Sabes que...
- Si, si - lo interrumpí - Nuestro tiempo es valioso.
Susurre antes de volver a aplastar mis labios contra los suyos. Delicadamente, pude sentir como su lengua pedía permiso para ingresar a mi húmeda cavidad. Acepte abriendo mi boca y nuestras lenguas se fundieron en una guerra sin ganador determinado, nos separamos por falta de aire y Jasper me abrazo por la cintura. Nos quedamos así unos segundos, solo abrasados, recordando la textura, el olor y el calor del otro.
Luego sentí su húmeda lengua en contacto con mi débil cuello. Sentí como deslizaba mi chaqueta fuera de mi cuerpo y como estaba caía al suelo. Hice lo mismo con la de el, ingrese mis manos por sus hombros y la deslice por sus fuertes brazos. Cuando toque su piel, era como volver a estar en paz comigo misma, como volver a tenerme completa. Suspire mientras el besaba mi clavícula, mientras acariciaba mi cintura. Pude sentir como jalaba mi blusa, que estaba dentro de la falda, para cuando esta estuvo libre, poder poner sus manos en contacto a mi espalda, la cual comenzó a masajear dulcemente.
Yo, por mi parte, tome cada uno de los costados de la remera, y se la saque por la cabeza, para así poder admirar ese bello torso desnudo. Pase mis manos por su cuello, por sus fuertes brazos y hombros, por ese sixpack que me derretía, esa v de la cadera que me volvía loca, hasta que alcance mi objetivo, su cinturón. Mire fijamente su jeans, tenia una gran protuberancia que pedía a gritos salir de allí.
- Yo también te extrañe, Allie, no sabes cuanto - dijo este en un susurro en mi oído y en ese momento me sentí desfallecer.
Me dirigió al sofá de cuero mientras me quitaba la blusa, desabrochando botón por botón. La deslizo, dejándome en un simple brasier color turquesa. Jasper me observo y con sus labios bajo los tirantes del brasier. Para luego, con una de sus manos, desabrocharlo. Solo fui conciente del suave 'click' y cuando este dejaba completamente desnudo mi torso. La mirada de Jazz era tan potente que deseaba cubrirme, pero el me detuvo en el proceso al recostarme sobre el sofá.
- No lo hagas, eres hermosa - dicho esto, volvió a besarme.
Juro que me sentía en el cielo. En este momento agradecía haberlo conocido, agradecía tenerlo así conmigo. No sabia que tenia este chico, sin embargo, me hacia sentir cosas que nadie alguna vez, pudo hacer. Beso mis cumbres, intercambiaba masajes con su lengua y sus manos en mi, ya duro pezón. Continuo su recorrido hacia mi estomago, beso cada parte de el, para dirigirse a mis piernas, las cuales también beso suavemente.
Subió mi falda hasta mi cintura, donde no estorbase, no había tiempo para sacarla completamente, rompió mis braguitas, pero no rechiste. Por el haría cualquier cosa. De pronto sentí su lengua en mi interior. Podía sentir como la experta lengua de Jazz jugaba, mordía y succionaba mi clítoris y como tres de sus dedos se perdían en mi interior, bombeando.
- Por favor .
Le rogué como pude, ya no lo soportaba más. El levanto su vista.
- ¿Ah?
- Quiero... quiero sentirte Jasper.
- Tus deseos son órdenes para mí.
Abrí los ojos y lo vi desabrochando torpemente su cinturón.
- Déjame.
Con dedos firmes, desabroche su cinturón y su pantalón, no pude esperar más. Su erección me llamaba a gritos, por lo que solo le baje sus prendas hasta los tobillos y lo senté en el sofá. Sin esperar mas, me senté a horcajadas del, tome su erección entre mis manos y la guíe hasta mi entrada. Cuando lo sentí completamente ahogue el gemido con uno de sus exquisitos besos.
Comenzó nuestra danza, ese baile que ambos conocíamos muy bien. Comencé a moverme suavemente arriba de el, primero en círculos, hasta que Jazz se canso y me guío como el quería, al sujetarme por las nalgas y marcar un ritmo casi frenético. Sentía que en cualquier momento la burbuja explotaría. Este era el momento que deseaba hace tantos días. Por fin lo tenía dentro de mi y no me arrepentía.
- Alice... yo no podré... - comenzó a decir entre pequeños jadeos.
- Déjate llevar amor - le susurre.
Sentí como su semilla caliente se derramaba en mí. Eso fue lo que basto para que mi orgasmo llegara. Me apreté contra el mientras nos fundíamos en un beso para no revelarnos. Nos quedamos, así como uno solo, unos cuantos minutos hasta que recuperamos nuestras respiraciones. Cuando ya era la hora de separarnos, me levante de el y comenzamos a vestirnos entre platicas sin importancia alguna. Cuando ya estuve lista, me gire a la ventana. Ahora era el momento donde la culpa llegaba a mí. Donde quería morirme por la mala madre que era.
- Debo irme, es hora - dijo mientras se acercaba a mi y me abrasaba por la espalda, apoyando su cabeza en mi hombro mientras besaba mi cuello dulcemente.
- ¿Vendrás luego? - pude sentir la sonrisa en sus labios, que estaban besado mi cuello inocentemente. Me apretó mas contra el.
- Si, lo mas pronto posible. Mama cree que "he empeorado" - río.
Me gire a verlo. Se veía tan hermoso cuando reía. Sin embargo debía alejarlo de mí. ¿Pero como hacerlo si no podía? ¿Como hacerlo si mi corazon lo amaba mas que a mi propia vida? Sabia que dañaba a mi hija, pero Jasper era mi mundo, mi aire. Sin el yo ya no existía. Pero si de algo estaba segura, es de que cuando el me dijera 'Basta' yo lo dejaría en paz, antes no.
Tome su rostro entre mis manos y le di un suave beso, expresando todo mi amor en el. El lo correspondió de igual forma. Al separarnos, uní nuestras frentes y lo mire fijamente a los ojos.
- Te amo.
- Te amo, mi doctorcita.
- Aun no te vas y ya te extraño - le dije yo.
Y era cierto.
Deseaba tenerlo a mi lado siempre.
-Nos vemos en dos días. Por cierto, te ves hermosa.
El sonrío antes de darme el último beso y desaparecer por la puerta de mi consulta. En ese momento me derrumbe. Por más que quisiese engañarme, no podía. Lo amaba con todo mi corazón. El era mi otra mitad, mas, nada se podía hacer. La vida no era justa y estaba desperada. ¿Por que el no podía ser mayor, o simplemente yo la menor? Por algo pasaban las cosas y esta, no sabia si era la mejor o la peor, que había pasado en mi vida. Lo único que sabia es que yo estaba clavada por el y no iba a ser fácil sacármelo de la cabeza… ni del corazón.
Entendía el daño que le causaría a mi hija al enterarse, quizás ya no me hable mas, quizá me odie, pero nada se podía hacer. Entendía que corría el riego de ser dependida, entendía que me podía ir detenida. Pero no me importaba, el ya cumpliría sus 18 y seria un hombre hecho y derecho para la ley. Podríamos estar juntas sin nadie que se interponga.
Dejaría esta vez mandar mi corazón, no mi mente, y me dejaría llevar por el hombre de mis sueños. Solo podía esperarlo. Jasper era mi aire, aunque a veces deseaba vivir sin aire. No necesitarlo tanto como lo hacia...
"No te engañes mas
Ya no te mientas
Si aire ya paso, ya paso
Y verdad, ya no tengas miedo
Solo tú mantienes mi respiración
Hace tanto que yo esperaba el viento amor
Cae el llanto el cielo de esperar
Hace tanto que yo espere tu luz amor"
Ahora solo quedaba ir de compras para esperar ese maldito día que se nos interponía para volver a estar juntos...
- Mama - llamo Marie desde cuarto.
Ya estaba en casa, aunque mi mente aun flotaba en Jasper y lo sucedido esta tarde en mi consulta. Nahuel había venido a dejar a María a eso de las 19:30. Por suerte ya estaba mejor de su estomago.
- ¿Si, cariño?
- ¿Puedo hacerte una pregunta?
- Ya lo haces – le recordé y ella sonrío.
- ¿Alguna vez... te ha gustado alguien... prohibido?
Asentí mientras me sentaba en los pies de su cama. María estaba pintándose las uñas, le ofrecí ayuda y ella solo asintió esperando mi respuesta.
- ¿Por que lo preguntas?
- No es que... ¿Puedo confiar en ti?
- Por supuesto.
- Ha llegado el hermano mayor de Jasper, Riley, y no se...
- ¿Te gusta? - ella asintió avergonzada - ¿Y que pasa con Jasper?
- Lo quiero, pero no siento lo mismo.
- Cariño, solo deja que las cosas pasen. ¿Quieres que los invitemos a cenar?
María asintió feliz mientras agarraba su móvil para invitar a la familia Withlock a comer a la casa. La sonrisa en mi rostro nadie la borraba. Que María ya no sintiese lo mismo por Jasper... me sentía sinceramente con un peso menos. Quizás ya no debía de esperar tanto para estar juntos... Más, aun tendríamos que seguir escondiéndonos. Sentí como el tiembre era tocado. Baje que salude a uno por uno a los integrantes de la amplia familia. Cuándo entraron todos, Jasper apareció en mi campo de visión y me regalo una de las más grandes sonrisas. Solo le guiñe un ojo y sonreí feliz al recibir la hermosa rosa roja que disimuladamente me entregaba.
Quizás tampoco faltaba tanto para volver a sentirlo...
Hola guapas, espero que les haya gustado el shot de esta parejita jeje... debo admitir que cuando pense en que podiamos relacionarlos, este jueguito de doctor paciente me parecio bastante...emocionante...
Ok, tengo cosas que aclarar.
PRIMERO - Las historias no se relacionan la una con la otra.
SEGUNDO - Los One-shots solo se refiriran cada uno a esa pareja en especial.
TERCERO - El unico punto en que se relacionan es en el tema de lo de lo prohibido, del amor que no es posible, que es calndestino.
Este que es de Alice & Jasper, se basa en la cancion "Amor clandestino" - de Mana. Que debemos decir que gracias al video de esta cancion comenzo la idea de hacer esto. Aqui les dejo el Link del video y les recomiendo que escuchen la cancion mientras leen.
.com/watch?v=HL4HjQwMx-o&ob=av3e (quiten los espacios) Tambien lo pueden encontrar en mi perfil...
¿Algun Reviews? Recuenden que eso incintiva a continuar...
Besos, nos leemos.
S.C
