Posesión Nocturna
Departamento de Darien Shields.
Los dos muchachos estaban sentados aquella noche en la sala del apartamento del pelinegro bebiendo cervezas y comiendo pizza mientras el rubio hablaba con desesperación.
-…Y eso es todo, luego de meses de no verla conectada, aparece en el chat y no me saluda. ¿Me quieres decir qué significa eso?-pregunta Andrew.
-Es difícil, amigo. Tú sabías desde un inicio que lo más importante para Reika era su profesión y que por sus estudios iban a estar separados mucho tiempo. La amas y aceptaste eso, así que no veo motivo para la queja-declara ecuánime el estudiante de medicina.
-Se eso, hermano…y amo a Reika pero…no puedo evitar sentir que ocupo un lugar muy inferior en su vida. Ya no sé que siento…-toma Andrew otro trago se cerveza. Darien palmea la espalda de su amigo en señal de apoyo-y además…está Makoto…
-Así es. Está Makoto, que es una chica hermosa, buena, linda y enamorada de ti desde hace años a la cual ves a diario. Aunque tienes novia-en tono de reproche Darien.
-Somos amigos…solamente…-dubitativo el rubio.
-Claro. Furuhata, te conozco. Las demás chicas son solo tus amigas, Mako es especial. A veces la miras de una forma que…-molesto Darien.
-¡Bueno que quieres! Soy humano, ella es bellísima y aunque tenga novia no puedo evitar darme cuenta de que hay otras mujeres hermosas por el universo. ¡O me olvidaba! Estoy hablando con el novio perfecto, enamorado modelo y hombre serio que solo tiene ojos para una-termina Andrew con tono de burla.
-No lo digas en ese tono. Es verdad. Yo solo tengo ojos para Serena. Ella y yo tenemos algo tan fuerte, que ni el pasado ni el presente ni el futuro podrán deshacer-comenta el pelinegro con decisión.
-Ya, calmado…era solo broma. En verdad te admiro. Esa dedicación que le pones solo a Serena aun siendo ella una chica que no tiene mucho que…
-¡Furuhata!-molesto Darien se levanta del sillón mirando amenazante a su amigo-¡No permito que menosprecies a Serena!
-¡WOW!...oye, no era para tanto…iba a decir que no tiene mucho que es tu novia. Nada más-se defiende el rubio. Darien se calma y vuelve al sillón.
-Lo siento Andrew. De verdad lo siento. Últimamente no duermo bien, estoy de mal humor…amanezco extrañamente cansado y tengo…perturbadores sueños…
-Me doy cuenta. En clases estás algo distraído y tu no eres así…Deberías tomar un somnífero. Darien en verdad no quería molestarte, fui sincero al decirte que admiro mucho como amas a Serena y el hecho de que puedas mirarla a ella y solo a ella siempre sin que te inquieten las demás chicas. Eso es loable-palmea ahora Andrew la espalda de su amigo. Darien no responde esta vez y mantiene sus ojos fijos en la lámpara de su sala, la cual tiene una pantalla color morado…morado…algo en su cabeza duele un poco al ver ese color-¿Me disculpas por ser tan tonto? Porque de otra forma no me dejarás quedarme aquí.
-¡Aquí! Es una broma…
-Pues no. Están fumigando mi apartamento. No tenía a donde ir y recordé que mi mejor amigo tiene una cama inflable en el armario y mucho espacio en esta sala para un refugiado de guerra-insinúa el rubio.
-¿De guerra?…-refunfuña Darien.
-Si, Guerra contra las cucarachas. Hoy será su Hiroshima-promete Andrew y a su pesar arranca una risa a Darien.
-Está bien…creo que puedes quedarte. Pero te ocupas tu solo de la cama inflable, yo no se nada-se lava las manos Darien.
-Dalo por hecho, verás que no notarás que estoy aquí-promete Andrew-¿Podrías prestarme una pijama?-pide este. Darien mueve negativamente la cabeza fastidiado mientras los dos chicos recogen la caja de pizza y las latas de cerveza.
Una hora mas tarde, el rubio, usando un pijama a rayas, duerme en el colchón inflable acomodado en la sala, abrazando una almohada y mal envuelto en una manta. En la cama de la habitación, con la puerta abierta, Darien se agita en un pesado sueño que lo hace sudar y revolverse entre las sábanas. De repente el reloj del buró marca las 12 de la noche y los ojos azules de Darien Shields se abren de golpe. Se endereza en la cama y baja de esta. Camina directo al baño, toma algo de agua y se moja un poco el cabello y el rostro. Cuando levanta la cara y su reflejo aparece, una sonrisa triunfante cubre sus labios firmes y hay un extraño brillo azul profundo en sus pupilas en vez del ordinario brillo tranquilo de sus pupilas celestes.
-Cada vez eres más difícil de controlar…Dariencito-dice con una voz algo mas grave el joven palmeando su mejilla. Con una renovada confianza regresa a su habitación y se pone la camisa desabotonada sobre la camiseta blanca de tirantes, los pantalones encima del short de la pijama después toma las llaves, deja las zapatillas de interior y se pone los zapatos dirigiéndose a la salida. Pasa al lado de la cama inflable donde Andrew duerme abrazando la almohada con una sonrisa en el rostro.
-Mmm…Mako chan…-balbucea este. El pelinegro sonríe de lado y abre la puerta cerrándola luego tras de si.
Una vez en la calle, el joven de cabello negro corre hacia una dirección que conoce bastante bien mientras se abotona la camisa rosa. Finalmente, luego de caminar unas cuadras, llega a su destino: La escalinata de un templo shintoista. Sigue su carrera y sube los escalones de este hasta llegar arriba donde los Koma-Inu, perros guardianes de roca, parecían darle la bienvenida.
En lugar de entrar por la puerta delantera, rodea con cuidado la zona del Kami-Dana (altar) y avanza hacia una pagoda lateral atravesando el jardín japonés en silencio. La Luz de la luna en cuarto menguante alumbra su silueta cuando se detiene frente a una habitación con una ventana de madera. Alarga su mano y abre la ventana, sonriendo con satisfacción al darse cuenta de que estaba abierta por dentro, como si lo esperara. Una vez que abre la ventana, penetra por esta en la habitación y la entrecierra tras de si. Todo en torno es oscuro, solo alumbra una pequeña velita roja que oscila con el viento de su reciente ingreso.
El olor a incienso y fresas mezclado, tan propio de ese lugar, entra en su nariz y lo aspira con fruición. Da unos pasos dentro y mira en torno. La mesa con libros perfectamente ordenados, el buró con ropa, el teclado eléctrico con algunas partituras, fotos de sus amigas…y junto a la pared, la cama. La luz de la luna penetraba por la ventana que había dejado semiabierta y combinada con los brillos rojos de la vela, otorgaba a la figura dormida y cubierta por las sábanas una iluminación especial marcando de forma sorprendente las curvas del cuerpo aprisionado bajo estas.
Camina en silencio hasta la cama y se sienta en el borde, con los ojos de ese nuevo brillo azul intenso y tormentoso fijos en la figura dormida. Con su mano derecha se atreve a tocar suavemente, casi como en una caricia, los contornos de la cintura y las caderas de la mujer que dormía. Lentamente, fue jalando la suave tela de la sábana hasta que la belleza total de quien esperaba se presentó ante él.
El cabello negro que caía como cascada adornando el rostro de porcelana, los labios rojos, el cuello de alabastro y la figura femenina perfecta que destacaba a pesar de estar vestida con una camiseta de dormir y un corto short amarillo que resaltaba sus lindas y largas piernas. El hombre de cabello negro extendió una mano para tocar la pálida mejilla de la chica, y la dejó resbalar por debajo de la parte superior de la camisa de dormir color rojo, frotando la piel suave en un camino delicado hasta detenerla justo encima de sus senos.
-Mars…despierta…-murmuró él bajando el rostro hasta el oído de la belleza dormida hablando en un extraño y antiguo lenguaje que no se había escuchado en la Tierra por milenios.
La mujer de cabello negro empezó a moverse, las cejas oscuras se arquearon, como si estuviera atrapada en un mal sueño. No mucho tiempo después, se calmó y abrió los ojos, los cuales brillaban con un tono púrpura oscuro muy diferente al tono morado suave que siempre tenían... había algo de tormentoso y terrible en esos ojos cuando se encontraron con las pupilas azul intenso mirándola con deseo. Una mueca entre sonriente y malévola curvó sus labios, y no parecía en absoluto preocupada por la mano que se había atrevido a tocarla bajo la blusa.
-Endymion…-murmuró al fin el nombre con un tono profundo de voz, casi un susurro.
El hombre de cabello negro sonrió cuando la sensual mujer de ojos amatista agarró su mano y tiró de él hacia la cama. Giraron ambos y la mujer se instaló justo en la parte superior, con su cadera a horcajadas sobre la cintura de él y con la cascada de cabello negro cubriéndolos a los dos. Las manos de la mujer desabotonaban lentamente la camisa del hombre de cabello negro.
-Llegué a pensar que no podrías venir esta noche…-murmuró ella en la misma lengua antigua y extraña y de un tirón eliminó la camisa dejando al hombre solo con la camiseta sin mangas.
-Me costó algo de trabajo que Darien me dejara tomar el control…-respondió él alzando su mano y comenzó a delinear los labios de color rojo de la mujer con la punta de su dedo pulgar-se resiste todo lo que puede…
-Entiendo…creo que Rei también está empezando a sospechar…-responde la mujer tomando el pulgar del hombre entre sus dientes blancos y fuertes y mordiéndolo levemente.
-Mmm… ella es terca, como tú, cariño- opinó en el mismo lenguaje extraño el hombre sacando el pulgar de la boca de ella, sólo para agarrar a la mujer de las caderas y jalarla hacia él. Sus labios se acercaron quedando a centímetros de distancia, pero sin tocarse.
-¿Y bien? ¿Qué espera, su majestad?-pregunta ella en su susurro.
-Creo que me agrada este juego nuestro…llevamos tantos milenios así que…pensar que hayamos podido vencerlo todo y estar aquí me abruma…no se si pueda mantener mi pacto…-habla él.
-Lo único que yo sé, Endymion, es que si no aprovechamos el tiempo, "Ellos" pueden intentar volver y eso no nos gustaría…¿O si?-cuestiona la mujer de ojos morados de nuevo en el lenguaje antiguo que ambos hablaban.
-Desde luego que no, Lady Mars-decidió él y al fin se atrevió a besarla. Primero, solo rozó los labios rojos, casi en una caricia, pero en cuanto ella entreabrió los suyos, el beso se hizo más íntimo y él estrechó su abrazo. Sus manos se deslizaron por la espalda perfecta de la mujer; se besaron durante varios minutos, sólo interrumpidos por una risa o un suspiro ahogado.
Él recorría con sus manos la espalda, caderas y glúteos de la mujer sobre su cuerpo mientras se besaban casi con desesperación; no había ni un solo resquicio de aire entre sus cuerpos y ella sentía que se quemaba por dentro, abrumada por las sensaciones que ese beso estaba desatando.
Cuando se separaron, los dos respiraban agitadamente y estaban igualmente aferrados al cuerpo del otro; ella se estremeció al ver el reflejo de su propio deseo, nítido y claro en los ojos azul intenso al mirarla…su entrepierna palpitaba y su piel ardía.
Endymion, aun jadeando, tomó a la mujer sobre él del cuello, la jaló levemente hacia abajo y comenzó a besar primero y succionar después en el punto de pulso.
-Mmm…Majestad…-susurró ella, con los dedos enredados en el pelo oscuro y desordenado del hombre- Usted sabe que no puede dejar marcas…
El hombre gruñó soltando un poco la piel enrojecida, pero sonrió al escuchar los leves gemidos de la mujer sobre él, y volvió a chupar el cuello ahora con más fuerza ganando un gemido mucho más fuerte. La soltó después, acariciando las marcas de sus dientes oscuros sobre la piel blanca.
-Va a ser algo digno de ver…me pregunto cómo explicará la sensata y virginal doncella de templo esta pequeña muestra de pasión-dijo él en el mismo lenguaje antiguo con el que estaban los dos hablando.
Mars rio un poco, sin aliento, inclinó la cabeza y ajuntó la frente con la de él, mirándolo directo a los ojos.
-Ellos no están listos todavía para entender lo que hay entre nosotros dos…-opinó ella.
-Por supuesto que lo están-opinó el hombre con una sonrisa diabólica en su rostro. Sus manos se deslizaron por debajo de la camisa de dormir de su compañera, ahuecando sus pechos.
-¡Deten…detente!…¡dejar de cambiar el tema!…-entrecortada ella, dijo esas palabras mezcladas con un gemido cuando el joven de ojos azules empezó a frotar sus pezones. Su espalda se arqueó, presionando su pecho en las manos callosas y fuertes de él- ¡Dios! ¡Endymion!...
-Creo que Darien y Rei están listos para recordar…- opinó Endymion, pasando sus dedos a través de los pezones de la chica, y agregó, en voz baja y gruesa, usando el mismo lenguaje antiguo-además, no me digas que tu virginal Rei chan no tiene sueños sobre Darien…
Ella inclinó la cabeza hacia atrás, los extremos de su pelo negro envolvían el cuerpo del hombre, estaba sonrojada y con la respiración entrecortada.
-¿Tu Rei no sueña con Darien?-volvió a preguntar él en un susurró y pellizcó los picos endurecidos, sonriendo cuando ella gritó.
-Si…si sigues…llevando esto al extremo…alguien… Serena... o los gatos… seguro…sospecharán…¡AAAh!- gritó ella tratando de hilar frases coherentes en medio de la bruma de excitación que las manos del hombre le estaban provocando.
-¡Al demonio todos!-se quejó en el viejo lenguaje Endymion-¡Ellos son parte de la razón de que no podamos amarnos, para empezar!- Una de sus manos dejó el pecho izquierdo de la pelinegra y se trasladó hacia abajo; sus uñas iban tocando la piel sensible del abdomen tonificado de la mujer-pero creo que lo que tenemos Usted y yo, Lady Mars, es más fuerte que el destino-aseguró él.
-Endy…mion…deten…te…no puedes…-El hombre sonrió y trazó el contorno del oído de la muchacha con su lengua.
-Por favor…Sólo por esta vez…hemos esperado mucho…una eternidad, de hecho-habló Endymion.
-Pero Rei…ella es ... sigue siendo virgen, y si tu…como Endymion…llevas esto a…otro nivel…quizá ellos no puedan manejarlo…y…¡AHHH!-se quejó sin poder terminar la frase cuando la mano del hombre ya había desaparecido bajo los shorts de color amarillo de ella.
-¡Vaya! ¿Lady Mars, sin ropa interior? Tu virginal y sensata Rei si que es perversa…-se burló el hombre -¿Sabe una cosa, Lady Mars? Sus palabras dicen algo muy diferente a lo que dice su cuerpo-habla el hombre de cabello negro el pulgar del hombre rozó su clítoris, frotando de una manera rápida y áspera-pero si tienes tanto miedo de las consecuencias quizá es mejor que me detenga…-termina y abandona la tarea que sus dedos estaban haciendo bajo el short de la chica, hasta que escucha el gemido de protesta de la mujer de ojos púrpura, quien tomándolo de ambas muñecas lo calva en la cama con una fuerza inusitada para besarlo en los labios con fiereza. Se separan casi sin aliento y la mujer de cabello negro es quien besa ahora la barbilla y el cuello del hombre bajo ella hasta susurrar en su oído.
-No puede jugar con fuego y pretender salir ileso…majestad…y si ya ha encendido la hoguera tiene la obligación de intentar apagarla-el tono gutural en que ha dicho esas palabras consigue hacer difícil la respiración de Endymion; iba a decir algo en respuesta cuando notó la mano de ella bajando lentamente la cremallera de su pantalón de mezclilla y metiendo su mano dentro. Ahora quien tuvo que aguantar un gemido involuntario fue él.
-Vaya...tu fiel y enamorado Darien Shields parece estar muy excitado…y por una chica que no es su novia-se burló ella tocando con sus manos hábilmente la erección del hombre.
-Yo…yo no niego jamás que mi…Darien…sueña con tu Rei chan a menudo…-entrecortadamente él mientras siente como las manos de ella remueven su pantalón y short al mismo tiempo hacia abajo y se levanta un poco de la cama con agilidad para permitirle eliminarlos por completo. Una vez libre, ella lo sujeta de las muñecas y se vuelve a montar a horcajadas sobre él.
-¿Ansioso…majestad?-pregunta con tono seductor la de ojos amatista.
-Solo lo ansioso que unos cuantos milenios de espera me han dejado, Lady Mars-responde en el lenguaje antiguo, Endymion y sube su mano hasta detenerla en el elástico del short de dormir de la chica-Y no puedo decir que algunos detalles de esta forma de recordar no sean agradables…
-Endymion…por favor…-murmuró ella en un susurro ahogado en la antigua lengua muerta.
-¿Por favor? ¿Por favor qué, Lady Mars?-cuestionó el hombre. Una risa brotaba de la garganta de Mars cuando se levantó para permitirle a él deslizar el short de la pijama hacia abajo, para después apoyar la frente contra la de Endymion-Vaya…parece que no solamente nuestro buen Darien está excitado. Tu pequeña doncella de templo tampoco puede reprimir su deseo.
-¿Qué puedo decir?...yo sé como escoger a mis rencarnaciones-responde la mujer.
El hombre mordisqueó la oreja pequeña, de color rosa y después de un movimiento brusco, giró hasta aprisionar a la mujer debajo de él.
-Igual yo…-respondió y entonces, sin poder contenerse más, comenzó a tocar con sus dedos la parte más íntima de la mujer bajando a la vez para besarla apasionadamente.
La pelinegra se quejó el beso del hombre y como pudo trató de articular las palabras, sin mucho éxito, pues él con su mano libre tomaba con fuerza las caderas y glúteos de la chica y rozaba su propia erección contra ella.
Mars ahogó un sollozo, con sus uñas arañando los omóplatos del hombre, cuando la euforia comenzó a dominarla, muy lejos de su control.
-Sin embargo…quieres que ocurra…¿No, Mars?- El hombre le susurró al oído con su voz grave en aquel lenguaje antiguo –Tanto tu como Rei nos desean a Darien y a mí y no lo pueden controlar…¿Me quieres dentro de ti, no es así?
-¡Endymion!- se quejó ella, levantando la cabeza, con el flequillo negro enmarañado sobre la frente sudorosa cuando al fin la embistió por primera vez. El primer intento fue duro y algo áspero, y ella aún en medio de la abrumadora sensación de sentirlo dentro, logró mirarlo a los ojos de azul profundo y tormentoso contemplando en el reflejo de estos su mismo deseo; a pesar de que sus caderas se estaban moviendo contra el miembro erecto de él y tenía los labios hinchados, los ojos vidriosos y la respiración jadeante , debía hacer uso de su autocontrol, por el bien de la chica que ahora dormía en el lejano lugar de su subconsciente al que la había confinado…
-No me gusta…que hagas esto…-
Él sonrió, sintiendo los muslos de la chica tratar de apretar alrededor de él.
-Mientes…te encanta cuando hago esto-dijo él con voz ronca y comenzó a moverse adoptando un ritmo lento primero y después más acelerado.
-¡Dios, Endymion ...por favor... no puedo ... soportarlo más!- Rei gimió cuando sintió aquellas embestidas fuertes y constantes reprendiéndose a si misma por no haber mantenido la calma de otras ocasiones y haberle permitido llegar tan lejos.
La sacerdotisa de pelo negro odiaba la idea de que él tuviera tanto poder sobre ella. Rei era en general la persona dominante en sus relaciones cotidianas, pero debía aceptar que la pobre chica no estaba en posición de quejarse ahora. Podía no estar presente su mente pero su cuerpo sí que lo estaba disfrutando. De alguna manera, esta noche, con Endymion, no le importaba perder o ceder…incluso lo necesitaba…¡Dioses si! ¡Lo había deseado tanto por milenios!...
Mars gemía de placer absoluto mientras se miraba a los ojos de un azul profundo del hombre que durante tanto tiempo había deseado. Sus manos se apoderaron de las sábanas en la cama con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos. Su espalda se arqueó fuera de la cama. El orgasmo atravesó su cuerpo como ella y Endymion llegaron a su clímax juntos, por primera vez, finalmente, liberando la tensión sexual que se habían creado entre ellos durante milenios.
-¡Endymion!- gritó ella el nombre en medio de la euforia del placer y unos segundos más tarde, su vista se volvió blanca y perdió todo el conocimiento de quién o dónde estaba.
Cuando regresó de nuevo, estaba sujeta por unos brazos fuertes y el hombre de cabello negro la estaba besando con suavidad en los pómulos y la nariz de una manera dulce. Ella sonrió y se abrazó del musculoso torso del hombre aún cubierto por la camiseta sin manga ocultando su cabeza en el hueco del cuello de él y escuchando los latidos de su corazón hasta que ambos corazones latieron a un ritmo normal y constante. Endymion enlazó los dedos de sus manos.
-No te preocupes…ellos no recordarán nada de esto…y la verdad ya no podía contenerme más; pocas veces tenemos posibilidad de mantenernos tanto tiempo en sus cuerpos-dijo él acariciando el cabello negro de la mujer que descansaba sobre su pecho. Ella se enderezo y lo miró sonriente para besarlo rápidamente en los labios.
-Lo sé, su majestad, no debe disculparse…ambos lo deseábamos. Creo que esto pasa cuando reprimes tantas vidas un amor como el nuestro-acabó ella y ambos se besaron de nuevo con pasión, pero esta vez ella interrumpió el beso; estaba haciendo algunos gestos con los ojos cerrados como si algo le doliera. Sus hombros empezaron a temblar y se llevó las manos a la cabeza.
-¿Mars? ¿Estás bien?-le preguntó él preocupado, acariciando su mejilla, y luego de que ella se calmó una sonrisa cautelosa apareció en su rostro.
-Todo bien…pero creo que Rei es demasiado terca…está recuperando el control…-respondió ella ya en japonés.
-Entonces debo irme- le respondió Endymion, retirando unos mechones de cabello negro del rostro pálido de Mars hablando igual que ella ya en japonés.
-Creo que sería lo mejor-asintió ella sin ocultar la decepción en su voz. Se levantó de la cama y se puso de nuevo el corto short amarillo que estaba en el suelo. Endymion se puso su pantaloncillo corto de la pijama y los pantalones también y ella acomodó las sábanas de la cama dejando una de ellas en el cesto de la ropa sucia y cambiándola por otra limpia. Entonces sintió unos brazos fuertes envolverse en su cintura de forma posesiva.
Mars se mordió los labios, sintiendo que su cuerpo reaccionaba de nuevo a la cercanía del hombre que la abrazaba.
-Voy a volver en un par de días-susurró una voz grave en su oído. Ella sonrió.
-Es mejor que lo intentemos hasta dentro de un par de semanas. Rei es fuerte espiritualmente y se resiste a que la confine, además con lo que pasó esta noche…he tenido que esforzarme mucho, casi se despierta con un jadeo, para encontrarse al novio de su mejor amiga, sudoroso y desnudo en la parte superior de ella…y si eso pasa muere de un síncope-bromea ella. Endymion la toma de los hombros y la gira para mirarla de frente.
-Es cada vez peor para controlarlos, ¿no?- comentó Endymion, en voz baja, juntando su frente con la de la mujer frente a él y aspirando su perfume-hueles igual que en el pasado…
-Endymion…quizás no tengamos la fuerza para hacer esto mucho más…después de todo sigue siendo prohibido…
-Quizá es precisamente por ser prohibido que tenemos que buscar estos caminos…¿No crees?-pregunta él-Aunque aún podemos intentar que ellos se enamoren de verdad en el presente…
Mars se hecho a reír y peinó con sus dedos el desordenado cabello negro del joven.
-Usted sabe que eso no se puede…su majestad…-decidió ella y se inclinó para darle un beso final en la comisura de sus labios-no quiero ser la responsable de arruinar el futuro…y además para mí esta bien así.
-Para mi no, pero prefiero tenerte de esta forma a no tenerte jamás-acabó él y besó la frente de la chica-Regresaré cuando vuelva a lograr controlar a Darien…
-Y yo estaré esperándole…majestad…-asintió ella, mientras él se alejaba y se dirigió a la ventana, dirigiendo una última mirada por encima del hombro a la chica que ya se había recostado en la cama y envuelto en la sábana. Después se fue de la misma manera que había entrado.
Unos segundos después de que la ventana se cerrara, Rei despierta con un grito ahogado, sentándose en la cama con los ojos bien abiertos en total estado de shock, jadeando y con la frente cubierta de sudor. Preocupada se pone de pie y da algunos pasos por la habitación hacia el tocador sobre el que hay un vaso con agua, el cual toma y trata se serenarse.
-Solo debió ser un sueño…un muy…muy extraño sueño - murmuró para sí misma la sacerdotisa, mirando en el espejo del tocador su cara sonrojada aun con el calor. Sujetó su cabeza con ambas manos y las imágenes de unos ojos azul tormentoso, una voz grave y una sensación de calor llegaron a su mente-Creo que debo tomar somníferos…-se dijo al fin dispuesta a volver a la cama.
No había dado mas que dos pasos cuando regresó aterrada a ver de nuevo su reflejo en el espejo, tocando con sus dedos la marca de dientes ahora enrojecida en su cuello.
-¡Por el gran Kami!-asustada ella al ver aquella marca y sin poder explicarse nada más, caminó hacia su cama hasta que sus pies se enredaron con una tela en el suelo. La tomó en sus manos y la miró-¿Una camisa de hombre?..-la llevó a la nariz y aspiró la loción que despedía. No necesito mucho para darse cuenta de que era la misma loción de…-Esto no puede estar pasando…no con Él…¡Gran Kami!…lo que menos quiero es tenerlo que ver…y menos para preguntarle si olvidó una camisa suya en mi habitación…-se quejó ella frotando sus sienes y dejando la camisa en el sesto de la ropa sucia regresó a la cama a intentar dormir…intentar es la palabra correcta, porque no logró conciliar el sueño en toda la noche.
En el apartamento de Darien, la puerta se abrió lentamente y el joven con camiseta blanca sin mangas entró en el lugar caminando hasta dejar las llaves al lado del florero en que siempre las ponía para después regresar a la habitación, dejar las zapatillas de interior, y tumbarse en la cama con una gran sonrisa en el rostro.
A la mañana siguiente, los rayos del sol y los movimientos de su brazo lo despertaron.
-¡Darien! ¡Oye despierta ya!...tengo tres minutos moviéndote y nada. Parecía que estabas casi en coma. ¿Te encuentras bien?-pregunta el rubio. Darien se levanta y se estira bostezando con fuerza.
-Muy bien…creo que jamás en toda mi vida había dormido mejor que esta noche.
-Se nota. Estabas prácticamente muerto, pero con una sonrisa tan extraña que me dabas envidia…¿Qué soñabas, picarón?...-le da un codazo en rubio-O mas bien "Con quién soñabas"-ironiza él.
Darien ríe de buena gana.
-Sinceramente, Andrew, me gustaría recordarlo. Es como si de pronto estuviera libre de algo que hace muchísimo tiempo quisiera hacer y no podía hacer, satisfecho, completo…¡Feliz!...y no se cómo explicarlo.
-Pues ya no le busques explicación y levántate o vamos a llegar tarde a la universidad. En compensación a la hospitalidad hice wafles-habla Andrew caminando hacia la cocina del apartamento mientras Darien se levanta desconcertado al ver un detalle curioso…
-¿Me dormí con pantalones?-cuestiona al verse la prenda puesta siendo que había recordado perfectamente como se la quitó la noche anterior. Un aroma extrañamente familiar llega a su nariz; huele la camiseta blanca-¿Incienso y fresas?...esto huele como…como a ...-en su mente aparece perfectamente el nombre que el perfume evoca pero no se atreve a decirlo. Se levanta y camina hacia la silla en que dejaba siempre su ropa buscando su camisa de botones, pero no está por ningún lado-¡Andrew! ¿Viste mi camisa rosa de botones?
-¡Claro que si! La traías ayer puesta, te la quitaste para dormir, recuerdo porque me diste luego la pijama que me prestaste-responde gritando el rubio desde la cocina-¡Debe estar en la silla de tu ropa, vi como la dejabas en la cabecera!
Darien extrañado se sienta de nuevo en la cama y suspira hondo. Un extraño brillo rojo hiere su pupila y luego mira como en la costura de la camisa blanca de tirantes estaba enganchada una pequeña gema roja engarzada en oro. La desprende y mira perfectamente el pequeño arete. No había lugar a dudas. El arete…el perfume…
-¿Rei?-cuestiona incrédulo el chico frotando su cabello con desesperación y cerrando los ojos aparece en su mente la imagen de unos ojos púrpura tormentosos, una risa melodiosa y una voz seductora que acelera su pulso-Esto no puede ser verdad…¿Por qué ella?-se cuestiona el joven mirando el arete entre sus dedos-¿Ahora que hago? ¿Lo devuelvo?-se pregunta.
-¡Darien ven de una vez a desayunar o vamos a llegar tarde!-le grita Andrew.
-¡Ya voy mamá!-bromea el pelinegro y buscando otra camisa en el armario y se dirige al baño para asearse. Cuando se retira la camiseta blanca sin mangas un extraño dolor en la espalda lo acomete. La tela blanca tiene indudables marcas de…-¿Sangre?-mira Darien la prenda de tela, para después girarse y ver en el reflejo del espejo las extrañas marcas de uñas. Un suspiro es su única respuesta. Deja su ropa limpia para entrar a la ducha, pero antes, guarda la pequeña gema roja en el bolso de su camisa limpia.
Una vez afuera, el rubio le ha servido ya el café y los wafles.
-Vaya, pensé que jamás saldrías.
-Huele muy bien. Creo que si cocinas así de delicioso no me molestaría darte asilo mas seguido-afirma el pelinegro.
-Es lo mínimo que debía hacer, amigo.
-Oye…una pregunta…¿Tienes el número de teléfono de Rei?-pregunta Darien. Andrew sonríe con malicia.
-¡WOHOOOO! ¿Así que tu solo piensas en tu amorcito corazón rubio no?-pregunta con tono burlón el rubio guiñándole un ojo. Un sonrojo que ni el mismo Darien sabe de donde salió lo acomete.
-No digas tonterías…es solo que…necesito preguntarle sobre el costo de una ceremonia que un senpai necesita en Hikawa, así que no hagas conjeturas.
-Vale…si claro, tengo su móvil. Mako me lo pasó alguna vez que intentamos salir en una cita cuádruple y…
-¿Rei? ¿Rei en una cita?-se alarma Darien.
-Si…¿Qué tiene de malo? Es soltera ¿No?-responde el rubio mientras busca en su celular el número.
-Si…eso supongo…-extrañamente incómodo el pelinegro.
-Ya…aquí está-pasa Andrew el teléfono a su amigo que lo copia en su propio teléfono.
-Gracias…te debo una, Furuhata-asiente él y luego se levanta y va por su maletín.
-¡Oye! ¡No vas a acabar el desayuno!
-No…tengo algo que hacer. Te veo en la Universidad en la clase de Kamiyamada-se despide Darien y tomando sus llaves sale del apartamento.
-Típico, uno se mata en la cocina todo el día y para qué…-finge Andrew una lágrima y luego ríe divertido comiendo su walfe y también el de su amigo con mucho apetito-Este Darien…le gusta hacerse tonto solo…no tengo nada contra Serena pero si cambia de rumbo no me molestaría.
Mientras tanto, Darien va en su moto corriendo por la calle con una extraña sonrisa en su rostro, no tiene mucha idea de qué está pasándole, pero si sabe que una sola persona tiene las respuestas…
-Rei Hino…-murmura al fin mientras acelera su moto y esta se pierde por las calles de Tokio…
NOTAS FINALES: ¡OMEDETO! Feliz cumpleaños a mi amiga querida Vientoaguamarina, quien es muy fan de esta pareja y me contó en el MSN que desde hace unos años la persigue la mala suerte en sus cumpleaños y le pasan cosas malas, así que, aprovechando las vacaciones de mi maestría le dejo este pequeño regalito para ella y todas las Mars fans con todo mi cariño =)
Acepto que me encanta la pareja pero igual no soy muy buena en lemon disculparán si no es lo mejor pero lo que cuenta es el cariño. ¡Gracias a todos los que estos días me han estado animando para seguir escribiendo! El Fénix puede ocultar su fulgor pero su brillo es eterno!
ATTE: LADY PHOENIX
