Disclaimer: Digimon es propiedad de Akiyoshi Hongo y Bandai por lo que no me pertenece.
Este fic será una recopilación de drabbles y viñetas de interpretaciones de varias imágenes por lo que el tiempo, los personajes y los universos variaran.
Imagen propuesta por Japiera Pies en ventanilla de coche.
Personajes: Taichi, Hikari y Sora
Summary: Hikari le encontró diversión a sus tardes.
Retazos
Sus tardes no eran aburridas
—¡Ella me tiene loco!—
Aquí vamos de nuevo
—Se adueñó de mí auto—
Taichi había irrumpido en su habitación, sin llamar, como acostumbraba a hacer todas las tardes. Hikari colocó el libro sobre su escritorio. Esto podría tardar un tiempo.
—Aja—
Continuó ella, prestándole el mínimo de atención.
—¡La encontré con los pies sobre mí tablero!—
—¿Y de qué color tenía las uñas?—
—Rojas. Últimamente ha optado por los colores fuertes…—
—Oh, ya veo—
—¡Espera! Ese no es el punto—
Hikari dejó escapar una sonora risita.
—Ella…Ella tiene todos sus cachivaches en el auto ¡Ya no lo soporto!—
Rodó los ojos. Esto se lo sabía de memoria por lo que dejó de prestarle atención a su hermano para observar la puerta con interés.
—¿Qué es lo que no soportas Tai?—
Sora había irrumpido en el cuarto de la misma manera que su hermano.
—Hola Hikari—
La aludida solo le hizo un gesto con la mano mientras se preparaba para su show de las tardes.
—So...Sora…—
—¿Qué es Tai?—
Hikari los observaba a ambos consecutivamente. Como si se tratara de un juego de tenis.
—No es na…nada cariño—
Ella frunció el ceño.
—Tai…—
—Es que…—
—Tai vino a decirme que amaba todos los adornos que le pusiste al auto—
La pelirroja observó a Tai y a Hikari consecutivamente.
—¿Si cariño? ¿De verdad te gustaron?—
—Eh… Si Sora, son hermosos. Tienes unos dones decorativos estupendos—
Hikari contuvo una carcajada como pudo. La cara de su hermano era la cosa más graciosa que había visto en mucho tiempo.
Sora solo sonrió.
—Ya que te gustan mis toques decorativos vi una muñeca hawaiana que le quedaría hermosa—
Los ojos de él se volvieron platos al escucharla y justo antes de que Taichi pudiera agregar algo más Hikari lo interrumpió.
—Lindo esmalte Sora—
—Gracias Hikari. Adiós—
Cuando escuchó la puerta cerrarse ella volvió a su libro.
Eso era lo habitual. Taichi quejándose, luego ella lo salvaba de una pelea segura y luego ambos se iban contentos, la mayoría de las veces.
Sus tardes no eran para nada aburridas.
