Bueno, primero que todo, quiero presentarme. Las que ya me conocen, no creo que sea necesario que me presente, aunque lo haré para aquellas que por primera vez deciden leer lo que escribo.

Soy Prongsaddicted o, para mis amigas, tan solo Avi. Como se darán cuenta a continuación, soy argentina. Pero dejemos de hablar de mí, y les contaré sobre este fic. Y aquí vienen mis dedicatorias.

En primera instancia, quiero dedicarlo a un personaje de Harry Potter que ninguna de nosotras le dio mucha importancia hasta que conocimos su final macabro y triste al finalizar el libro cuatro o, para los que no lo hayan leído pero si hayan visto la película, su muerte al renacer Voldemort. Y bien, este fic va dedicado a Cedric Diggory, y, por supuesto, a Robert Pattinson por personificarlo TAN BIEN...jejeje...

Y ahora la dedicatoria más importante: a mi amiga Micaela, que fue la mentora de esta historia. Ella puso la idea, yo la pluma y la letra...o mejor dicho, el teclado y el monitor...jajajaja...

Ojalá les guste...

Aclaración: este fic se lleva a cabo en la época del Torneo de los Tres Magos, es decir, en el cuarto año de Harry. Por lo tanto, si notan algunas frases o conversaciones conocidas, es que son citas textuales del libro. Igualmente, solo son aquellos diálogos en general, como las palabras que diga Dumbledore, etc.

Recibiré sus reviews con gusto.

M.O.S

M.O.P

M.O.M

Mi otro fic, será actualizado muy pronto...NO DESESPEREN.

Amándote ahora y para siempre.

Capítulo 1: Percances y malos tratos.

Un salón enorme, inundado de velas, atiborrado de alumnos. Ruido, jolgorio, comida por doquier. Y ahí, en medio de todo aquello, lo cual le era ajeno, estaba ella. Morena de ojos castaños, de largas pestañas y tez mate. Michel. Una alumna de intercambio, proveniente de Argentina, desde el otro lado del mundo. ¿Qué hacía una chica argentina en una escuela llena de ingleses, una gran pregunta que esta muchachita de quince años se hacía constantemente. Sentada en medio de la mesa ¿gryffindor, sí, eso había dicho el Sombrero Seleccionador cuando se lo colocaron sobre la cabeza en el despacho de...¿¿Dumbledore, rodeada de alumnos con colores rojo escarlata y amarillo, esta joven observaba todo cuanto le parecía extraño. Se encontraba ensimismada en su interminable búsqueda, cuando un hombre de barba larga de color blanco, ojos claros y gafas de montura fina, se levantó de su asiento y, observando detenidamente al salón entero, el cual se había sumido en un silencio imperturbable, comenzó a hablar.

-Tengo solo dos palabras que decirles-dijo, estirando los brazos como queriendo abrazar a las cuatro casas de la escuela. –A comer- y los platos se llenaron de rebosante y exquisita comida, que ella observó con suspicacia. Notó que todos comían cual chanchos en sus chiqueros, por lo que decidió tomar su tenedor y disponerse a comer.

Minutos después, y sobándose el estómago, observó cómo el anciano de barba larga volvía a levantarse en su asiento, pero esta vez con temple más seria.

-Bien-dijo-ahora que estamos todos bien comidos, es de suma importancia que me presten atención una vez más-empezó a hablar de los ¿¿¿¡¡¡¡¡cuatrocientos treinta y siete? artículos que un tal Filch había nombrado prohibidos, aunque, seguramente, ninguno de todos aquellos chicos iba a darle gran importancia a lo que un vejestorio pudiese decir.

-Es mi deber informarles, que la copa de Quidditch no se llevará a cabo este año-

Michel oyó un sonoro ¿ Qué? muy cerca de ella. Giró la cabeza para encontrarse con uno de los rostros más bonitos que alguna vez había visto. Cabello color negro azabache increíblemente enmarañado, piel blanca y perfectamente lisa e impecable, gafas redondas de montura fina, tras los cuales se escondían el par más hermoso de ojos color verde esmeralda. Una expresión estupefacta había en esa bonita cara, y una extraña cicatriz de forma alargada adornaba, grotescamente, la fina frente del muchacho. Esperen un minuto, ¿cicatriz alargada?¿¿ojos verdes esmeralda?..POR MERLÍN...ese debía de ser Harry Potter. Si había un mago famoso entre magos famosos, ese era Harry Potter o, más comúnmente, el Niño-Que-Vivió.

-Esto se debe-continuó el hombre de barba larga-a un evento que dará comienzo en octubre y continuará durante todo el ciclo escolar, acaparando una gran parte del tiempo y la energía de los profesores...aunque estoy seguro que lo disfrutarán enormemente. Tengo el placer de informarles que Hogwarts este año...- de golpe, la puerta del Gran Salón se abrió dejando ver a un hombre que se apoyaba en un largo bastón y rengueaba notoriamente. Por lo que pudo notar ella, tenía la cara llena de cicatrices, y un horrendo ojo color azul eléctrico, que se movía hacia todos lados. Asqueroso. El extraño se acercó al director, tendiéndole una mano. Una vez que éste se hubo sentado, el anciano continuó hablando.

-Les presento a nuestro nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras-dijo sonriente-el profesor Moody-

Hubo un murmullo general, en el cual Michel vio que el bonito Harry Potter hablaba con una chica de desordenado cabello castaño, y con un chico de cabellos increíblemente pelirrojos, y rostro lleno de pecas.

-Como iba diciendo-dijo-tenemos el honor de ser la sede de un emocionante evento que tendrá lugar durante los próximos meses, un evento que no se celebraba desde hacía más de un siglo. Es un gran placer para mí informarles que este año en Hogwarts, se llevará a cabo el Torneo de los Tres Magos-hubo otro murmullo, y luego el anciano dio una breve explicación de lo que era aquel evento y su importancia para "amistar" con las dos escuelas que pasarían todo el año en Hogwarts. Beauxbatons y Durmstrang, preferentemente de Francia y de Bulgaria. Oh por favor que aburrido, no iba a poder concursar porque solo los mayores de diecisiete años podrán hacerlo. Su primer año en Hogwarts iba a ser muy entretenido.

Ya era hora de irse a dormir, y llegó a la sala común de Gryffindor, luego de una rápida presentación de la jefa de la casa, Minerva McGonagall, siendo acompañada por una tal Ginny, que, de no ser porque era muy callada, le habría caído de maravilla. La sala común era bellísima, y por sus pensamientos pasó la idea de empezar a llevarse bien con el color rojo.

-Bueno...seguramente ya sabes dónde vas a dormir-dijo Ginny-así que, me despido-entre tanto, el retrato de la Dama Gorda se había abierto, y dejaba ver los rostros de Harry Potter y de sus dos amigos. Notó dos pares de ojos bellísimos sobre ella, y miró al propietario con expresión extenuada. Por Godric Gryffindor que era bonito.

-Harry, vamos, mañana tenemos mucho que hacer-dijo el pelirrojo. El moreno hizo una seña como diciendo "ve tú, yo ya subo". Michel comenzó a sentirse incómoda ante semejante mirada, se sentía desnuda ante esos ojos verdes tan transparentes.

-Hola-dijo él-soy...-

-Harry Potter, ¿cierto?-preguntó ella notando que su cara se habia puesto caliente, seguramente, se había ruborizado.

-Sí-intentó sonreír, aunque no lo logró-me reconociste por la cicatriz..¿verdad?-

-Oh no...bueno, todo el mundo te reconoce por tu cicatriz, pero déjame decirte que noté tu presencia, no por lo que te surca la frente, sino porque eres uno de los chicos más bellos que haya visto en mi vida, y fíjate que en mi país de origen hay cada bombón-río pícaramente, y notó que él había levantado las cejas, y cierto rubor había teñido sus pálidas mejillas. Increíblemente adorable.

-Pues...¿país de origen?-preguntó él-¿de dónde vienes?-

Michel sonrió.

-Soy de Argentina..-notó la estupefacción de Harry-¿sabes dónde está?-

-Pues..-sonrió como disculpa-sé que son muy buenos jugando al fútbol-

-¿Te gusta el fútbol?-preguntó ella asombrada.

-Oh sí, he sido criado por mis tíos...muggles-

-Al menos tienes una familia-

-Preferiría no tenerla-dijo apresuradamente-esos dos imbéciles-murmuró por lo bajo.

-Pues...al menos tienes algo que te recuerda a tus padres...-sus ojos se humedecieron.

-Oh, no quise hacerte sentir mal-dijo él rápidamente, encogiéndose de hombros-de veras que me hubiera gustado que mis padres no hubiesen sido asesinados y estuvieran conmigo, o que un hipogrifo se comiera a mis tíos, pero eso es demasiado pedir- Michel rió encantado. Además de guapo, simpático. Ese chico llevaba todas las de ganar.

-Bueno, Harry-dijo ella-creo que debemos irnos a dormir- él sonrió. Subieron las escaleras, y se despidieron.

-Bueno, adiós, bienvenida a Hogwarts- hizo un intento de darle la mano. Por Merlín, demasiado frívolos estos ingleses. Tomó la mano de Harry y, sorpresivamente para él, le estampó un sonoro beso en la mejilla.

Harry se quedó varios segundos anonadado, aún tomando la mano de Michel.

-Así saludamos en Argentina-dijo ella sonriendo-chaucito- y le hizo una seña con la mano. Aún antes de cerrar la puerta, pudo ver el cuerpo esbelto del moreno que, azorado, se tocaba la mejilla.

Debía aprender más cosas de aquella bella morocha.

Se despertó sobresaltada a eso de las tres de la mañana. Una impresionantemente luna perlada de color blanco la sorprendió alumbrando desde el cielo. Se levantó de la cama, intentando quitarse de la cabeza aquella pesadilla.

Por Gryffindor. ¿Quiénes demonios eran esos idiotas en su sueño?.

Decidió levantarse a dar una vuelta. Aunque, ¿no estaba prohibido pasear a altas horas de la noche, bueno, ella era nueva, NO sabía nada de las normas de la escuela...o..¿si?. Salió de su habitación, bajó a la sala común y salió por el retrato. Mmm, hermoso pasillo oscuro y frío para caminar en pleno otoño. Ah sí, otra cosa a la que tenía que acostumbrarse, el cambio de clima. En Argentina estaban empezando la primavera. Extrañaría, por más defectos que tuviese, a su hogar, caracterizado por ser adictos al fútbol y excelentes bailarines de tango. Caminó por el extenso pasillo, hasta llegar a un extraño tapiz del cual, asombrosamente, salió Harry Potter, chocando ruidosamente contra ella. Durante varios segundos se quedaron sorprendidos, sobándose las cabezas adoloridas.

Y fue en ese momento que se miraron. Dos expresiones asombradas. El pijama que Harry llevaba puesto se le pegaba exquisitamente al cuerpo, y ni hablar del camisón que ella llevaba encima. Dos rostros azorados voltearon rehuyéndose el uno al otro. Era gracioso verlos.

Michel se aclaró la garganta intentando disminuir la tensión incómoda que se había formado entre ellos.

-Ibas...¿a alguna parte?-preguntó él.

-Lo mismo digo-contestó ella cruzándose de brazos. Harry sonrió. Y Michel, mirándolo, se sintió encantada. Moriría del éxtasis si ese joven seguía siendo tan condenadamente perfecto. Si la pasaba mal en la escuela no importaba, mientras ese bombón le hablara todo lo demás la tendría sin cuidado.

-Pues..paseaba...¿sabes, me dijeron que hay elfos en el colegio-

-De seguro, alguien debe cocinar todas las noches-contestó Michel pensativa. Harry rió.

-Pues..mi amiga, Hermione Granger, se enojó mucho-dijo-está en contra del trabajo de los elfos domésticos-

-Pues..yo no estoy en contra, seguramente si trabajan es porque ellos quieren-dijo-los elfos domésticos-aclaró rápidamente.

-Oh si, aunque se los podría trata con más respeto-dijo Harry. Tragó saliva-¿quieres dar una vuelta, podemos hablar de fútbol- Michel sonrió complacida y, arrebatadoramente, tomó el brazo de Harry, en cuya mano llevaba un pergamino perfectamente doblado. Esta acción asombró sobremanera al chico, por lo que se mantuvo callado durante algunos minutos.

-Bueno, Harry, háblame de ti-dijo Michel sonriéndole seductoramente. Harry se ruborizó levemente.

-Pues..como todos saben, soy huérfano-

-Igual que yo-

-Mis padres fueron asesinados por Lord Voldemort-

-Igual que los míos-se detuvieron.

-¿Sabes?-preguntó Harry-tenemos muchas cosas en común, no sé si lo has notado-

-No, no lo creo-dijo ella pensativa-muchos hijos de magos tienen en común que sus padres fueron asesinados por un maniático que se cambió el nombre-hizo una mueca-es como en mi país, todos tenemos en común que somos ídolos de Maradona-

-¿Maradona?-

-Oh sí, un grande entre los grandes..pero no hablemos de él-dijo-sígueme contando de ti-

-Bueno...soy buscador-

-Sí-dijo ella-se nota-y miró el bien torneado cuerpo del chico. Cosa que él notó.

-Mis mejores amigos son Hermione y Ron-prosiguió-ambos son gryffindors-

-¿Y que hay sobre los profesores?-

-Oh..bueno...Snape es un idiota-

-¿Snape?-

-Ya lo conocerás..Pociones-dijo él haciendo una mueca de desagrado. Se miraron. Ojos castaños y ojos verdes. Había una extraña conexión entre ellos, como si estuviera escrito en el Destino que esa conversación, aunque era algo estúpida, se tenía que llevar a cabo alguna vez. Era un comienzo muy bueno. Harry jamás se había sentido tan seguro con alguien y mucho menos con alguien del sexo opuesto. Esa joven era..diferente. ¿Era esa la palabra, seguramente.

-Pues...¿qué hacemos afuera?-Michel se sobresaltó al darse cuenta de que se encontraban en los terrenos del castillo.

-¿No quieres ver el amanecer?-

-Pero si apenas son las cuatro-dijo ella como si fuera lo más obvio. Harry se ruborizó.

-Tienes razón-

-Será mejor que entremos-dijo Michel, intentando quitar la incomodidad que seguramente el bello moreno sentía. Entraron. Oyeron pasos.

-Oh por Merlín, debe de ser Filch-dijo Harry. No, no era Filch. Aún peor. Era Severus Snape.

-Pro..-

-Señor Potter-sonrió con una mueca tan suya que hizo que Harry, aunque era valiente, se sintiera inferior.

Sonrió maléficamente al ver a la parejita-así que paseando con su nueva amiguita...y quebrantando normas..muy común en usted-

-Nosotros...-comenzó Michel.

-Nadie le ha pedido opinión alguna-dijo Snape inmediatamente. Harry y ella se miraron. ¿Odio? ¿en su primer día de clases? Sí. Ahora entendía. Ese debía de ser Snape. Un completo idiota resentido y malhumorado. Aunque algo bueno debía tener...¿no?.

-Ahora, si no quieren que los castigue, vayan de inmediato a su sala común-dijo-RÁPIDO-

Ambos caminaron apresurados hacia la Torre Gryffindor. Harry tenía las manos en los bolsillos, y escondía su pergamino dentro de su remera.

-Harry-se sobresaltó-no te sientas mal-

-No me siento mal-dijo él-solo que me gustaría que alguien lo hiciera pedazos-

Ella sonrió. Sintió los párpados pesados.

-¿Sueño?-preguntó él-vayamos a dormir-y decidieron ir cada uno a su habitación.

-MICHEL-le gritaron a eso de las seis de la mañana. Se sobresaltó. Cayó con estrépito al suelo.

-¿Qué pasó?-preguntó aturdida. Miró a su alrededor.

-Son las seis de la mañana-dijo una de sus compañeras-¿trasnochaste?-

-¿Uhmm?..oh no..no pude dormir-dijo rápidamente-no me acostumbro-notó que hablaba sola.

-Oh bien, cuánto compañerismo-dijo ofuscada. Se metió al baño para intentar despertarse. Media hora después, salía de su cuarto ya peinada y vestida, aunque seguía algo adormilada. Bajó las escaleras. Notó a cuatro chicos sentados en los sofás cercanos a la chimenea.

-Hola Harry-le sonrió. Harry hizo lo mismo. Salió por el retrato. Una gran cantidad de alumnos, que más que eso, parecían zombis recién salidos de las tumbas, se encaminaban arrastrando los pies hacia el Gran Comedor.

El desayuno pasó increíblemente rápido, asi como las clases antes de la cena. Cuando hubo tocado la campana del recreo, salió rápidamente al vestíbulo, para tomar algo de aire, la clase de Trelawney le había dejado los pulmones llenos de esa cosa que la profesora llamaba perfume. Fue en ese momento cuando oyó una discusión entre Harry y un muchacho rubio, un slytherin. No supo sobre qué discutían, pero lo que sí supo fue que el profesor Moody transformó al rubio en un encantador hurón blanco. Por lo menos ahora, transformado en animal, parecía humano. La diversión duró hasta que la cortamambo de McGonagall apareció gritando toda clase de injurias y diciéndole a Moody que ellos no utilizaban la transformación como castigo.

Viendo que el entretenimiento había terminado, decidió ir a caminar, cuando un mano la volteó con fuerza. Miró a la joven frente a ella. Morocha, ojos rasgados...ravenclaw.

-¿Hola?-

-Solo te diré esto rápido-dijo-no te acerques a Harry Potter-

-¿Disculpa?-preguntó ella. Ya era bastante que nadie quisiera hablarle para que ahora una china tarada le dijera lo que tenía que hacer.

-Lo que has oído-dijo enojada-he visto que le hablaste en el desayuno-

-Por supuesto-dijo Michel-para algo tengo lengua, además Harry me cae muy bien-

-Solo no te le acerques-la señaló con el dedo-porque no sabes de lo que soy capaz-

-¿Es una amenaza?-preguntó, frunciendo el ceño y cruzándose de brazos.

-Sí-

-Pues déjame decirte que no te tengo miedo, ninguna estúpida va a decirme lo que tengo que hacer-se soltó-si tanto te gusta y crees que es de tu propiedad, marca tu territorio, porque, si me lo permites, es el chico más lindo que haya visto, y cualquier día podría quitártelo- intentó caminar un par de pasos, pero alguien le puso una pierna enfrente e hizo que se cayera al suelo, logrando que su falda se levantara y, bueno, se le viera todo aquello que a ninguna chica le gusta que se le vea. Su útiles volaron varios metros. Oyó las risas estridentes de las estúpidas que la habían hecho tropezar. Se arrodilló en el suelo acomodándose la túnica y la falda. Notó que tenía un hilo de sangre que le salía de la rodilla., se había raspado la pierna y le dolían las muñecas debido al golpe. Al pasar junto a ella, le patearon la mochila varios escalones abajo. Al quedarse sola, irrumpió en llanto.

Odiaba todo aquello. Era el primer día de clases y ya la estaba pasando mal. Fue cuando vio una mano. Levantó la mirada.

-Harry-sonrió, limpiándose las lágrimas. Él seguía tendiéndole la mano derecha para ayudarla a levantarse, mientas en la otra mantenía agarrada la mochila de ella y sus útiles.

-Gracias-dijo al ponerse de pie con su ayuda. Lo miró-tuve un percance con una chica que parece que le gustas-

Harry abrió los ojos como platos.

-¿Ah sí?-preguntó-¿cómo se llamaba?-

-No lo sé, sólo sé que no te conviene, es muy estúpida-él rió. Michel, mientras tanto, decidió no hablar más del asunto, ya tendría tiempo de vengarse de aquella, aunque no supiera su nombre.

Decidieron encaminarse a cenar, acompañados, o mejor dicho, escoltados por Ron y Hermione.

Michel notó cierta mirada sombría en los ojos de Harry.

-¿Pasó algo en tu clase de Defensa que te gustaría contarme?-

-¿Eh?..oh no, nada importante-murmuró él apresuradamente.

Decidió cambiar el tema. Iban hablando animadamente cuando se cruzaron, nuevamente, a la china tarada a la que Michel TANTO adoraba. Se miraron durante algunos segundos, hasta que se perdieron de vista.

Oyó un suspiro, y volteó a mirar a Harry, que observaba el suelo con un intenso color rojo en sus mejillas. Michel sintió como si se le cayera un balde lleno de agua fría sobre su cabeza.

-No me digas que te gusta-dijo ella en voz baja, intentando que ni Ron ni Hermione los oyeran.

-¿Eh?..oh no, no-dijo Harry rápidamente.

-Potter, no soy estúpida-dijo ella cruzándose de brazos. Había fruncido el ceño y amenazaba a Harry con la varita.

-¿Todas las argentinas son como tú?-preguntó él ofuscado.

-Oh sí, y peores-dijo riendo-ahora, contéstame lo que te pregunté-él volvió a suspirar.

-Sí-murmuró.

-Oh no-dijo ella revoleando los ojos al techo-no puede gustarte esa..esa...esa chica-

-¿Por qué no?-preguntó Harry asombrado.

-Porque es una estúpida sin sesos-

Harry rió.

-Eso no lo sabes-dijo él de repente-¿cómo sabes que es una estúpida?-

-Oh por favor, se le nota hasta en la forma de respirar, es la típica chica que solo sale con un chico para hacerse fama-Harry volvió a mirar al suelo.

-¿Tú crees?-preguntó él azorado-bueno, no lo sabré hasta que no salga con ella-

-No...NO SEAS IDIOTA-

-¿Vamos a cenar?-preguntó Harry rápidamente, viendo que sus amigos ya habían desaparecido tras el vestíbulo.

-Sí-dijo Michel notando que su estómago rugía cual dragón-pero luego tú y yo hablaremos jovencito, no te escaparás de miiiiiiiiiiii-Harry había salido corriendo, y Michel pudo oír su risa alegre y cantarina a lo largo del pasillo. Sonrió feliz. A pesar de todo, no la estaba pasando tan mal.

El Gran Comedor la sorprendió lleno de alumnos. Miró a los lados, y vio como un mano la llamaba animadamente desde la mesa Gryffindor. "Este Harry" pensó ella sonriendo, ahora entendía por qué todas creían que salían juntos. Se sentó junto a él al llegar a su lado. Harry y Ron cenaron apresuradamente, lo que asombró a la joven argentina que todavía no se acostumbraba a estar tan rodeada de varones y menos que comieran tan rápido. Miró a Harry con las cejas levantadas.

-Tenemos tarea-dijo él con la boca llena.

-Traga y luego habla-

-Lo siento, por favor, si todas son como tú, no quiero ni aparecerme por tu país-

Michel rió.

-Bueno, ¿vamos Harry?-preguntó Ron levantándose de la mesa.

-Sí-los vio desaparecer, saliendo del Gran Comedor. Notó dos pares de ojos sobre ella. Ginny y Hermione la miraban con cara de pocos amigos. Michel decidió seguir comiendo como si nadie la estuviese mirando, tratando de asesinarla con los ojos. Al terminar de comer, decidió ir a la sala común a refugiarse con el único amigo que tenía. Una vez que hubo entrado en la torre Gryffindor, encontró a Harry y a Ron riéndose de...¿su tarea?.

-¿A ustedes qué les pasa?-Harry se limpió las lágrimas, mientras Michel tomaba el pergamino sobre la mesa y lo leía. Abrió los ojos perpleja.

-Vaya..vas a morir varias veces este año-sonrió-¿crees que Trelawney sea tan estúpida?-

-Oh sí, el año pasado predijo mi muerte miles de veces, y aún estoy aquí-Harry se estiró y puso sus brazos tras su nuca-le encantará-

-Bueno, yo me voy a dormir-dijo Michel, notando que Ron la miraba fijamente. Se dirigió a las escaleras, cuando oyó que Ron le hablaba a Harry. La conversación no le habría importado si no hubiese oído su nombre.

-¿De dónde me habías dicho que provenía esta Michel?-

-De Argentina-contestó Harry.

Hubo un silencio.

-Es bonita-siguió Ron.

-Sí-dijo Harry sin darle importancia.

-¿Sabes? Hermione le tiene celos-Michel se acercó un poco más a la entrada de las escaleras, para oír mejor.

-¿Hermione celosa?-preguntó Harry-eso es absurdo-

-Es porque la dejaste de lado-

-Pero si apenas es el primer día de clases..no puede tenerle celos a una chica que casi no conoce-

-Bueno, así es Hermione-el retrato se abrió, dejando ver a la susodicha.

-Hola-dijo, guardando la gran pila de pergaminos en su mochila-acabo de terminar-

-Nosotros también-contestaron a dúo los jóvenes. Hermione se sentó y, tomando las predicciones de Ron, hizo una mueca.

-No vas a tener un mes muy bueno..¿verdad?-

-Por lo menos no me toma de sorpresa-dijo Ron rápidamente, mientras bostezaba.

-Vas a ahogarte dos veces-

-No empiecen-dijo Harry apresuradamente.

-Por favor, es evidente que es todo inventado-

-Por favor Hermione, hemos trabajado como elfos domésticos-dijo Ron escandalizado. Hermione frunció el ceño.-Es una broma-se apresuró a decir Ron, viendo que su amiga podía lanzarle un Avada Kedavra.

-¿Qué hay en la caja?-inquirió. Michel, mientras tanto, se había sentado en las escaleras, escondiéndose de la vista de los tres chicos. Minutos después...

-¿Peddo?-preguntó Harry.-¿Qué es esto?- Michel rió bajito.

-No es peddo-dijo Hermione enojada-es pe-e-de-de-o..Plataforma Élfica de Defensa de los Derechos Obreros-

-Nunca la había oído nombrar-dijo Ron.

-Claro que no, acabo de fundarla-

-¿Cómo tienes tiempo para hacer semejantes estupideces?-preguntó Ron. Michel vio cómo Hermione cerraba los puños.

-Por favor, no empiecen-dijo Harry con voz adormilada.

-¿Cuántos miembros tiene?-

-Bueno, si ustedes se afilian...seremos tres-

-Oh...seremos como las Naciones Unidas-dijo Harry con sarcasmo.

-¿La qué?-preguntó Ron. Hermione había mirado a Harry como si quisiera matarlo.

-¿Para qué la fundaste?-prosiguió Harry.

Hermione sonrió.

-Bueno, me gustaría cambiar la legislación y lograr que se les pague un sueldo a..-

-Hermione, métetelo en la cabeza..a ellos les gusta ser esclavos-

Hermione había hecho como que no lo oía, y había seguido hablando.

-¿Cómo lograremos todo eso que quieres hacer?-preguntó Harry.

-Buscaremos afiliados-dijo Hermione.

-¿Qué idiota podría ir con una insignia en la camisa que diga "Peddo"?-

-NO ES PEDDO-

-Bueno, lo que sea-siguió Ron, haciendo un ademán con su mano.

-¿Sabes?-preguntó Harry-puedes decirle a Michel que se afilie-Hermione lo fulminó con la mirada.

-No quiero que esa..se acerque a mi asociación-

-Bueno, si te haces la exquisita como si fueras Salazar Slytherin, me temo que no conseguirás muchos afiliados-dijo Harry enojado.

-¿Por qué la defiendes?-preguntó Hermione.

-Porque me cae bien-

-Es porque te gusta-dijo Hermione de repente. Hubo un silencio prolongado.

-¿Qué dices?-preguntó Ron. Harry se habia quedado boquiabierto.

-Michel no me gusta-dijo el moreno. La aludida, aunque con un poco de sueño, se mantenía escuchando la conversación.

-Oh sí-dijo Hermione. Había aparecido un rubor en sus mejillas-ella te gusta, se nota-

-Hermione, a Harry le gusta Cho Chang-así que la china tarada se llamaba Cho Chang.

-¿Cho Chang?-preguntó Hermione con un hilo de voz.

-Hermione-...¿estás celosa?-preguntó Harry.

-Oh...por supuesto que no-dijo Hermione ruborizada.

-Y como para no estarlo...¿has visto la figura que tiene, no parece de quince años-Hermione fulminó a Ron con la mirada, mientras Harry lo había mirado como para que se callara.

-¿Así que dices que le tengo celos porque ella tiene figura?-

-Pues claro...tan solo mírate...ella sí parece una mujer-

-TÚ TAMBIÉN-bramó Hermione-LA DEFIENDES-

-POR SUPUESTO, ELLA NO TIENE LA CULPA DE QUE TÚ SEAS UNA CELOSA-

-BASTA, ME HARTARON, SI QUIEREN MATARSE, HÁGANLO EN SILENCIO-Michel oyó los pasos de

Harry acercándose a las escaleras, por lo que decidió subir rápidamente a su habitación. Jamás hubiese imaginado que lograría discordia entre tres amigos tan íntimos. "Bueno", pensó, "yo no tengo la culpa de que Hermione esté celosa". "Debería hablarle e intentar arreglar las cosas entre ella y sus amigos". Se sentía culpable de la discusión. Y, meditando esto, se durmió.