— ¡Adivina quién consiguió su licencia de conducir! —Rachel gritó mientras sacudía un trozo de papel delante de la cara de Kurt.

— Eres tan afortunada, —suspiró Kurt con nostalgia.— Si yo tuviera la mía, creo que conduciría y no miraría atrás.

— Sólo dos meses más, —dijo Rachel dulcemente.— ¿Quieres tomar un café después? Yo puedo conducir.

— No puedo, tengo tarea y mi padre me quiere temprano en casa para la cena. Tiene otra cita con Carole esta noche. —Kurt se quejó mientras tomaban sus lugares en la sala de coro.

— ¿Te arrepientes de apoyarlos?

— En realidad no, es lindo verlo feliz, pero casi nunca está en casa. Paso mis noches mirando capítulos repetidos de "No le digas a la novia" y perfeccionando mi rutina de cuidado de la piel.

— ¿Entonces por qué no vamos después de cenar? El Lima Bean tiene una noche acústica.

— ¿Y mirar a tipos mediocres de mediana edad tratando de tocar la guitarra y cantar una melodía reconocible? Gracias, pero yo paso.

— Una noche acústica suena divertido, —dijo Mercedes sentándose junto a él y sonriendo hacia Rachel.— Podríamos ir varios de nosotros.

— Sí. ¡Oh, y Noah podría traer su guitarra y podríamos hacer un número! —dijo Rachel dando pequeños saltitos llena de emoción.

— Ugh. Okay... Iré. Pero bajo ninguna circunstancia vamos a cantar.

...

— Nos anoté abajo de "Something Stupid." —Anunció Rachel cuando regresó con dos mokas.

— ¿Que hiciste qué? Te lo dije Rachel, no voy a cantar. —Kurt estalló, moviendo su silla para quedar mirando al pequeño escenario en lugar de a ella.

— ¿Qué pasa contigo últimamente, Kurt? Estás tan depresivo todo el tiempo. ¿Esos idiotas te están molestando de nuevo? Porque estoy segura que Finn haría...

— No —él la interrumpió rápidamente.— No es nada. Estoy bien. Y hagas lo que hagas, no le digas nada a Finn.

Rachel no pudo decir nada más por la llegada de Mercedes, Tina, Mike y Sam, con Finn y Puck siguiéndolos poco después. Una vez que Santana, Brittany y Quinn se unieron a ellos, el grupo colocó varias mesas justo al lado del escenario, llegando a ser toda una presencia intimidante para el primer acto, un dueto folclórico que tocó dos canciones y luego desapareció rápidamente.

— ¡Nuestro turno! —chilló Rachel, tomando la mano de Kurt, arrastrándolo por la fuerza hacia el micrófono. Con humor ahora turbado, Kurt giró sobre su banco para mirar hacia la puerta mientras Rachel miraba hacia el público sonriendo alegremente.— Damas y caballeros, a mi querido amigo Kurt y a mi nos gustaría cantar para ustedes esta noche, acompañados de Noah Puckerman en la guitarra. —Al iniciar los primeros compases de la canción, Kurt se unió de mala gana, porque no quería quedar mal ante la multitud ahora acumulada en la cafetería. La cantidad de gente sin duda aumentó desde que había comenzado la noche, y como siempre, actuar frente a un lugar lleno, pronto convenció a Kurt. A medida que la canción avanzaba, se relajó, incluso tuvo el suficiente ánimo para levantarse de su asiento y hacer girar a Rachel bajo su brazo durante la parte instrumental. Terminaron siendo ovacionados y Kurt cerró con broche de oro haciendo una reverencia, antes de regresar riendo a su asiento.

— Buen trabajo, —comentó Quinn a la par que Kurt abría una botella de agua.

— Gracias, —dijo Rachel rápidamente, sin darle oportunidad a Kurt de hablar antes de lanzarse a una detallada descripción de los duetos que ella debería hacer para las regionales. Consternado en el instante en que volvió a la normalidad y notando que todo el mundo hablaba a la vez pero nadie dirigiéndose hacia él, Kurt bebió un gran sorbo de agua helada.

— Tienes una voz preciosa.

Kurt se dió la vuelta sorprendido, encontrándose el rostro de un hombre -el hombre más atractivo que jamás se había encontrado- en cuclillas sonriéndole y hablándole muy cerca de su oreja derecha. Tragó rápidamente, tosió fuertemente y un rubor de un rojo furioso cubrió sus mejillas mientras intentaba reunir suficiente aire en sus pulmones.

— Oh, lo siento, ¿estás bien? Toma. —El extraño le ofreció su propia botella a Kurt, pero el castaño gesticuló violentamente, sacudiendo su cabeza y agarrando su propia bebida, tomando el líquido hasta sentir que podía respirar otra vez sin escupir agua por todas partes.

— ¿Estás bien?

— S-s-si. Sí. Gracias. Lo siento. Sólo... me tomaste por sorpresa. —Ahora lo estaba estudiando, y tragó frenéticamente cuando, a pesar de toda el agua que había bebido, su boca se volvía seca de repente. Este no era un estudiante de secundaria o un chico universitario. Se trataba de un hombre. Un hombre con una mano callosa y áspera sosteniendo la parte posterior de la silla de Kurt. Un hombre con el cabello negro azabache moldeado con una generosa capa de gel, pero con algunos rizos libres a los lados de su cabeza. Un hombre con labios rojos vibrantes y con unos dientes completamente perfectos formando una sonrisa dirigida a Kurt. Y sus ojos... oh, sus ojos. El color no era perceptible, en un principio se podía decir que eran simplemente marrón. Pero de cerca, tal como estaba Kurt en estos momentos, uno tendría dificultades para distinguir entre el oro, el ámbar, el caramelo y el miel, como si todos estos colores, y todavía más estuvieran representados en cada bello y perfecto iris. Él parecía estar casi disfrutando la torpeza de Kurt, y él se estremeció interiormente mientras se imaginaba al extraño describiendo la escena como embarazosamente tierna a sus amigos, para luego reírse de ella. Kurt también se dio cuenta que sus propios amigos ahora estaban curiosos, viendo este repentino e íntimo intercambio y a la espera de que este extraño hablara de nuevo.

— Te ofrezco mis disculpas. Pero yo sólo quería que supieras que realmente disfruté tu actuación, —él continuó, como si no pasara nada, como si Kurt no estuviera realmente mirándolo fijamente a los ojos con la boca entreabierta, y como si otros diez adolescentes no estuvieran forzando sus oídos para escuchar los tonos bajos y graves de la voz de Blaine, hablándole a Kurt casi en un susurro.— Digo, tu amiga puede que cante bien, pero tu voz es simplemente... excepcional en su pureza. Esa sería la mejor manera en que podría describirla. Realmente me gustaría escucharte alguna vez haciendo un solo.

— Yo uh... Yo... tu sabes... Rachel hace los solos, —dijo Kurt, avergonzado de que su voz sonara aún más aguda de lo normal.

— Bueno, tal vez es hora de que Rachel le de a los otros una oportunidad, —dijo el hombre en un susurro conspirador, dando palmaditas en el hombro de Kurt y poniéndose de pie.— Nos vemos después.

— ¿Qué fue eso? —Mercedes siseó tan pronto como el extraño se retiró, pero Kurt no respondió. En su lugar, se quedó mirando al hombre que hacía su camino al escenario, tomaba una guitarra de una mesa cercana y daba leves golpecitos en el micrófono.

— Hola a todos, —comenzó, dando un ligero saludo con la mano.— Algunos de ustedes ya me conocen, pero para los que no lo saben, soy Blaine Anderson, y voy a cantar para ustedes esta noche. Espero que lo disfruten, —dijo, con un inconfundible guiño en dirección a Kurt.

— En serio, ¡el tipo está coqueteando contigo! —Mercedes exclamó.

— Qué asco, el tipo tiene de menos treinta, —comentó Quinn.

— El tipo perfecto para tomar la virginidad de Lady Hummel, diría yo, —Santana arrastró las palabras, y esto fue lo que hizo que Kurt casi se rompiera el cuello al girar la cabeza violentamente para dejar de observar a Blaine afinar su guitarra.

— ¿Qué demonios, Santana? Tengo quince años.

— ¿Y?

— Que... ni siquiera estoy pensando en... esa clase de cosas. E incluso si así lo fuera, no sería con un tipo como él, —Kurt se instaló de nuevo en su silla, claramente nervioso y Rachel colocó una mano tranquilizadora en el brazo de Kurt.

— Déjalo en paz, Santana. Ninguno de nosotros está listo para ese tipo de cosas, y Kurt tiene razón. Deberíamos estar buscando chicos de nuestra edad, no chicos que tienen edad suficiente para casarse.

— Sí... y probablemente él sea casado de todos modos, —Kurt añadió, y fue esto lo que hizo que Santana entrecerrara los ojos con sospecha.

— ¡El tipo te flechó! Tienes un flechazo, ¿verdad?

— ¡No!

— ¡Claro que sí! Aww... qué lindo. Oh, y para tu información, si él es heterosexual, entonces yo soy Santa Claus.

Kurt abrió la boca para regresarle el sarcasmo, pero todas las palabras le fallaron cuando el desconocido, Blaine... Blaine, empezó a cantar. Su voz era cruda, áspera en algunas partes y no siempre perfecta, pero la pasión, la emoción detrás de su canto atraía a la gente, y la cafetería se quedó en completo silencio mientras todos se volvían para escucharlo. Él mantenía sus ojos cerrados gran parte del tiempo, y el resto de su cara mostraba el empeño que ponía en transmitir el significado de sus palabras. La música era de una belleza inquietante, sus dedos talentosos trabajaban en las cuerdas de la guitarra con facilidad y práctica mientras que su voz bañaba a Kurt como el más cálido de los océanos. Kurt se permitió dejarse cubrir por esa voz, para perderse en ese momento, hasta que todo a su alrededor se desdibujó y su atención sólo se centró en la figura solitaria en el escenario.

Kurt no conocía las dos primeras canciones, pero eso no le impedía disfrutar de ellas, o más bien, disfrutar de Blaine interpretándolas. Pero luego se dirigió al piano, la audiencia reía mientras él comenzaba a cantar la bien conocida canción, pero en una forma más lenta y más efectiva, y luego todo el estómago de Kurt colapsó y su ritmo cardíaco se aceleró cuando sintió los ojos de Blaine en él cuando llegó al coro.

"Lets go all the way tonight,
No regrets, just love.
We can dance until we die,
You and I we'll be young forever.

(Vayamos hasta el final esta noche
sin arrepentimientos, sólo amor.
Podemos bailar hasta morir,
Tú y yo seremos jóvenes por siempre.)

.

You make me feel like I'm living a
Teenage Dream, the way you turn me on,
I can't sleep, let's runaway and don't ever look back,
Don't ever look back."

(Tú me haces sentir que estoy viviendo un
sueño adolescente, la manera en que me enciendes,
no puedo dormir, huyamos y no miremos atrás,
no miremos atrás.)

— ¡Mierda! ¿Este tipo es de verdad? —Puck lloró fuertemente.— ¡Está cantando una canción de niñas!

— Y suena increíble, —Sam interrumpió, mirando fijamente a Puck y luego a Kurt, haciendo énfasis silenciosamente en que Puck tenía que callarse. Dos manchas de color rosa aparecieron en lo alto de las mejillas de Kurt y sintió que sus manos comenzaban a sudar. ¿Era realmente posible que Blaine estuviera cantándole a él? ¿En serio? ¿Un tipo tan bien parecido, que podría tener una basta cantidad de niñas o niños de dónde elegir, había decidido hacer énfasis en la sexualidad de esta canción y dirigirla hacia él, un Kurt Hummel de quince años? Cuando Blaine llegó a la parte de la canción que mencionaba "jeans ajustados", "corazones acelerados" y "manos sobre el cuerpo del otro", Kurt llegó a su límite y corrió al baño. Salpicando agua fría en su cara, quiso que sus hormonas adolescentes excesivamente entusiastas se comportaran mientras se miraba en el espejo.

— ¿Qué está pasando aquí? —Se dijo a sí mismo.— ¿Qué... está... pasando? —Era como si el mundo estuviera girando demasiado rápido y él se quisiera bajar. Kurt era gay. Kurt sabía que Kurt era gay, su padre lo sabía, sus amigos lo sabían. Miraba a los chicos en revistas y sentía... excitación. Indicios de emoción, física y mental, que hacía todo lo posible por ignorar. Sentía una urgencia que algunas veces era compulsiva y que hacía que, gimiendo de pena, cambiara las sábanas de su cama en medio de la noche. Pero nunca, en sus quince años, había conocido a otra persona gay, a menos que contara a los papás gays de Rachel, pero no lo hacía. Y él ciertamente nunca había estado coqueteando con alguno. Y eso si Blaine era realmente gay. Podría haber tomado una o dos cervezas, razonó Kurt. Blaine podría ser uno de esos tipos que se volvían demasiado coquetos con todo el mundo cuando consumían alcohol. Sí. Eso era todo. Él era un borracho coqueto, Kurt se obligó a pensar. Un borracho coqueto que bromeaba con él, que sólo jugaba con él porque Kurt no le interesaba en absoluto.

Al regresar del baño, Kurt rápidamente apartó la mirada al ver cómo Blaine tomaba de una botella de agua, pero aún inconscientemente lamió sus labios al ver su manzana de Adán moviéndose en la garganta. Blaine se dirigió de nueva cuenta hacia la guitarra, posándose en el banco y hablando por el micrófono.

— Entonces uh... una canción más esta noche, —se rió, y un pequeño coro de "ah's" se escuchó.— Pero estaré aquí la semana que viene. —Dicho eso, empezó a cantar. Kurt no estaba familiarizado con la melodía, pero cada una de las malditas palabras eran un éxito, y por enésima vez esa noche, Kurt se encontraba luchando por respirar.

"My life is brilliant,
My love is pure.
I saw an angel, of that I'm sure.
He smiled at me on the subway, he was with another man
But I won't lose no sleep on that
Cause I've got a plan.

(Mi vida es brillante,
mi amor es puro.
Vi un ángel, de eso estoy seguro.
Me sonrió en el tren suburbano, él estaba con otro hombre
Pero no perderé el sueño por eso
Porque tengo un plan.)

.

You're beautiful,
You're beautiful,
You're beautiful, it's true.
I saw your face in a crowded place
And I don't know what to do,
Cause I'll never be with you.

(Eres hermoso,
eres hermoso,
eres hermoso, es verdad.
Vi tu rostro en un lugar lleno de gente
y no sé qué hacer,
porque nunca estaré contigo.)

.

Yeah, he caught my eye
As I walked on by,
He could see from my face that I was
Flying high,
And I don't think that I'll see him again, but
We shared a moment that will last til the end.

(Sí, me llamó la atención
mientras caminaba por ahí,
él podía ver en mi cara que yo estaba
volando alto,
y no creo que lo vuelva a ver, pero
compartimos un momento que durará hasta la eternidad.)

.

You're beautiful,
You're beautiful,
You're beautiful, It's true.
There must be an angel with a smile on her face
When she thought up that I should be with you.

(Eres hermoso,
eres hermoso,
eres hermoso, es verdad.
Tiene que haber un ángel con una sonrisa en el rostro
cuando se le ocurrió que yo debería estar contigo.)

.

But it's time to face the truth...
I will never be with you."

Pero es momento de enfrentar la realidad...
Nunca estaré contigo.)

— Te lo dije —susurró Santana en su oído cuando dejaron de oírse los aplausos.— Más gay que una convención de Liza Minelli.

Kurt tomó una decisión. Le daba caos, pero esa idea se coló súbitamente en su cabeza y antes de que pudiera pensar demasiado en ello, su silla rechinó en el piso de madera y sus piernas temblorosas lo estaban llevando hacia Blaine, que se había vuelto de espaldas para guardar su guitarra en el estuche.

— Tienes una voz preciosa, —dijo Kurt en voz baja. Creyó que tal vez se podía imagina la forma en que Blaine se sacudía suavemente, pero definitivamente no se había imaginando la sonrisa deslumbrante que le ofreció a Kurt cuando se dio la vuelta.

— Gracias. Me alegra que te haya gustado.

— Esa canción... la última... ¿tú la escribiste?

— No, —Blaine se rió en voz baja.— Eso quisiera. Es de James Blunt, un tipo británico. Yo sólo cambié los "she's" a "he's" y los "her's" a "him's". Deberías checar algo de su música. Es muy bueno.

— Entonces, ¿eres gay? —exclamó, poniéndose rojo cuando inmediatamente se arrepintió de sus palabras.

— Sí. —respondió Blaine de forma sencilla, y no se notaba ofendido en lo más mínimo, lo que estimuló a Kurt.

— Vaya, qué bien. Yo también... Gay. Quiero decir... soy gay.

— Muy bien. —Blaine sonrió torpemente, sin saber lo que tenía que decir o hacer con esa información y, finalmente, se decidió por dar un ligero y suave apretón en el antebrazo del niño.— Será mejor que me vaya. Nos vemos después, en algún momento.

— ¿Conoces a gente gay? —Las palabras salían rápidamente de la boca de Kurt, y aunque inmediatamente quizo poder retroceder, o fingir que había dicho algo más, era más que claro que Blaine lo había escuchado.

— Sí, —dijo, riendo suavemente, deslizando su guitarra en su hombro y se puso de pie.— Pero supongo que tú no, ¿cierto? No encuentras muchos en Lima, Ohio.

— No, —dijo Kurt ruborizándose.— Yo soy el único de mi escuela.

— Eso debe ser duro, —dijo Blaine amablemente. Mirando hacia arriba, Kurt vió lástima. Él no quería la piedad de este hombre, él quería admiración, respeto, cariño. Eso es lo que quería por encima de todo.

Él quería ser amado.

— Me las arreglo bien, —dijo arrogante, aunque ambos notaban que finjía.

— Estoy seguro de que así es. Bueno, será mejor que me vaya. ¿Nos vemos la semana que viene? —Blaine preguntó por cortesía, pero inmediatamente se arrepintió cuando el rostro del niño se iluminó como un árbol de Navidad.

— Me encantaría, —respondió sin aliento.

Blaine pudo haberse detenido para explicarle... Decirle que sólo lo había dicho por cortesía y no porque tuviera una necesidad imperiosa de volver a verlo, pero él no podía hacer eso, el chico parecía bastante frágil. Además, estaba esa sensación persistente que no desaparecía, y que le estaba diciendo que la necesidad imperiosa era real. Así que en vez de justificar lo injustificable, le regaló una pequeña sonrisa y una inlcinación de cabeza antes de alejarse.