Rosy y Claudia, amigas, este fan fic está dedicado a ustedes por ser unas
amigas, tan maravillosas y cuyos corazones son dignos de apreciar, espero
amigas mías que les guste está historia que con mucho esfuerzo, y
dedicación escribí para ustedes ,y que en ambas siempre reine la eterna felicidad, la alegría, amor, armonía y paz, no olviden nunca que yo siempre
estaré ahí para ustedes, y que en mí tienen una amiga, que las aprecia
mucho, estima y quiere les dedico está historia la cual se titula:
Atormentado Corazón
Heero X Duo
By Loreto W
En la oscuridad de aquella habitación completamente silenciosa, aquel joven muchacho y piloto Gundam, de atractiva figura y actitud estoica, se encontraba melancólicamente observando con sus ojos color cobalto sin brillo de vida alguno, la luna, una hermosa luna llena, resplandeciente y luminosa, incluso alegre que le recordaba peculiarmente a Duo, el carismático y hablador chico sonriente con hermosos ojos color violeta que tanto lo hechizaban y amaba, y seguiría amando incluso a Duo, ahora que era demasiado tarde. Las imágenes volvían a su mente una y otra y otra vez, aquellas desgarradoras, torturantes y terribles imágenes que herían y clavaban su corazón como mil dagas filosas e incrustadas, embargándolo de un dolor demasiado aniquilador incluso para su corazón y alma destruidos, su corazón punzaba y dolía fuertemente y su cuerpo ya ni siquiera obedecía a las ordenes del antiguamente soldado perfecto, ahora solo era un objeto, objeto y presa del dolor que sentía y que cada vez más oprimía su pecho con mayor intensidad, podía aún ver las imágenes, oír los gritos, y sentir las lagrimas de Duo en su pecho, y la sangre que brotaba de las heridas de su desvalido trenzado en aquel momento, quien no volvería jamás del lugar donde su alma y espíritu quizás se encontrarían y donde tampoco rastro alguno de él había quedado.
La brillante luna hacia traspasar unos luminosos y curiosos rayos que iluminaban el rostro y facciones de Heero, quien se encontraba observando embelesado esa luna, aquella luna que su Duo tanto contemplaba y aquella luna que le recordaba a su baka trenzado, quizás por sus sonrisas, quizás por sus brillantes y expresivos ojos que observaban en momentos pasados la luna con tanta admiración y quizás esa luna que ahora observaba Heero le recordaba a los ojos violáceos de Duo, esos ojos violetas que él, sin darse cuenta lo miraban admirado con gran dulzura, alegría y amor únicamente para él, de la misma forma que sus sonrisas eran capaces de dejarlo sin palabras, para solo lograr que sus respuestas fueran afirmaciones de cabeza o confusos monosílabos, y ahí continuaba Heero, en aquella habitación completamente en penumbras torturando más y más su corazón, en aquella habitación tan oscura como su miserable vida que para él, desafortunadamente sin Duo no valía, no despegaba su vista de aquella luna, y mientras la contemplaba, en su corazón su único anhelo era volver a verlo a él a Duo...
- Duo fui yo el baka, la paz ahora reina sin embargo, mis batallas aún no han terminado, quizás ya no sea el soldado perfecto, pero incluso en tu ausencia lucho, contra mi propio sentir Duo. Mi corazón ha cambiado y lucho contra el remordimiento de no haber regresado, aunque tu cuerpo estaba casi inerte te hubiera llevado conmigo, y estrechado entre mis brazos aspirando tu aroma, como tanto desearía hacerlo ahora Duo... Sin embargo eso es solo una ilusión de tenerte vivo a mi lado, al igual como estas en mi corazón, jamás me di cuenta de lo vulnerable que sería sin ti aún a pesar de haber sido un soldado frío, sin sentimientos. Por mucho tiempo calle lo que sentía por ti obligándome como soldado a reprimir mis sentimientos, pero ese Heero, que tu conociste no era más que la mascara y fortaleza de lo que soy ahora, y de quien sufre y desea morir por ti Duo, pero te perdí... para siempre, no importa las veces que grite tu nombre, tu no volverás, ha pasado 1 año y aún no he podido sobrevivir a esto Duo porque fui yo quien acabo contigo y te abandono...
Flash Back
Las misiones habían finalizado, y la paz que tanto se anhelaba ahora reinaba en la Tierra. Luego de la destrucción de la Nave de Combate Libra, los 5 pilotos Gundams, habían decidido separarse y tomar caminos distintos, cada uno siguiendo su propia vida. Antes de separarse, luego de haber combatido desesperadamente y lograr la paz que desde un principio fue su objetivo, Duo se acerco a Heero y entonces, ya jamás volvió a ser el mismo. A pesar de ser él, algo en su interior estaba cambiando y al mismo tiempo en sus confundidos mente y corazón en efecto algo había cambiado y ahora solo poseía un atormentado corazón...
Era un día soleado y hermoso un día totalmente maravilloso que prometía ser fantástico, los rayos del sol brillaban, iluminando todo alegremente, haciendo resplandecer todo, era un día despejado y pocas nubes se podían apreciar en el vasto y cristalino cielo, no obstante, desde este día todo comenzaría con una tempestuosa tormenta sobre todo para el corazón de Duo...
- ¡Hey! Hee chan, ¿no te parece grandioso?, Finalmente pudimos lograr la paz y gracias a ti especialmente, y a Wing Zero, ¿no te parece fabuloso? Heero, ¿Me estás escuchando Heero? - Pregunto incesantemente un alegre Duo.
- Hn - fue la simple respuesta del piloto del Gundam Zero, para el fastidio de Duo, entonces Duo estaba decidido a que en esta ocasión, revelaría algo muy importante que por mucho tiempo oculto para si mismo en su corazón una verdad muy profunda y quizás dolorosa que concernía a Heero...
- Heero hay algo que quiero decirte desde hace mucho tiempo - la voz y el estado de animo de Duo ya no parecían los mismos de hace un momento, su voz se oía quebrada y su cuerpo temblaba en signos de nervios y de sus ojos amenazaban con caer lagrimas, Heero se percato de los cambios notorios de su compañero y le prestó atención, pero como siempre Heero mantenía su actitud de soldado, se veía impasible, su rostro atractivo, reflejaba frialdad y su voz no demostraba signo alguno de emoción o alguna clase de sentimiento.
- Baka ¿qué quieres?, Será mejor que hables de una vez. - expreso naturalmente Heero mientras el cuerpo de Duo, temblaba más.
- Heero lo que quiero decirte es que yo, yo... te. "Rayos no puedo decirlo" - Duo no pudo continuar, las palabras salían de su boca articuladas torpemente.
- Baka, habla de una vez - ahora el tono del soldado era de fastidio y sin más rodeos Duo logro decir lo que corazón tanto tiempo guardo con recelo, aquel secreto.
- Heero lo que quiero decirte es ¡¡¡ te amo!!! - Lagrimas de Duo caían de nervios, su cuerpo temblaba, su corazón parecía oprimir su pecho con más fuerza, estaba pálido, Heero lo observaba con una mirada penetrante, fría, y abrumadora.
- Duo... - pronuncio Heero con un tono de voz más suave, y Duo solo levanto sus ojos para encontrase con una mirada aun fría por parte del joven estoico, Heero se acerco a Duo a su rostro, tomo su barbilla con sutileza, y limpio las cristalinas lagrimas de Duo, entonces se separo del piloto Deathscythe ante su mirada asombrada y le dijo:
- Baka, eres un tonto sentimental, ¿amor? Eso es lo que sientes, no son más que distracciones que interfieren en tu mente y en tus acciones, ¿acaso es por eso que tuviste dificultades en tantas misiones? Duo, todo este tiempo has puesto en peligro nuestra misión de conseguir la paz, no necesito una interferencia como tú, será mejor que te alejes de mí, vete - Se dio vuelta y se alejo dándole la espalda a un atónito Duo.
- ¡Heero!, ¡Nooo!, ¡ Espera!, ¡¡¡Por favor!!!, ¡Yo te amo!, ¡No me dejes! , ¡ Noo Porfavor!, ¡Déjame estar a tu lado! - Corrió y logro alcanzarlo. Se sujeto de cintura de Heero, en un abrazo, mientras lloraba sobre la espalda del frío soldado y cada vez intentaba aferrarse con más fuerza, mientras Heero solo intentaba soltarse.
- ¡Suéltame Baka! - Esta vez el tono de voz de Heero fue de completo enfado y lo empujo fuertemente arrojándolo al suelo, y se alejó sin mirar atrás, mientras Duo intentaba seguirlo parándose dificultosamente y muy adolorido, tanto de su corazón como su cuerpo. Duo amaba a Heero con todo su corazón, con todo su ser, por eso adolorido intentaba seguirlo para suplicarle que no lo abandonara, lo amaba demasiado, Duo siempre había sido un muchacho desafortunado desde su infancia, y tal vez por eso Duo comprendía, amaba y admiraba a Heero, puesto que el soldado perfecto, fue enseñado con un duro entrenamiento especial y muy doloroso a reprimir sus sentimientos y emociones, por esa razón Duo sabía que Heero con ese entrenamiento para hacer al soldado con una tolerancia extrema al dolor fisco, debió haber pasado por un entrenamiento infernal, mucho, peor quizás, que el dolor que desde niño estuvo presente, y sigue en su corazón.
- Hee..chan por favor no te vayas, no me dejes Hee ro - El dolor de Duo era fuerte y sus lagrimas siempre infinitas corrían resbalando por su rostro, entonces logro pararse, y corrió, no importaba a donde fuera, no importaba que se tambaleara de un lado a otro, no importaban las personas con las que chocara, no le importaba el dolor, solo quería alejarse, alejarse, de aquel lugar, corría, corría, el sol del día le daba fuertemente en sus ojos, nublando más aún su visión, ya confusa con las lagrimas de sus ojos, siguió corriendo y de pronto observo levemente, unas siluetas eran las siluetas de unos hombres, vio que esos hombres llevaban un objeto brillante y pequeño y le sonreían con maldad, entonces, ahí en ese lugar, perdió la conciencia y cayo al suelo sin saber nada más.
Duo abrió sus ojos lentamente no sabía dónde se encontraba, todo lo que veía era una luz fuerte que le daba directamente, y todo el lugar era blanco, estaba tendido en una camilla, amarrado de pies y manos, no recordaba nada, y tampoco se veía alguna persona en ese lugar tal parece que estaba solo, forzó un poco las amarras que lo mantenían prisionero y logro zafar su mano y brazos derecho, y con esto pudo salir de aquellas amarras, sin embargo su corazón estaba herido por el rechazo de su amor Heero, no correspondido, su cabeza dolía y su nuca también, sentía una punzada muy fuerte sobre todo en su nuca, acerco su mano a ella, y se percato de que sangraba, entonces, emprendió la huida, continuo corriendo con gran agilidad, pero desorientado con un dolor de cabeza, todo lo que oía eran unas voces casi susurros inaudibles, pero él las oía, sin embargo no sabía que decían, también escuchaba un ruido molesto, todo comenzó a darle vueltas y corrió a pesar de la dificultad intentando escapar de todo, sin embargo, en ese momento algo que repercutiría en el futuro le ocurrió, no supo más de si mismo, ni que le había ocurrido, y cual era su deber y su misión, algo había cambiado en su interior en el interior de su corazón.
Heero se encontraba en su departamento descansando, y a él imágenes de la declaración de Duo venían constantemente a su mente. Había pasado un largo tiempo de aquel suceso con Duo, desde entonces, no lo había vuelto a ver nunca más, aveces parecía oír la voz y risas de Duo y otras los gritos de él, cada noche soñaba con Duo, tenía el mismo sueño constantemente y siempre se preguntaba que significado darle, a aquello que veía en la profundidad de sus sueños. Duo era capturado por unos hombres que acercaban a él, poco a poco con un pequeño y extraño objeto metálico muy diminuto, la siguiente imagen era negra, no se veía nada, solo se oían gritos de oposición por parte de Duo, entonces despertaba agitado, con una extraña sensación que identificaba como preocupación, se sentía culpable y mal por Duo y debía aceptarlo extrañaba a su compañero, incluso se asombraba por ello, no podía olvidarlo, y mientras más lo intentaba más los recuerdos de Duo aparecían en su mente, todo en el trenzado era demasiado difícil olvidar, su voz constante y agradable aunque aveces distrayente y ruidosa, sus risas constantes, sus bromas, que lo hacían salir de sus casillas, su ojos violáceos tan profundos y hechizantes, hipnóticos quizás, sus labios tan seductores y exquisitos al observarlos, su aroma tan peculiar y embriagante, y su cuerpo tan perfecto y bien dotado, que lo hacían ver sensual, y atractivo, ¿sensual?, ¿Atractivo?, ¿Desde cuando el Heero Yuy se fijaba tan detalladamente en su ex compañero de misiones?, Tenía que admitirlo el trenzado era atractivo y lo recordaba perfectamente, sin embargo se sentía culpable y quizás cansado por eso pensaba y pasaban por su mente aquellas ideas que para él eran incompresibles, y sin importancia.
Heero de pronto escucho un extraño ruido era de su computadora portátil que se encontraba encendida sobre una mesa pequeña en su dormitorio, se acerco a ella y presiono la tecla que le permitió comunicarse con la persona que estaba enviando aquella comunicación y repentinamente la figura de una persona apareció, una persona por la cual Heero abrió sus ojos en signo de asombro, pero conservó la postura, a pesar de todo, esa persona era...
- ¿ Doctor J
- Heero, me alegra comunicarme contigo muchacho, sin embargo es necesario, que te informe de un movimiento secreto que se está realizando. Heero la paz que vive la Tierra y sus habitantes no es más que un sueño temporal aparentemente he descubierto que una cantidad numerosa de políticos que trabajan clandestinamente manteniendo la paz, han sido asesinados, no se ha descubierto la identidad de este asesino, pero se sabe que es quien causa estas matanzas, es un sanguinario, que disfruta a sangre fría asesinar a sus víctimas, no es cualquier persona común, tal parece que quienes están relacionados con este asesino lo consideran una arma difícil de derrotar, tu misión será encontrarlo y eliminarlo incluso a aquellos que estén tras la creación de él, es una amenaza tanto para las colonias, la Tierra y la paz, Heero no debes fallar, espero tu reporte próximamente. - Y corto la comunicación.
- Misión Aceptada, acabaré con cualquiera que amenace la paz - Heero tecleo en su computadora buscando información, de los lugares en donde habían sido los últimos asesinatos, hábilmente pudo descubrir información y sacar conclusiones, entonces, se decidió a ir a los posibles lugares en donde quizás podría encontrar pistas sobre este asesino, el Doctor J, le había informado que no era una persona común, y que era alguien muy difícil de derrotar, no importaba quien sería Heero estaba decidido a acabar con ese asesino.
Heero tomo su arma, saliendo decidido del departamento, vestía unos pantalones de mezclilla ajustados, remarcando sus nalgas perfectamente, y una camisa de seda con cuello, amarilla, abierta en su pecho dejándolo al descubierto, luciendo unos sensuales pectorales. La noche estaba fría y el viento azotaba cada rincón de aquella ciudad, sin embargo esto no detendría al joven muchacho de ojos cobalto, como la paz había llegado no era necesario usar un Gundam por eso, confiaba en sus propias habilidades de soldado, perfecto. En otro lugar un poco lejano a la posición de Heero se llevaba a cabo una masacre de políticos...
Con el transcurrir del tiempo y en la plenitud de la noche, el viento azotaba frecuentemente los rincones de los lugares con gran ímpetu, mientras la sangre roja y cálida, de muchos hombres, de diferentes edades, ni muy jóvenes, ni muy ancianos, caí gota a gota, enfriándose, cada vez más junto con la noche, el cuerpo de unos hombres, políticos, para ser exactos yacía inerte en el suelo acompañados cada uno de sus respectivos charcos de sangres, algunos de ellos habían sido decapitados, al parecer, la herida de sus cuellos, era la causante de su decapitación, un corte rápido y profundo producto solo de un experto asesino... En la misma escena sangrienta en está noche se veía la sombra, la sombra de una silueta que mantenía en sus manos un cuchillo lleno de sangre, pero aquel cuchillo era bastante delgado, quizás era una navaja de hoja delgada. Aquella silueta era la de una persona cuyos ojos en la noche brillaban con un color rojizo, sediento de sangre y una sonrisa diabólica podía ser indentificada en la mueca que en la sombra se reflejaba, entonces aquella silueta desapareció fugazmente solo se pudo ver su cabello muy peculiar.
La noche había finalizado y los rayos del sol, recién aparecido daban de golpe en el rostro de Heero quien aún continuaba buscando al supuesto asesino que como objetivo para su misión debía eliminar, entonces, diviso un cuerpo que lo dejo perplejo, Duo se encontraba tendido en el suelo y se veía completamente golpeado, tenía leves manchas de sangre en su cuerpo, Heero lo tomo en sus brazos sin dudar ni un instante, y con aquella cercanía que mantenía con el inconsciente trenzado podía percibir la poca calidez del cuerpo del baka trenzado, y además, un aroma que lo embriagaba y inundaba todos y cada uno de sus sentidos exquisitamente, ese aroma lo hechizaba, lo hacía sentir vulnerable y débil, lo embarga completamente y lo hacía sentir en el cielo, observo el rostro de Duo, sus labios finos y sensuales se encontraban entre abiertos por su respiración, su piel era suave, parecía un ángel durmiendo en aquel estado, tranquilo, relajado, descansado, le parecía increíble que su compañero, tuviera semejante belleza etérea, Heero continuaba contemplando aquellos labios, y esos labios tan irresistibles le susurraban palabras tentadoras para probarlos, el embriagante aroma de frutas de Duo, la visión de su angelical rostro todo lo estaba controlando y manipulando, impulsando a cometer un acto, acerco su rostro al del Duo dispuesto a besarlo deleintandose con la calidez y sabores misteriosos de su boca, entonces se acerco para el fino y efímero toque que le dio a los labios de Duo, su corazón latía fuertemente aumentando a cada segundo cada latido, acelerándolos, más y más. Un calor envolvía su rostro, quizás un leve sonrojo, solo uno leve casi imperceptible, sentía un calor y escalofrío recorrerlos de pies a cabeza, envolviéndolo completamente, entonces unió sus labios con los de Duo fue solo un roce, permaneció ahí por pequeños y leves segundos, solo estaba unido por los labios de Duo sentía la calidez del rostro del trenzado, entonces, introdujo su lengua en la boca de Duo, probando, explorando y descubriendo no solo nuevos sabores sino que extrañas sensaciones y emociones, entonces sintió como unos brazos, en su cuello lo sujetaban posesivamente, obligándolo a profundizar más aquel beso, aquellos brazos acariciaban su espalda con dulzura y anhelo, Duo ya estaba despierto disfrutando de la exquisitez de los labios seductores del soldado perfecto, ambos continuaron con aquel beso, más profundo, más fogoso, más apasionado, ambos fusionando sentimientos ocultos. Entonces, se separaron, Duo sonreía su corazón latía, era más que evidente su sonrojo, una vista, sencillamente exquisita por parte de Duo, además de sus ojos brillantes de vida, ambos estaban hundidos en sus miradas, cobalto y violeta, profundas, y eternas, entonces, Heero rompió el magnético hechizo.
- Duo te llevare a mi departamento y curare tus heridas ¿ estas de acuerdo? - Heero lo miro con una mirada diferente, esperando respuesta.
- Sss...s.si - respondió tímidamente Duo fue más un susurro que una respuesta.
Ya en el departamento de Heero las esperanzas de Duo aumentaban quizás Heero le correspondía, o sentía algo por él por mínimo que sea, sin embargo Duo le había correspondido el beso a Heero, no puedo rechazar tan magnifica oportunidad, sin embargo sentía una opresión en su pecho, no podía olvidar, la forma de rechazo de Heero.
- Listo ahora tus heridas están curadas, ¿ estas bien? - Heero actuaba como si nada hubiera sucedido.
- Sí, muchas gracias Heero, se... será mejor que me vaya ahora, yo no quiero causarte molestias y estorbarte - las ultimas palabras las dijo con todo el dolor que sintió aquella vez en su declaración y que sentía ahora, por lo que había ocurrido momentos atrás.
- Duo - pronuncio firmemente Heero y este lo miro directamente a los ojos, que amenazaban con derramar lagrimas cristalinas.
- Duo no quise golpearte aquella vez, tampoco decir esas palabras, ni mucho menos besarte, eso fue un error irreparable, solo un error. - Duo solo le sonrió falsa y tristemente, la tristeza de sus ojos reflejaba su evidente sentir.
- No te preocupes Heero yo estoy bien - intento sonreír, pero las lagrimas estaban acumuladas en sus orbes violetas. Heero se sentía extraño no sabía desde cuando, pero no le gustaba ver a Duo en ese estado, la cercanía con su trenzado, ¿Su trenzado? Desde cuando el baka le pertenecía, definitivamente la cercanía con Duo le estaba afectando busco una excusa, necesitaba alejarse por un momento, quizás así recobraría su postura, y mantendrías sus ideas y emociones firmes y claras.
- Duo, será mejor que tomes un baño será bueno para curar tus heridas.
- ¿Eh?, es..esta bien - entonces Duo se dirigió al baño se quita sus prendas una por una tirándolas al suelo con sutileza, su figura delgada y desnuda, se contemplaban perfectamente, entro al baño, por supuesto, su cabello estaba desatado y caía desordenado sobre su espalda, comenzó a masajear su cabello para lavarlo, mientras el agua y cada gota resbalan primero por su espalda, luego por su torso, sus glúteos y nalgas perfectamente formados, y bajando por todo su cuerpo. Mientras tanto Heero entraba al baño dejando ropa limpia y cómoda para Duo, entonces, lo que sus ojos vieron lo dejaron, estupefacto, observaba detenidamente, el cuerpo de Duo tras la cortina transparente, pero más que el cuerpo de Duo veía su rostro específicamente, relajado por el agua, sonriente, mientras masajeaba su cuerpo de una forma provocativa, incitadora y completamente abrumadora y seductiva, Heero estaba hipnotizado ante tal belleza, estaba sin movimientos, quieto, embelesado, solo observando, contemplando, entonces salió del trance y hechizo de la melodiosa voz que escuchaba del trenzado y de su figura, cuando salió del baño un calor indescriptible lo embargaba, se sentía, nervioso, agitado, exaltado, ¿Acaso la imagen de Duo lo había excitado?, No tonterías el no sentía nada que no pudiera controlar, sin embargo estas emociones y sensaciones que sentía, si era algo que no podía controlar, las emociones que sentía, por primera vez, lo estaban dejando indefenso, jamás había sentido tantas cosas juntas, tenía que admitirlo realmente había estado pensando en Duo, en sus sonrisas, sus hermosos ojos, las lagrimas que había derramado, sus sonrisas, hermosa voz, su agradable risa. Heero estaba en un trance, estaba siendo abrumado, recordando todas las veces desde aquella declaración que recordó a Duo, ¿acaso Heero estaba enamorado?, ¿Acaso sentía amor?, ¿Él, un soldado?, No su mente se negaba a aceptarlo, jamas dejaría que algo como el amor lo dominara, interviniendo en sus pensamientos y misiones, jamás se enamoraría, ni muchos menos de un hombre, ni de una molestia como Duo, pero su corazón se negaba a aceptar a aquella idea, su mente decía que no amaba el trenzado, pero su corazón se oponía, y dolía al sentir sus palabras de que Duo era un inútil, ¿ por que? Se preguntaba porque su corazón dolía, entonces su cabeza comenzó a doler, muchas preguntas, preguntas sin responder inundaban su cabeza.
Duo ahora salía del baño con tan solo una toalla sujeta en su cintura y su cabello suelto, no quería usar la ropa de Heero, lucía el cabello suelto y mojado, caí por su espalda, empapado, y lo hacía ver completamente maravilloso, observo a Heero y corrió a su lado estaba preocupado, Heero lucia confundido, agobiado, abrumado.
- Heero, Heero ¿estas bien?, ¿ Que te sucede?
- Baka, no me toques, no es nada - entonces levanto su rostro y vio a un verdadero ángel, vio a Duo quien lucia seductivamente solo una toalla en su cintura, ahora Heero, estaba completamente anonadado, sentía ese calor recorrerlo nuevamente, mientras olas de corriente, envolvían su cuerpo, su mente ya no razono bien, solo su corazón lo estaba manipulando, su corazón que latía velozmente, comprendía lo que estaba pasando, de pronto, Heero reacciono y a su mente y su cuerpo vinieron recuerdos, recuerdos inesperados, recordó en su mente una incontable numero de veces que hizo callar a Duo sonrojado sin que este lo notara, recordó cada vez que llamaba "baka o estorbo" para que Duo se alejara y su corazón y cuerpo recordaban la sensación tan exquisita que sentía cuando el trenzado estaba cerca, y el nerviosismo por tener algún leve contacto físico, como un roce, o una caricia, al estar juntos en misiones, así como un leve toque de sus cuerpos, todos estos sentimientos estaban despertando en Heero, ya no se mentiría debía aceptarlo, amaba a Duo, su mente mil millones de infinitas y más veces, se lo cuestiono sin embargo, su corazón siempre sintió algo por Duo, pero su mente pudo más y callo ocultando y negándose se sentimiento, pero ahora, Duo estaba ahí, ambos estaban en una habitación solos y Heero amaba a Duo, y entonces, su corazón pudo más y lo impulso, tomo a Duo por la cintura, y en un movimiento ágil lo acercó a su cuerpo, y le quito la toalla que llevaba puesta.
- Heero ¿qué haces? ¿Heero?
- Oh Duo, Duo - y recorrió el cuello del trenzado con besos, besos apasionados y fogosos, que sentía por el joven causante de su amor, y lo acariciaba lo acariciaba con sobre protección y lo aferra a su cuerpo, no quería dejarlo, no quería perderlo, no quería herirlo ni hacerlo sufrir, solo deseaba amarlo, y hacerle sentir este nuevo amor, que a cada segundo brotaba apasionadamente de su corazón, el quería besar a Duo, tenerlo para siempre, y amarlo por siempre.
Heero Yuy el soldado perfecto y frió que se negaba a sentir amor por Duo Maxwell, en una batalla incasable por ganarla, había perdido notoriamente, cada vez que actuaba fríamente hacia Duo, no era por gusto, sino porque le mismo se enfadaba puesto que para el la voz de Duo y su cercanía con el eran algo perturbador, y en tiempos de guerra, debía tener la mente clara, por eso se en cerro en si mismo y opto por el camino más fácil para las misiones y para él, no obstante, contradictoriamente, a la vez, el ser frío e indiferente con Duo lo hacían sentir una punzada en su pecho, ya que entre más actuaba así el trenzado se ponía triste y ahora precisamente, en esta mañana, Heero estaba dejando salir todos sus sentimientos reprimidos, sentimientos que desde niño en sus entrenamientos para ser " soldado perfecto" quiso liberar, pero desafortunadamente, el castigo por demostrar esas emociones era demasiado doloroso, por esa razón no pudo evitarlo, y cerró en su corazón aquellas emociones transformándose en un soldado sin sentimientos, un soldado perfecto, pero ahora podía intentar ser libre para sentir, sentir y dejarse llevar por el amor que sentía por Duo por esa sensación cálida que sentía en su pecho, y por esas nuevas emociones que surgían en su interior agradablemente, por estar junto a Duo, su Duo, el muchacho cuya forma de ser amaba, Heero amaba de Duo, todo, su voz, su cuerpo, sus gestos, sus sonrisas, su andar, su ojos infinitos de profunda mirada violeta que lo hechizaban, todo, había tardado mucho en aceptar sus nuevas emociones, pero la batalla por controlarlas y reprimirlas había sido perdida, había fallado está misión, pero a él no le importaba solo le importaba Duo, su compañero, amigo y amante, pero más que nada su único amor.
- Ah Duo m te amo - y Heero se dejaba llevar, era verdad amaba a Duo, y ahora este se encontraba en sus brazos, completamente desnudo, y excitado, por las sensuales y seductivas caricias de Heero. Heero recostó a Duo en la cama suavemente, sin despegar sus labios de los finos del trenzado, y se coloco en una posición sobre él, procurando no dejar todo su peso de un solo golpe, Heero tomo las manos del trenzado mientras lo invadía en una lluvia de besos, y con sus manos incito a Duo para que retirara su propia ropa, lo condujo pacientemente a los botones de su camisa, para que Duo hiciera su parte ahora. Duo comenzó desabrochar la camisa de Heero y acaricio sus pezones y su pecho con agilidad, con pasión, con amor y maestría, entonces, le quito la camisa rápidamente, Heero continuaba besando, suavemente el cuerpo de Duo, pasando por su cuello, por su pecho, mientras Duo disfrutaba, todo parecía un sueño, pero no lo era, era una realidad, que ambos disfrutaban plácidamente, Duo sentía entonces, los besos y sensuales mordiscos de Heero sobre su piel acalorada, aquellas caricias lo estaba excitando cada vez más, entonces, Duo hizo un movimiento y empujo fuertemente a Heero quedando esta vez, sobre él, acercó su rostro al pantalón de Heero y en un movimiento lleno de seducción con sus dientes, bajo sensualmente el cierre del pantalón de Heero, mientras Heero se encontraba siendo invadido por una ola de sensaciones, indescriptibles, pero exquisitas, Duo comenzó con sus manos a bajar poco a poco el pantalón de Heero, logrando retirarlo por completo, con la ayuda de su soldado perfecto, para comenzar ahora con el rebelde boxer de Heero, ambos estaban excitados, ambos sentían amor, y ambos anhelaban a cada momento entregar su cuerpos, en completa pasión y desenfreno, para demostrarse de esta forma el amor, tan profundo que sentían en su interior.
- Aaah Duoo - Heero se sentía maravillado un calor lo embargaba profundamente, era un calor sofocante y quemante, que rodeaba todo su cuerpo, al mismo tiempo que olas de placer lo golpeaban, sentía su miembro palpitar, y reaccionar notoriamente a las manos traviesas de Duo, se sentía agradado los toques de Duo le eran exquisitos y embriagantes por el placer que el trenzado le proporcionaba, ahora se encontraba desnudo y sobre él, el cuerpo de Duo, Duo pellizcaba sus pezones los mordía, los rodeaba con su lengua, con deseo, con anhelo, quería unirse y ser uno con Heero, quería sentir que Heero y él siempre serían uno solo, y quería ser solo de Heero para así pertenecerle solo a él, la pasión de ambos cuerpos los quemaba, ambos disfrutaban este momento de completa intimidad, y tanto Heero como Duo estaban sonrojados, sentían un calor en su mejillas, ambos se veían maravillosos, y las gotas de sudor de ambos caían, haciéndolos lucir más sexys, sobre todo por sus cabellos empapados, sus respiraciones eran agitadas, sus labios estaban abiertos y respiraban agitadamente, soltando gemidos, la sensación de sus cuerpos era única con cada leve roce de sus cuerpos, ambos necesitaban saciar la urgencia de sus cuerpos, tocándose y sintiendo más mucho más.
- Duo mm a Duo, por favor sigue
- Duo tomo el miembro de Heero y le llevo a su boca, quería proporcionarle más placer a su soldado, lo introdujo en su boca, mientras Heero extasiado por el placer, se dejaba llevar, y aprovechaba para masturbar a Duo, acariciándolo para desbordar a Duo en placer, todo el placer que sentían era suficiente para expulsar el amor que sentían mutuamente.
- Duooo te amo, Duo aa
- Heero yo también te amo por favor a tómame quiero ser tuyo - Heero no dudo no un instante y cambio posición quedando sobre Duo, introdujo sus dedos en la entrada de Duo quien la instante mostró una mueca de dolor en su rostro, pero la urgencia de ambos los estaba torturando, Heero coloco su miembro completamente húmedo, y goteando por el semen aprovechándolo y utilizándolo como lubricante y entro en Duo, quien lanzo un fuerte grito que fue capturado por los hambrientos y sedientos labios de Heero que se regocijaban con el dulce néctar y elixir de vida y deseo que era la boca, los labios y la lengua de Duo, entonces Heero observo el rostro de su amor completamente sonrojado y se percato de las lagrimas que caían por ese angelical rostro y beso las lagrimas que Duo había dejado salir, al ser penetrado, tanto Heero como Duo se encontraban con sus corazones desenfrenados por amor, llenos de fogosa e intensa pasión, en esa tarde de amor, y cayeron rendidos y agotados, en el tiempo en que habían derramando al mismo tiempo su semilla, en señal de culminación y llegada al clímax,, sus cuerpos descansaban sobre las sabanas de seda, esa tarde fue de total entrega, fue una unión, en cuerpo, alma y corazón, Heero abrazaba a Duo y Duo le correspondió.
La tarde había transcurrido lentamente, y aún no terminaba, llevaban un largo tiempo dormidos, entonces, Duo abrió sus ojos luego de un grato sueño, para encontrase con la mirada brillante y cobalto llena de amor de un sonriente Heero completamente despeinado y acurrucado en su pecho, ambas miradas se cruzaron y ambas reflejaban amor, brillaban en aquella habitación y sus corazones latían al unísono, rítmicamente llenos de paz, amor, felicidad y tranquilidad.
- Hee..Heero..te amor, mi Hee chan (muac)- deposito un tierno beso en la mejilla de Heero
- Duo yo también te amo, shh baka no digas nada solo abrázame.
- Heero - ambos se abrazaron
- Duo, yo jamas había sentido algo así Duo y jamas había dicho lo que sentía, nunca he sido comunicativo, Duo quiero que sepas que estarás a mi lado siempre.
- Hee ro yo - Duo estaba maravillado, no podía creer lo que oía o tal vez sí, pero le maravillaba, que Heero le confesara que lo amaba, se había quedado hipnotizado viendo a Heero como en una especie trance.
- ¡Baka!, ¿ Me estas escuchando? - Le llamo Heero - si alguna vez me dejas me auto destruiré junto con el Zero. - El tono de voz de Heero demostraba decisión - ¿ Baka, dejaras que el soldado perfecto desaparezca?
- ¡¡¡Heero!!!, No digas eso - exclamo Duo en tono de reproche y con una gran sonrisa en su rostro, pero aún con una seña de disgusto.
- Duo - susurro Heero y lo miro a sus amatistas cristalinas. - ¿Lo harás, me dejaras?
- No, Heero, no te dejare, además yo te amo, y sin importar lo que suceda volveré a ti siempre Hee chan, aunque este en mismo infierno, Duo Maxwell regresará, además... si te auto destruyes con Wing Zero, no podrás enseñarme a manejar al Zero, Hee chan y yo realmente quisiera estar junto a ti en la cabina.
- ¿ Qué? - Heero no entendía a que venía algo tan incoherente por parte de Duo en este momento y Duo se percato de ello.
- Sabes Hee chan, siempre he pensado que la cabina de Wing Zero es mucho más amplia que la de Deatscythe, y pues, me gustaría que algún día intentáramos hacerlo ahí - Duo le guiño un ojo pícaramente y sus mejillas estaban rojas, y esperaba la reacción de Heero ante sus palabras, aunque lo que había dicho era verdad sus palabras reflejaban las posibles intenciones de algún nuevo día de pasión con Heero, entonces...
- ¡Baka!, No sabes lo que dices, sería muy incomodo - entonces se sonrojo y sonrió las facciones de su rostro eran relajadas y sonreía ampliamente seguía siendo el mismo, calculador, astuto, hábil, fuerte, solo que ahora las misiones, no dominaban su mente, sino Duo, junto con su corazón.
- Duo tengo una nueva misión y es importante que la sepas.
- ¿Cuál es Hee chan? - Duo lo miro con preocupación.
- Mi misión será protegerte, esa será mi misión de vida, y el día en que la falle dejare de vivir, Misión Aceptada .. Te amo Duo siempre - dijo abrazo a Duo y se quedaron dormidos, aun estaba agotados, la tarde y la noche pasaron, entonces, una nueva mañana, llego.
Duo dormía sin embargo, en sus sueños, podía escuchar una voz, la voz de un hombre que le decía algo, luchaba por alejar de si esas palabras, pero sus esfuerzos eran inútiles, la voz retumbaba en su cabeza, se despertó, sobresaltado con el dolor en su cabeza, Heero dormía profundamente, se levanto de la cama, y se vistió, con la ropa que Heero le había pasado para vestirse, entonces, callo al suelo, el dolor de su cabeza se volvió más fuerte, y golpeaba violentamente, oía unas palabras, palabras incesantes, que se repetían en su cabeza, y pareciera como si solo pudiera oír esas palabras y nada más.
- "Duo Maxwell ya no existe, tú eres Shinigami, El dios De La Muerte, debes acabar con tus enemigos sin compasión, debes eliminar a todos aquellos que se interpongan en tu camino, poderoso Shinigami, ese eres tú el dios De La Muerte y tu deber es asesinar, acabar con los débiles y matar a quienes se interpongan frente a ti, a políticos, pacifistas, a tus amigos, mata a Heero Yuy, Shinigami mata a Heero Yuy, Shinigami acaba con Heero Yuy, tu anhelas la sangre, matar es tu especialidad, tu vida Shinigami, cumple con tu deber, y asesina acaba con las interferencias acaba con ese hombre llamado Heero Yuy...."
Esas voces volvían, su cabeza dolía ¿ quien era él?, Él era... ¿quién era?
- Soy Du... " Shinigami, Shinigami, tú eres quien mata y asesina, tú eres El Dios de La Muerte, cuya vida, es el camino de la sangre" - las voces continuaban.
- Yo soy Shinigami, debo eliminar a todos aquellos que se interpongan en mi camino, en el camino de Shinigami, las interferencias deben desaparecer, debo asesinar, matar, debo matar a Heero Yuy - ahora sus ojos ya no eran violetas, eran fríos, estaban sedientos de sangres, eran rojos, el violeta se había ido, siendo reemplazado por un rojo sangre, que lucia espeluznante en sus ojos, su apariencia daba miedo, trenzo su cabello, y fue a la cocina a buscar un cuchillo, el ya no era Duo, Duo Maxwell en su mente no existía, el era Shinigami, quien provocaba la muerte, quien asesinaba sin compasión, quien eliminaba a aquellas personas que se opusieran a su camino, porque su vida era la sangre, el vivía para matar a sus enemigos, debía matar a aquellos que interfirieran en su camino, debía eliminar a todos ellos, debía asesinar a Heero Yuy, se acerco a la cama, y apunto con el cuchillo directo a corazón de Heero y ataco, la sangre salpico al instante, Heero abrió los ojos, pero ya era demasiado tarde, el cuchillo le había dado, y la sangre había salpicado en el rostro de Duo, pero afortunadamente, había dado en su brazo derecho, Duo aún tomaba el cuchillo ensangrentado en sus manos y a sus pies se encontraba unas gotas visibles de sangre, mientras poco a poco y lentamente el cuchillo goteaba mostrando la evidencia de aquel misterioso acto provocado por Duo..
- Duo ¿qué haces?
- Shinigami, yo soy Shinigami - Duo parecía en un trance. La herida de Heero dolía fuertemente mientras la sangre se esparcía cada vez más, no comprendía que le sucedía a Duo, vio su apariencia, no era Duo, era otro, no era el trenzado hablador, parecía un asesino, preocupado, y sobresaltado intento hacer reaccionar a Duo.
- ¡ Duo!, ¡Duo!, Reacciona Duo - Heero zarandeaba a Duo violentamente, entonces, de pronto, los ojos de Duo recobraron su color violeta, y su rostro reflejo notable confusión, se llevo sus brazos a su cabeza en signo de dolor.
- ¿Duo? ¿ Estas bien? - Heero estaba preocupado no compendia la actitud del trenzado ¿ qué había sido todo eso?, Estaba a punto de ser asesinado por Duo, entonces Duo mostró una mueca de incredulidad en su rostro.
- ¿Heero? ¿Qué ocurrió? ¿Por qué estas sangrando? Yo... no recuerdo nada... oí una voz, pero no recuerdo que decía.
- Duo... no te preocupes, ya paso, será mejor que descanses, Duo yo estoy contigo -Heero abrazo a Duo con cariño, Duo temblaba entre sus brazos, y Heero estaba preocupado no sabía porque Duo había actuado así sin embargo él no dejaría que nada le sucediera el trenzado, Heero tomo el mentón de Duo le miro fijamente a los ojos, los ojos de Duo tenía unas lagrimas, tenía miedo, miedo de no saber que había sucedido de no recordar nada, y de tener un cuchillo ensangrentado en sus manos - iré a lavar está herida regresare enseguida - Heero se acerco y lo beso para calmarlo hizo que se sentara en la cama y se marcho rumbo al baño, por supuesto vistiéndose antes.
Abrió la llave de agua, y lavo su herida, estaba confundido ¿ qué fue todo eso? ¿ Acaso un mal sueño?, No tardo demasiado, la habilidad del soldado perfecto siempre estaba presente, por eso no tardo nada en limpiar, desinfectar y curar completamente su herida. Duo por su parte se encontraba sentado en la cama, su cabeza le dolía nuevamente y recordaba haber oído unas palabras, entonces, todo dio vueltas a su alrededor, ese dolor lo estaba matando, el dolor se intensifico, y nuevamente unas voces resonaron en su mente.
- "Shinigami, no puedes evitar tu destino, debes cumplir tu trabajo, Dios De La Muerte" - Los ojos de Duo se tornaron del color rojo sangre y su sonrisa era diabólica, entonces, decisivamente, se alejo de la habitación de Heero y se marcho, y de él no se supo que sucedió hasta...
Heero salió del baño y se dirigió a la habitación, sin embargo, no había señal alguna de Duo, no sabía que pensar, el trenzado se había ido, sin decirle nada, Heero no saco conclusiones, no dijo nada, solo guardo silencio, se sentó en la cama, y se quedo ahí estático, mientras su corazón punzaba en señal de dolor, y extrañas gotas de agua que el identificó como lagrimas en sus ojos hacían una gran lucha por salir, pero era inútil no podían caer.
- Duo - fue su susurró
Tres semanas habían pasado y no tenía ni las más mínima noticia de Duo, intuía que algo andaba mal, y no sabía como encontrarlo no tenía ni pistas ni rastros de él, desde que Duo se había marchado Heero había vuelto a ser el mismo, alguien frío, sin sentimientos, sin importar nada, más que las misiones, ni siquiera en las misiones su vida era importante, el solo era nuevamente un arma para las batallas, para las misiones, no tenía otra utilidad, y tampoco conocía otro modo de vida. Heero seguía en su vana búsqueda del asesino, no podía concentrarse perfectamente aún Duo se encontraba en su mente, y en su dolido corazón, le había enviado un reporte al Doctor J, indicándole los lugares de los asesinatos más recientes, dándole a conocer que aun no desenmascaraba la identidad del asesino. Inesperadamente en aquella mañana en la que se encontraba frente a su computadora, recibió un correo del Doctor J, en el cual le indicaba su nueva misión y señalaba la ubicación exacta en donde se ocultaba el asesino.
Lugar: Av. X 9987
Misión: Burlar la defensa del laboratorio de experimentos humanos. Localizar al asesino y eliminarlo junto con aquellos que estén implicados con él.
Objetivo: Lograr una paz definitiva para la tierra y Las colonias.
Prioridad: Eliminar al asesino - al final de aquellas ordenes se encontraba un mensaje de Doctor J.
" Heero por ningún motivo debes fallar esta misión, recuerda que... tu prioridad es matar al asesino, confío en ti muchacho"
La misión de Heero estaba clara, no podía fallar, debía acabar con ese asesino pasara lo que pasara, esa era su misión principal, su prioridad, y él Heero Yuy el soldado perfecto por la paz de la Tierra y las colonias, no podía equivocarse, su responsabilidad era mucha, él debía asesinar a aquel que se interpusiera en sus misiones, y esta vez su misión consistía en matar a un asesino verdadero y cualquiera que se opusiera a ello debía ser eliminado por el bien de la paz...
- " Misión Aceptada"
La mañana era templada, Heero se encontraba afuera de aquel lugar, un Laboratorio de Experimentos, pero aquellos experimentos, eran con humanos, vivos, a aquellos científicos que trabajaban secretamente ahí, no les importaba en quienes experimentaba solo, les importaba lograr sus cometidos, usando a niños, mujeres, desvalidos, no les importaba a quien solo les importaba crear, a sujetos que sirvieran como armas para el combate, sujetos que sirvieran como peones para morir, y lograr sus objetivos, había oído muchas veces que aquellos científicos, poseían una alta tecnología, muy desarrollada, y que estaban construyendo un sistema al parecer muy secreto, un sistema capaz de dominar y transformar a cualquiera, pero el no sabía en que era exactamente lo que aquel sistema transformaba a las personas, sin embargo, el debía eliminar a ese asesino, y haría explotar aquel horrible lugar.
Esta vez había vuelto a usar, su ropa de combate, su lycra cómoda y su camiseta verde, llevaba en su lycra su arma, sin embargo, quizás no le sería suficiente para burlar la guardia, afortunadamente llevaba en esta ocasión, una chaqueta manga corta, que le permitía guardar, explosivos y balas, para combatir.
Había 11 guardias en la entrada, evidentemente, era un lugar muy peligroso, y esos científicos ocultaban algo muy importante ahí para tener una guardia como aquella, con tan solo una granada podría matar a unos cuantos, solo debía llamar la atención para que estos no se dieran cuenta, luego los noquearía o les dispararía dependiendo de cómo se diera la situación. Se encontraba a unos metros del lugar, arrojo la granada por arriba, de esta forma con la distancia que llevaba explotaría al caer y los guardias instantáneamente morirían, la granada callo sin embargo de los 11 guardias solo 6 pudieron notarla, los otros murieron , rápidamente Heero corrió hacia ellos, las balas pasaban cerca de su cuerpo, ágilmente se lanzo disparando, derribó a 3 con su arma, ahora solo le quedaban otros 3 esquivo ágilmente las balas, sin embargo una dio en su abdomen, sin tiempo para revisa su daño corporal, se acerco a ellos golpeándolos, pudo derribar a todos, sin embargo, la alarma, de alerta había sonado, se encontraba en un gran apuro, el solo no podría con aquellos, sin tan solo tuviera a su Duo, las cosas serían distintas, recordaba las veces en las que Duo y él había sobrevivido a numerosas misiones suicidas, su trenzado, intento todo lo posible para tener rastros de él, pero por más que husmeara en los sistemas informáticos, nada había logrado, Duo Maxwell no aparecía en ninguna base de datos, la sangre dejaba un notable rastro del camino donde pasaba Heero, estaba en un pasadizo que parecía interminable, unas tenues luces iluminaban aquel corredor, podía sentir el estruendo de las balas intentando rozarlo, afortunadamente ninguna acertaba, sintió como una bala rozaba su brazo, no pudo continuar, callo al suelo, entonces, dio una vuelta rápida, y disparo instantáneamente, matando al enemigo que lo venía siguiendo, su cuerpo aun podía continuar, no podía fallar en su misión, volvió a arrojar un granada, hacia atrás, eliminando a aquellos que tenia la intención de acabar con el, todo aquel que intentara matarlo era su enemigo, rompió su camiseta, y vendo su brazo, evitando que la sangre escapara, la herida de su abdomen también estaba vendada, con su camisa, continuo corriendo, y el pasadizo lo llevo frente a una puerta, que brillaba, tal parecía que estaba abierta, aquella puerta se encontraba a unos metros de distancia.
" Duo...si estuvieras conmigo podrías ver que dentro de poco mis días como soldado acabaran, debo cumplir mi misión acabar con ese asesino y toda esta pesadilla de las guerras por fin terminaran , y las muertes que yo he causado acabaran, ya no volveré a matar nunca más , nunca mas ,sin embargo tu no estas a mi lado, Duo a partir de hora, el soldado perfecto acabara con sus guerras para ser solo un muchacho normal, baka ... trenzado...Duo....mi koi ¿dónde estás?"
amigas mías que les guste está historia que con mucho esfuerzo, y
dedicación escribí para ustedes ,y que en ambas siempre reine la eterna felicidad, la alegría, amor, armonía y paz, no olviden nunca que yo siempre
estaré ahí para ustedes, y que en mí tienen una amiga, que las aprecia
mucho, estima y quiere les dedico está historia la cual se titula:
Atormentado Corazón
Heero X Duo
By Loreto W
En la oscuridad de aquella habitación completamente silenciosa, aquel joven muchacho y piloto Gundam, de atractiva figura y actitud estoica, se encontraba melancólicamente observando con sus ojos color cobalto sin brillo de vida alguno, la luna, una hermosa luna llena, resplandeciente y luminosa, incluso alegre que le recordaba peculiarmente a Duo, el carismático y hablador chico sonriente con hermosos ojos color violeta que tanto lo hechizaban y amaba, y seguiría amando incluso a Duo, ahora que era demasiado tarde. Las imágenes volvían a su mente una y otra y otra vez, aquellas desgarradoras, torturantes y terribles imágenes que herían y clavaban su corazón como mil dagas filosas e incrustadas, embargándolo de un dolor demasiado aniquilador incluso para su corazón y alma destruidos, su corazón punzaba y dolía fuertemente y su cuerpo ya ni siquiera obedecía a las ordenes del antiguamente soldado perfecto, ahora solo era un objeto, objeto y presa del dolor que sentía y que cada vez más oprimía su pecho con mayor intensidad, podía aún ver las imágenes, oír los gritos, y sentir las lagrimas de Duo en su pecho, y la sangre que brotaba de las heridas de su desvalido trenzado en aquel momento, quien no volvería jamás del lugar donde su alma y espíritu quizás se encontrarían y donde tampoco rastro alguno de él había quedado.
La brillante luna hacia traspasar unos luminosos y curiosos rayos que iluminaban el rostro y facciones de Heero, quien se encontraba observando embelesado esa luna, aquella luna que su Duo tanto contemplaba y aquella luna que le recordaba a su baka trenzado, quizás por sus sonrisas, quizás por sus brillantes y expresivos ojos que observaban en momentos pasados la luna con tanta admiración y quizás esa luna que ahora observaba Heero le recordaba a los ojos violáceos de Duo, esos ojos violetas que él, sin darse cuenta lo miraban admirado con gran dulzura, alegría y amor únicamente para él, de la misma forma que sus sonrisas eran capaces de dejarlo sin palabras, para solo lograr que sus respuestas fueran afirmaciones de cabeza o confusos monosílabos, y ahí continuaba Heero, en aquella habitación completamente en penumbras torturando más y más su corazón, en aquella habitación tan oscura como su miserable vida que para él, desafortunadamente sin Duo no valía, no despegaba su vista de aquella luna, y mientras la contemplaba, en su corazón su único anhelo era volver a verlo a él a Duo...
- Duo fui yo el baka, la paz ahora reina sin embargo, mis batallas aún no han terminado, quizás ya no sea el soldado perfecto, pero incluso en tu ausencia lucho, contra mi propio sentir Duo. Mi corazón ha cambiado y lucho contra el remordimiento de no haber regresado, aunque tu cuerpo estaba casi inerte te hubiera llevado conmigo, y estrechado entre mis brazos aspirando tu aroma, como tanto desearía hacerlo ahora Duo... Sin embargo eso es solo una ilusión de tenerte vivo a mi lado, al igual como estas en mi corazón, jamás me di cuenta de lo vulnerable que sería sin ti aún a pesar de haber sido un soldado frío, sin sentimientos. Por mucho tiempo calle lo que sentía por ti obligándome como soldado a reprimir mis sentimientos, pero ese Heero, que tu conociste no era más que la mascara y fortaleza de lo que soy ahora, y de quien sufre y desea morir por ti Duo, pero te perdí... para siempre, no importa las veces que grite tu nombre, tu no volverás, ha pasado 1 año y aún no he podido sobrevivir a esto Duo porque fui yo quien acabo contigo y te abandono...
Flash Back
Las misiones habían finalizado, y la paz que tanto se anhelaba ahora reinaba en la Tierra. Luego de la destrucción de la Nave de Combate Libra, los 5 pilotos Gundams, habían decidido separarse y tomar caminos distintos, cada uno siguiendo su propia vida. Antes de separarse, luego de haber combatido desesperadamente y lograr la paz que desde un principio fue su objetivo, Duo se acerco a Heero y entonces, ya jamás volvió a ser el mismo. A pesar de ser él, algo en su interior estaba cambiando y al mismo tiempo en sus confundidos mente y corazón en efecto algo había cambiado y ahora solo poseía un atormentado corazón...
Era un día soleado y hermoso un día totalmente maravilloso que prometía ser fantástico, los rayos del sol brillaban, iluminando todo alegremente, haciendo resplandecer todo, era un día despejado y pocas nubes se podían apreciar en el vasto y cristalino cielo, no obstante, desde este día todo comenzaría con una tempestuosa tormenta sobre todo para el corazón de Duo...
- ¡Hey! Hee chan, ¿no te parece grandioso?, Finalmente pudimos lograr la paz y gracias a ti especialmente, y a Wing Zero, ¿no te parece fabuloso? Heero, ¿Me estás escuchando Heero? - Pregunto incesantemente un alegre Duo.
- Hn - fue la simple respuesta del piloto del Gundam Zero, para el fastidio de Duo, entonces Duo estaba decidido a que en esta ocasión, revelaría algo muy importante que por mucho tiempo oculto para si mismo en su corazón una verdad muy profunda y quizás dolorosa que concernía a Heero...
- Heero hay algo que quiero decirte desde hace mucho tiempo - la voz y el estado de animo de Duo ya no parecían los mismos de hace un momento, su voz se oía quebrada y su cuerpo temblaba en signos de nervios y de sus ojos amenazaban con caer lagrimas, Heero se percato de los cambios notorios de su compañero y le prestó atención, pero como siempre Heero mantenía su actitud de soldado, se veía impasible, su rostro atractivo, reflejaba frialdad y su voz no demostraba signo alguno de emoción o alguna clase de sentimiento.
- Baka ¿qué quieres?, Será mejor que hables de una vez. - expreso naturalmente Heero mientras el cuerpo de Duo, temblaba más.
- Heero lo que quiero decirte es que yo, yo... te. "Rayos no puedo decirlo" - Duo no pudo continuar, las palabras salían de su boca articuladas torpemente.
- Baka, habla de una vez - ahora el tono del soldado era de fastidio y sin más rodeos Duo logro decir lo que corazón tanto tiempo guardo con recelo, aquel secreto.
- Heero lo que quiero decirte es ¡¡¡ te amo!!! - Lagrimas de Duo caían de nervios, su cuerpo temblaba, su corazón parecía oprimir su pecho con más fuerza, estaba pálido, Heero lo observaba con una mirada penetrante, fría, y abrumadora.
- Duo... - pronuncio Heero con un tono de voz más suave, y Duo solo levanto sus ojos para encontrase con una mirada aun fría por parte del joven estoico, Heero se acerco a Duo a su rostro, tomo su barbilla con sutileza, y limpio las cristalinas lagrimas de Duo, entonces se separo del piloto Deathscythe ante su mirada asombrada y le dijo:
- Baka, eres un tonto sentimental, ¿amor? Eso es lo que sientes, no son más que distracciones que interfieren en tu mente y en tus acciones, ¿acaso es por eso que tuviste dificultades en tantas misiones? Duo, todo este tiempo has puesto en peligro nuestra misión de conseguir la paz, no necesito una interferencia como tú, será mejor que te alejes de mí, vete - Se dio vuelta y se alejo dándole la espalda a un atónito Duo.
- ¡Heero!, ¡Nooo!, ¡ Espera!, ¡¡¡Por favor!!!, ¡Yo te amo!, ¡No me dejes! , ¡ Noo Porfavor!, ¡Déjame estar a tu lado! - Corrió y logro alcanzarlo. Se sujeto de cintura de Heero, en un abrazo, mientras lloraba sobre la espalda del frío soldado y cada vez intentaba aferrarse con más fuerza, mientras Heero solo intentaba soltarse.
- ¡Suéltame Baka! - Esta vez el tono de voz de Heero fue de completo enfado y lo empujo fuertemente arrojándolo al suelo, y se alejó sin mirar atrás, mientras Duo intentaba seguirlo parándose dificultosamente y muy adolorido, tanto de su corazón como su cuerpo. Duo amaba a Heero con todo su corazón, con todo su ser, por eso adolorido intentaba seguirlo para suplicarle que no lo abandonara, lo amaba demasiado, Duo siempre había sido un muchacho desafortunado desde su infancia, y tal vez por eso Duo comprendía, amaba y admiraba a Heero, puesto que el soldado perfecto, fue enseñado con un duro entrenamiento especial y muy doloroso a reprimir sus sentimientos y emociones, por esa razón Duo sabía que Heero con ese entrenamiento para hacer al soldado con una tolerancia extrema al dolor fisco, debió haber pasado por un entrenamiento infernal, mucho, peor quizás, que el dolor que desde niño estuvo presente, y sigue en su corazón.
- Hee..chan por favor no te vayas, no me dejes Hee ro - El dolor de Duo era fuerte y sus lagrimas siempre infinitas corrían resbalando por su rostro, entonces logro pararse, y corrió, no importaba a donde fuera, no importaba que se tambaleara de un lado a otro, no importaban las personas con las que chocara, no le importaba el dolor, solo quería alejarse, alejarse, de aquel lugar, corría, corría, el sol del día le daba fuertemente en sus ojos, nublando más aún su visión, ya confusa con las lagrimas de sus ojos, siguió corriendo y de pronto observo levemente, unas siluetas eran las siluetas de unos hombres, vio que esos hombres llevaban un objeto brillante y pequeño y le sonreían con maldad, entonces, ahí en ese lugar, perdió la conciencia y cayo al suelo sin saber nada más.
Duo abrió sus ojos lentamente no sabía dónde se encontraba, todo lo que veía era una luz fuerte que le daba directamente, y todo el lugar era blanco, estaba tendido en una camilla, amarrado de pies y manos, no recordaba nada, y tampoco se veía alguna persona en ese lugar tal parece que estaba solo, forzó un poco las amarras que lo mantenían prisionero y logro zafar su mano y brazos derecho, y con esto pudo salir de aquellas amarras, sin embargo su corazón estaba herido por el rechazo de su amor Heero, no correspondido, su cabeza dolía y su nuca también, sentía una punzada muy fuerte sobre todo en su nuca, acerco su mano a ella, y se percato de que sangraba, entonces, emprendió la huida, continuo corriendo con gran agilidad, pero desorientado con un dolor de cabeza, todo lo que oía eran unas voces casi susurros inaudibles, pero él las oía, sin embargo no sabía que decían, también escuchaba un ruido molesto, todo comenzó a darle vueltas y corrió a pesar de la dificultad intentando escapar de todo, sin embargo, en ese momento algo que repercutiría en el futuro le ocurrió, no supo más de si mismo, ni que le había ocurrido, y cual era su deber y su misión, algo había cambiado en su interior en el interior de su corazón.
Heero se encontraba en su departamento descansando, y a él imágenes de la declaración de Duo venían constantemente a su mente. Había pasado un largo tiempo de aquel suceso con Duo, desde entonces, no lo había vuelto a ver nunca más, aveces parecía oír la voz y risas de Duo y otras los gritos de él, cada noche soñaba con Duo, tenía el mismo sueño constantemente y siempre se preguntaba que significado darle, a aquello que veía en la profundidad de sus sueños. Duo era capturado por unos hombres que acercaban a él, poco a poco con un pequeño y extraño objeto metálico muy diminuto, la siguiente imagen era negra, no se veía nada, solo se oían gritos de oposición por parte de Duo, entonces despertaba agitado, con una extraña sensación que identificaba como preocupación, se sentía culpable y mal por Duo y debía aceptarlo extrañaba a su compañero, incluso se asombraba por ello, no podía olvidarlo, y mientras más lo intentaba más los recuerdos de Duo aparecían en su mente, todo en el trenzado era demasiado difícil olvidar, su voz constante y agradable aunque aveces distrayente y ruidosa, sus risas constantes, sus bromas, que lo hacían salir de sus casillas, su ojos violáceos tan profundos y hechizantes, hipnóticos quizás, sus labios tan seductores y exquisitos al observarlos, su aroma tan peculiar y embriagante, y su cuerpo tan perfecto y bien dotado, que lo hacían ver sensual, y atractivo, ¿sensual?, ¿Atractivo?, ¿Desde cuando el Heero Yuy se fijaba tan detalladamente en su ex compañero de misiones?, Tenía que admitirlo el trenzado era atractivo y lo recordaba perfectamente, sin embargo se sentía culpable y quizás cansado por eso pensaba y pasaban por su mente aquellas ideas que para él eran incompresibles, y sin importancia.
Heero de pronto escucho un extraño ruido era de su computadora portátil que se encontraba encendida sobre una mesa pequeña en su dormitorio, se acerco a ella y presiono la tecla que le permitió comunicarse con la persona que estaba enviando aquella comunicación y repentinamente la figura de una persona apareció, una persona por la cual Heero abrió sus ojos en signo de asombro, pero conservó la postura, a pesar de todo, esa persona era...
- ¿ Doctor J
- Heero, me alegra comunicarme contigo muchacho, sin embargo es necesario, que te informe de un movimiento secreto que se está realizando. Heero la paz que vive la Tierra y sus habitantes no es más que un sueño temporal aparentemente he descubierto que una cantidad numerosa de políticos que trabajan clandestinamente manteniendo la paz, han sido asesinados, no se ha descubierto la identidad de este asesino, pero se sabe que es quien causa estas matanzas, es un sanguinario, que disfruta a sangre fría asesinar a sus víctimas, no es cualquier persona común, tal parece que quienes están relacionados con este asesino lo consideran una arma difícil de derrotar, tu misión será encontrarlo y eliminarlo incluso a aquellos que estén tras la creación de él, es una amenaza tanto para las colonias, la Tierra y la paz, Heero no debes fallar, espero tu reporte próximamente. - Y corto la comunicación.
- Misión Aceptada, acabaré con cualquiera que amenace la paz - Heero tecleo en su computadora buscando información, de los lugares en donde habían sido los últimos asesinatos, hábilmente pudo descubrir información y sacar conclusiones, entonces, se decidió a ir a los posibles lugares en donde quizás podría encontrar pistas sobre este asesino, el Doctor J, le había informado que no era una persona común, y que era alguien muy difícil de derrotar, no importaba quien sería Heero estaba decidido a acabar con ese asesino.
Heero tomo su arma, saliendo decidido del departamento, vestía unos pantalones de mezclilla ajustados, remarcando sus nalgas perfectamente, y una camisa de seda con cuello, amarilla, abierta en su pecho dejándolo al descubierto, luciendo unos sensuales pectorales. La noche estaba fría y el viento azotaba cada rincón de aquella ciudad, sin embargo esto no detendría al joven muchacho de ojos cobalto, como la paz había llegado no era necesario usar un Gundam por eso, confiaba en sus propias habilidades de soldado, perfecto. En otro lugar un poco lejano a la posición de Heero se llevaba a cabo una masacre de políticos...
Con el transcurrir del tiempo y en la plenitud de la noche, el viento azotaba frecuentemente los rincones de los lugares con gran ímpetu, mientras la sangre roja y cálida, de muchos hombres, de diferentes edades, ni muy jóvenes, ni muy ancianos, caí gota a gota, enfriándose, cada vez más junto con la noche, el cuerpo de unos hombres, políticos, para ser exactos yacía inerte en el suelo acompañados cada uno de sus respectivos charcos de sangres, algunos de ellos habían sido decapitados, al parecer, la herida de sus cuellos, era la causante de su decapitación, un corte rápido y profundo producto solo de un experto asesino... En la misma escena sangrienta en está noche se veía la sombra, la sombra de una silueta que mantenía en sus manos un cuchillo lleno de sangre, pero aquel cuchillo era bastante delgado, quizás era una navaja de hoja delgada. Aquella silueta era la de una persona cuyos ojos en la noche brillaban con un color rojizo, sediento de sangre y una sonrisa diabólica podía ser indentificada en la mueca que en la sombra se reflejaba, entonces aquella silueta desapareció fugazmente solo se pudo ver su cabello muy peculiar.
La noche había finalizado y los rayos del sol, recién aparecido daban de golpe en el rostro de Heero quien aún continuaba buscando al supuesto asesino que como objetivo para su misión debía eliminar, entonces, diviso un cuerpo que lo dejo perplejo, Duo se encontraba tendido en el suelo y se veía completamente golpeado, tenía leves manchas de sangre en su cuerpo, Heero lo tomo en sus brazos sin dudar ni un instante, y con aquella cercanía que mantenía con el inconsciente trenzado podía percibir la poca calidez del cuerpo del baka trenzado, y además, un aroma que lo embriagaba y inundaba todos y cada uno de sus sentidos exquisitamente, ese aroma lo hechizaba, lo hacía sentir vulnerable y débil, lo embarga completamente y lo hacía sentir en el cielo, observo el rostro de Duo, sus labios finos y sensuales se encontraban entre abiertos por su respiración, su piel era suave, parecía un ángel durmiendo en aquel estado, tranquilo, relajado, descansado, le parecía increíble que su compañero, tuviera semejante belleza etérea, Heero continuaba contemplando aquellos labios, y esos labios tan irresistibles le susurraban palabras tentadoras para probarlos, el embriagante aroma de frutas de Duo, la visión de su angelical rostro todo lo estaba controlando y manipulando, impulsando a cometer un acto, acerco su rostro al del Duo dispuesto a besarlo deleintandose con la calidez y sabores misteriosos de su boca, entonces se acerco para el fino y efímero toque que le dio a los labios de Duo, su corazón latía fuertemente aumentando a cada segundo cada latido, acelerándolos, más y más. Un calor envolvía su rostro, quizás un leve sonrojo, solo uno leve casi imperceptible, sentía un calor y escalofrío recorrerlos de pies a cabeza, envolviéndolo completamente, entonces unió sus labios con los de Duo fue solo un roce, permaneció ahí por pequeños y leves segundos, solo estaba unido por los labios de Duo sentía la calidez del rostro del trenzado, entonces, introdujo su lengua en la boca de Duo, probando, explorando y descubriendo no solo nuevos sabores sino que extrañas sensaciones y emociones, entonces sintió como unos brazos, en su cuello lo sujetaban posesivamente, obligándolo a profundizar más aquel beso, aquellos brazos acariciaban su espalda con dulzura y anhelo, Duo ya estaba despierto disfrutando de la exquisitez de los labios seductores del soldado perfecto, ambos continuaron con aquel beso, más profundo, más fogoso, más apasionado, ambos fusionando sentimientos ocultos. Entonces, se separaron, Duo sonreía su corazón latía, era más que evidente su sonrojo, una vista, sencillamente exquisita por parte de Duo, además de sus ojos brillantes de vida, ambos estaban hundidos en sus miradas, cobalto y violeta, profundas, y eternas, entonces, Heero rompió el magnético hechizo.
- Duo te llevare a mi departamento y curare tus heridas ¿ estas de acuerdo? - Heero lo miro con una mirada diferente, esperando respuesta.
- Sss...s.si - respondió tímidamente Duo fue más un susurro que una respuesta.
Ya en el departamento de Heero las esperanzas de Duo aumentaban quizás Heero le correspondía, o sentía algo por él por mínimo que sea, sin embargo Duo le había correspondido el beso a Heero, no puedo rechazar tan magnifica oportunidad, sin embargo sentía una opresión en su pecho, no podía olvidar, la forma de rechazo de Heero.
- Listo ahora tus heridas están curadas, ¿ estas bien? - Heero actuaba como si nada hubiera sucedido.
- Sí, muchas gracias Heero, se... será mejor que me vaya ahora, yo no quiero causarte molestias y estorbarte - las ultimas palabras las dijo con todo el dolor que sintió aquella vez en su declaración y que sentía ahora, por lo que había ocurrido momentos atrás.
- Duo - pronuncio firmemente Heero y este lo miro directamente a los ojos, que amenazaban con derramar lagrimas cristalinas.
- Duo no quise golpearte aquella vez, tampoco decir esas palabras, ni mucho menos besarte, eso fue un error irreparable, solo un error. - Duo solo le sonrió falsa y tristemente, la tristeza de sus ojos reflejaba su evidente sentir.
- No te preocupes Heero yo estoy bien - intento sonreír, pero las lagrimas estaban acumuladas en sus orbes violetas. Heero se sentía extraño no sabía desde cuando, pero no le gustaba ver a Duo en ese estado, la cercanía con su trenzado, ¿Su trenzado? Desde cuando el baka le pertenecía, definitivamente la cercanía con Duo le estaba afectando busco una excusa, necesitaba alejarse por un momento, quizás así recobraría su postura, y mantendrías sus ideas y emociones firmes y claras.
- Duo, será mejor que tomes un baño será bueno para curar tus heridas.
- ¿Eh?, es..esta bien - entonces Duo se dirigió al baño se quita sus prendas una por una tirándolas al suelo con sutileza, su figura delgada y desnuda, se contemplaban perfectamente, entro al baño, por supuesto, su cabello estaba desatado y caía desordenado sobre su espalda, comenzó a masajear su cabello para lavarlo, mientras el agua y cada gota resbalan primero por su espalda, luego por su torso, sus glúteos y nalgas perfectamente formados, y bajando por todo su cuerpo. Mientras tanto Heero entraba al baño dejando ropa limpia y cómoda para Duo, entonces, lo que sus ojos vieron lo dejaron, estupefacto, observaba detenidamente, el cuerpo de Duo tras la cortina transparente, pero más que el cuerpo de Duo veía su rostro específicamente, relajado por el agua, sonriente, mientras masajeaba su cuerpo de una forma provocativa, incitadora y completamente abrumadora y seductiva, Heero estaba hipnotizado ante tal belleza, estaba sin movimientos, quieto, embelesado, solo observando, contemplando, entonces salió del trance y hechizo de la melodiosa voz que escuchaba del trenzado y de su figura, cuando salió del baño un calor indescriptible lo embargaba, se sentía, nervioso, agitado, exaltado, ¿Acaso la imagen de Duo lo había excitado?, No tonterías el no sentía nada que no pudiera controlar, sin embargo estas emociones y sensaciones que sentía, si era algo que no podía controlar, las emociones que sentía, por primera vez, lo estaban dejando indefenso, jamás había sentido tantas cosas juntas, tenía que admitirlo realmente había estado pensando en Duo, en sus sonrisas, sus hermosos ojos, las lagrimas que había derramado, sus sonrisas, hermosa voz, su agradable risa. Heero estaba en un trance, estaba siendo abrumado, recordando todas las veces desde aquella declaración que recordó a Duo, ¿acaso Heero estaba enamorado?, ¿Acaso sentía amor?, ¿Él, un soldado?, No su mente se negaba a aceptarlo, jamas dejaría que algo como el amor lo dominara, interviniendo en sus pensamientos y misiones, jamás se enamoraría, ni muchos menos de un hombre, ni de una molestia como Duo, pero su corazón se negaba a aceptar a aquella idea, su mente decía que no amaba el trenzado, pero su corazón se oponía, y dolía al sentir sus palabras de que Duo era un inútil, ¿ por que? Se preguntaba porque su corazón dolía, entonces su cabeza comenzó a doler, muchas preguntas, preguntas sin responder inundaban su cabeza.
Duo ahora salía del baño con tan solo una toalla sujeta en su cintura y su cabello suelto, no quería usar la ropa de Heero, lucía el cabello suelto y mojado, caí por su espalda, empapado, y lo hacía ver completamente maravilloso, observo a Heero y corrió a su lado estaba preocupado, Heero lucia confundido, agobiado, abrumado.
- Heero, Heero ¿estas bien?, ¿ Que te sucede?
- Baka, no me toques, no es nada - entonces levanto su rostro y vio a un verdadero ángel, vio a Duo quien lucia seductivamente solo una toalla en su cintura, ahora Heero, estaba completamente anonadado, sentía ese calor recorrerlo nuevamente, mientras olas de corriente, envolvían su cuerpo, su mente ya no razono bien, solo su corazón lo estaba manipulando, su corazón que latía velozmente, comprendía lo que estaba pasando, de pronto, Heero reacciono y a su mente y su cuerpo vinieron recuerdos, recuerdos inesperados, recordó en su mente una incontable numero de veces que hizo callar a Duo sonrojado sin que este lo notara, recordó cada vez que llamaba "baka o estorbo" para que Duo se alejara y su corazón y cuerpo recordaban la sensación tan exquisita que sentía cuando el trenzado estaba cerca, y el nerviosismo por tener algún leve contacto físico, como un roce, o una caricia, al estar juntos en misiones, así como un leve toque de sus cuerpos, todos estos sentimientos estaban despertando en Heero, ya no se mentiría debía aceptarlo, amaba a Duo, su mente mil millones de infinitas y más veces, se lo cuestiono sin embargo, su corazón siempre sintió algo por Duo, pero su mente pudo más y callo ocultando y negándose se sentimiento, pero ahora, Duo estaba ahí, ambos estaban en una habitación solos y Heero amaba a Duo, y entonces, su corazón pudo más y lo impulso, tomo a Duo por la cintura, y en un movimiento ágil lo acercó a su cuerpo, y le quito la toalla que llevaba puesta.
- Heero ¿qué haces? ¿Heero?
- Oh Duo, Duo - y recorrió el cuello del trenzado con besos, besos apasionados y fogosos, que sentía por el joven causante de su amor, y lo acariciaba lo acariciaba con sobre protección y lo aferra a su cuerpo, no quería dejarlo, no quería perderlo, no quería herirlo ni hacerlo sufrir, solo deseaba amarlo, y hacerle sentir este nuevo amor, que a cada segundo brotaba apasionadamente de su corazón, el quería besar a Duo, tenerlo para siempre, y amarlo por siempre.
Heero Yuy el soldado perfecto y frió que se negaba a sentir amor por Duo Maxwell, en una batalla incasable por ganarla, había perdido notoriamente, cada vez que actuaba fríamente hacia Duo, no era por gusto, sino porque le mismo se enfadaba puesto que para el la voz de Duo y su cercanía con el eran algo perturbador, y en tiempos de guerra, debía tener la mente clara, por eso se en cerro en si mismo y opto por el camino más fácil para las misiones y para él, no obstante, contradictoriamente, a la vez, el ser frío e indiferente con Duo lo hacían sentir una punzada en su pecho, ya que entre más actuaba así el trenzado se ponía triste y ahora precisamente, en esta mañana, Heero estaba dejando salir todos sus sentimientos reprimidos, sentimientos que desde niño en sus entrenamientos para ser " soldado perfecto" quiso liberar, pero desafortunadamente, el castigo por demostrar esas emociones era demasiado doloroso, por esa razón no pudo evitarlo, y cerró en su corazón aquellas emociones transformándose en un soldado sin sentimientos, un soldado perfecto, pero ahora podía intentar ser libre para sentir, sentir y dejarse llevar por el amor que sentía por Duo por esa sensación cálida que sentía en su pecho, y por esas nuevas emociones que surgían en su interior agradablemente, por estar junto a Duo, su Duo, el muchacho cuya forma de ser amaba, Heero amaba de Duo, todo, su voz, su cuerpo, sus gestos, sus sonrisas, su andar, su ojos infinitos de profunda mirada violeta que lo hechizaban, todo, había tardado mucho en aceptar sus nuevas emociones, pero la batalla por controlarlas y reprimirlas había sido perdida, había fallado está misión, pero a él no le importaba solo le importaba Duo, su compañero, amigo y amante, pero más que nada su único amor.
- Ah Duo m te amo - y Heero se dejaba llevar, era verdad amaba a Duo, y ahora este se encontraba en sus brazos, completamente desnudo, y excitado, por las sensuales y seductivas caricias de Heero. Heero recostó a Duo en la cama suavemente, sin despegar sus labios de los finos del trenzado, y se coloco en una posición sobre él, procurando no dejar todo su peso de un solo golpe, Heero tomo las manos del trenzado mientras lo invadía en una lluvia de besos, y con sus manos incito a Duo para que retirara su propia ropa, lo condujo pacientemente a los botones de su camisa, para que Duo hiciera su parte ahora. Duo comenzó desabrochar la camisa de Heero y acaricio sus pezones y su pecho con agilidad, con pasión, con amor y maestría, entonces, le quito la camisa rápidamente, Heero continuaba besando, suavemente el cuerpo de Duo, pasando por su cuello, por su pecho, mientras Duo disfrutaba, todo parecía un sueño, pero no lo era, era una realidad, que ambos disfrutaban plácidamente, Duo sentía entonces, los besos y sensuales mordiscos de Heero sobre su piel acalorada, aquellas caricias lo estaba excitando cada vez más, entonces, Duo hizo un movimiento y empujo fuertemente a Heero quedando esta vez, sobre él, acercó su rostro al pantalón de Heero y en un movimiento lleno de seducción con sus dientes, bajo sensualmente el cierre del pantalón de Heero, mientras Heero se encontraba siendo invadido por una ola de sensaciones, indescriptibles, pero exquisitas, Duo comenzó con sus manos a bajar poco a poco el pantalón de Heero, logrando retirarlo por completo, con la ayuda de su soldado perfecto, para comenzar ahora con el rebelde boxer de Heero, ambos estaban excitados, ambos sentían amor, y ambos anhelaban a cada momento entregar su cuerpos, en completa pasión y desenfreno, para demostrarse de esta forma el amor, tan profundo que sentían en su interior.
- Aaah Duoo - Heero se sentía maravillado un calor lo embargaba profundamente, era un calor sofocante y quemante, que rodeaba todo su cuerpo, al mismo tiempo que olas de placer lo golpeaban, sentía su miembro palpitar, y reaccionar notoriamente a las manos traviesas de Duo, se sentía agradado los toques de Duo le eran exquisitos y embriagantes por el placer que el trenzado le proporcionaba, ahora se encontraba desnudo y sobre él, el cuerpo de Duo, Duo pellizcaba sus pezones los mordía, los rodeaba con su lengua, con deseo, con anhelo, quería unirse y ser uno con Heero, quería sentir que Heero y él siempre serían uno solo, y quería ser solo de Heero para así pertenecerle solo a él, la pasión de ambos cuerpos los quemaba, ambos disfrutaban este momento de completa intimidad, y tanto Heero como Duo estaban sonrojados, sentían un calor en su mejillas, ambos se veían maravillosos, y las gotas de sudor de ambos caían, haciéndolos lucir más sexys, sobre todo por sus cabellos empapados, sus respiraciones eran agitadas, sus labios estaban abiertos y respiraban agitadamente, soltando gemidos, la sensación de sus cuerpos era única con cada leve roce de sus cuerpos, ambos necesitaban saciar la urgencia de sus cuerpos, tocándose y sintiendo más mucho más.
- Duo mm a Duo, por favor sigue
- Duo tomo el miembro de Heero y le llevo a su boca, quería proporcionarle más placer a su soldado, lo introdujo en su boca, mientras Heero extasiado por el placer, se dejaba llevar, y aprovechaba para masturbar a Duo, acariciándolo para desbordar a Duo en placer, todo el placer que sentían era suficiente para expulsar el amor que sentían mutuamente.
- Duooo te amo, Duo aa
- Heero yo también te amo por favor a tómame quiero ser tuyo - Heero no dudo no un instante y cambio posición quedando sobre Duo, introdujo sus dedos en la entrada de Duo quien la instante mostró una mueca de dolor en su rostro, pero la urgencia de ambos los estaba torturando, Heero coloco su miembro completamente húmedo, y goteando por el semen aprovechándolo y utilizándolo como lubricante y entro en Duo, quien lanzo un fuerte grito que fue capturado por los hambrientos y sedientos labios de Heero que se regocijaban con el dulce néctar y elixir de vida y deseo que era la boca, los labios y la lengua de Duo, entonces Heero observo el rostro de su amor completamente sonrojado y se percato de las lagrimas que caían por ese angelical rostro y beso las lagrimas que Duo había dejado salir, al ser penetrado, tanto Heero como Duo se encontraban con sus corazones desenfrenados por amor, llenos de fogosa e intensa pasión, en esa tarde de amor, y cayeron rendidos y agotados, en el tiempo en que habían derramando al mismo tiempo su semilla, en señal de culminación y llegada al clímax,, sus cuerpos descansaban sobre las sabanas de seda, esa tarde fue de total entrega, fue una unión, en cuerpo, alma y corazón, Heero abrazaba a Duo y Duo le correspondió.
La tarde había transcurrido lentamente, y aún no terminaba, llevaban un largo tiempo dormidos, entonces, Duo abrió sus ojos luego de un grato sueño, para encontrase con la mirada brillante y cobalto llena de amor de un sonriente Heero completamente despeinado y acurrucado en su pecho, ambas miradas se cruzaron y ambas reflejaban amor, brillaban en aquella habitación y sus corazones latían al unísono, rítmicamente llenos de paz, amor, felicidad y tranquilidad.
- Hee..Heero..te amor, mi Hee chan (muac)- deposito un tierno beso en la mejilla de Heero
- Duo yo también te amo, shh baka no digas nada solo abrázame.
- Heero - ambos se abrazaron
- Duo, yo jamas había sentido algo así Duo y jamas había dicho lo que sentía, nunca he sido comunicativo, Duo quiero que sepas que estarás a mi lado siempre.
- Hee ro yo - Duo estaba maravillado, no podía creer lo que oía o tal vez sí, pero le maravillaba, que Heero le confesara que lo amaba, se había quedado hipnotizado viendo a Heero como en una especie trance.
- ¡Baka!, ¿ Me estas escuchando? - Le llamo Heero - si alguna vez me dejas me auto destruiré junto con el Zero. - El tono de voz de Heero demostraba decisión - ¿ Baka, dejaras que el soldado perfecto desaparezca?
- ¡¡¡Heero!!!, No digas eso - exclamo Duo en tono de reproche y con una gran sonrisa en su rostro, pero aún con una seña de disgusto.
- Duo - susurro Heero y lo miro a sus amatistas cristalinas. - ¿Lo harás, me dejaras?
- No, Heero, no te dejare, además yo te amo, y sin importar lo que suceda volveré a ti siempre Hee chan, aunque este en mismo infierno, Duo Maxwell regresará, además... si te auto destruyes con Wing Zero, no podrás enseñarme a manejar al Zero, Hee chan y yo realmente quisiera estar junto a ti en la cabina.
- ¿ Qué? - Heero no entendía a que venía algo tan incoherente por parte de Duo en este momento y Duo se percato de ello.
- Sabes Hee chan, siempre he pensado que la cabina de Wing Zero es mucho más amplia que la de Deatscythe, y pues, me gustaría que algún día intentáramos hacerlo ahí - Duo le guiño un ojo pícaramente y sus mejillas estaban rojas, y esperaba la reacción de Heero ante sus palabras, aunque lo que había dicho era verdad sus palabras reflejaban las posibles intenciones de algún nuevo día de pasión con Heero, entonces...
- ¡Baka!, No sabes lo que dices, sería muy incomodo - entonces se sonrojo y sonrió las facciones de su rostro eran relajadas y sonreía ampliamente seguía siendo el mismo, calculador, astuto, hábil, fuerte, solo que ahora las misiones, no dominaban su mente, sino Duo, junto con su corazón.
- Duo tengo una nueva misión y es importante que la sepas.
- ¿Cuál es Hee chan? - Duo lo miro con preocupación.
- Mi misión será protegerte, esa será mi misión de vida, y el día en que la falle dejare de vivir, Misión Aceptada .. Te amo Duo siempre - dijo abrazo a Duo y se quedaron dormidos, aun estaba agotados, la tarde y la noche pasaron, entonces, una nueva mañana, llego.
Duo dormía sin embargo, en sus sueños, podía escuchar una voz, la voz de un hombre que le decía algo, luchaba por alejar de si esas palabras, pero sus esfuerzos eran inútiles, la voz retumbaba en su cabeza, se despertó, sobresaltado con el dolor en su cabeza, Heero dormía profundamente, se levanto de la cama, y se vistió, con la ropa que Heero le había pasado para vestirse, entonces, callo al suelo, el dolor de su cabeza se volvió más fuerte, y golpeaba violentamente, oía unas palabras, palabras incesantes, que se repetían en su cabeza, y pareciera como si solo pudiera oír esas palabras y nada más.
- "Duo Maxwell ya no existe, tú eres Shinigami, El dios De La Muerte, debes acabar con tus enemigos sin compasión, debes eliminar a todos aquellos que se interpongan en tu camino, poderoso Shinigami, ese eres tú el dios De La Muerte y tu deber es asesinar, acabar con los débiles y matar a quienes se interpongan frente a ti, a políticos, pacifistas, a tus amigos, mata a Heero Yuy, Shinigami mata a Heero Yuy, Shinigami acaba con Heero Yuy, tu anhelas la sangre, matar es tu especialidad, tu vida Shinigami, cumple con tu deber, y asesina acaba con las interferencias acaba con ese hombre llamado Heero Yuy...."
Esas voces volvían, su cabeza dolía ¿ quien era él?, Él era... ¿quién era?
- Soy Du... " Shinigami, Shinigami, tú eres quien mata y asesina, tú eres El Dios de La Muerte, cuya vida, es el camino de la sangre" - las voces continuaban.
- Yo soy Shinigami, debo eliminar a todos aquellos que se interpongan en mi camino, en el camino de Shinigami, las interferencias deben desaparecer, debo asesinar, matar, debo matar a Heero Yuy - ahora sus ojos ya no eran violetas, eran fríos, estaban sedientos de sangres, eran rojos, el violeta se había ido, siendo reemplazado por un rojo sangre, que lucia espeluznante en sus ojos, su apariencia daba miedo, trenzo su cabello, y fue a la cocina a buscar un cuchillo, el ya no era Duo, Duo Maxwell en su mente no existía, el era Shinigami, quien provocaba la muerte, quien asesinaba sin compasión, quien eliminaba a aquellas personas que se opusieran a su camino, porque su vida era la sangre, el vivía para matar a sus enemigos, debía matar a aquellos que interfirieran en su camino, debía eliminar a todos ellos, debía asesinar a Heero Yuy, se acerco a la cama, y apunto con el cuchillo directo a corazón de Heero y ataco, la sangre salpico al instante, Heero abrió los ojos, pero ya era demasiado tarde, el cuchillo le había dado, y la sangre había salpicado en el rostro de Duo, pero afortunadamente, había dado en su brazo derecho, Duo aún tomaba el cuchillo ensangrentado en sus manos y a sus pies se encontraba unas gotas visibles de sangre, mientras poco a poco y lentamente el cuchillo goteaba mostrando la evidencia de aquel misterioso acto provocado por Duo..
- Duo ¿qué haces?
- Shinigami, yo soy Shinigami - Duo parecía en un trance. La herida de Heero dolía fuertemente mientras la sangre se esparcía cada vez más, no comprendía que le sucedía a Duo, vio su apariencia, no era Duo, era otro, no era el trenzado hablador, parecía un asesino, preocupado, y sobresaltado intento hacer reaccionar a Duo.
- ¡ Duo!, ¡Duo!, Reacciona Duo - Heero zarandeaba a Duo violentamente, entonces, de pronto, los ojos de Duo recobraron su color violeta, y su rostro reflejo notable confusión, se llevo sus brazos a su cabeza en signo de dolor.
- ¿Duo? ¿ Estas bien? - Heero estaba preocupado no compendia la actitud del trenzado ¿ qué había sido todo eso?, Estaba a punto de ser asesinado por Duo, entonces Duo mostró una mueca de incredulidad en su rostro.
- ¿Heero? ¿Qué ocurrió? ¿Por qué estas sangrando? Yo... no recuerdo nada... oí una voz, pero no recuerdo que decía.
- Duo... no te preocupes, ya paso, será mejor que descanses, Duo yo estoy contigo -Heero abrazo a Duo con cariño, Duo temblaba entre sus brazos, y Heero estaba preocupado no sabía porque Duo había actuado así sin embargo él no dejaría que nada le sucediera el trenzado, Heero tomo el mentón de Duo le miro fijamente a los ojos, los ojos de Duo tenía unas lagrimas, tenía miedo, miedo de no saber que había sucedido de no recordar nada, y de tener un cuchillo ensangrentado en sus manos - iré a lavar está herida regresare enseguida - Heero se acerco y lo beso para calmarlo hizo que se sentara en la cama y se marcho rumbo al baño, por supuesto vistiéndose antes.
Abrió la llave de agua, y lavo su herida, estaba confundido ¿ qué fue todo eso? ¿ Acaso un mal sueño?, No tardo demasiado, la habilidad del soldado perfecto siempre estaba presente, por eso no tardo nada en limpiar, desinfectar y curar completamente su herida. Duo por su parte se encontraba sentado en la cama, su cabeza le dolía nuevamente y recordaba haber oído unas palabras, entonces, todo dio vueltas a su alrededor, ese dolor lo estaba matando, el dolor se intensifico, y nuevamente unas voces resonaron en su mente.
- "Shinigami, no puedes evitar tu destino, debes cumplir tu trabajo, Dios De La Muerte" - Los ojos de Duo se tornaron del color rojo sangre y su sonrisa era diabólica, entonces, decisivamente, se alejo de la habitación de Heero y se marcho, y de él no se supo que sucedió hasta...
Heero salió del baño y se dirigió a la habitación, sin embargo, no había señal alguna de Duo, no sabía que pensar, el trenzado se había ido, sin decirle nada, Heero no saco conclusiones, no dijo nada, solo guardo silencio, se sentó en la cama, y se quedo ahí estático, mientras su corazón punzaba en señal de dolor, y extrañas gotas de agua que el identificó como lagrimas en sus ojos hacían una gran lucha por salir, pero era inútil no podían caer.
- Duo - fue su susurró
Tres semanas habían pasado y no tenía ni las más mínima noticia de Duo, intuía que algo andaba mal, y no sabía como encontrarlo no tenía ni pistas ni rastros de él, desde que Duo se había marchado Heero había vuelto a ser el mismo, alguien frío, sin sentimientos, sin importar nada, más que las misiones, ni siquiera en las misiones su vida era importante, el solo era nuevamente un arma para las batallas, para las misiones, no tenía otra utilidad, y tampoco conocía otro modo de vida. Heero seguía en su vana búsqueda del asesino, no podía concentrarse perfectamente aún Duo se encontraba en su mente, y en su dolido corazón, le había enviado un reporte al Doctor J, indicándole los lugares de los asesinatos más recientes, dándole a conocer que aun no desenmascaraba la identidad del asesino. Inesperadamente en aquella mañana en la que se encontraba frente a su computadora, recibió un correo del Doctor J, en el cual le indicaba su nueva misión y señalaba la ubicación exacta en donde se ocultaba el asesino.
Lugar: Av. X 9987
Misión: Burlar la defensa del laboratorio de experimentos humanos. Localizar al asesino y eliminarlo junto con aquellos que estén implicados con él.
Objetivo: Lograr una paz definitiva para la tierra y Las colonias.
Prioridad: Eliminar al asesino - al final de aquellas ordenes se encontraba un mensaje de Doctor J.
" Heero por ningún motivo debes fallar esta misión, recuerda que... tu prioridad es matar al asesino, confío en ti muchacho"
La misión de Heero estaba clara, no podía fallar, debía acabar con ese asesino pasara lo que pasara, esa era su misión principal, su prioridad, y él Heero Yuy el soldado perfecto por la paz de la Tierra y las colonias, no podía equivocarse, su responsabilidad era mucha, él debía asesinar a aquel que se interpusiera en sus misiones, y esta vez su misión consistía en matar a un asesino verdadero y cualquiera que se opusiera a ello debía ser eliminado por el bien de la paz...
- " Misión Aceptada"
La mañana era templada, Heero se encontraba afuera de aquel lugar, un Laboratorio de Experimentos, pero aquellos experimentos, eran con humanos, vivos, a aquellos científicos que trabajaban secretamente ahí, no les importaba en quienes experimentaba solo, les importaba lograr sus cometidos, usando a niños, mujeres, desvalidos, no les importaba a quien solo les importaba crear, a sujetos que sirvieran como armas para el combate, sujetos que sirvieran como peones para morir, y lograr sus objetivos, había oído muchas veces que aquellos científicos, poseían una alta tecnología, muy desarrollada, y que estaban construyendo un sistema al parecer muy secreto, un sistema capaz de dominar y transformar a cualquiera, pero el no sabía en que era exactamente lo que aquel sistema transformaba a las personas, sin embargo, el debía eliminar a ese asesino, y haría explotar aquel horrible lugar.
Esta vez había vuelto a usar, su ropa de combate, su lycra cómoda y su camiseta verde, llevaba en su lycra su arma, sin embargo, quizás no le sería suficiente para burlar la guardia, afortunadamente llevaba en esta ocasión, una chaqueta manga corta, que le permitía guardar, explosivos y balas, para combatir.
Había 11 guardias en la entrada, evidentemente, era un lugar muy peligroso, y esos científicos ocultaban algo muy importante ahí para tener una guardia como aquella, con tan solo una granada podría matar a unos cuantos, solo debía llamar la atención para que estos no se dieran cuenta, luego los noquearía o les dispararía dependiendo de cómo se diera la situación. Se encontraba a unos metros del lugar, arrojo la granada por arriba, de esta forma con la distancia que llevaba explotaría al caer y los guardias instantáneamente morirían, la granada callo sin embargo de los 11 guardias solo 6 pudieron notarla, los otros murieron , rápidamente Heero corrió hacia ellos, las balas pasaban cerca de su cuerpo, ágilmente se lanzo disparando, derribó a 3 con su arma, ahora solo le quedaban otros 3 esquivo ágilmente las balas, sin embargo una dio en su abdomen, sin tiempo para revisa su daño corporal, se acerco a ellos golpeándolos, pudo derribar a todos, sin embargo, la alarma, de alerta había sonado, se encontraba en un gran apuro, el solo no podría con aquellos, sin tan solo tuviera a su Duo, las cosas serían distintas, recordaba las veces en las que Duo y él había sobrevivido a numerosas misiones suicidas, su trenzado, intento todo lo posible para tener rastros de él, pero por más que husmeara en los sistemas informáticos, nada había logrado, Duo Maxwell no aparecía en ninguna base de datos, la sangre dejaba un notable rastro del camino donde pasaba Heero, estaba en un pasadizo que parecía interminable, unas tenues luces iluminaban aquel corredor, podía sentir el estruendo de las balas intentando rozarlo, afortunadamente ninguna acertaba, sintió como una bala rozaba su brazo, no pudo continuar, callo al suelo, entonces, dio una vuelta rápida, y disparo instantáneamente, matando al enemigo que lo venía siguiendo, su cuerpo aun podía continuar, no podía fallar en su misión, volvió a arrojar un granada, hacia atrás, eliminando a aquellos que tenia la intención de acabar con el, todo aquel que intentara matarlo era su enemigo, rompió su camiseta, y vendo su brazo, evitando que la sangre escapara, la herida de su abdomen también estaba vendada, con su camisa, continuo corriendo, y el pasadizo lo llevo frente a una puerta, que brillaba, tal parecía que estaba abierta, aquella puerta se encontraba a unos metros de distancia.
" Duo...si estuvieras conmigo podrías ver que dentro de poco mis días como soldado acabaran, debo cumplir mi misión acabar con ese asesino y toda esta pesadilla de las guerras por fin terminaran , y las muertes que yo he causado acabaran, ya no volveré a matar nunca más , nunca mas ,sin embargo tu no estas a mi lado, Duo a partir de hora, el soldado perfecto acabara con sus guerras para ser solo un muchacho normal, baka ... trenzado...Duo....mi koi ¿dónde estás?"
