Volteo a mi ventana y te veo pasar, de verdad que soy un tipo muy afortunado, tenerte es simplemente un sueño hecho realidad, entras a nuestra casa, esa que elegimos los dos para pasar nuestro futuro, en donde queremos que crezcan nuestros hijos, eres simplemente hermosa, me ves con esos ojos que me hipnotizan, tu sonrisa me desarma. Te sientas en mi regazo y comienzas a besarme, estoy perdido, tus besos son mi adicción, tus hábiles manos desabotonan mi camisa, recorren mi pecho excitándome, rápidamente llegas a mi pantalón tus traviesas manos quieren despojarme de él, aunque las mías tampoco han estado muy quietas que digamos, ya te han dejado completamente desnuda de tu dorso, mis manos masajean tus pechos mientras mi boca no deja de besar tu cuello, se que eso te vuelve loca, aunque también dificulta tu labor de quitarme el pantalón, con un ágil movimiento te pones de rodillas, besas mi vientre y yo enloquezco mientras tus manos por fin logran desabrochar mi cinturón y el pantalón. Tu mirada lanza fuego y reconozco perfectamente cuales son tus intenciones, liberas mi erecto miembro y de un solo golpe lo introduces en tu suave boca

"¡Ooooooohhhh Sanae!"

"¡Despiértate pervertido!"

Un almohadazo en la cabeza lo hace volver a la realidad, tenia que hacer algo, esos sueños eran cada vez más seguidos pero sobre todo más candentes, y ahí lo vio, a su gran amigo el Super Great Goal Keeper Genzo Wakabayashi

"Que demonios quieres Genzo" respondió malhumorado y con voz adormilada

"Estoy muy bien ¿y tu? Gracias por preguntar, ¿te ofrezco algo? Un refresco, agua, ¿jugo? ¿Una ducha helada?"

Ruborizado por su actitud no podía defenderse "Yo eh oh, lo siento Genzo, es que estaba dormido y…"

"Ya basta, no quiero saber tus sucios detalles, pero amigo tienes que hacer algo y pronto, al parecer tu obsesión por la pequeña Anego esta mas fuerte que nunca y ahora con la concentración de la selección ¡no habrá quien quiera ser tu compañero de cuarto!"

"Déjame en paz, pídele el desayuno a Leticia en lo que yo me doy un baño"

Genzo no dejaba de reírse de su amigo, ese joven que siempre luchaba por lo que quería era un cobarde para siquiera pedirle una cita a la mujer que ama, lo bueno es que ahora tendrían que volver a Japón por un buen rato y quizá si él les daba un empujoncito ese par de cabezas duras admitirían de una vez por todas sus sentimientos.

Tsubasa estaba en la regadera, pensaba en lo que Genzo le había dicho, aunque desde hace tiempo que sabia que tenia que hacer algo, pero ¿y si ella lo rechazaba? ¿Y si perdía su amistad? ¿Que pasaría si se dieran una oportunidad y al final no resultaba? Había demasiado en juego, y muchas personas podrían salir lastimadas no solo ellos dos.

"Muy bien bribón, déjame saludarte como te mereces", decía Tsubasa mientras abrazaba a su amigo. "¿Puedes explicarme que haces en Barcelona en lugar de estar entrenando en Alemania?"

"¿Es que aun no te has enterado?"

"¿De qué?"

"Los primeros partidos de la eliminatoria para el mundial nos tocan de locales, además habrá un torneo en honor al nacimiento del hijo del emperador, por lo que tendremos que estar al menos dos meses en Japón"

"Pero a mi no me han convocado, o al menos no me ha llegado la convocatoria"

"No debe tardar en llegar de hecho yo fui el primero en enterarme por una llamada del señor Katagiri".

"Así que viniste a avisarme, ¿y como es que te metiste hasta mi habitación?"

"Bueno pues Leticia me invitó a pasar y me dijo que estabas en tu habitación, decidí darte la sorpresa pero el sorprendido fui yo"

Se sobrepuso a la vergüenza "Eso te pasa por andar de metiche y meterte donde no te llaman, además no te creo que solo hayas venido a avisarme, ¿de quien te estas escondiendo ahora? Esos líos de faldas no dejan nada bueno".

"Que bien me conoces, una fan loca que tengo, me persigue a todos lados a donde salgo, esta en todos los partidos y entrenamientos, por eso decidí venir primero aquí para irnos juntos a Japón, no vaya a ser que se le ocurra seguirme hasta allá"

"Jajajajajajajaja no lo puedo creer", dejó el pan con mermelada a medias para burlarse de él "el gran Casanova Genzo Wakabayashi huyendo de una mujer"

"No te burles Ozora, ya quisiera verte yo en mi lugar" dijo molesto

En eso estaban cuando llegó la carta de la Federación Japonesa de Futbol, invitándolo a formar parte de la selección para el torneo amistoso y para las eliminatorias, un nuevo reto tenia en frente, pero se preguntaba si seria capaz de aprovechar esta nueva oportunidad que se le presentaba para estar cerca de Sanae, su Sanae.

"Y bien, ¿cuando partiremos a Japón?"

"Primero tengo que presentarme en el club para informarles de mi partida, los boletos de avión llegan por la noche y al parecer mañana en la tarde salimos a Tokio, tendremos una semana libre antes de tener que presentarnos a la concentración" le mostró la carta, "o al menos eso se explica aquí"

"¡Estupendo! ¿y que vamos a hacer en esa semana capitán?"

"No se tu, pero yo estaré con mi familia en Shizuoka, hace rato que no estoy en mi casa, siempre son ellos los que me visitan"

"También puedes aprovechar para ver a la causante de tus sueños ¡picaron!" le dio un codazo en las costillas, le encantaba molestar a su amigo

"No lo creo, Sanae ahora es doctora y su trabajo es muy absorbente, tiene largos turnos en el Hospital de Shizuoka y no piensa en otra cosa que en su especialidad" lo expresó con un dejo de tristeza en su voz.

"¡Aaaaawww no puedo creerlo!, tu, el soltero mas codiciado de Japón y de España, el mejor futbolista del mundo ¿tiene miedo de que su eterna enamorada lo desaire?"

"No digas tonterías Genzo, es solo que los dos hemos cambiado mucho, tal vez perdimos nuestro tiempo y ahora solo queda resignarnos"

"¡Eres un cabeza dura! bueno los dos lo son, si piensas eso entonces ¿porque ni tu ni ella han tenido alguna relación con otra persona? ¿Porque los dos se enfocan tanto en sus carreras como si quisieran olvidar lo demás? Y lo mas importante, ¿porque sigues soñando con ella?"

"Pero, pero…"

"¡Nada de peros Tsubasa¡ es hora de dejar las cosas claras, vamos a ir a Japón, lo intentarás con Sanae y si funciona que bien y si no entonces puedes continuar con tu vida como hasta ahora así al menos ya no te atormentará el hecho de saber si puedes o no tener una relación con ella"

"Tienes razón Genzo, después de todo no hay nada que perder"

Y así los dos jóvenes comenzaron sus preparativos para regresar a casa.