Actualización: 10 de Septiembre del 2005. Aquí estoy, mortalmente aburrida, nerviosa por el kinto... y tengo que hacer algo. Me encanta este fic, jeje. Me entran ganas de hacer el que están casados que tengo pensado. A ver si lo planeo bien y lo escribo pronto.

N/A: Aquí empiezo un pequeño fic que tendrá cuatro xapis. La idea se me ocurrió cuando Akasha, a quien dedico este fic, me propuso que hiciese un fic donde la pareja fuese Bellatrix-Sirius, pero no como siempre había hecho, con esa relación amor-odio, sino donde se "correspondieran". Me senté una tarde a pensar y aquí está el resultado. Como por sus personalidades me parecía imposible que se estableciese una relación entre ellos sin odio, decidí hacer un Universo Alternativo (AU). No quiero daros muchas pistas para no fastidiaros la sorpresa, pero la idea del argumento es: ¿Qué hubiese ocurrido si Sirius no hubiese sido un traidor a la Sangre?

Y aquí os dejo con el primer xapi, que a pesar de todas las historias que tengo empezadas no pude resistirme a escribir... (ahhhh, siempre me pasa lo mismo).

Un bexito, y espero que os guste.

Joanne Distte

BLACK MIRROR

I. LA MARCA MUESTRA LA ELECCIÓN

Sirius leía tumbado en la cama de su habitación del número 12 de Grimmauld Place. ¿Leía? No exactamente. Lo cierto es que llevaba en la misma hoja desde hacía más de media hora.

Con la mirada perdida, se había dedicado a pensar. Igual que había estado haciendo durante esos meses de verano, que podían darse por perdidos, porque aún no había tomado una decisión, y lo cierto es que no parecía ni más cerca de tomarla ni deseoso de ello.

Había terminado su séptimo curso en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería con honores máximos. Su casa, Slytherin, le había ayudado a lograr sus propósitos. Sin embargo, no había resuelto sus dudas.

Y es que no se podía decir que él fuese la típica personalidad Slytherin, como, por ejemplo, su prima Bellatrix o algún otro conocido que tenía por ahí podían serlo. Cierto que él respetaba mucho la Sangre Limpia; que bajo ningún concepto toleraría la destrucción de su linaje, el de los Black... Ahora, que otras familias lo hiciesen ya no era de su incumbencia. Permanecía indiferente a los Sangre Sucia y mestiza, cosa que nadie de Slytherin en su sano juicio hubiese pensado no odiar. Y, por si fuera poco, su mejor amigo era un Gryffindor, uno que claramente rechazaba las Artes Oscuras y cualquier intento de imponerlas.

Sirius sabía que si hubiese conocido a James Potter en Hogwarts nunca se hubiese acercado a él, pues el muchacho de gafas no mantenía contacto de ninguna clase con los de la casa de la serpiente, y a él le ocurría lo mismo con los de las otras casas. No obstante, su amistad era una excepción; pero todo tenía una fácil explicación. Se habían conocido de pequeños, en su infancia, y su amistad había comenzado allí. Cuando el Sombrero los separó, decidieron no romperla. No fue una decisión sencilla, pues muchos no la comprendían, pero optaron por no hacer caso a los despectivos comentarios que circulaban.

Con una sonrisa, Sirius pensó en las incontables veces que Bellatrix le había repetido que se alejase de James, argumentando que era un traidor a las familias de Sangre Limpia. Él adoraba a Bellatrix, no quería –ni podía- ocultarlo, pero cuando se trataba de James... la cosa cambiaba. Nada de lo que dijese Bella iba a hacerle cambiar de idea.

Pero puede que lo que su prima no había conseguido lo hiciese una elección. A final de curso, justo el último día de clase y, como tantas otras veces, había pasado la noche con Bellatrix. Acostado junto a ella, sintiendo su piel desnuda contra la de él, ella le había preguntado qué pensaba hacer con su vida. Hasta ese momento Sirius no se lo había planteado en serio, pues por norma solía hacer todo impulsivamente, sin meditarlo y según surgiera. Sólo pudo titubear cuando sintió los ojos de Bellatrix clavados en él, esperando una respuesta que no podía darle.

Y entonces se lo propuso, con tanta naturalidad como cuando James le había dicho que, si no sabía qué hacer, estudiase junto a él para Auror.

Bellatrix le dijo que se hiciese mortífago, que se uniese a las líneas de Voldemort.

Sirius no supo qué responder. Se le quedó la boca seca cuando le dijo que ella sí había aceptado, cuando le contó cómo al día siguiente le harían el tatuaje.

A diferencia de la propuesta de James, que no vaciló en rechazar, con ésta no dio una respuesta. Y Bellatrix seguía esperando, sin resignarse.

Ella le repetía una y otra vez el poder que él tenía; su básico pero buen dominio de las Artes Oscuras, que no tardarían en mejorar hasta límites insospechados. Alcanzarían un poder con el que ninguno de los dos había soñado nunca, y le prometió que ella permanecería junto a él. 'Tienes que entenderlo', le decía, 'si yo me hago mortífaga y tú no, no vacilaré en hacerte daño si Él me lo ordena. No podré negarme.'

Había más cosas que le echaban hacia atrás. Cierto que a él le gustaban las Artes Oscuras; era una rama de la magia sumamente interesante, que ya había usado para mantener un respeto entre sus compañeros de escuela. Pero sabía que el Señor Tenebroso no se iba a detener en unas cuantas maldiciones infantiles, y que le pediría que matara.

Había visto como actuaba. ¿Cómo no iba a verlo, si cada día en El Profeta aparecía la noticia de al menos cinco asesinados más?

Esa no era la forma de actuar de Sirius. Lo suyo era mantenerse en un segundo plano, indiferente a la gente con la que no estaba de acuerdo, ignorándola por completo. ¿Por qué iba a matar a alguien que ni siquiera conocía, por la que no tenía ni el más leve sentimiento de ninguna clase?

¿Por qué iba a matar a alguien a quien no odiaba?

Esas preguntas y muchas otras llevaban revoloteando por la mente de Sirius desde que su prima le había propuesto ser mortífago. Sería aceptar ser un asesino, y no estaba seguro de querer convertirse en uno de ellos voluntaria y fríamente.

Sabía que una vez se concienciase no tendría ningún problema para matar... Tenía poder, y si se convertía en mortífago no sería para permanecer entre los servidores considerados como lamentables. Ni Bellatrix ni él mismo se lo permitiría. Ellos, como todos los Black, estaban hechos para llegar a ser grandes. Juntos o por separado... no importaba. Aunque, bueno, Sirius confiaba en que fuese juntos.

Hundió la cara en la almohada, cerrando los ojos con fuerza. Las sienes le latían con fuerza, consecuencia del estado de nerviosismo y tensión al que se estaba sometiendo.

El ruido de la puerta, voces y pasos subiendo la escalera. No levantó la cabeza hasta que la puerta de la habitación se hubo cerrado detrás de la visitante.

Sirius contempló a Bellatrix apoyada en la puerta, con esa sonrisa insinuante que siempre bailaba en sus atrayentes labios.

El joven de dieciocho años se giró un poco para recibir el sensual abrazo de Bellatrix, que se tumbó a su lado poco después, sin que la sonrisa desapareciera de sus labios.

-¿Qué tal, Sirius?

El aludido la respondió con un rápido beso en la mejilla y la hizo girarse levemente para que quedase bocarriba. No tardó mucho en situarse encima de ella a horcajadas, en esa postura tan agresiva que Bellatrix adoraba.

No pensaba llegar más lejos, no esa vez. Se dedicó tan solo a juguetear con su pelo, tan negro como el suyo propio, sin decir nada. Bellatrix estiró los brazos, intentando rodearle el cuello para atraerlo hacia sí, pero Sirius los cogió e hizo que los bajase, pegándolos a la cama por encima de la cabeza de la joven.

La manga de la túnica se deslizó por la piel de Bellatrix y quedó a la vista el tatuaje de la Marca. Sirius se quedó quieto, como hipnotizado, sin poder apartar la vista de la calavera y la serpiente.

Al ver hacia donde iba la mirada de Sirius, Bellatrix sonrió, incorporándose levemente. Bajó delicadamente la barbilla, de modo que la mirada que clavó en Sirius resultó aún mucho más penetrante.

-¿Te has decidido?

Sirius no contestó. Se apartó con brusquedad de encima de Bellatrix, y se quedó de pie al lado de la cama. Ella lo tuvo mucho más fácil entonces para apoyarse sobre el codo y dejar que toda su melena cayese sobre sus hombros con libertad.

-No es momento de dudas, Sirius. Te he dado ya más de dos meses para pensarlo.

-Lo sé -replicó éste bruscamente, apartando la mirada.

-No te lo pienses tanto... ¿No eras tú el que siempre actuabas según surgiesen las cosas? -argumentó Bellatrix, intentando convencerlo, igual que llevaba haciendo todas las tardes, cada vez que iba a verlo-. Acepta, Sirius... por favor.

Las últimas palabras de la muchacha hicieron que Sirius se volviese a mirarla, muy sorprendido. Creyó ver algo distinto en sus ojos, pero pensándolo bien tal vez se lo hubiese imaginado. Cuando se fijó más, lo único que contempló fue el gris de los ojos de Bellatrix.

-Te he dado todas las razones que se me han ocurrido y más –murmuró-. Ésta va a ser la última vez que intente convencerte. Si no dices hoy que sí, no volveré a pasarme por aquí nunca más. Pienso dedicarme de lleno a mi nueva vida, Sirius, y no tengo tiempo para tonterías.

-¿Lo nuestro es una tontería? -soltó a bocajarro Sirius, súbitamente ofendido.

-Nunca ha habido un nuestro.

-Porque tú nunca has querido.

-Me gusta la libertad -replicó Bellatrix, con una nueva sonrisa-. Pero nunca he rechazado tus besos.

Sirius se revolvió algo incómodo en el sitio, y después de mirarla fijamente unos segundos volvió a apartar los ojos de ella. ¿Por qué tenía que ser tan complicada?

-¿Sí o no, Sirius? Última oportunidad.

Lo pensó. Ésta era una de esas elecciones que sabía que le cambiarían la vida, pero por otra parte ella tenía razón. ¿No había sido siempre tan impulsivo? Lo suyo no era pensar durante dos meses qué decisión tomar. Ahora Bellatrix le estaba dando un último toque de atención. O cogía la oportunidad o la dejaba escapar (y no sólo la nueva vida que tendría, sino a ella también). Y sólo tenía unos segundos para pensarlo.

Lentamente, casi imperceptiblemente, asintió con la cabeza.

Bellatrix rió con suavidad, contenta. Antes de que Sirius se diese cuenta ella ya estaba de rodillas en la cama, casi a su misma altura, y le había cogido de la túnica para atraerlo hacia ella.

El beso que le dio a continuación, salvaje y apasionado, hizo que a Sirius se le olvidasen todas sus penas de ese verano. Sólo tuvo que entreabrir la boca y dejarse hacer.

-Mmm...

Bellatrix se lamió los labios, esbozando una pícara sonrisa. Llevó sus manos a la túnica de Sirius y se la quitó, con ayuda del hombre, que se quedó con el torso desnudo y unos pantalones oscuros.

Cogió a Sirius de la mano y le hizo sentarse a su lado, para inmediatamente, sin preámbulos, estirarle el brazo.

-¿Qué vas a hacer?

-Puedes imaginártelo. Mi Señor me dio permiso.

-¿Ya, tan pronto? -soltó Sirius, y de pronto volvieron las indecisiones... aunque sabía que ya no ocurriría nada. Ya había elegido y no podía negarse.

-No vamos a perder tiempo. Te he estado esperando dos meses largos.

Sirius se quedó en silencio y de pronto alzó el rostro con una sonrisa maliciosa en los labios.

-¿Y para eso me tenías que desnudar?

-Necesitaba ver tu antebrazo.

-¿Y no podías haberme levantado la manga?

La sonrisa de Bellatrix se pronunció aún más, pero primeramente no contestó. No obstante, Sirius juraría que ella le había guiñado el ojo.

-Así es más excitante...

Su varita apuntaba con pulso firme al antebrazo de Sirius, que tembló levemente bajo el contacto de la madera.

-Morsmordre delineo -susurró, e inmediatamente dichas sus palabras, Sirius sintió cómo algo invisible se clavaba en su piel, cómo la hacía arder y cómo unos leves tintes de color negro iban apareciendo en el lugar.

Segundos después pudo vislumbrar el dibujo completo: una calavera con la boca abierta y una serpiente saliendo de ella. La reconoció como la tétricamente popular Marca Tenebrosa.

Se llevó las yemas del índice y el corazón al tatuaje. Lo rozó primero con suavidad, luego apretó más y sus dedos lo delinearon. Aún quemaba.

Se había convertido ese símbolo en parte de su cuerpo, en parte de su ser. Ahora era un mortífago. Ya no había marcha atrás.

-El dolor te durará unas horas aún...

-No lo entiendo -dijo, frotándose con fuerza, intentando aliviar la quemadura-. Con tantos poderes como tiene el Señor Tenebroso y no es capaz de evitar el dolor en sus servidores.

-Él busca el dolor -aseguró Bellatrix-. Supongo que quiere que incluso cuando te inicias recuerdes quién es el más fuerte.

-Dudo que eso pueda olvidarlo alguien -masculló con un gruñido.

-¿Y del dolor podrás olvidarte?'

Sirius alzó una ceja, incitante.

Bellatrix apoyó una mano en el vientre cálido de Sirius y empujó con suavidad, haciendo que éste se tumbase en la cama.

-Tendré que ayudarte entonces...

N/A: Y aquí el final del xapi 1. Es muy cortito (los próximos serán más largos)... pensaba que me quedaría algo más largo, pero no me disgusta para nada el resultado. De hecho, estoy bastante contenta. Últimamente con todo lo que escribía de Bellatrix tenía que reescribirlo normalmente porque no me gustaba como quedaba, pero con éste no me ha pasado eso.

Y pasando a temas de argumento... Lo cierto es que he descubierto que me gusta mucho escribir a esta pareja sin ocultar sentimientos. Creo que mas o menos he mantenido retazos de la personalidad de cada uno, aunque con algunos cambios. Adoro ver esta parte de la personalidad maligna de Siriusín, muahahha, que sexy . Y la escena de la túnica... Al principio pensé en que le levantase la manga, pero se me ocurrió lo otro y no pude resistirme, jijiji... uhhhhh, el torso de mi Dios Sirius... ahhgggg (babas, babas, babas).

Sirius y Bella han cambiado, pero tampoco mucho. Es más su relación lo que ha cambiado, aparte de la infancia de Sirius. Es que si lo hacía demasiado malo pues ya no mantendría la personalidad de Sirius... y lo mismo con Bella si la ponía enamorada. Serían otros personajes con el físico de ellos dos.

Como he dicho este fic tendrá cuatro xapis. El próximo irá sobre los principios de Sirius como mortífago. Recordad que hay ciertas cosas que han cambiado, además de su personalidad. No es animago, no conoce ni a Remus ni a Peter... Decidí mantener la amistad con James, aunque no tiene mucho sentido, pero es imprescindible (será una pista? Uhhh, kien sabe...).

Sólo os diré que planeo un final un tanto impactante... Marin ya se cree que voy a matar a mi Dios. ¿Será verdad? Yo, como siempre, mantengo todas las posibilidades abiertas, así que no añadiré nada que estropee la sorpresa.

Me gustaría subir los próximos xapis de este fic pronto, algo así como hice con EBDJ, que lo terminé (aunque en realidad quiero hacer otro xapi) en dos semanas. Lo mezclaré con Azkaban y Amnesia por el momento, a ver si termino también el primero, porque aunque sé que tengo que subir el 12 de SDY, lo cierto es que ni siquiera sé lo que va a pasar en ese xapi y no ando inspirada para escribir a Bellatrix de pequeña. Mientras me duré esta buena racha de escribir a Bella de mala malosa seguiré con los que es mayor.

Otra cosita del fic. Mina me ha acusado (no me comprende, buaaaa!) de que Bella tiene exactamente la misma relación en este fic con Sirius que en mis otras historias. Yo no lo creo... Aquí Sirius no es un traidor, por lo que Bellatrix no tiene que ocultar su relación con él. Además, en ningún momento se odian... Pero Mina me acusó de que ella le incitaba para atraerle por interés. ¿Pero interés de qué? Bellatrix no recibe ningún beneficio si Sirius se hace mortífago... Ahí ya se esconden unos sentimientos que la chica no va a revelar jamás. Si recordáis la parte "Pero nunca he rechazado tus besos", con esa frase se refiere a que a pesar de que quiere tener una relación liberal, ella no lo ha rechazado y va a seguir con él.

Y eso es todo... creo que ya me alargué suficiente. Siempre escribo mucho, pero acabo por contar dos cosas. En fin, dejad reviews, por favor. Quiero saber qué pensáis del principio.

Bxtos! Y muuuuuuuuxos abrazos!

Joanne