Disclaimer: El mundo de Hogwarts pertenece a J.K.Rowling. Harry y Hermione se pertenecen el uno al otro. De no tener creo que ni siquiera tengo este disclaimer
EL BESO
El cabello castaño rizado de ella ondulaba al gélido viento de Enero, como notando su presencia Hermione giró sobre sus talones y lo vio acercarse. No podía apartar los ojos de él.
Harry se acercó a la chica.
"Estás helada" – dijo rozando con su dedo índice los labios helados de ella.
Su vista se fijó en la boca de ella y no podría haberla apartado ni aunque su vida dependiera de ello.
Como podía no haberse fijado antes en lo carnosos y apetecibles que eran.
"¿A que sabrán? – se preguntó
Hermione besó su dedo y Harry no pudo esperar más.
Los labios de Harry empezaron a descender hasta posarse tiernamente en los de ella; cerró los ojos, como cuando pruebas un manjar delicioso, para mantener ese sabor en la mente, recordar ese momento era lo más importante en su vida.
Harry solo pretendía probar sus labios, un sólo segundo, pero una vez probados no podía evitar desear profundizar un poco más; sólo un poco, entreabrió los labios y su lengua tanteó la entrada; ella, tentada, le permitió el paso. Solo había un pensamiento en sus mentes; pasión.
Sus lenguas se entrelazaron en una danza más antigua que el tiempo. No supieron si habían pasado segundos, minutos u horas.
El gelido viento no importó más. Solo estaban ellos dos, ahí, abrazados. Las manos de él en su cintura manteniendola pegada a el, las manos de ella jugueteando con el revuelto pelo azabache de él. No había nada más en el mundo. Nadie más.
Finalmente en una lucha desesperada por oxigeno se separaron aun abrazados.
Y Hermione, por extraño que parezca solo pudo sonreírle y susurrar "Guau!"
Y Harry volvió a besarla otra vez.
