Clarie se dejó caer en el suelo al lado de Dean y Jimmy. Estaba agotada de gritar. La adolescente rebelde puso la cabeza sobre su rodillas y lloró. Dean y Jimmy pasaron sus brazos por los hombros de la chica mayor, en un intento de ofrecerle consuelo.
"Es todo por mi culpa. Lo siento chicos."
"Quizás sea hora de que nos cuentes la verdad." Dean le pidió.
"Si, ¿Quienes son esos tipos y por qué nos han encerrado aquí?" Jimmy le preguntó.
"Os lo contaré. Y lamento deciros que estamos jodidos, muy jodidos."

Hace cinco días Castiel estaba en el bunker con los chicos Winchester y había oído a Clarie orar pidiéndole que la fuera a buscar. El ángel estaba hablando con ellos sobre la búsqueda, larga e infructuosa, de Metratón y sobre sus problemas con su gracia, cada día más débil. Cuando de repente paró de hablar, ladeó la cabeza e hizo un gesto con la mano pidiendo silencio a los hermanos. Cuando el ángel relajó su postura "radar" como decía Dean, este le preguntó:
"¿Qué pasa Cas? ¿A Hanna se le han quemado las lentejas?"
"No sé por qué preguntas eso Dean, creo que Hanna no ha cocinado nunca."
"Es broma, Cas… ¿Qué es lo que ocurre?"
"Es Clarie,... Quiere que vaya a buscarla."
"Creí que no quería saber nada de tí" le recordó Sam.
"Puede que esté en problemas. Tengo que ir a buscarla."
"Iremos contigo Cas. No estás en condiciones de volar."
"¿Sabes donde está?"
"En Nueva York, en Brownsville."
"Mal barrio. Pues tenemos casi 10 horas de viaje por delante."
"Voy a coger mis videojuegos y el ipod." Dijo Dean.
"Coge mejor tu ropa, tus cosas de aseo y un buen libro, Dean." le dijo Sam.
"¡Aburres Sammy! De acuerdo, también cogeré eso." Y salió a toda velocidad hacia su habitación.
"Voy a preparar mis cosas. ¿Nos harías unos sandwiches Cas? Ya sabes, solo consiste en poner cosas entre las rebanadas de pan. Dean tiene hambre todo el rato y no quiero estar parando todo el tiempo para que se llene el estómago de comida basura."
"Por supuesto Sam. Lo haré encantado."
En media hora estaban listos para partir y Castiel había hecho más de veinte sandwiches.
Sam al ver el enorme paquete de comida que había preparado Cas, puso una cara perra de resignación. Pero no dijo nada y los tres cogieron el Impala.
Dean había aceptado a regañadientes su puesto en el asiento trasero de su amado Impala, para evitar problemas con la policía y callar la bocaza de Sammy que insistía en que el asiento trasero era más seguro y más con la altura y peso de Dean. Y bueno, el asiento trasero también tenía sus ventajas: como dormir más cómodo y escapar de la vigilancia constante de Sam.
No habían salido aún de la zona de Lebanon cuando el estómago de Dean empezó a rugir.
"Tengo hambre. ¿Paramos a comprar algo?"
"Ahí tienes sandwiches, una botella de agua y zumos." Le contestó Sam.
Dean desenvolvió uno y se quedó mirando intrigado el relleno. Una salsa roja goteaba fuera del sandwich, aparentemente chile, y separando un poco el pan pudo ver lo que parecían rodajas de manzana.
"¿Quién ha preparado estos emparedados?"
"Yo" dijo Castiel con cara preocupada "¿No te gustan Dean?"
"¿Los sandwiches de manzana con chile? Me encantan Cas, gracias." Dijo dandole un gran bocado.
"No hay de que Dean." Castiel le dijo con una sonrisa satisfecha.

Hicieron el largo viaje de un tirón, solo parando para poner gasolina y ir al servicio, ya que Cas y Sam se turnaron para conducir y dormir. Y poco a poco fueron acabando con los extravagantes sandwiches elaborados por el ángel. Tras el largo viaje la noche había caído sobre ellos y las luces de la ciudad les recibieron a su llegada a la Gran ciudad. Dean observaba el espectáculo que la vista de la ciudad les ofrecía con entusiasmo.
"Podríamos quedarnos unos días ¿Qué te parece Sammy? Ver el Empire State, la Quinta Avenida, Central Park,..."
"Ya veremos Dean. Veamos primero qué ocurre con Clarie antes de hacer planes."

Guiados por los sentidos extraordinarios del ángel, Sam condujo el Impala por las calles del conflictivo barrio de Brooklyn. Siguiendo las indicaciones de Castiel llegaron a una zona que parecía ser de lo peor de Brownsville. Casas viejas, calles oscuras y sucias, grupos de vendedores de drogas, drogadictos, chaperos, prostitutas, pandilleros y vagabundos parecían ser la población característica de la zona. Castiel hizo parar a Sam frente a un callejón que parecía llevar a un solar en construcción abandonado, a lo lejos se veía brillar una fogata.
"Yo detecto la presencia de Clarie al fondo del callejón. Voy a ir a buscarla." Dijo Castiel abriendo la puerta del coche.
Sam le retuvo por el brazo. "Voy contigo, Cas. No sabemos cuánta gente puede haber allí ni si serán pacíficos. Dean, tú espera en el coche…" dijo, girando la cabeza para ver el asiento trasero ya vacío.
"¡Dean! ¿Qué crees que haces?"
"Esperar por vosotros. ¿Qué voy a hacer si no aquí fuera? ¿Congelarme? Por que hace un frío que pela."
"Preferiría que esperases en el coche, Dean."
"¡Vamos Sam! Voy con un ángel y el mejor cazador del mundo, después de mi, claro. ¿Qué puede pasarme?"
"¡A tí! A ti puede pasarte cualquier cosa. Eres un imán para los lios, Dean."
Dean le dirigió un mirada de enfado. "Mira, quédate aquí de guardia. Si ves que no venimos serás nuestro recurso de emergencia."
"Es mi edad lo que se ha reducido, no el tamaño de mi cerebro, Sammy. No intentes engatusarme con cuentos para niños." Replicó un enojado Dean, que no quería ser apartado de la acción por la excesiva actitud protectora de su hermano.
Castiel sabía que un argumento de este tipo podía eternizarse entre los dos hermanos, ambos cabezotas y poco dados a dar su brazo a torcer. Aunque no le gustaba negarle nada a Dean, reconocía que lo que Sam proponía era lo más prudente. No sabían lo que iban a encontrar allí, y con Clarie ya para proteger, lo que menos necesitaban era otro adolescente por medio.
"Dean, estoy de acuerdo con tu hermano. Debes quedarte aquí y ser nuestro plan de respaldo por si algo sale mal. Recuerda que es porque nos preocupamos por ti y no discutas más."
Dean puso morros y se cruzó de brazos, pero abrió la puerta y se metió de nuevo en el coche.
"¡Aguafiestas! No tardeis mucho o voy a buscaros."
"¡Gracias Dean!" le sonrió el ángel.
"Volveremos pronto. ¡Vamos Cas!" Y Sam echó a andar por el callejón, seguido por Castiel.

Dean se pasó al asiento de delante, y acarició el volante del Impala. "Imán para los lios, nena. Sammy dice que soy un imán para los lios. ¿Tú que opinas preciosa?" refunfuñó Dean.
Si la nena de Dean pudiera, seguramente habría tocado el claxon en aprobación a lo dicho por Sam, porque por detrás del coche se acercaba un grupo de jóvenes pandilleros.

Castiel y Sam avanzaban por el descampado, ante la mirada indiferente de borrachos tapados con mantas, y la suspicaz de grupos de drogadictos preparando su dosis. En el centro del descampado, un barril agujereado mantenía una fogata alrededor de la cual se sentaba un numeroso grupo de gente.
"Cas ¿Detectas a Clarie?"
"Está en torno al fuego, Sam. Pero no sé quién de ellos es, todos están tapados con numerosas mantas. Tendremos que preguntar."
"De acuerdo, vamos." Sam tragó saliva y se dirigió al grupo de sombras que circunda el barril que les proporciona calor y algo de luz.
Castiel se dirigió a ellos.
"Perdonen que les moleste. ¿Está aquí Clarie Novak?"
Nadie respondió pero poco a poco todos fueron poniéndose de pié en silencio. A la luz parpadeante del fuego, cubiertos de mantas, parecían una especie de aquelarre.
Todos se les quedaron mirando en silencio, mientras dos hombres blandiendo sendas barras de hierro, se les acercaban por detrás.

Continuará...

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Un relato más para GreenEyesSpn y Criscat. Gracias por animarme a seguir. A ver en que lios les meto.