Isabella nunca tuvo una figura paterna en su vida, lo más cercano a ello era el esposo de su tia, Edward. Él siempre la había tratado como su hija, y la quería como tal, la consentia y la trataba con mucha debosión.

En su fiesta de quince años, Edward la llevó a su fiesta, bailó junto a ella su primer vals.

Ella siempre supo que había estado enamorada de él, pero también sabía que era un amor imposible.

Edward nunca supo lo sentía hasta que Isabella tuvo su primer novio.

Celos, tristeza, amor, lágrimas.

¿Podrá el amor vencer los miedos?