Este es el primer capitulo de este fic, en realidad se trata de un universo
alterno, aunque he tratado de mantener las personalidades de los
personajes, no siempre lográndolo. Esperó este fic sea de su agrado.
Primero que nada, quiero decir que este fic aunque se podría decir que soy la autora, también es causa de la colaboración grandes personas y amigas. Como no decirlo, si este capitulo es directamente para la persona que me animo a seguirlo, me ayudo a quitar inseguridades en este fic, lo corrigió, leyó y siempre me estuvo ayudando con gran dulzura y entusiasmo, y sobre todo, por que esta de ¡CUMPLE ESTE 29 DE ENERO!...... Si, mi querida Yashi, sin tu apoyo y amistad, jamás me hubiese animado a subir el fic, quizás a nadie le guste, pero... siempre me dará gran alegría escribirlo, por que como tu sabes es un capricho que tenía ganas de escribir y que aunque pensaba jamás subir y quizás ni pensé alguna vez en continuar, tu me ayudaste y me guiaste para seguir.
El titulo de este fic, es en parte una fusión de ideas de dos grandes personas a las que adoro. La primera y ya nombrada Yashi a quien le dedicó este capitulo por su cumple y en realidad el fic entero, pues...!es su ahijado!.... (nosotras nos entendemos en esta locura) Y en segundo lugar a mi okaa, mi linda kalita, que se animo a leerlo y me empujó a que me atreviese a subirlo. Gracias Okaa linda! Este primer capitulo también es para ti.
Pues nuevamente lo digo, Gracias a quienes me aguantan en mis leseras, tanto por msn, como por el foro o por aquí mismo... con mis largos monólogos antes de poner un capitulo (pero es parte de mi extraña personalidad)U.U.
¡FELIZ CUMPLEAÑOS YASHI!!!!!!!!se que este 29 será un día muy especial (si... por que lo estoy subiendo antes el capitulo)...esperó que funcione lo que pensaba hacer y... ¡recuerda que aquí alguien esta esperando leer algo de su manía!, jejeje.
Tu amiga que te recontraadora. Sayis
UN CAPRICHO DEL CORAZÓN
LOS PERSONAJES SON OBRA EXCLUSIVA DE LA SENSEI RUMIKO TAKASHI, YO SOLO LES HE TOMADO PRESTADOS.
MADRE Y AUTORA:
SAYIS
MADRINA(quien le da una revisada y lo lee y prácticamente es una segunda autora...T_T ¡gracias amiga!):
YASHI
Día 29 de Enero del 2004
CAPITULO UNO
"Entrando a un pasado, llegando a un presente"
Aquello que sus ojos veían le parecía cada vez más desconocido, pensar que regresaba al lugar donde había nacido, pero que había abandonado a los pocos días de edad... era un lugar del que habían tratado de omitir descripciones, quienes la rodearon durante su niñez y adolescencia siempre procuraron obviar comentarios sobre las personas que allí habitaban, aún cuando entre aquellas personas se hallaban sus familiares, entre ellos su hermanastra y su padre.
Los sucesos, las circunstancias habían hecho que ella jamás reprochara la falta de información acerca de aquellas personas, con lo que supo le bastó, aunque no podía negar que lamentaba que por los errores cometidos por su progenitor, ella hubiese terminado viviendo una existencia alejada de sus primos y tíos. Sobre todo por que su abuela materna siempre le habló muy bien de su hijo (el hermano mayor de su madre), además de siempre contarle lo que en cartas el le relataba acerca de las fechorías y juegos que hacían su prima Sango ( la cual tenía la misma edad que ella) y el pequeño Kohaku (un niño de diez años y hermano menor de Sango)
Veía por la ventanilla, sentía que estaban cerca, miró a su lado, un pequeño niño de siete años dormía plácidamente... sonrío suavemente, con el tiempo ese pequeño se había vuelto su única compañía, pensar que llegó justo un año antes de que su abuelo muriese... fue como una bendición, si no... ella hubiese quedado totalmente desamparada. Gracias a Shippo jamás se sintió así, aunque él era pequeño, poseía una madurez a veces mayor que la de cualquiera.
Un temor le recorría cada segundo, estaba algo ansiosa, pero no podía negarlo, tenía miedo a ver a aquellas personas, algunas a las cuales por sus acciones había decidido borrar de su existencia... Aunque ella no tenía conciencia de aquellos hechos, sabía que sus abuelos jamás le mentirían con algo tan delicado.
Su padre era un hombre que vivía en condiciones de clase baja, siempre aspiró a más, y aunque había tenido una relación amorosa con una mujer de su mismo nivel social, no dudó un minuto en enamorar a la ostentosa oportunidad que estuvo frente a él... aquella muchacha, joven, bella, hija una de las familias más adineradas de la región, el orgullo de su padre. Mantuvieron la relación en secreto, pues al padre de la joven él no le había parecido para nada apropiado, sobre todo por el que dirán de las amistades.
Pero la joven había caído en las redes de aquella sensación abrumadora llamada amor, se había casado a escondidas de sus padres, cuando estos se enteraron ya no les quedaba más que aceptarlo en la casa... en ese mismo instante el padre de la muchacha lo había notado... aquel hombre solo traería sufrimientos, al verlo no veía amor hacía su hija... o si lo había, era totalmente opacado por la ambición.
Ya a los tres meses la relación había caído en deterioro total, aunque gracias a los padres de la mujer ambos vivían sin necesidad alguna, el pasado de aquél hombre se hizo presente... la mujer con la cual había vivido años atrás había dado a luz una niña... una niña que tenía la sangre de aquel hombre, éste por su parte de manera extraña quedó embobado con su primogénita... fue así como día a día su ausencia fue más clara... y la muchacha lo sentía cada día más... sobre todo cuando descubrió que estaba embarazada... Fue entonces cuando supo que tendría un bebe.
El día del parto su marido no estuvo, pero en cambio su padre y madre fueron en cuanto supieron la noticia... sería su segundo nieto, hacía muy poco había nacido Sango, pero extrañamente (o no tanto por el afecto inmenso que el padre tenía por su hija) la alegría del abuelo esta vez parecía insuperable. Más aún cuando vio a la pequeña que nacía, una niña de tez clara, labios color carmín, ojos grandes y vistosos... aquella pequeña sería su alegría, lo supo en cuanto la tuvo en sus brazos. Pero lamentablemente la salud de su hija quedo deteriorada, a las pocas horas de nacida su hija, ella falleció, dejando a la pequeña en manos de sus padres, esbozando una última sonrisa, suplicando la perdonarán y pidiendo por favor no desampararan a su pequeña.
Aquel día... una tormenta se desataba en el exterior de la mansión, mientras el padre veía morir a su vida, su orgullo, pero al mismo tiempo veía nacer a la nueva razón de su existir. En ese mismo momento el hombre lo supo, aquella niña... su nieta.. KAGOME...
Ambos abuelos habían tomado la decisión de alejar a la pequeña de esa vida, él padre era un despreocupado... ni siquiera se presentó en el funeral de la que fuese su esposa, cuando llegó el abuelo Higurashi se manejó con él. La mansión de la ciudad pues ellos ya no la necesitaban, sobre todo por los recuerdos oscuros y tristes que les traían, él podía hacer lo que quisiera con la mansión... pero jamás se acercaría a la pequeña. La ambición venció en su mente... y la pequeña Kagome con pocos días de nacida partió en un viaje del que parecía jamás volvería.
Se crió con sus abuelos, recorrieron tierras remotas y desconocidas, nunca hubo límites, el mundo era de ellos, lamentablemente la fatalidad siempre se hacía presente, en buenos y malos momentos sin ver a quien dañaba o a quien destrozaba. La abuela Higurashi murió dejando a el abuelo Higurashi y a la pequeña Kagome de unos ocho años, la pequeña había sufrido mucho por la muerte de aquella que fuese una madre, compañera, amiga y sobre todo conexión con la familia que habían dejado atrás.
Pero se tenían el uno al otro... eran una familia, siguieron su viaje, y el abuelo con gran orgullo vio como su dulce nieta pasaba de ser una niña a convertirse en una mujer... pero su vida cada vez estaba más cerca del final, no deseaba dejar sola a su adorada... sabía que de todas maneras llegaría el final. Un día de abril adoptaron a Shippo, cuando este tenía seis años, era un pequeño huérfano que cautivo con su dulzura a la adolescente nieta del señor Higurashi... el pequeño a pedido de él se encargo de alejar a cualquier pretendiente de la joven, y la chica por su parte cada día se volvía más especial, su sonrisa cálida, su bondad, su alegría... Un día de abril, al año siguiente de la llegada de Shippo a su pequeña pero amorosa familia... su abuelo murió...
Kagome vago con el pequeño durante un año... recibía cartas de su prima a la que no conocía pero quería demasiado... quizás por que cada carta demostraba que esa joven era verdaderamente dulce, le pedía que fuera con ellos, que volviera... temía que esta se sintiese sola... además tenía grandes deseos de conocerla... Pero Kagome siempre se negó, no estaba lista, además pensó que no se sentiría sola.. estaba con Shippo...
EL padre de Sango murió y a extrañar de Kagome, esta se hizo más insistente en su petición... Kagome seguía negándose determinada... Pero un día sintió que debía ir... se sintió por primera vez SOLA... aunque estaba junto a el pequeño... algo le faltaba... se armó de fuerzas y ocultó sus temores... en una carta le explico a su prima que pronto la tendrían por aquellos lugares. Una carta de pocas líneas llegó a su padre.. la primera carta que ella le enviaba:
LLEGO LA PROXIMA SEMANA
Ahora estaba ahí... vio como el tren se detenía... la velocidad era casi inexistente, había llegado. No pudo evitar sentir más temor del acostumbrado. Tragó saliva de manera dificultosa, trató de retomar una postura seria, ocultar su nerviosismo. Despertó con una suave sacudida al pequeño que dormía en el asiento de su lado.
-Shippo... Shippo... ya llegamos- le susurro, al tiempo que le ayudaba a sentarse. El pequeño se restregó los ojos para poder despejarse, y asintió poniéndose de pie, caminando tras la joven.
Se había ido cuando tenía apenas unos días de vida... había dejado esa vida y conocido el mundo... extrañamente jamás habían pasado por ese punto. Hoy regresaba, ahora tenía diecisiete años y las cosas las veía de distinta manera, se hacía sus propios juicios de las personas... pero aún así tenía miedo... respiro hondamente armándose de valor... "directo a lo desconocido"- murmuro recordando la frase que su abuelo decía cuando iban a un lugar que jamás habían visto y en el cual tenían temor por sentirse extraños. Aquella frase significaba para ellos ver hacía adelante y enfrentar el destino que estaba frente a ellos... así como a ella le tocaría en esa nueva vida que emprendería.
Al bajar del tren dirigió miradas a todas las direcciones... ni siquiera sabía por que lo hacía, ¿alguien le iría a recoger?.. no lo esperaba en lo más mínimo... quizás trataba de ver la esencia del lugar, plasmar aquel primer recuerdo en su memoria, familiarizarse con el entorno. De repente de la nada vio como un cartel con su nombre se agitaba en el aire... pero no veía quien lo hacía. El tumulto de gente se fue disipando, hasta que pudo distinguir de quien se trataba... era un niño, de cabellos café oscuro, algo pecoso. La joven se acercó a él viéndolo con detenimiento.
-¿A quien esperas?- le pregunto la chica, el niño se sonrojo al ver la belleza de la jovencita que le hablaba.
-Pues...- respondió titubeante- a mi prima... ella...llegaría hoy, se llama Kagome- termino por decir sonriente el muchacho, la joven trató de mostrarse normal, evitando muecas de alegría o sorpresa.
-¿Cómo te llamas?- pregunto la joven, mirando con cierto destello de entretención al muchacho frente a ella. El niño le miró algo desconfiado, sabía no debía distraerse... o decir su nombre a desconocidos... pero la desconocida era tan linda!.
-Kohaku- contestó sonriente el muchacho. Kagome entonces no pudo evitar la mueca de alegría, sorpresa... estaba realmente feliz.
-PRIMO!- gritó la muchacha, sintiendo como lágrimas se agolpaban en sus ojos al tiempo que lo abrazaba de manera efusiva.
::::::::::::::::::
Habían estado en silencio, Kohaku comía unos extraños dulces que su prima le había obsequiado... eran deliciosos, al lado de él, Shippo comía con los mismos ánimos, para él era común comer esas pequeñas exquisiteces que Kagome compraba para él. Kagome los miraba con una gran sonrisa, una sensación de calma y paz se colaba en su corazón...
Bajaron del auto en casa de Kohaku, Sango había rogado que su prima fuera a verla, aunque fuese solo por un instante. Al bajar Kagome vio a una muchacha de su edad que corrió hasta ella al verla llegar. Parecía como si se conocieran de toda la vida, sin notar el tiempo, Kagome y Sango habían emprendido una extensa charla. Sango le contaba de los sitios preferidos para salir, las actividades, y Kagome por su parte de los lugares desconocidos que conoció en sus viajes por tierras lejanas. Sango le observaba sin perderse detalle. Mientras en el jardín Kohaku y Shippo jugaban hasta el cansancio.
La oscuridad se hacía notoria, el manto nocturno cubría todo. Sango miró con tristeza a su prima cuando ésta le avisó que debía irse... su ansiedad había reaparecido... conocería a su padre y hermanastra. En ese instante recordó que... no había dicho nada de Shippo... había sido tan cortante en sus líneas que cualquier dato extra a que volvía había sido omitido. Por suerte, de la nada apareció Kohaku y le rogó a su hermana dejara que su nuevo amigo se quedará con ellos esa noche. Sango sin poderse negar a las peticiones de su hermano accedió.
-Lastima que no llegó mi madre, estaba ansiosa de conocerte... tuvo que llevar a Kirara al veterinario- Sango estaba parada en la entrada, con una mueca apagada y decepcionada por no haber tenido más tiempo para escuchar los relatos de su prima. En tanto Kagome avisaba al chofer que pronto partirían.
-Si, es una verdadera lástima.. pero...- una sonrisa se coló en su rostro juvenil.... - ten por seguro que mañana me tendrás por aquí querida prima:- dijo animosamente Kagome, Sango sonrió devolviendo el gesto de manera sincera, en verdad sentía que con Kagome habría una amistad a prueba de todo.
::::::::::::::::::::
La llegada se hizo inminente, una imponente mansión se levantaba frente a sus ojos, la vio sorprendida, quizás por lo grande y lujosa que parecía ser su nuevo lugar de estadía... sobre todo por el hecho de que ella jamás pasó mucho tiempo en lugares así... con tanto viaje y lugares por conocer, el mundo fue su hogar... no había fronteras, tenía el pensamiento de un alma libre. La mansión era hermosísima... al ver cerrarse las enormes rejas de la mansión una extraña sensación le inundó, algo se sentía en el ambiente y ella siempre había sido muy intuitiva... al cerrarse las rejas le pareció sentirse enjaulada... como si su alma hubiese sido apresada, como si ya no hubiesen salidas, ni libertad.
Entró, viendo que el exterior se quedaba pequeño frente al lujo interno del lugar, grandes cuadros y pinturas, lujosas alfombras, amplios pasillos, escaleras decoradas con detalles inimaginables... "y esto es solo el recibidor"- pensó la joven esbozando una sonrisa algo nerviosa. Una mujer algo mayor se acercó para darle la bienvenida, la joven la vio detenidamente, parecía verla con cierto recelo...
-Sígame señorita, su padre la espera en su despacho:- dijo solemnemente la anciana. Kagome asintió siguiéndola en silencio.
"¿Qué tan lejos quedaba el despacho?"- se pregunto la joven viendo atónita que las puertas y pasillos parecían nunca acabar, conforme se adentraba más sus nervios se hacían más inminentes, además, el silencio le perturbaba...
-¿Cómo se llama usted?:- pregunto Kagome a la anciana que la guiaba.
-Soy Kaede... la ama de llaves de la mansión- respondió cortante la mujer. Kagome al ver el ceño fruncido de la anciana desertó de hacer más preguntas, obligada a mantener ese silencio que le estaba enloqueciendo.
La anciana se adelantó, para dar aviso al señor que la joven había llegado. Se oyó una voz ronca responder, pero Kagome no pudo entender lo que respondía. La anciana le señaló que ya podía pasar, la chica hizo una mueca nerviosa, pero dulce. Algo cambió en ese mismo instante... la anciana notó que no se trataba de una jovencita arrogante... como la señorita de la casa... le causó gracia, pero sobre todo se asombró al ver que la joven recién llegada volteaba y le sonreía ampliamente.
-Muchísimas gracias- murmuró Kagome, para que solo la anciana Kaede pudiera escucharle. La anciana sorprendida no pudo más que asentir... recordó en esa mirada a su señora, la abuela de la joven recién llegada... quizás esta pequeña joven tenía algo de ella... extrañaba mucho a su señora... y también a la madre de Kagome, a la cual ella misma había criado... ahora la casa era distinta, la hija del señor era una malcriada, cada día se veían más caprichos en ella... como la madre de la niña, la cual había vivido en la mansión hasta hacía tres años, cuando falleció... nunca pensó decirlo, pero... agradeció que su tormento cesara... sólo para notar que la hija de la mujer tenía las mismas características detestables.
-Llegaste- se oyó una voz ronca que le daba la espalda a Kagome. Esta sintió aún más nerviosismo al ver la frialdad de la bienvenida.
-Si, llegué esta tarde, pero me entretuve conversando con Sango:- dijo con melodiosa voz la joven, una voz llena de dulzura, el hombre tuvo que voltearse entonces... sorprendido, la joven frente a él era parecida a su otra hija en ciertos rasgos... pero esta joven... en cambio tenía una mirada dulce, sus ojos tenían tinte azul (en el manga Kagome tiene ojos azules por lo que sé), cabellos negros azabache ondulados, labios color carmín, una amplia y hermosa sonrisa, sus ojos grandes y expresivos... reconoció en ella entonces los rasgos de la abuela Higurashi, la madre de la que fuese su esposa. Además algo que le había asombrado era la dulzura de la voz de la joven, estaba preparado para recibir una respuesta fría y cortante, en cambio, jamás pensó recibir una tierna sonrisa y una respuesta tan melodiosa.
-Ya veo, tu prima estaba ansiosa de conocerte... y yo también- murmuro el hombre. Kagome notó que los ojos de su padre estaban algo vidriosos... y no se equivocaba, sus ojos se habían llenado de lágrimas... frente a él... una casi mujer... que le mostraba algo que por más que trató de sacar de su primera hija nunca logró... una sonrisa sincera.
-Debes estar cansada...- pronunció casi como pregunta el hombre.
-Pues sí... creo que fue agotador... aunque... me encantaría poder hablar más- dijo la joven con una risa nerviosa. El hombre correspondió el gesto- Mañana en la mañana hablaremos... ahora debes descansar, pequeña.
Kagome asintió, en realidad estaba muy cansada, ya mañana le preguntaría por Shippo... eso le preocupaba... además... ya habría tiempo.
Salió con lentitud, la anciana la esperaba afuera.
-La conduciré a su cuarto señorita- pronunció la anciana... pero su tono ya no era frío... llegaron frente a una puerta enorme en el segundo piso.
-Su abuela solía dormir en este cuarto cuando tenía su edad... su madre hizo lo mismo... Es extraño, el señor jamás permitió que la señorita Kikyou durmiera aquí... quizás siempre creyó que este le pertenecía a usted... por derecho... quizás siempre esperó que usted llegase- se atrevió a confidenciar la anciana. Kagome le sonrió ampliamente entusiasmada.
-¿Mi abuela y madre dormían en este cuarto a mi edad?:- pregunto visiblemente entusiasmada. La anciana asintió atreviéndose a sonreír... temía sonreír, siempre que lo hacía frente a la señorita Kikyou esta le reprochaba que se veía... pues que no era necesario que una simple empleada lo hiciera.
-Dígame señora Kaede... ¿usted conoció bien a mi madre?:- preguntó la joven.
-Si, yo le crié... -dijo con cierto orgullo en su voz, Kagome cada vez estaba más inserta en la conversación. La anciana abrió la puerta, la joven le trataba con mucho respeto... se rió en sus adentros, allí siempre le gritaban y por su nombre... le pareció que la joven poseía una dulzura indescriptible.
-Mejor es que duerma- dijo la anciana señalándole que podía entrar-. Kagome bostezo levemente, una sonrisa pícara se coló en sus labios.
-Pero... ¿me contará mañana?- pregunto con cara de niña chiquita:- por favor señora Kaede:- suplico la joven, la anciana asintió conmovida. Luego de eso cerró la puerta y con una amplia sonrisa se dirigió a realizar el resto de las labores.
Fin capitulo Uno
Pues Yashi, como dije... lo subía para tu cumple!, te mando un beso en caso de que al regreso de tus vacaciones no este... Te he extrañado mucho amiga. ¡FELICES 16 Mi AMIGA Y HERMANA!
Your friend Sayis
Primero que nada, quiero decir que este fic aunque se podría decir que soy la autora, también es causa de la colaboración grandes personas y amigas. Como no decirlo, si este capitulo es directamente para la persona que me animo a seguirlo, me ayudo a quitar inseguridades en este fic, lo corrigió, leyó y siempre me estuvo ayudando con gran dulzura y entusiasmo, y sobre todo, por que esta de ¡CUMPLE ESTE 29 DE ENERO!...... Si, mi querida Yashi, sin tu apoyo y amistad, jamás me hubiese animado a subir el fic, quizás a nadie le guste, pero... siempre me dará gran alegría escribirlo, por que como tu sabes es un capricho que tenía ganas de escribir y que aunque pensaba jamás subir y quizás ni pensé alguna vez en continuar, tu me ayudaste y me guiaste para seguir.
El titulo de este fic, es en parte una fusión de ideas de dos grandes personas a las que adoro. La primera y ya nombrada Yashi a quien le dedicó este capitulo por su cumple y en realidad el fic entero, pues...!es su ahijado!.... (nosotras nos entendemos en esta locura) Y en segundo lugar a mi okaa, mi linda kalita, que se animo a leerlo y me empujó a que me atreviese a subirlo. Gracias Okaa linda! Este primer capitulo también es para ti.
Pues nuevamente lo digo, Gracias a quienes me aguantan en mis leseras, tanto por msn, como por el foro o por aquí mismo... con mis largos monólogos antes de poner un capitulo (pero es parte de mi extraña personalidad)U.U.
¡FELIZ CUMPLEAÑOS YASHI!!!!!!!!se que este 29 será un día muy especial (si... por que lo estoy subiendo antes el capitulo)...esperó que funcione lo que pensaba hacer y... ¡recuerda que aquí alguien esta esperando leer algo de su manía!, jejeje.
Tu amiga que te recontraadora. Sayis
UN CAPRICHO DEL CORAZÓN
LOS PERSONAJES SON OBRA EXCLUSIVA DE LA SENSEI RUMIKO TAKASHI, YO SOLO LES HE TOMADO PRESTADOS.
MADRE Y AUTORA:
SAYIS
MADRINA(quien le da una revisada y lo lee y prácticamente es una segunda autora...T_T ¡gracias amiga!):
YASHI
Día 29 de Enero del 2004
CAPITULO UNO
"Entrando a un pasado, llegando a un presente"
Aquello que sus ojos veían le parecía cada vez más desconocido, pensar que regresaba al lugar donde había nacido, pero que había abandonado a los pocos días de edad... era un lugar del que habían tratado de omitir descripciones, quienes la rodearon durante su niñez y adolescencia siempre procuraron obviar comentarios sobre las personas que allí habitaban, aún cuando entre aquellas personas se hallaban sus familiares, entre ellos su hermanastra y su padre.
Los sucesos, las circunstancias habían hecho que ella jamás reprochara la falta de información acerca de aquellas personas, con lo que supo le bastó, aunque no podía negar que lamentaba que por los errores cometidos por su progenitor, ella hubiese terminado viviendo una existencia alejada de sus primos y tíos. Sobre todo por que su abuela materna siempre le habló muy bien de su hijo (el hermano mayor de su madre), además de siempre contarle lo que en cartas el le relataba acerca de las fechorías y juegos que hacían su prima Sango ( la cual tenía la misma edad que ella) y el pequeño Kohaku (un niño de diez años y hermano menor de Sango)
Veía por la ventanilla, sentía que estaban cerca, miró a su lado, un pequeño niño de siete años dormía plácidamente... sonrío suavemente, con el tiempo ese pequeño se había vuelto su única compañía, pensar que llegó justo un año antes de que su abuelo muriese... fue como una bendición, si no... ella hubiese quedado totalmente desamparada. Gracias a Shippo jamás se sintió así, aunque él era pequeño, poseía una madurez a veces mayor que la de cualquiera.
Un temor le recorría cada segundo, estaba algo ansiosa, pero no podía negarlo, tenía miedo a ver a aquellas personas, algunas a las cuales por sus acciones había decidido borrar de su existencia... Aunque ella no tenía conciencia de aquellos hechos, sabía que sus abuelos jamás le mentirían con algo tan delicado.
Su padre era un hombre que vivía en condiciones de clase baja, siempre aspiró a más, y aunque había tenido una relación amorosa con una mujer de su mismo nivel social, no dudó un minuto en enamorar a la ostentosa oportunidad que estuvo frente a él... aquella muchacha, joven, bella, hija una de las familias más adineradas de la región, el orgullo de su padre. Mantuvieron la relación en secreto, pues al padre de la joven él no le había parecido para nada apropiado, sobre todo por el que dirán de las amistades.
Pero la joven había caído en las redes de aquella sensación abrumadora llamada amor, se había casado a escondidas de sus padres, cuando estos se enteraron ya no les quedaba más que aceptarlo en la casa... en ese mismo instante el padre de la muchacha lo había notado... aquel hombre solo traería sufrimientos, al verlo no veía amor hacía su hija... o si lo había, era totalmente opacado por la ambición.
Ya a los tres meses la relación había caído en deterioro total, aunque gracias a los padres de la mujer ambos vivían sin necesidad alguna, el pasado de aquél hombre se hizo presente... la mujer con la cual había vivido años atrás había dado a luz una niña... una niña que tenía la sangre de aquel hombre, éste por su parte de manera extraña quedó embobado con su primogénita... fue así como día a día su ausencia fue más clara... y la muchacha lo sentía cada día más... sobre todo cuando descubrió que estaba embarazada... Fue entonces cuando supo que tendría un bebe.
El día del parto su marido no estuvo, pero en cambio su padre y madre fueron en cuanto supieron la noticia... sería su segundo nieto, hacía muy poco había nacido Sango, pero extrañamente (o no tanto por el afecto inmenso que el padre tenía por su hija) la alegría del abuelo esta vez parecía insuperable. Más aún cuando vio a la pequeña que nacía, una niña de tez clara, labios color carmín, ojos grandes y vistosos... aquella pequeña sería su alegría, lo supo en cuanto la tuvo en sus brazos. Pero lamentablemente la salud de su hija quedo deteriorada, a las pocas horas de nacida su hija, ella falleció, dejando a la pequeña en manos de sus padres, esbozando una última sonrisa, suplicando la perdonarán y pidiendo por favor no desampararan a su pequeña.
Aquel día... una tormenta se desataba en el exterior de la mansión, mientras el padre veía morir a su vida, su orgullo, pero al mismo tiempo veía nacer a la nueva razón de su existir. En ese mismo momento el hombre lo supo, aquella niña... su nieta.. KAGOME...
Ambos abuelos habían tomado la decisión de alejar a la pequeña de esa vida, él padre era un despreocupado... ni siquiera se presentó en el funeral de la que fuese su esposa, cuando llegó el abuelo Higurashi se manejó con él. La mansión de la ciudad pues ellos ya no la necesitaban, sobre todo por los recuerdos oscuros y tristes que les traían, él podía hacer lo que quisiera con la mansión... pero jamás se acercaría a la pequeña. La ambición venció en su mente... y la pequeña Kagome con pocos días de nacida partió en un viaje del que parecía jamás volvería.
Se crió con sus abuelos, recorrieron tierras remotas y desconocidas, nunca hubo límites, el mundo era de ellos, lamentablemente la fatalidad siempre se hacía presente, en buenos y malos momentos sin ver a quien dañaba o a quien destrozaba. La abuela Higurashi murió dejando a el abuelo Higurashi y a la pequeña Kagome de unos ocho años, la pequeña había sufrido mucho por la muerte de aquella que fuese una madre, compañera, amiga y sobre todo conexión con la familia que habían dejado atrás.
Pero se tenían el uno al otro... eran una familia, siguieron su viaje, y el abuelo con gran orgullo vio como su dulce nieta pasaba de ser una niña a convertirse en una mujer... pero su vida cada vez estaba más cerca del final, no deseaba dejar sola a su adorada... sabía que de todas maneras llegaría el final. Un día de abril adoptaron a Shippo, cuando este tenía seis años, era un pequeño huérfano que cautivo con su dulzura a la adolescente nieta del señor Higurashi... el pequeño a pedido de él se encargo de alejar a cualquier pretendiente de la joven, y la chica por su parte cada día se volvía más especial, su sonrisa cálida, su bondad, su alegría... Un día de abril, al año siguiente de la llegada de Shippo a su pequeña pero amorosa familia... su abuelo murió...
Kagome vago con el pequeño durante un año... recibía cartas de su prima a la que no conocía pero quería demasiado... quizás por que cada carta demostraba que esa joven era verdaderamente dulce, le pedía que fuera con ellos, que volviera... temía que esta se sintiese sola... además tenía grandes deseos de conocerla... Pero Kagome siempre se negó, no estaba lista, además pensó que no se sentiría sola.. estaba con Shippo...
EL padre de Sango murió y a extrañar de Kagome, esta se hizo más insistente en su petición... Kagome seguía negándose determinada... Pero un día sintió que debía ir... se sintió por primera vez SOLA... aunque estaba junto a el pequeño... algo le faltaba... se armó de fuerzas y ocultó sus temores... en una carta le explico a su prima que pronto la tendrían por aquellos lugares. Una carta de pocas líneas llegó a su padre.. la primera carta que ella le enviaba:
LLEGO LA PROXIMA SEMANA
Ahora estaba ahí... vio como el tren se detenía... la velocidad era casi inexistente, había llegado. No pudo evitar sentir más temor del acostumbrado. Tragó saliva de manera dificultosa, trató de retomar una postura seria, ocultar su nerviosismo. Despertó con una suave sacudida al pequeño que dormía en el asiento de su lado.
-Shippo... Shippo... ya llegamos- le susurro, al tiempo que le ayudaba a sentarse. El pequeño se restregó los ojos para poder despejarse, y asintió poniéndose de pie, caminando tras la joven.
Se había ido cuando tenía apenas unos días de vida... había dejado esa vida y conocido el mundo... extrañamente jamás habían pasado por ese punto. Hoy regresaba, ahora tenía diecisiete años y las cosas las veía de distinta manera, se hacía sus propios juicios de las personas... pero aún así tenía miedo... respiro hondamente armándose de valor... "directo a lo desconocido"- murmuro recordando la frase que su abuelo decía cuando iban a un lugar que jamás habían visto y en el cual tenían temor por sentirse extraños. Aquella frase significaba para ellos ver hacía adelante y enfrentar el destino que estaba frente a ellos... así como a ella le tocaría en esa nueva vida que emprendería.
Al bajar del tren dirigió miradas a todas las direcciones... ni siquiera sabía por que lo hacía, ¿alguien le iría a recoger?.. no lo esperaba en lo más mínimo... quizás trataba de ver la esencia del lugar, plasmar aquel primer recuerdo en su memoria, familiarizarse con el entorno. De repente de la nada vio como un cartel con su nombre se agitaba en el aire... pero no veía quien lo hacía. El tumulto de gente se fue disipando, hasta que pudo distinguir de quien se trataba... era un niño, de cabellos café oscuro, algo pecoso. La joven se acercó a él viéndolo con detenimiento.
-¿A quien esperas?- le pregunto la chica, el niño se sonrojo al ver la belleza de la jovencita que le hablaba.
-Pues...- respondió titubeante- a mi prima... ella...llegaría hoy, se llama Kagome- termino por decir sonriente el muchacho, la joven trató de mostrarse normal, evitando muecas de alegría o sorpresa.
-¿Cómo te llamas?- pregunto la joven, mirando con cierto destello de entretención al muchacho frente a ella. El niño le miró algo desconfiado, sabía no debía distraerse... o decir su nombre a desconocidos... pero la desconocida era tan linda!.
-Kohaku- contestó sonriente el muchacho. Kagome entonces no pudo evitar la mueca de alegría, sorpresa... estaba realmente feliz.
-PRIMO!- gritó la muchacha, sintiendo como lágrimas se agolpaban en sus ojos al tiempo que lo abrazaba de manera efusiva.
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Habían estado en silencio, Kohaku comía unos extraños dulces que su prima le había obsequiado... eran deliciosos, al lado de él, Shippo comía con los mismos ánimos, para él era común comer esas pequeñas exquisiteces que Kagome compraba para él. Kagome los miraba con una gran sonrisa, una sensación de calma y paz se colaba en su corazón...
Bajaron del auto en casa de Kohaku, Sango había rogado que su prima fuera a verla, aunque fuese solo por un instante. Al bajar Kagome vio a una muchacha de su edad que corrió hasta ella al verla llegar. Parecía como si se conocieran de toda la vida, sin notar el tiempo, Kagome y Sango habían emprendido una extensa charla. Sango le contaba de los sitios preferidos para salir, las actividades, y Kagome por su parte de los lugares desconocidos que conoció en sus viajes por tierras lejanas. Sango le observaba sin perderse detalle. Mientras en el jardín Kohaku y Shippo jugaban hasta el cansancio.
La oscuridad se hacía notoria, el manto nocturno cubría todo. Sango miró con tristeza a su prima cuando ésta le avisó que debía irse... su ansiedad había reaparecido... conocería a su padre y hermanastra. En ese instante recordó que... no había dicho nada de Shippo... había sido tan cortante en sus líneas que cualquier dato extra a que volvía había sido omitido. Por suerte, de la nada apareció Kohaku y le rogó a su hermana dejara que su nuevo amigo se quedará con ellos esa noche. Sango sin poderse negar a las peticiones de su hermano accedió.
-Lastima que no llegó mi madre, estaba ansiosa de conocerte... tuvo que llevar a Kirara al veterinario- Sango estaba parada en la entrada, con una mueca apagada y decepcionada por no haber tenido más tiempo para escuchar los relatos de su prima. En tanto Kagome avisaba al chofer que pronto partirían.
-Si, es una verdadera lástima.. pero...- una sonrisa se coló en su rostro juvenil.... - ten por seguro que mañana me tendrás por aquí querida prima:- dijo animosamente Kagome, Sango sonrió devolviendo el gesto de manera sincera, en verdad sentía que con Kagome habría una amistad a prueba de todo.
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La llegada se hizo inminente, una imponente mansión se levantaba frente a sus ojos, la vio sorprendida, quizás por lo grande y lujosa que parecía ser su nuevo lugar de estadía... sobre todo por el hecho de que ella jamás pasó mucho tiempo en lugares así... con tanto viaje y lugares por conocer, el mundo fue su hogar... no había fronteras, tenía el pensamiento de un alma libre. La mansión era hermosísima... al ver cerrarse las enormes rejas de la mansión una extraña sensación le inundó, algo se sentía en el ambiente y ella siempre había sido muy intuitiva... al cerrarse las rejas le pareció sentirse enjaulada... como si su alma hubiese sido apresada, como si ya no hubiesen salidas, ni libertad.
Entró, viendo que el exterior se quedaba pequeño frente al lujo interno del lugar, grandes cuadros y pinturas, lujosas alfombras, amplios pasillos, escaleras decoradas con detalles inimaginables... "y esto es solo el recibidor"- pensó la joven esbozando una sonrisa algo nerviosa. Una mujer algo mayor se acercó para darle la bienvenida, la joven la vio detenidamente, parecía verla con cierto recelo...
-Sígame señorita, su padre la espera en su despacho:- dijo solemnemente la anciana. Kagome asintió siguiéndola en silencio.
"¿Qué tan lejos quedaba el despacho?"- se pregunto la joven viendo atónita que las puertas y pasillos parecían nunca acabar, conforme se adentraba más sus nervios se hacían más inminentes, además, el silencio le perturbaba...
-¿Cómo se llama usted?:- pregunto Kagome a la anciana que la guiaba.
-Soy Kaede... la ama de llaves de la mansión- respondió cortante la mujer. Kagome al ver el ceño fruncido de la anciana desertó de hacer más preguntas, obligada a mantener ese silencio que le estaba enloqueciendo.
La anciana se adelantó, para dar aviso al señor que la joven había llegado. Se oyó una voz ronca responder, pero Kagome no pudo entender lo que respondía. La anciana le señaló que ya podía pasar, la chica hizo una mueca nerviosa, pero dulce. Algo cambió en ese mismo instante... la anciana notó que no se trataba de una jovencita arrogante... como la señorita de la casa... le causó gracia, pero sobre todo se asombró al ver que la joven recién llegada volteaba y le sonreía ampliamente.
-Muchísimas gracias- murmuró Kagome, para que solo la anciana Kaede pudiera escucharle. La anciana sorprendida no pudo más que asentir... recordó en esa mirada a su señora, la abuela de la joven recién llegada... quizás esta pequeña joven tenía algo de ella... extrañaba mucho a su señora... y también a la madre de Kagome, a la cual ella misma había criado... ahora la casa era distinta, la hija del señor era una malcriada, cada día se veían más caprichos en ella... como la madre de la niña, la cual había vivido en la mansión hasta hacía tres años, cuando falleció... nunca pensó decirlo, pero... agradeció que su tormento cesara... sólo para notar que la hija de la mujer tenía las mismas características detestables.
-Llegaste- se oyó una voz ronca que le daba la espalda a Kagome. Esta sintió aún más nerviosismo al ver la frialdad de la bienvenida.
-Si, llegué esta tarde, pero me entretuve conversando con Sango:- dijo con melodiosa voz la joven, una voz llena de dulzura, el hombre tuvo que voltearse entonces... sorprendido, la joven frente a él era parecida a su otra hija en ciertos rasgos... pero esta joven... en cambio tenía una mirada dulce, sus ojos tenían tinte azul (en el manga Kagome tiene ojos azules por lo que sé), cabellos negros azabache ondulados, labios color carmín, una amplia y hermosa sonrisa, sus ojos grandes y expresivos... reconoció en ella entonces los rasgos de la abuela Higurashi, la madre de la que fuese su esposa. Además algo que le había asombrado era la dulzura de la voz de la joven, estaba preparado para recibir una respuesta fría y cortante, en cambio, jamás pensó recibir una tierna sonrisa y una respuesta tan melodiosa.
-Ya veo, tu prima estaba ansiosa de conocerte... y yo también- murmuro el hombre. Kagome notó que los ojos de su padre estaban algo vidriosos... y no se equivocaba, sus ojos se habían llenado de lágrimas... frente a él... una casi mujer... que le mostraba algo que por más que trató de sacar de su primera hija nunca logró... una sonrisa sincera.
-Debes estar cansada...- pronunció casi como pregunta el hombre.
-Pues sí... creo que fue agotador... aunque... me encantaría poder hablar más- dijo la joven con una risa nerviosa. El hombre correspondió el gesto- Mañana en la mañana hablaremos... ahora debes descansar, pequeña.
Kagome asintió, en realidad estaba muy cansada, ya mañana le preguntaría por Shippo... eso le preocupaba... además... ya habría tiempo.
Salió con lentitud, la anciana la esperaba afuera.
-La conduciré a su cuarto señorita- pronunció la anciana... pero su tono ya no era frío... llegaron frente a una puerta enorme en el segundo piso.
-Su abuela solía dormir en este cuarto cuando tenía su edad... su madre hizo lo mismo... Es extraño, el señor jamás permitió que la señorita Kikyou durmiera aquí... quizás siempre creyó que este le pertenecía a usted... por derecho... quizás siempre esperó que usted llegase- se atrevió a confidenciar la anciana. Kagome le sonrió ampliamente entusiasmada.
-¿Mi abuela y madre dormían en este cuarto a mi edad?:- pregunto visiblemente entusiasmada. La anciana asintió atreviéndose a sonreír... temía sonreír, siempre que lo hacía frente a la señorita Kikyou esta le reprochaba que se veía... pues que no era necesario que una simple empleada lo hiciera.
-Dígame señora Kaede... ¿usted conoció bien a mi madre?:- preguntó la joven.
-Si, yo le crié... -dijo con cierto orgullo en su voz, Kagome cada vez estaba más inserta en la conversación. La anciana abrió la puerta, la joven le trataba con mucho respeto... se rió en sus adentros, allí siempre le gritaban y por su nombre... le pareció que la joven poseía una dulzura indescriptible.
-Mejor es que duerma- dijo la anciana señalándole que podía entrar-. Kagome bostezo levemente, una sonrisa pícara se coló en sus labios.
-Pero... ¿me contará mañana?- pregunto con cara de niña chiquita:- por favor señora Kaede:- suplico la joven, la anciana asintió conmovida. Luego de eso cerró la puerta y con una amplia sonrisa se dirigió a realizar el resto de las labores.
Fin capitulo Uno
Pues Yashi, como dije... lo subía para tu cumple!, te mando un beso en caso de que al regreso de tus vacaciones no este... Te he extrañado mucho amiga. ¡FELICES 16 Mi AMIGA Y HERMANA!
Your friend Sayis
