Este fic me llego derrepente cuando miraba gun frontier una serie algo explicita me llego la inspiración para este fi espero que les guste, se desarrolla en 1830.
prologo
Hinata una chica de la alta sociedad de cabello largo, algo alta y de proporciones algo pronunciadas que vivía en el modesto pueblo de Yoka uno de los pocos pueblos donde habían minorias japonesas, ella aunque pertenecia a esa minoria. Contaba con privilegios como el de ser tratada con respeto antes los "nativos" De Estados unidos, sabía que en el fondo ninguna de esas personas la respetaban, que solo lo hacian por varios factores.
1° Era que su padre era el embajador de Japón en Estados Unidos, 2°que ella era muy hermosa y de seguro muchos de los "caballeros" que la ayudaban con cosas simples como ayudarla a cruzar la calle o con eso del charco de lodo la miraban con ojos lujuriosos.
El punto era que ella sabía que vivía un mentira, su padre aparentaba ante todos que el la quería y apreciaba, cuando la realidad era otra el la despreciaba por el simple hecho de que ella no era hombre y que era muy díficil encontrar un pretendiente digno de su linaje y puesto aparte de que el la veía nada más que como un estorbo es mas incluso se lo había dicho en su cara cuando solo tenía 3 años.
En ese mismo momento se encontraba en una carreta que iba rumba tokali otro pueblo japones, donde iría a ver a su posible pretendiente mas reciente Akasuna no Sasori que contaba con todos los rasgos que deseaba su padre era rico y japones. Eso y que su padre atravesaba algunos problemas financieros que según el solo ella podía solucionar con ese posible pretendiente ya que de lo contrario, no tenía derecho a volver incluso le dijo que no le importaria en lo mas minimo su vida si aquel trato no resutaba.
La Hyuga se sentía como un parasito ante ese recuerdo a pesar de que era su padre el equivocado, ella sabía que había otras cualidades en ella que no recaían en su belleza unicamente o en las labores hogareñas que le habían enseñado ella era muy lista y podía leer, escribir y hablar en varios idiomas y aunque a su padre se le antojaban inútil tales conocimientos a ella poco le importaba su opinión, como a el tampoco la suya, al cruzar un arroyo una carreta los detubo en medio del camino y dos hombre armados salierón de ella uno era un sujeto rubio y alvorotado de ojos azules y el otro tenia un sombrero que le tapaba toda la parte superior de la cabeza, un pañuelo cubria casi todo su rostro menos sus ojos eran azul verdosos, y debía admitir que a simple vista eran hermosos. Derrepente fue presa del panico al recordar que esos hombres eran bandidos.
—bien bajen de la carreta y no hagan movimientos bruscos. Ordeno el rubio apuntando al carretero.
Por pura obligación todos los que se encontraban en la carreta salierón menos Hinata quien duda de su salir a que la mataran o violaran o no.
—tu también muñeca. Agrego el hombre del pañuelo quien pudo verla.
Ella bajo de la carrera con algo de miedo ahora era seguro el final de su vida, los hombres se limitarón a robar las pertencias de la peliazul y de dos de los hombres pero no conformes con eso el sujeto de los lindos ojos la tomó por las muñecas y el otro por los pies y la atarón la subieron con algo de selicadeza a aquella carreta, y se marcharón.
—¿que van a hacerme?. pregunto temerosa la ojiperla.
—tenemos planes para ti. fue lo único que contesto el sujeto del pañuelo, mientras el rubio refunfuñaba cosas obsenas que pudo haberle hecho
continuara.
