Creo que estoy embarazado

Este es mi pequeño Fic para el reto de humor de la comunidad: Irresistible Naranja, juro que hice mi mejor esfuerzo, espero no decepcionarlos demasiado. Éxito a todas las que estamos participando: Aniyasha, Vaale, Tooz, Bibi y una servidora :D

Y que gane la mejor (la cual no seré yo :p)xD

Importante: los personajes de Naruto no me pertenecen, solo Kishimoto-sama es capaz de crear a tan increíbles personajes, pero como es tan buena persona me ha aceptado como su alumna y me deja practicar con ellos :D ok no ._. (Eso quisiera yo xD)

Chocolate

Me mire a espejo y note algo diferente en mi, no sé que era, aun era yo, con mi 1.63m de estatura, tez clara, cabello negro-azulado cayendo hasta mi cintura, los mismos ojos grisáceos característicos de mi clan… creo que ahí estaba la diferencia, en mis ojos, por lo que me acerque mas al espejo para detectar que es lo que había cambiado, estaba tan concentrada que no me di cuenta de que no me encontraba sola.

-¿Pasa algo? – Me pregunto mientras sujetaba mi cintura y recargaba su cabeza en mi hombro.

- N-no, no es nada – Le respondí sorprendida por su gesto y sonrojándome al sentir sus brazos alrededor mio. Me parecía increíble que a pesar de nuestros poco mas de tres años de matrimonio, aun actuara tan tímida como cuando éramos niños. Pero en fin, esa era yo, la tímida esposa del Hokage: Namikaze Hinata.

- Adoro cuando te sonrojas – Me dijo con su sonrisa que hacia que mi corazón saltara de emoción -¿Estas lista? – Me pregunto mirándome a través del espejo con esos profundos ojos azules que robaban el aliento.

- ¡Hi! – Le conteste con una sonrisa. Realmente no estaba lista, nunca lo estaba, no cuando se trataba de visitar a mis suegros, o mejor dicho mi suegra.

La verdad es que era una buena persona, pero a veces olvidaba que soy una persona tímida y es cuando me veo involucrada en situaciones en las que no sé que hacer, que decir o como actuar, hasta que Naruto o su padre acuden a mi rescate.

Esa era mi suegra: Namikaze Kushina, la que el día de mí boda, con algunas botellas de sake encima, me amenaza con acabar con mi clan si no complazco a mi esposo en TODOS los sentidos.

Pero a pesar de eso, no me molestaba visitarla, pues la mayor parte del tiempo era una suegra adorable, me llena de alegría saber que me quiere como una hija, porque aunque nunca me lo ha dicho con sus propias palabras, me lo ha demostrado, lo cual, vale mas que mil palabras.


-Es tan hermosa – Me dije a mi mismo, al verla acercar su rostro para aspirar el aroma de las azucenas y sonreí, por que ese ser de hermosura inigualable y de alma tan pura me había escogido a mi: un Shinobi torpe, escandaloso, distraído, extrovertido, terco e imprudente, y a pesar de esos y muchos mas defectos, escogió como esposo a Uzumaki Naruto.

Continuamos nuestro camino hacia la casa de mis padres, era el cumpleaños de mi madre, por eso Hinata decidió comprarle un ramo de sus flores favoritas. Yo por mi parte, le tenía preparada una sorpresa, valla que me había costado pesar que regalarle, pero una mañana cuando amanecí comiendo una almohada, todo estaba claro.

Ya estábamos cerca de nuestro destino, y al mirarla de reojo note que estaba nerviosa, la tome de la mano, volteo a mirarme y me sonrió con un leve sonrojo en sus mejillas, por lo que también sonreí, era tan adorable la manera en que sus emociones se reflejaban en su rostro.

Llegamos a la entrada de la casa de mis padres, y de manera mecánica coloque mi mano en la perilla para abrirla

-¿No deberíamos tocar primero? – Me pregunto mi Hinata, pero lo hizo un poco tarde pues ya estaba abriendo, y lamenté no haberle hecho caso.

En el recibidor de la casa, sobre la mesa del comedor, se encontraban mis padres demostrándose muuuucho cariño. La primera que se dio cuenta de nuestra presencia fue mi madre, la cual estaba debajo de cuerpo de mi padre que solo llevaba puestos los pantalones.

Debo admitir que me dio mucha risa la reacción de ella, pues en cuanto se dio cuanta de que no estaban solos, aventó a mi padre al suelo, y actuó como si nada hubiera pasado y nos recibió, claro que esto me divirtió mas por el hecho de que mi madre tenia su cabello alborotado y un notable sonrojo en sus mejillas

¿Y mi padre? Bueno, el simplemente hizo lo que mejor sabe hacer: desaparecer, pues en un momento estaba en el suelo y medio segundo después, había huido. Esto definitivamente hacia mas divertida aquella situación.

Mi madre noto mi expresión que dejaba ver la divertida que me estaba dando y esta cambio su expresión a una que no veía desde hace mucho tiempo (y estoy seguro que si el Kyubi estuviera aun dentro de ella, su cabello comenzaría a formar las nueve colas) esa cara que indica que mi vida corre peligro, por lo que trague hondo y comencé a retroceder lentamente. Gracias a Kami que mi Hina-chan se dio cuenta de la situación y distrajo a mi madre

-Kushina-san ¡Feliz cumpleaños! – Dijo extendiendo el ramo de azucenas que le había comprado.

- ¡Hina-chan! Gracias eres muy amable ttebane – Respondió con una sonrisa. A veces mi madre era como una niña.

- ¿Falta algo por preparar Kushina-san? Le puedo ayudar – Le dijo mi esposa con una sonrisa

- ¡Claro que no ttebane! Eres mi invitada y no puedo dejarte hacerlo – Respondió mi madre.

- Para nada, me encantaría poder ayudarle – Contesto Hinata.

- Etto… esta bien, pero con una condición –

- Ja! Todavía de que te van a ayudar pones condiciones, no conoces la vergüenza ttebayo! – Le dije a mi madre.

- ¡No estoy hablando contigo ttebane! – Me respondió recordando que estaba enojada con migo

- ¿Cuál es la condición Kushina-san? – Le pregunto mi Hinata un poco nerviosa

- Ah Hina-chan, es simple, que dejes de hablarme de usted, soy tu suegra desde hace mas de tres años, ya va siendo hora de que me tengas confianza ttebane! –

- Claro que le tengo confianza Kushina-san, si le hablo de usted es porque le guardo mucho respeto – Confeso mi Hina-chan

- ¡Hina-chaaaan! – Grito mi madre y la abrazo – Eres tan adorable, no es necesario que me hables de usted para mostrar respeto, así que, por favor háblame de tu, me harías muy feliz – Le dijo mi madre.

- ¡que dramática ttebayo! – le dije y sentí como unos ojos violetas me miraban fijamente. Sabía que lo mejor era que me quedara callado pero para mi mala suerte herede de mi madre la costumbre de decir lo que pienso en voz alta, aunque esto significara poner m vida en peligro.

- Esta bien Kushina, si eso te hace feliz, lo hare – dijo Hina-chan para distraer una vez mas a mi madre. ¡Que suerte que mi madre le tuviera tanto cariño a mi esposa! (incluso, creo que mas que a mi que soy su hijo dattebayo!) – Y… ¿En que te puedo ayudar Kushina? – Le pregunto mi Hina-chan.

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Gracias a la ayuda de Hinata, todo estuvo antes de que los demás invitados llegaran, y gracias a Kami, mi madre se había olvidado de su enojo, por lo que decidí que me reiría de todo aquello después.

-Y bien Hina-chan, espero que estén trabajando duro – Le dijo mi madre a Hinata mientras nos sentábamos en la sala.

- Etto… lo siento Kushina pero… No te entendí - Le confeso mi Hina-chan

- Pues me refiero a que estés complaciendo a Naruto y el a ti – Dijo mi madre y tanto Hinata como yo abrimos los ojos por la sorpresa - ¡No es justo que Fubaka valla a ser abuelo antes que yo ttebane!

- Mama, esto no es una competencia ttebayo! – Le conteste

- ¡Ya lo se ttebane! Pero esta en juego el orgullo de los Namikaze, así que mas te vale que comiences a practicar cuanto antes, es más, comiencen esta noche ttebane! – Declaro mi madre, lo que ocasiono que mi Hinata se sonrojara.

- ¡No se trata de…! – Comencé a decir pero me detuve, ¿Qué era ese olor?... ¿Chocolate?... ¡Claro! – Creo que ya llego papá y viene con el pastel… creo que no encontró de vainilla – Le dije.

- ¿Como lo sabes? – Me pregunto y simplemente me encogí de hombros.

Tres segundos después se escucho como giraban la perilla y efectivamente era mi padre (que ya llevaba camisa xD) y traía en sus manos una caja de la cual emanaba el olor a chocolate.

-Lo siento amor, pero no había pastel de vainilla, así que tuve que traer de… - Se disculpo mi padre

- Chocolate – Termino de decir mi madre haciendo un puchero.

- Si… ¿Cómo lo sabes? – Dijo extrañado

- Toda la casa huele a chocolate desde que entraste – Le dije colocando mis brazos en mi nuca, y los tres ahí presentes me miraron de una manera extraña - ¿Qué? – Les dije extrañado, pero ninguno me contesto, solo se encogieron de hombros.


Jaja gracioso ¿no? (nótese sarcasmo xD) u. U en fin, espero que al menos la historia les parezca un poquito, solo un poquito interesante. Tal vez les parezca rara la forma en la que piensa Naruto ( a mi me paso), pues bien, quería reflejar que ya es alguien maduro, pero claro, no podía incluir una que otra de sus expresiones y/o ocurrencias.