Para mi querida Mari antes que nada:
Cariño, quiero que sepas que es la primera vez que escribo algo para alguien, así que siéntete afortunada de que tu Hime-sama (?) piense en ti .. Lamento, de ante mano, que no sea la mejor de mis historias... Tan solo espero que no aborrezcas tanto mi labor como escritora esta vez...
Con amor, la sabia del bosque.
Ren :) (Saria)


Ella era solo la hija de un granjero, nunca aspiró a nada mas que cuidar de la granja de su padre, esa era la vida de las hijas de los granjeros.
Melancólica cantaba la canción que alguna vez su difunta y bella madre compuso, no le quedaba mucho de ella y eso le era especial, sin embargo, había otro recuerdo en su mente, uno mas alegre, uno que le hacía hervir la sangre y que sus mejillas se volviesen de color rosa...

Porque ella estaba esperando por ese príncipe azul, ¿o debía decir guerrero de color verde? Ese era el color que vestía.
Oh el joven apuesto del bosque, tan serio y misterioso, ojalá pudiese cabalgar con el toda la tarde.

"Oh Malon, deberías dejar de pensar de eso" Se decía así misma mientras regresaba a la realidad, debía seguir con su nada agradable trabajo... "Uuuug, si tan solo el señor Ingo no fuese tan desagradable" Se convencía así misma de que debía volver con lo que le correspondía, no podía estar de floja como siempre, sin embargo, había algo, un pequeña esperanza que prevalecía en ella..

Mientras tanto, nuestro héroe debía transportarse a pie de un lado a otro, francamente no era sencillo, pues, aún le quedaban otros templos mas y a este paso Ganondorf se apoderaría de lo poco que quedaba de lo que alguna vez que Hyrule.. y aunque esta aterradora y nada agradable idea solía surcar por su cabeza no había otro pensamiento que no fuese "ella"...

"Ella", Tan linda y con esa voz tan dulce, oh, cómo olvidar esa canción que alguna vez le enseñó, a todo esto... Sería bueno ir a verla, aunque, lo mas seguro es que ya no le recordara como el resto de sus amigos... triste, pero cierto.

Sin mas decidió avanzar hacia el famoso Rancho Lon Lon, que ya no era de Talon, el hombre que solía dormirse en todos lados y beber de la leche, fruto del trabajo de Ingo, el ahora propietario y mal hombre que hacía trabajar a lo pobre mujer; Llegó, algo cansado y de noche, entonces se encontró con la pelirroja que alguna vez le pidió el favor de ir a donde su padre, estaba radiante, bella, cantando como siempre solía hacerlo, no había cambiado desde aquella última vez que la vio, bueno, claro, creció... creció para bien... vaya que estaba bien... Es decir...

La joven se sorprendió al ver a un apuesto muchacho mirándola atontado, sus mejillas estaban rojas, seguro estaba enfermo, ya estaba por hablar cuando...

-Un hada- Susurró la muchacha quien sonreía de oreja a oreja…

-...-

-Un hada, Diosas del hyrule, ¿Puede ser? ¿Has regresado chico del bosque?- Comentaba emocionada y casi llorando la joven, estaba realmente contenta por verlo allí.

Lo abrazó, no podía (ni quería) separarse, el hecho de que el después de tantos años haya regresado era solo un milagro y ahora que estaba allí no lo perdería, sería una promesa.

-No te irás ¿Cierto?- Cuestionó la chica, Link solo se limitó a hacer una mueca y después sonreír, tomó su rostro entre sus manos y asintió.

-Regresaré- Dicho esto la soltó, no sin antes juntar sus labios con los de ella, volviendo su promesa en un beso, que fue correspondido al instante, volviéndose el lento mas tiempo, fluyendo de manera mágica, solo importaba eso en ese mismo momento y así sería hasta el fin de los tiempos...

... está de mas decir que nos sabemos el resto de la historia, ¿Verdad Señor Ingo?... Mientras, el héroe del tiempo espera por volver pronto... Era una promesa después de todo.


¿Fin? No me gustó D: Pero espero me perdones Mari :(