He decidido escribir una segunda parte de "The End Can Change", así que espero les guste, no sé cuántos capítulos tendrá, depende de si le gusta al público.


Goodbye, Cap!

Cuándo el nuevo día nos sorprendió, también yo lo hice, pues al abrir los ojos me encuentro que a mi lado duerme ella, Natasha.

Cuidadosamente me giro en la cama, es la primera vez que puedo contemplarla de esta forma. Luce tan frágil e indefensa, difícil resultaría creer que realmente es una poderosa espía. No puedo evitar sonreír, pensé que todo era un sueño y que al despertar estaría solo, pero afortunadamente no ha sido así.

Intento no hacer ruido para evitar que ella se despierte, así que me apresuro a abrir la puerta después de que llaman insistentemente.

—¿Tía Nat? —la pequeña Morgan me mira de arriba abajo, gracias a Odín que he conseguido ponerme el pijama.

—Hola —le saludo sonriendo —. Tía Nat está dormida aún, ¿Necesitas algo? —pregunto mientras bajo hasta quedar a su altura.

—¡Mierda! —murmura por lo bajo, yo enarco una ceja al escucharla, me mira avergonzada, pero sonríe —Papá ha dicho que no diga esa palabra.

—Tu padre es un hombre sabio, debes obedecerle —digo mientras pienso en la reprimenda que daré a Tony por enseñar malas palabras a una niña de 5 años —¿Quieres que le diga algo a tu tía cuándo despierte?

—Yo… solo quería que me ayudara a peinar como ella —suspira decepcionada —, pero entiendo que tiene que descansar —se encoge de hombros, sonrío de medio lado, comprensivamente.

—Te prometo que en cuanto despierte le diré que necesitas su ayuda —le sonrío, ella me devuelve el gesto con timidez.

—Le diré a mamá —añade y se marcha, cierro la puerta y me vuelvo hacia la mujer que duerme placenteramente, me encantaría unirme a ella, pero no puedo dormir más.

En la habitación hay una maleta, no sé de quién fue la idea pero agradezco que hayan puesto mi ropa y artículos personales dentro de ella. Cojo una camiseta, unos vaqueros y por supuesto ropa interior, me deslizo silenciosamente al cuarto de baño para tomar una ducha mientras Natasha duerme.

No sé cuánto tiempo llevo aquí adentro, tampoco en lo que he estado pensado. Pero vuelvo a la realidad cuando escucho su voz.

—¿Steve? —su voz proveniente del otro lado de la puerta, me hace sonreír.

—Dame un minuto —digo mientras quito el jabón de mi cuerpo.

—¿De verdad? —pregunta y puedo notar un poco de enfado en su voz —¿A caso temes que pueda aprovecharme de ti?

No entiendo a lo que se refiere, hasta que recuerdo que he echado el pestillo a la puerta.

—No, no —me apresuro a decir abriendo la puerta, ya me he puesto la ropa que elegí —. Es la costumbre, lo sabes.

Ella hace un gesto con la boca, desaprobando mi respuesta. Aprovecho y le doy un pequeño beso.

—¿Por qué no me habéis despertado para ducharnos juntos? —no puedo evitar sentirme avergonzado por su comentario —¿De verdad? —se burla de mí —Es realmente tonto que después de lo que ocurrió entre nosotros aún puedas sentirte así conmigo.

—No es fácil, soy un hombre que vive en el siglo equivocado y…

—No hay necesidad de decir que debido a mi reputación no habríamos terminado juntos —me mira deteniéndose en seco antes de entrar en el cuarto de baño —. Espera… ¿Tú y yo qué somos?

—¡Rogers! —escucho la voz de Tony del otro lado de la puerta, agradezco su intromisión.

—Necesito una respuesta, Cap —me dice antes de dar un portazo y encerrarse en el cuarto de baño.

Suspiro aliviado caminando fuera de la habitación, donde Stark me mira divertido.

—Tu primera discusión marital —se mofa divertido antes de darme una palmada en el hombro —¡Oh, vamos! —sonríe —Tenemos que hablar, debo mostrarte algo.

Me guía hacia su laboratorio improvisado en el garaje.

—Pensé que tus tiempos de genio habían quedado atrás —digo al ver todos aquellos instrumentos, él se encoge de hombros.

—¿Sabes? —me mira, su rostro es de total seriedad —Debería golpearte por lo que hiciste, Rogers.

—¿Qué hice?

—¡Destruiste el maldito escudo! —me grita —Y no, no me vengas con que no puedo decir malas palabras, porque es mi casa.

—¿Si sabes que a su edad Morgan aprende todo lo que escucha, no?—le miro cruzando los brazos sobre mi pecho, él me mira sin comprender, así que le cuento lo ocurrido.

—¡Mierda! —dice golpeando su mesa de trabajo —Le he dicho que lo olvide, si Pepper lo descubre me enviará a dormir al sofá.

—Eso no será castigo suficiente —sonrío divertido —¿Puedo decírselo yo?

—¡No te atrevas! —me señala con su dedo.

—Me alegra que estés aquí —digo y lo abrazo con fuerza, suspiro aliviado.

—¡Hey! El que se fue por más de 5 segundos fuiste tú —me dice divertido, pero aun así me devuelve el abrazo.

—Lo sé —digo y cortamos el abrazo, he olvidado que en este futuro él nunca murió.

—Volviendo al tema del escudo —me dice recobrando su seriedad del inicio, yo le miro esperando que continúe —. Me tomará unos días repararlo —explica —, pero lo tendrás de regreso.

—Gracias —digo sonriendo, apoyo mi mano en su hombro en señal de agradecimiento —. Tengo que hablar con Clint, ¿Crees que puedas cubrirme?

—¿Es una misión? —la voz de Morgan me sorprende, Tony le mira fingiendo enfado.

—Sabes que no debes escuchar conversaciones de otros —le reprende.

—Pero ella puede ayudar —me acerco a ella y la cojo en brazos —¿Quieres unirte a la misión?

—¡Sí! —responde entusiasmada —¿Qué tengo que hacer?

—Sencillo —sonrío —. Solo debes mantener ocupada a tu tía Nat durante el resto del día, ¿Puedes?

—¡Sí, Capitán! —me dice haciendo un saludo militar, le devuelvo el gesto cuando la dejo de pie en el suelo y segundos después se aleja corriendo del garaje.

—¿Acabas de reclutar a mi hija para tus sucios planes? —Tony me mira analizándome —Más vale que sea algo realmente bueno, porque si no es así, será mejor que olvides tu escudo.

—Lo será —digo y nos despedimos.

Salgo de la casa apresurado, intentando que Natasha no me descubra. No tengo tiempo que perder.


Hasta aquí el capítulo, si les gustó, dejen un comentario para saber si sigo escribiendo. Gracias :D