Sueño un horizonte
Por Yoana Spiegel
Disclaimer: Shingeki no Kyojin y todos sus personajes son propiedad de Hajime Isayama y de todos los demás que posean los derechos.
Nota: Hecho para el kink meme de la comunidad en español de Shingeki no Kyojin en LiveJournal. La letra es de la canción "Por ti volaré", de Andrea Bocelli.
"Por ti volaré, espera que llegaré. Mi fin de trayecto eres tú. Contigo yo viviré".
Levi podría ser un maniático de la limpieza, un monstruo sin sentimientos, un ser bastante irritable y el mejor soldado de la humanidad (siempre le desagradó que lo llamaran así), pero también era humano; él tenía anhelos que quería ver cumplidos, sin embargo, por una cosa u otra no trascendían más allá de su mente. Era simple, jamás se complicó la vida.
Nunca lo admitiría frente a alguien; Levi quería conocer el mar. Lo que sea que fuese.
De tanto que escuchó a Eren hablar sobre ello, no pudo evitar emocionarse un poco ante la idea. El mocoso se ilusionaba tanto con ello, que hubo veces que tuvo que callarlo de una patada al estómago cuando pasaba más de una hora parloteando sobre su precioso mar.
—Prométalo, Sargento. Prometa que estará junto a mí cuando lleguemos al mar por primera vez —Eren miraba el cielo estrellado con atención. Sus ojos verdes reflejaban el brillo de cada estrella.
—No —Levi miraba con atención a Eren.
—¿Por qué no? —el chico lo observó fijamente. Demonios, dentro de sus ojos brillaba el universo entero. Era jodidamente hermoso.
—Primero, no sé dónde esté ese estúpido mar del que tanto hablas. Segundo, ni siquiera tengo idea de sí sobreviviré hasta que llegue ese día. Así que no te hagas ilusiones, mocoso del infierno.
Una mirada bastante triste por parte de Eren y terminó haciendo la estúpida promesa.
Estaba equivocado. Si vivió hasta ese día; pudo ver la inmensidad del mar extenderse hasta más allá del horizonte.
Levi se quitó las botas y pudo sentir esa cosa llamada arena con las plantas de los pies. Era desagradable, pero se olvidó por unos momentos de su afición a las cosas limpias. Desabrochó la desgastada capa de la Legión y la dejó tirada por ahí; su saco café corrió la misma suerte.
El Sargento caminó hasta que esa gran masa de agua le tocó los pies. Se alejó un poco cuando una pequeña ola le mojó, pero se volvió a acercar. Un olor a sal le inundó la nariz y los pulmones; decidió que no era un olor agradable.
Bien, estaba ahí. El mar era hermoso, sí. Pero era aburrido, ¿qué se podía hacer allí?
Eren mencionó que se podría nadar ahí. Levi ni siquiera lo pensó, ni loco se mojaría de más con esa sustancia llamada agua. No sabía qué tan contaminada estaba ni qué clase de bichos raros vivían ahí. No, no lo haría.
Eren. Eren lo hubiese mirado con esa mirada de cachorro triste ante su decisión.
Suspiró sonoramente. Tomó un poco de esa cosa entre sus manos y la probó. Por las murallas, era lo más asqueroso que haría en su vida. Tenía un sabor recalcitrante a sal. La mueca que puso haría reír a Eren por la eternidad, lo imaginaba.
Levi cumplió la promesa. Eren no.
Así que lo hizo por los dos. Por fin podría olvidarse de Eren y de su sueño de volar más allá del horizonte, más allá de las murallas y de las cadenas que lo ataban a una vida llena de muerte y tristeza.
—Por ti, Eren.
"Cuando vivo solo,
Sueño un horizonte,
Falto de palabras.
En la sombra y en tres luces,
Todo es negro para mi mirada,
Si tú no estás junto a mí".
