Advertencias: esto es shonen-ai/yaoi, así que homofóbicos pintan poco aquí; AU, mayor OCC, y creo que por ahora está todo.

*Ni YYH, ni N me pertenecen. Sólo la trama de este fic.*

- Blah, blah- diálogos.

- "Blah, blah"- pensamientos.

(Blah, blah) = notas de la autora.

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1.- La llamada.

Se levantó temprano esa mañana a pesar de ser su día libre y se dirigió sin prisa hacia el baño anexo a su habitación. Antes de entrar echó un vistazo rápido a su alrededor: a parte de la cama deshecha, no había nada fuera de lugar, además de los muebles justos, pues como pasaba gran parte del tiempo en misiones no necesitaba más que unos pocos.

Pasó al baño, bien equipado pero nada ostentoso, y se acercó al espejo, donde su reflejo le devolvió la mirada. Un hermoso joven de brillantes cabellos negro-azulados, seductores ojos de un profundo negro azabache, piel blanca como la nieve y facciones finas y afiladas; rasgos característicos de su clan, o bueno, lo fueron en otros tiempos.

Se alejó del espejo en dirección a la ducha, esa noche había sido una de las más calurosas del verano y quería quitarse la capa de sudor que cubría su cuerpo. No que el calor le molestase, había tenido que acostumbrarse a él para poder dominar las técnicas ígneas que ahora manejaba como si nada; pero no tenía ganas de ir pegajoso todo el día.

Dejó correr el agua mientras se quitaba la única prenda que llevaba: un pantalón de algodón suelto. Se metió bajo las refrescantes gotas y dejó que éstas empaparan por completo su escultural y pálido cuerpo, arrastrando cualquier impureza a su paso. La baja temperatura terminó de despertar sus adormecidos sentidos.

Una vez terminó, salió del baño únicamente cubierto por una diminuta toalla, mientras se secaba el cabello con otra, llegó hasta el armario y, antes de que pudiese ponerse la ropa que acababa de coger, una voz conocida llenó la habitación.

- Mejor ponte el uniforme, Sasuke; Hokage-sama te quiere en su despacho en menos de treinta minutos.

No se giró ni respondió, no lo necesitaba para saber que su hermano estaba en casa, y no valía la pena discutir sobre lo dicho: las órdenes de la Godaime se obedecían si o si, aunque eso no le apeteciese lo más mínimo y jodiese sus veinticuatro horas de libertad.

Dejó las prendas que tenía pensado ponerse y comenzó a prepararse: se puso el ajustado traje de ANBU y el resistente chaleco, cogió todas las armas que pudiesen resultarle útiles y, finalmente, se colgó a Kusanagi a la espalda.

- ¿Cuándo has llegado?- por fin encaró a su hermano. Itachi estaba recostado sobre su cama y aun llevaba el uniforme de capitán ANBU, aunque no su máscara y cualquier arma que pudiera llevar quedaba fuera de la vista.

- Mientras estabas en la ducha.

- ¿Has comido algo, niisan?

- No.

Sasuke miró a Itachi con atención, se le veía un poco más delgado y sus ojeras estaban más marcadas; el oscuro cabello largo, recogido en una coleta baja, estaba algo desarreglado y él mismo parecía cansado, aunque de esto sólo podría darse cuenta alguien que conociese al Uchiha mayor como la palma de su mano, y ese alguien no era otro que Sasuke, que sin decir nada más salió de la habitación en dirección a la planta baja.

Itachi sonrió, seguro que en ese instante su otouto se dirigía a la cocina para preparar algo y así desayunar ambos. Se dirigió al vacío escritorio, donde su hermanito tenía únicamente tres fotografías. Las observó todas con cuidado.

En la primera podía verse al equipo 7 original: al fondo, Kakashi con las manos sobre la cabeza de un Sasuke y un Naruto de doce años, ambos enfurruñados y con cara de mala leche; y entre los dos chicos una Sakura de su misma edad que, con una gran sonrisa, trataba de arrimarse más al joven Uchiha.

En la segunda se veía al equipo 7 tras la vuelta del menor de los hermanos a la aldea: Sasuke abrazado por el rubio y la pelirrosa como si estos temiesen que volviese a escaparse, pero con sonrisas que demostraban su alegría por la vuelta del moreno, y Sai observaba divertido la escena recostado en el hombro de Naruto, en ese momento los cuatro ya habían cumplido los dieciséis; Kakashi y Yamato también parecían contentos, pero un poco alejados de los más jóvenes.

Y la tercera fue tomada poco más de seis meses atrás, durante el decimoséptimo cumpleaños de Sasuke: ambos hermanos Uchiha reunidos tras casi diez años separados, Itachi, con una leve sonrisa tierna, rodeaba con un brazo el cuello del menor mientras que con la otra mano le revolvía el oscuro cabello y, lo que fue más impactante para todos los que estuvieron presentes en ese momento, Sasuke sonreía de forma tan radiante como nunca antes se había visto en la Villa Oculta de la Hoja; tal como el mayor recordaba que su querido otouto sonreía en su niñez, cuando estaban juntos y sin preocupaciones.

Itachi sonrió con tristeza, la misión que le encargó el difunto Sandaime: infiltrarse en Akatsuki y detener al autentico asesino del clan Uchiha, Madara; le había mantenido separado de la única familia que le quedaba, su querido hermanito pequeño. Aquel que fuera su luz, quien le trataba como a un ser humano y no como un arma; el único a parte de su madre que realmente le quiso y le demostró auténtico cariño (1).

Un portazo le indicó que Sasuke acababa de marcharse, entonces recordó que aun no había comido nada y bajó para dar cuenta de lo que su hermano seguramente había preparado para él y que tanto le recordaba a lo que su madre solía cocinar.

Tejados de Konoha.

Un miembro de ANBU saltaba por los tejados en dirección al despacho de la rubia Godaime, pero pasó desapercibido, ya que iba cubierto por una capa oscura y la característica máscara, que en este caso representaba a un gato (2).

Pocos metros antes de llegar al edificio se encontró con otro encapuchado, al que reconoció enseguida por su máscara: un zorro (3).

- ¡Ohayo, Neko-chan!- saludó con alegría y se acercó hasta él- ¿sabes para qué nos ha mandado llamar la vieja?

- No.

Ignorando al kitsune continuó con su camino.

- Parece que no le ha sentado bien que le hayan llamado en su día libre, dattebayo- y con una sonrisa, imperceptible detrás de la máscara, siguió a su irascible compañero.

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1.- No me gusta como terminan las cosas en el manga entre ambos hermanos, así que lo cambio por lo que a mí me hubiese gustado.

2.- ¿Por qué será que siempre le relacionamos con el mismo animal? XD

3.- Si esto no es una marca obvia de quien es, entonces no se puede ser más clara…

Nos leemos,

Alanna.