Capítulo 1

Haruno sakura, hija mayor de uno de los señores feudales más poderoso de la región central estaba a punto de tomar una decisión que podría cambiar su vida para siempre o simplemente terminar con ella, algunas decisiones pueden ser algo difíciles de tomar.

Sopeso sus opciones con cuidado y cualquiera de las dos le entrega lo único que quería… un poco de libertad, sin embargo la voz de su conciencia seguía diciéndole que lo que planeaba hacer era una locura.

¿Tienes que estar bromeando? … ¡sakura, por favor! La constate suplica en la voz de su hermana la hacía dudar a momentos, Tania mayor por 5 años era una hija devota a sus padres, buena hermana y excelente confidente, tienen los mismos ojos a pesar que el cabello de ella es mucho más oscuro que el de Sakura nadie podrá decir que no son familia, y a pesar de la diferencia de personalidades Sakura amaba a su hermana eso jamás nadie podría dudarlo, sin embargo no deseaba la vida que ella tenía. Tania está casada con un hombre importante y tan poderoso como Kizashi lo permitiera, escogido después de todo cuidadosamente por su padre. No es mal parecido, un hombre alto y de complexión gruesa con un bigote finamente cuidado, sin embargo eso no sustituye 15 años de diferencia en edad, el cariño que no se molesta en fingir frente a la gente, ni la esperanza rota en la mirada de su hermana. No estaba segura qué la indigno más, el enterarse que su tan querida hermana se vería obligada a contraer nupcias con un hombre mucho mayor que ella o el que aceptara sin ningún tipo de objeción al respecto, luego del primer año de matrimonio sakura creyó que la felicidad que deseaba para su hermana se realizaría, pero la tristeza y resignación en su mirada le confirmo lo contrario, llevan tres años casados y el único momento en que ha visto verdadera felicidad en sus ojos es frente a su pequeño Robert, un adorable pequeño de dos años que posee los mismos ojos esmeralda de su madre.

Te meterás en un enorme problema, lo has pensado? y si no resulta? Y si papá pide su cabeza y no su mano? - eso no pasará… - - y si él se da cuenta de lo que planeas? Por favor Sakura! Podría lastimarte incluso puede asesinarte.-

Eso ya lo había pensado, aún le tiemblan las rodillas al recordar el sueño que tuvo hace dos noches, todavía tenía la horrible sensación de estar siendo degollada, pero ese no era el problema, no dejaría que un simple sueño la acobardara. -… no me ha dejado más opción. -

- Sakura… piensa en mamá… en mí… en papá… en cómo le afectará a su estatus lo que planeas hacer… - Eso más que un problema era a lo único a lo que podía aferrarse, su padre por más que amara a su familia su nombre siempre fue más importante y era lo primero que el defendería, jamás permitiría que la menor de sus hijas manchara lo que el apellido Haruno significaba, antes le enviaría lejos, solo debía asegurarse que en el transcurso su Padre no encontrara una excusa para hacerla volver, con un matrimonio arreglado.

- Sabes tan bien como yo que no somos iguales Tania que yo deseo mucho más, no puedo seguir encerrada entre las paredes de este lugar a la espera de saber cuándo mi padre traerá el vasallo más conveniente para casarme- La calma en su voz las sorprendió a ambas, aun sabiendo que esa era la verdad no deja de ser desconcertante, Sakura es una mujer que adora su libertad al menos la que aún tiene, a pesar que a criterio de su padre sigue siendo algo salvaje los estudios que realizo junto a su madrina Tsunade fueron bastante efectivos, nadie dudaba de su capacidad como médica y siendo la hija de quien era muchas veces feudos vecinos acudieron por su ayuda y ella gustosa atendió a quien lo necesitara, sin embargo uno de esos cortos viajes termino por acabar con aquella libertad que tanto defendía.

Dos semana atrás, tierras centrales a 12 kilómetros del casa feudal Haruno.

- Sakura cariño…gracias por venir tan aprisa.- – Descuide señora caede, siempre es un placer poder ayudar- Mi pobre nieto… cuando lo vi caer de ese árbol creí que se había matado… tanta sangre por Dios… - tuvo una fea caída, el corte en su pierna es grande pero no tan profundo, así que no debe preocuparse demasiado - - A mi edad esos sustos podrían costarme la vida - Pequeñas risas llenaron la habitación, el pequeño se encontraba dormido y Sakura preparaba el ungüento que le dejaría para tratar correctamente la cicatrización de la herida. – debe cambiar su vendaje cada 2 días y aplicar el ungüento alrededor de la herida – Al ver lo dedicada que eres con los niños habla muy bien de ti querida, de seguro serás una gran madre – Por favor señora caede solo logrará que termine sonrojada- Espero que su pronto matrimonio le traiga mucha felicidad- perdón…?- - Que espero que sea muy feliz – Lo… Lo siento pero creo que no entiendo a qué se refiere, matrimonio? – No disimulo su sorpresa ni confusión por el comentario, por lo que en ese momento la anciana se dio cuenta de su error, ella no sabía que su padre ya había planeado su boda con un pequeño feudal que colindaba sus tierras en el sector norte – Oh cariño… perdona a esta vieja que solo habla demás… no me hagas caso- A pesar de los intentos de la mujer en cambiar el tema sakura es mucho más insistente de lo que parece y la anciana finalmente cede a contarle lo que sabía, - Hace ya un par de semanas que mi sobrino Takemi que trabaja para el feudo que colinda el norte me comento que Haruno-san estaba interesado en unas tierras que colindan su territorio en dirección norte, y hace un par de días atrás mi nieto mi nieto empezó a definir algunos detalles sobre la pronta boda de su señor, no supe que eras tú querida hasta que vi tu nombre en algunos diseños de invitaciones… Sabía que sucedería en algún momento, el destino de su hermana sería el de ella también, pero enterarse de aquella manera rompió su corazón, en algún momento creyó que su padre al menos hablaría con ella, pero estaba preparando todo a sus espaldas.

Lo que ocurrió después es historia, la discusión que tuvo con su padre, el dolor al esperar el apoyo de su madre que jamás llego y la resignación en la mirada de su hermana. Los días siguientes estuvo encerrada en su cuarto sin hablar, no bajo a comer con los demás y no se detuvo al oír las voces de sus padres. Necesitaba un solución, quería una solución, su vida no podía terminar así, resignada a casarse con un hombre que no conocía y del cual solo ha escuchado malos comentarios, dio vueltas por los pasillos en todas direcciones buscando una señal, algo que diera pie a una idea, un punto en la nada que le permitiera zafarse de semejante compromiso. Si armaba su maleta y salía corriendo no llegaría muy lejos, nadie estaría dispuesto a ayudarla sabiendo quien es su padre, no es que pudiese pasar desapercibida tampoco ser la única mujer de cabello rosa a kilómetros a la redonda no ayudaba, y entonces lo escucho… Voces, risas, murmullos, no suele ser una mujer que escucha conversaciones ajenas a hurtadillas, pero una fuerte corazonada la hizo acercarse al lugar de donde provenía el pequeño disturbio, la puerta entre abierta de uno de los cuartos de aseo y las agudas risillas captaron toda su curiosidad por lo que termino oculta en la habitación contigua acercando todo lo posible su oído al muro.

-¿Tienes que estar bromeando?- Risas – Es el hijo del carnicero verdad? El chico alto que parece siempre estar avergonzado? - La mujer cuestionada rió abiertamente a lo que el resto soltó otra tanda de gritillos – como lo hiciste? Hasta donde se sabía el padre de ese chico tenía toda la intención de casarlo con Glenda la hija de un agricultor de la zona- - Debo admitir que no fue fácil y no estoy arrepentida de lo que hice… quizás solo algo avergonzada – entonces es verdad?-si…-Más risillas -Ayane será mejor que nos expliques con detalles que fue lo que sucedió porque la cantidad de rumores que hay es impresionante – Sakura estaba cada vez más ansiosa, por lo que pudo identificar eran tres las mujeres hablando, la posición en la que esteba le acalambraba la espalda y esas mujeres parece que les encanta divagar. – Su padre lo encontró entre mis piernas y se vio en la obligación de responder por sus actos- Sakura por poco cae de la impresión, no esperaba semejante declaración después de tanto divagar al menos no sin algún tipo de indicio primero.- llevamos un tiempo saliendo y estoy segura de que quería pedirme matrimonio, pero de seguro su padre no lo iba a aceptar, entonces lo ideamos juntos, buscamos la forma de que su padre se enterara y hubiera, digamos, otro testigo que pueda acreditar que si era Ryu y que su padre no tendría más opción que concertar un matrimonio entre nosotros –Risas. Algo hizo clic en la cabeza de sakura, si no había otra posibilidad aparte de casarse al menos seria ella quien escogiera su marido y sería uno que la llevara muy lejos de su padre.