Nota del Autor:Esta historia está inspirada en la canción "Wish you were here" de Incubus...les recomiendo oírla mientras lean, aunque cualquier canción del álbum "Departures"de Message to Bears (Si, Message to Bears. Me gusta autodestruirme a mi y a mis queridos compañeros de fandom, jejeje) también acompaña bien la historia.
Hundió los pies en la arena a la vez que abría los brazos para sentir la fuerte brisa marina que refrescaba aún más aquella fría tarde de otoño y cerró los ojos para poder poner sus otros sentidos al cien por ciento. Mientras movía los dedos de sus pies enterrados en la arena, podía sentirse liviana mientras el viento rugía contra sus oídos moviendo grácilmente su vestido negro y su cabello. Luego de unos segundos en las puntas de sus pies volvió a su posición original, bajando los brazos y abriendo los ojos. Frente a ella se encontraba una hermosa postal de una puesta de sol que envolvía en naranjo a todo su alrededor y que se reflejaba en el mar como pequeñas estrellas sobre un azul profundo y vasto. Detrás, la presencia de Arcadia Bay era un recuerdo constante y ciertamente doloroso de todo lo ocurrido. Al fin y a pesar de esto último se sentía viva luego de mucho tiempo sumida en la introspección y una depresión que la estaba consumiendo lentamente. Pero cosas como esas le daban la fuerza suficiente para seguir adelante con su vida y sus pasatiempos, la fuerza para que nada más le importara ni le hiciera daño alguno por lo menos hasta que otro momento así volviera a darse, algo que ya parecía distante y casi imposible para Max. Dio un suave suspiro a la vez que bajaba la vista, para sentir una mano sobre su hombro izquierdo. Al voltearse todos aquellos pensamientos se borraron de su mente cambiando por un montón de mariposas en su estómago y luz en su interior. Con una sonrisa amplia respondió a la de su amiga, que era brillante y confianzuda, a diferencia de la de Max. Sus ojos azul eléctrico brillaban de una manera increíblemente adictiva de la que la castaña parecía no cansarse ni querer apartarse. La otra mano de Chloe se posó en la mejilla de la más pequeña, quien respondió apoyando su cara en esta mientras cerraba los ojos. Mientras el tacto quemaba la piel de ambas, algunas lágrimas comenzaron a deslizarse por las mejillas de Max, acompañadas de leves sollozos reprimidos con motivo de no derrumbarse ahí y en esos momentos, pero el quiebre fue inminente al momento que abrió los ojos para encontrarse con la visión del pueblo en perfecto estado, bañado por el dorado abrasador. Esta vez los sollozos fueron desesperados y llenos de angustia a la vez que Max sentía sus piernas flaquear y luego como su cuerpo se derrumbaba en cámara lenta. El llanto desgarrador de la joven rompió el apacible silencio de la playa por unos cuantos minutos, hasta que la visión de algo hizo que se detuviera abruptamente y que abriera los ojos con sorpresa.
Una mariposa celeste revoloteaba alegremente cerca de donde Max se encontraba sentada, algunos centímetros más arriba. Luego de unos segundos volando a su alrededor, esta se posó en su hombro izquierdo tembloroso, provocando que un par de lágrimas más bajaran por las mejillas y clavículas que su vestido dejaban al descubierto. Max le dio a esta una leve sonrisa acompañada de sollozos que trepaban por su garganta.
-Oh, Chloe…desearía que estuvieras aquí…-
