Escrito para el drabblethon de musa_hetaliana. Y dedicado a Pájaros en la cabeza (nee-san~) que sé que es tu pareja favorita y que te dá rabia que no haya más fics de ellos.
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Mis disculpas
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Había vuelto, otra vez, a confundir a Canadá con América. ¡Es que eran idénticos! Tenían los mismos ojos azules, el mismo pelo rubio, la misma estatura, incluso el mismo rizo y ambos usaban gafas. De espaldas era imposible distinguirlos, y de frente seguía costando.
¿Cuántas veces iban ya? Debería haber aprendido a distinguirlos ya o, al menos, a tener en cuenta que podría haberse confundido. Cualquiera más listo comprobaría antes bien que se trataba del idiota de América antes de lanzarse contra él para pegarle. Porque si se les miraba bien se alcanzaba a ver cómo el rizo de Canadá era más largo y caía sobre su frente y como sus gafas eran un poco distintas. Además América no solía llevar una sudadera blanca y roja con aquella hoja de la bandera del canadiense en la pechera…
Lo hecho, hecho estaba. Otra vez había pegado a Canadá por error y otra vez estaba delante de su puerta intentando ver cómo disculparse. Era un poco violento. No le importaba llevarle un helado y pasar la tarde con él dándole conversación, salvo si era la tercera vez que se equivocaba en el mismo mes. Dudaba que un helado fuera a servir eternamente porque estaba seguro de que volvería a equivocarse.
Igualmente lo intentó. Tocó a su timbre y esperó frente a la puerta hasta que ésta se abrió y en el umbral vio a Am… no, a Canadá, aún en pijama, con el pelo revuelto y aspecto de dormido. ¡Si era media tarde! Las costumbres de España se iban extendiendo poco a poco por todo el mundo. Pronto todos dormirían a las 5 de la tarde la siesta reglamentaria.
-Yo… quería disculparme. Otra vez –explicó Cuba y sacó de su espalda un ramo de flores. Un helado era muy poco, quizá unas flores sirviesen-. Espero que te gusten –le había definido al chico a la dependienta y ella había dicho que las violetas eran las flores que mejor iban con los ojos azules. Vistos de cerca los ojos de Canadá eran muy diferentes de los de América: Alfred tenía simplemente ojos azules, Matthew en cambio tenía mil matices en sus iris, más parecidos a aquellas flores que a un cielo sin más.
Canadá se quedó mirando las flores sorprendido. Ya estaba resignado a que Cuba le confundiese y a que viniese luego a disculparse pero no se había esperado algo como aquello.
-C-claro… Pasa –asintió, haciéndose a un lado para dejarle entrar. Iba a tener que buscar un jarrón para las flores, aunque seguro que tenía.
