Hola, este es Felino. Es una historia "corta". Puede ser que haga un fanfic algo mas largo, no lo se. Bueno, espero que les guste por que me lo inspiro un reportaje sobre los gatos, y pues me vino a la mente Ryoma-kun. Me gustaría que se pasaran por mi profile, y leyesen mis historias. Son muy bien acojidas por el publico xD

¡Disfruten!

OoC (muy poco, pero algo n.n)

Disclaimers: Prince of Tennis no es mío, es de quien pensó poner semejantes pecados en uniformes deportivos y a jugar un deporte tan sexy OwO (delirios míos xD)

o0o Dedicado a Chia-Sama: en verdad me inspiro a poner las manos en el teclado para escribir algo mas que Rw xD Y para ser como Ryoma Echizen, gracias ^-^o0o

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-Capitulo 01: Juegos-

Era una tarde muy tranquila. Pasaba por las calles, una chica de largas trenzas. Tenia por obligación, y encargo de su entrenadora, que comprar unas nuevas pelotas de tenis, entre otras numerosas cosas. Había estado practicando durante largo tiempo, y alcanzo la titularidad en el club de tenis femenino.

Era ahora, una representante de su equipo. No era la más talentosa, pero había ganado las eliminatorias de selección. Sonreía cabizbaja, era así como aquel chico una de las que portaba la chaqueta de la Seigaku.

Entro a la tienda, donde fue reconocida por el dueño. Hacia unos días, paso por allí a dejar sus medidas. Ella saludo amablemente, y pidió su uniforme. El que atendía, le indico que esperase un momento, adentrándose en la trastienda.

Miro a los lados, para luego voltearse hacia afuera. Por el vidrio se podía ver con claridad el ligero toque nostálgico que le proporcionaba la penumbra del cielo, cuando amenaza con llover. Recordó que una vez, hacia tiempo; un chico se probó una chaqueta frente a sus ojos.

Pensó en esos pecados dorados, y ese comportamiento silencioso. Un brillo en sus ojos dejaba notar un aire de decepción. Quizás por sentirse como un juguete a los ojos del chico, o por el tiempo pasado desde ese día que le vio probarse su uniforme.

Escucho una ligera tos tras ella, y al voltearse vio en el mostrador una chaqueta. El hombre canoso se la entrego, y ella le vio nostálgicamente, agradeciendo levemente. Salio buscando con la mirada, una tienda en particular.

Vio el mapa entre sus manos, y se guió como pudo. Aunque había pasado el tiempo, ella seguía perdiéndose entre las calles de la cuidad. Sonrió con un cierto aire de tristeza, recordando situaciones causadas por ese detalle, y se adentro en un callejón.

Vio la tienda de Aritatzu al final, no había cambiado desde la primera vez que fue allí. Con el . Abrió la puerta y se adentro, llamando al hombre. Este salio de la trastienda, y le vio sonriente. Ella hizo una reverencia, saludándole formalmente.

-Vamos, Ryusaki. No hay que ser tan formales-dijo con sinceridad-

-L-lo siento, Señor Aritatzu. Costumbre -disculpo.-

Le indico que se sintiese como en casa. Desde la primera vez que fue, iba cada cierto tiempo, al encordado. Era algo que tenia por costumbre. Y siempre hacia lo mismo. Era muy respetuosa con sus mayores.

El hombre se asomo, y le vio como miraba con tristeza un partido en la TV. Esa chica era ciertamente muy bonita. Como podía no haber estado alguna vez interesado en ella el hijo de Nanjiro? Era ilógico.

Desde que le vio aquel día, sabía con claridad que ella sentía algo por el chico. Pero el nunca llego a demostrar ninguna emoción, o sentimiento. Ni por ella ni por nadie. Las veces que iba, jamás le logro sacar prenda. Suspiro cansado, terminando su labor.

Salio de la trastienda, y al notar que ella se levantaba con cierta pesadez, le ofreció una taza de te. Miro la hora, aun tenia mucho tiempo. Acepto gustosa, quizás eso le calmara un poco todos esos pensamientos que tenia.

-Y dime, Ryusaki-dijo mientras servia el te.-Ya has logrado algo?

-Algo?-pregunto curiosa, sin saber de que hablaba el hombre-

-Si, si. Con Echizen...-mirándola con interés, pasándole el te.-

Ella bajo la mirada, seria. Se sintió mal, por haber preguntado. La chica resultaba ser bastante expresiva, y pudo notar con claridad lo que pasaba. Coloco su te en la mesa, y suspiro, pensando en como dar un adecuado consuelo.

-Ryusaki, si no pasa nada con Echizen... has que pase-mirándola con cierto aire paternal.-

-Señor Aritatzu, gracias por el te.-dijo para zanjarle; levantándose, enjugándose levemente con el dorso de la mano, cierta lagrima que había decidido ser libre-

Tomo su raqueta, y sus bolsas. Se coloco a punto de salir de la tienda, pero algo se lo impedía profundamente. Miro de reojo al hombre, que suspiraba con pesadez. De seguro veía a Ryoma constantemente, y sabía como era. Terco, solo hacia lo que le interesase.

Como un gato, no quería nada sino lo que tenía por entretenido, por juguete; en ese momento. Jugaba con las cosas que quería, y al resto las hacia a un lado, sin miramientos. Y por esto, ella había decidido mantenerse alejada de sus garras. De sus ojos.

Esos dorados, que tenían la tendencia a mirar con frialdad, casi demostrando la poca valía de aquel que siquiera le diese un visto. Podían ser a veces, herramientas para transmitir sus deseos, así como armas para evitar que cualquier ser se le acercase.

Pero ella quería derrotarles, ganarle a esos orbes. Y ese hombre que hacia del padre que poco tuvo, le quería ayudar a lograrle. Suspiro con prisa, y volteo hacia el señor. Este le miro con sorpresa, pero pronto dibujo una leve sonrisa, a la que ella respondía con sinceridad. Hizo una rápida reverencia.

-Arigatou!-agradeció con calidez, para mirarle con los ojos rojizos brillantes-

-Ryusaki, Aritatsu lo ve todo. Pero...-dijo pesadamente-Echizen es...

-Como un gato, independiente y pendenciero...hasta juguetón-dijo un hombre entrando a la tienda-

Ella abrió la boca en sorpresa, y ahogo un gritito temeroso con sus manos. El hombre de castaños cabellos y piel morena le miro sonriente. Era, si mal no recordaba, el padre de Ryoma. Se sonrojo de inmediato. Sabía que de seguro había oído lo que había dicho. Aritatsu sonrió y le dirigió la palabra.

-Nanjiro! Tiempo sin verle-dijo feliz y curiosamente-¡no has cambiado nada!

-Lo mismo, viejo Aritatzu.-espeto mirando al rostro atemorizado de la chica-¡Hola!-saludo con su acostumbrada sonrisa-

-S-señor Echizen...-susurro-Etto...yo... debo irme.-mirando al encordador-Nos vemos, señor Aritatzu...-dijo intentando salir, viéndose detenida por un amplio brazo-

-¿A donde crees que vas?-dijo picaramente el castaño-

-Etto... debo irme-dijo tímidamente-

-Espera, Ryusaki-dijo Aritatzu-

Les miro con cierto mal presentimiento. No sabia si ese momento había pasado por simples caprichos, pero ellos parecía tener algún tipo de plan con respecto a ella. Intento aflojar el agarre, pero al mirar el gesto despreocupado del hombre, noto que sus esfuerzos eran en vano.

-Bien, Ryusaki-dijo Nanjiro seriamente, pero con su típica mirada picara-Se que eres titular ahora...-agrego con cierto aire de flirteo.-

-Eh? S-si...-respondió temerosa-

El viejo tosió, con una venita brotándole en la frente. En efecto; no había cambiado para nada, era un pervertido. El Echizen solo sonrió y rasco su nuca con despreocupación. Se podía notar que el señor parecía leer la mente del padre del chico, y no dudaba en detenerle. Najiro suspiro, molesto por la "interrupción" del hombre. Miro a la chica, con cierta seriedad.

-Debes estar mas tranquila, mi hijo es un dobe, pero es un hombre.-dijo, haciéndola sonrojar levemente.- ¡No tardara en darse cuenta!-canturreo-

-Ha tardado mucho... o esta jugando conmigo-dijo casi sarcástica saliendo de la tienda con rapidez-

Camino un par de pasos, viendo a sus pies. Suspiro, deteniéndose. Salio hasta la calle y se dirigió a la tienda deportiva que antes solía frecuentar con Momoshiro y Eiji. Ellos le habían entrenado por cierto tiempo, ayudado a ser lo que era. Pero no pudo recordar esos momentos.

No dejaba de pensar en lo que había dicho el padre del chico. Pero eso era algo que ella no podía tener como un aliciente. Si le había espetado máximo unas veinte palabras en una conversación, en todo el tiempo que tenía conociéndole, no podía esperar para pronto un cambio de semejante naturaleza.

Y la comparación que hizo el padre del susodicho, era la misma que ella solía tener. Solo que a diferencia del hombre, ella no tenia la intención de cambiarle. Sabia que no podía, por que como a los gatos, nadie le decía que hacer, ni mucho menos como. Saldría rasguñada pensó tristemente.

Los gatos son animales solitarios, que hacen las cosas a sus gustos.

Pero quizás lo más importante era que aun con esa forma de ser, ella estaba enamorada del chico. Y la palabra no le quedaba grande al sentimiento, sino más bien pequeña. Era algo que ella había tenido desde que le "salvo" aquel día, y que en vez de disminuir, aumentaba considerablemente.

Y había que decirlo, ya estaba siendo algo insoportable. Le veía, y de inmediato se sonrojaba. Frente a quien fuese, haciendo el gesto, algo que le delataba con suma facilidad. Pero ella era ahora mayor, y estaba más fiera con respecto a sus cosas.

Luego de ser designada representante del salón, había hasta adoptado cierto aspecto de la personalidad del chico, y con la mirada se hacia respetar notablemente. Ya no era la tímida de antes, sino una chica con bastante fuerza. Muy responsable y seria en clases, estoica y severa con respecto a muchas cosas.

Se comportaba en oportunidades, como ese de rostro y gestos felinos. Seca hasta cierto punto, pero siempre con ese rasgo compañerista, y hasta en algunos escasos casos, maternal. Podían decir que era una chica particular, que se hacia respetar, y que había dejado atrás su fase "toda penas y disculpas"

Vio hacia arriba por primera vez en todo el rato. Vislumbro la entrada de la tienda. Había llegado allí como por arte de magia. Sabia que quizás eso no pasaría otra vez, pero le alegro no tener que mirar el mapa, por lo menos había alcanzado el lugar sin perderse. Eso era algo, que permanecía en ella, sin importar los cambios que hiciese.

Se acerco a la tienda, aun cabizbaja, pensando en todo lo que le habían dicho hacia poco. No debía ilusionarse, mas que todo, por que de seguro saldría herida nuevamente. Por los ojos dorados, fríos, felinos. Abrió la puerta, y se adentro rápidamente, como esperando que entrar le hiciese olvidar de las esperanzas que habían empezado a llenar su cabeza.

Y como suele pasar en esos casos, choco con algo, por no mirar. Era suave, pero bastante firme como pudo sentir su nariz. Cayo sentada, con pesadez, dejando desparramadas sus cosas por todo el lugar. Las bolsas habían dejado salir su contenido, regándolo por el suelo.

Cerró los ojos, presa del dolor que tenia en su trasero y nariz, que frotaba con insistencia, intentando mitigar el impacto. Quiso mirar, entreabriendo las orbes rojizas, y se fijo en el desastre que había hecho. Maldijo levemente, como poco solía hacer. ¿Con que se suponía que había chocado?

Miro lentamente hacia lo que se le había atravesado por el camino, una sombra le tapaba. Vio unos pies, con zapatos de tenista. Siguió lentamente, pasando por unos pantalones a la rodilla. Unas manos amplias, sostenían un par de bolsas de la tienda y otras que no conocía. Pudo notar una camisa gris, del típico estilo de tenista.

Y un rostro terriblemente familiar. Tembló con rapidez. Al cual pertenecían unos ojos que le miraban, con aire – ¿sádicamente?- divertido. Un gesto muy similar a una sonrisa –pero sin llegar a serlo.-, estaba posado en su boca. Ladeo la cabeza, dejando mover los flecos verdosos. Pasó las bolsas a una mano, y le extendió la otra.

Ella se sonrojo apenas levemente. Levanto su mano, que cupo perfectamente en la amplia del chico de ojos dorados. Le ayudo a pararse, y ella bajo la mirada, viendo sus cosas regadas. Y maldijo nuevamente, esta vez, con bastante claridad.

-Grosera.-espeto, haciéndole mirarle.-

-Ah?-pregunto confundida, a lo que el miraba hacia otro lado-

Se sacudió la ropa, molesta por el incidente. Hacia mucho que no se caía de esa manera, y dio por olvidado es tipo de dolor, y menos en esas áreas. Froto levemente su trasero, para calmar la ligera incomodidad. Miro con desden sus cosas, y el que le había hecho caer, carraspeo, sorprendiéndole. Levanto la vista.

-Ryusaki-espeto secamente, llevando la mano libre a su pecho-Dolió.-intento recriminarle, como usual, con pocas palabras-

-¿Ah si? ¿Crees que a mi no?-dijo seria, irónica y sarcástica, con un aire de molestia que no dejo de sorprender al chico.-

Se agacho a recoger sus cosas, sorprendida por haber logrado decirle algo al chico sin siquiera estar sonrojada, o tartamudear. Guardo lo que logro visualizar, pero sintió con necesidad que algo faltaba.

El se agacho, para ayudarla. Quizás sentía algo de culpa, pero la tenia. Si, ella había pasado rápido, pero el podía hacerse a un lado. Dejar paso es salir primero. Probablemente desconocía esto, o ella entro demasiado rápido, de cualquier manera, la que había perdido en el choque, había sido la de largas trenzas.

Logro ver de reojo, como tomaba entre sus manos, una bolsa muy particular. Y sacaba de ella, una chaqueta. Le ojeaba con curiosidad casi infantil, como entretenido con el objeto. Sintió una ligera molestia, tomaba esa pieza de su uniforme... ¿como a un juguete?.

Se levanto junto con el, arreglando sus bolsas, y pidiendo con sequedad la bolsa al de ojos dorados. Este la miro de arriba a abajo, como si fuese una figurita divertida. Con una mueca que no dejaba de ser burlona, mas no completamente clara.

Ella hizo un ademán de puchero, intentando arrebatárselo de las manos. El iba de salida, ¿no? ¿Por que no la podía dejar comprar, olvidarse de el mismo y justamente? Le movió la bolsa, con una sonrisa casi Fuji. Y le quiso atajar de nuevo, y como antes, la movió.

Se irrito, para luego hacer los esfuerzos más rápidos, con un aire hasta divertido en cada uno de los casos. Dejo caer los brazos, cerrando los ojos, completamente derrotada. Suspirando largamente. Demonios, ¿por que tenia que ser tan rápido?

-Mada mada dane, Ryusaki.-dijo con diversión-

El chico sonrió, e hizo el sonido más similar al ronroneo que ella había escuchado alguna vez. Le miro, estupefacta. En esos momentos, Fuji y Kikumaru-sempai se quedaron cortos. Tenía un gesto felino, satisfecho. Y aprovecho la ocasión. Lanzo una de sus manos hacia la bolsa.

Se la aparto nuevamente, optando por su rostro usual. El gesto frió y sin sentimiento que solía tener. Hizo ahora un claro puchero, y se cruzo de brazos, mirándole desafiante, para luego llevar una mano a su cintura, y apuntarle con la otra, acusadoramente.

-¡Dame mi bolsa!-dijo ya molesta.- ¡Ahora!

-Ya, ya-dándole la bolsa, con una mueca de molestia por terminar el 'juego'.-

-¡Gracias!-dijo con notable sarcasmo.-

Se adentro en los pasillos de la tienda, delimitados por aparadores bastante más bajos que ella, pasando directo a donde se localizaban las cosas que le habían indicado. Tomo el bote con las pelotas de su marca favorita, una cinta para el mango de la raqueta, y otras banalidades.

Con la misma mueca de niño chico recién molestado, dejo con pesadez las bolsas en el mostrador, mientras sacaba el dinero para pagar. Pero algo estaba mal, había un problema con una de ellas. Estaba muy vacía, por lo que le reviso.

Un claro gesto de molestia, mezclado con un ligero sonrojo y sorpresa se dibujo en su rostro. Y algo, o mejor dicho alguien; tosió tras ella. Volteo disgustada, ya conocía ese tono. Le encaro con "valentía", a pesar de ser unos centímetros menor en tamaño que el.

Movía ante sus ojos la chaqueta. Divertido. Con ese gesto burlón que ya había visto, mas que nada en los partidos. Y hacia un momento, mientras le picaba. Parecía ronronear con la prenda entre sus manos, como irritándole a propósito.

-Basta.-espeto, mas seca que de costumbre-

Había madurado, ya no se andaba con rodeos. Habían desaparecido en su mayoría los típicos tartamudeos, pero no los molestos sonrojos. Esos que le delataban siempre, que le restaban seriedad a sus acciones, como en esos momentos.

-Mada mada dane, hagan Ryusaki-dijo divertido, haciendo énfasis en las ultimas palabras, dándole la chaqueta.-

-Hm.-dijo, como aceptando con disgusto.-

Termino de pagar y recogió todas sus cosas. Saco de una de las bolsas una lista, y tacho las últimas compras. Miro la hora, y suspiro satisfecha. Había terminado antes de lo previsto, aun con los retrasos y la estancia en el encordado. Aun viendo su lista, camino hasta la puerta.

-Mou!-quejo, por chocar nuevamente.-

-Distraída-le recrimino seriamente, volteándose y abriendo la puerta.-

-Atravesado-le respondió con rapidez, saliendo irritada, siendo seguida por el chico.-

Se miraron desafiantes. Lo mas seguro era que el tenista daba por sentado que ella jamás le respondería así. Y este juego del gato y el ratón que recién había empezado, se estaba volviendo entretenido. Ahora esperaban ver quien era al gato y quien el ratón. Saltaron chispas entre ellos, como rayos.

Ella se volteo, como en un puchero. Desde que era el capitán 'mas joven' de la Seigaku, en definitiva estaba mas necio que antes. Ya nadie le contenía, y en verdad lamentaba ese hecho. Suspiro a lo que el chico le ponía la mano en el hombro, serio.

-Pruébatela-ordeno, mirándola como en un capricho-

-Eh?-dijo volteando a verle, sorprendida-

-La chaqueta.-recordó señalando la bolsa- Yo lo hice, ¿recuerdas?-dijo mirándola con un aire de picardía por tener la razón-

-Tu n...-quiso responder, pero el le miro, haciéndole recordar que si se la había probado para ella aquella tarde.-Damn-quejo en ingles, sacando la prenda de su bolsa-

Dejo los paquetes a un lado, y se la coloco con lentitud. Era una a su medida, perfectamente amoldada a su cuerpo. Sonrió, para no poder ocultar un sonrojo, que se poso en su rostro, en lugar del gesto de molestia. El le vio, con un rostro casi placentero.

Se miraron por un segundo, y ella luego recogio sus pertenencias. Se iria a casa de una vez, temprano. El dia amenazaba con lluvias, y no se podia dar el lujo de mojarse. Recordo que tenia la chaqueta, y se la quito.

Camino hacia la estacion, pero algo le molestaba, el chico camino en la misma direccion. Se miraron molestos, como dos enemigos. ¿Por que razón tenían que vivir en donde Vivian (n/a: no se si vivan muy cerca, pero en este fic, se quedan en la misma estación.)? No había ninguna explicación para eso, sino capricho del estupido destino.

No supo desde que momento el se volvió una especie de juguetón enemigo, mas que su amor desde 7mo grado; pero lo era. Y uno bastante molesto. ¡No sabia si podía soportar tanta necedad en un solo ser! Camino otro par de pasos, y ellos parecían hacerse espejo. Iguales

Se miraron nuevamente. ¡Es Irritante! Pensó. Demasiado. En su mente, se imaginaba 'chibi' (1), aplastándole con una pelota de playa con un dibujo de pelota de tenis, gigante. Sonriendo felizmente, sobre la misma. Y daba por sentado que el estaría pensando lo mismo. O por lo menos algo similar.

Suspiro, recordando que tenia que calmarse, solía cometer errores si no estaba bien. Recupero su comportamiento tranquilo, sereno, Relajado; el de siempre. Caminaron al mismo tiempo, juntos. El miro desafiante. Ya ella no se inmutaría por eso, los gatos solían entretenerse así.

No le daría el gusto de hacérselas de juguetito. Era bastante grande como para dejarle jugando solo. Y si debía huirle, lo haría. Pero no podía evitar pensar que ese juego. Le estaba gustando en sobremanera.

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Espero que les gustase. Me pareció que en realidad es muy similar a un gato, ¿no? Siempre que veo el anime, me lo imagino con cola, no puedo evitarlo. Como jugaría con ella, seguro que Fuji estuviese siempre pisándole la cola, por jugar... Fuji sempaii~(Love) xDD Con respecto al gato de Sakuno, no se si llego a tener uno, pero ya saben, es muy entretenido cambiar las cosas, para eso son los fanfics xP

-(1) Si no saben que es Chibi, les golpeo. –capón a los que no saben n.n!- pues miren, Chibi son los dibujitos 'súper condensados' y adorables de los personajes anime. En este caso, tenemos a los que aparecen en los capítulos especiales: El de Horio y sus dos anos de experiencia, y el de Los chicos Seigaku en la playa. Son mis favoritos, aparte de los de aire RyoSaku xD

La hora de Inter en un Cyber: 2,70 BsF (diske fuertes, pfff -.-") un Rw para hacer a la autora feliz, no tiene precio. Por eso uso Mastercard.. Digo cof cof...

Baeeez!

SE ACTUALIZA LOS LUNES!

-Ignore me... if you see me, 'cuz i just don't give a Shit-

Mi Lema xD

PRESIONEN EL GO!

No les cuesta nadines! =^D