Universo: Manga/Anime.
Spoilers: Referencias al arco de Mitsuba.
Advertencias: Ninguna.
DEL COLOR DEL ARCOÍRIS
[Drabble]
Si alguien le preguntara cómo describiría a Okita Mitsuba, él respondería que es algo así como la luz. Brillante, cálida, acogedora y reconfortante. Hermosa e imposible de tener.
En cambio, si esa misma persona le preguntara inmediatamente después cómo se describiría a sí mismo, Hijikata Toushiro sólo tendría adjetivos negativos para su persona. Bárbaro, ignorante, sucio y vulgar. Un completo imbécil indigno de ella.
Hijikata sabía que él era un asesino, un ser humano despreciable que tomaba las vidas de los hombres con la misma facilidad con la que un niño pobre roba un caramelo. Por esa razón, no se atrevía siquiera a colocar su nombre junto al de ella, ni aunque fuera en sueños. Todas sus reservas, sin embargo, no impidieron que quedara embelesado por la joven de dulce sonrisa.
Mitsuba no sólo era hermosa físicamente; su belleza externa sólo era el envoltorio perfecto para su alma y su corazón. Ella era uno de esos raros casos en los que la esencia de la persona se manifestaba al exterior a través de delicados y encantadores rasgos físicos. Tenerla cuando su apariencia no coincidía con su alma era algo que Hijikata no se podía permitir. No podía manchar el lienzo blanco que era ella con la tinta negra de su existencia.
Ella se merecía, se decía Hijikata constantemente cada vez que se la encontraba, ser pintada en tonos vibrantes; colores que se parecieran a ella. Merecía ser cubierta de amarillo felicidad, de azul energía y de verde vida. Del rosa de un amor dulce, de anaranjado generosidad y del blanco eternidad. Colores alegres, colores brillantes; colores con los que él no podría iluminarla.
Toushiro no era ningún pintor, tampoco ningún poeta. Era un baragaki con las manos cubiertas de sangre espesa y goteante a cada día de su vida y del negro de sus pecados. Aspirar a Mitsuba es tan ridículo e ingenuo como querer tapar el sol con un dedo. No la merecía, ni ayer ni ahora. Tampoco la merecería en el más allá.
Porque cada existencia que arrebataba con su manos era una vida más en la que no podría estar junto a ella.
[FINAL]
[Notas y aclaraciones]
…
Me quiero matar. Pasé cuatro horas escribiendo un oneshot Okikagu esta mañana porque la inspiración me despertó Y LA PUTA APLICACIÓN SE CERRÓ Y NO TENGO NINGÚN BACK UP MÁS QUE UNA PORQUERÍA DE 500 PALABRAS Y YO YA LLEVABA 4000. Si esto no es una tragedia, no sé qué lo sea.
Bien, referente al fanfic, espero que se entienda en la frase final que lo de la vida va como algo sobre la reencarnación. Y ya. Estoy exhausta. Ese fic que se me borró incluso me hizo llorar de frustración por su pérdida. Ya hasta las ganas de escribir se me han muerto.
¡Besos embarrados de Nutella para todos!
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