Chapter 1
Negro.
Muchas buenas historias empiezan en negro, pero no significa que empiecen bien.
Esta en particular aparenta empezar bien, pero se tuerce con rapidez.
Ocurrió hace mucho tiempo, suficiente como para que nadie recordara nada de lo ocurrido, esta historia empieza como un cuento de hadas.
Erase una vez, un mundo donde todo tipo de criaturas mágicas convivían con zoomorfos y humanos normales, en aquel mundo las cosas no eran como como las cuentan en los libros. Los Dragones no eran codiciosos, las sirenas no ahogaban marineros, los unicornios y pegasos eran tan comunes como un caballo cualquiera.
Fueron buenos tiempos para la Raza Mágica y de seguro habrían sido mejores de haber durado más.
Los zoomorfos de antaño eran celosos por naturaleza, no les gustaba que seres que no eran como ellos tuvieran tanto poder.
Los celos atrajeron al odio, el odio trajo la guerra y la sangre tiño cientos de ríos.
La Raza Mágica se oculto bajo tierra y usando sus poderes crearon otro mundo que ocupaba el espacio físico de un armario.
La nueva sociedad de Mágicos tenia cientos de reglas, nunca salir al mundo exterior, se habían inventado tantas reglas y mitos de los zoomorfos que poco a poco se creyeron verdad y todos los de Raza Mágica estaban convencidos de que los No Mágicos eran Mostruos que mataban por diversión y por reconocimiento.
Eso los convertía en seres sucios de corazón y alma negra, el mero hecho de hablar de sobre aquellas criaturas era considerado tabú.
Pero como ocurre siempre en un mundo lleno de normas, los seres de corazón curios y mente abierta sienten la imperiosa necesidad de romper con lo establecido y ver lo con sus propios ojos.
Fue cosa de tiempo para que una hermosa Angel se aventurara en el mundo exterior y conociera a un zoomorfo con el que mantendría una muy profunda relación.
Sus encuentros cada vez más frecuentes los llevaron a ser descuidados y su relación se supo por todo el bajo Mundo Mágico, para cuando los cabecillas de aquel mundo quisieron cortar de raíz aquella repugnante relación, ya era tarde… Tenían una hija.
El Angel ya no era pura tras su contacto con el Mundo Sucio y el zoomorfo conocía demasiado como para dejarlo ir… Ambos fueron silenciados de forma eterna y ni una lapida se les concedió.
El mayor problema era la pequeña.
No podían darle el mismo destino que a sus padres, matar a una criatura inocente (por muy sucia que fuera) mancharía sus manos de la peor manera.
Los rumores galopaban a paso de pegaso y por todo el mundo se sabia de la existencia de la pequeña, así que ocultarla no era una opción.
La única familia que poseía en ese mundo era la hermana del Angel, su tía, de momento tenían claro quien cargaría con la vergüenza de la niña mestiza, solo les faltaba averiguar la edad correcta para lanzarla de vuelta al Mundo Sucio, pues mantener a una contaminada como ella en su paraíso seria la condena para toda la Raza, o al menos, así era desde su punto de vista.
- Entonces, esta decidido. - Una criatura de orejas puntiagudas y pelo plateando se encargaba de una pila de papeles con aspecto importante- La criatura sera liberada en su décimo noveno cumpleaños.
- ¿Estas seguro de que no puede ser antes? - Un lagarto de tamaño imponente y escamas duras cual hierro no titubeaba a la hora de demostrar su desprecio por la chiquilla.
- La ultima vez que supimos acerca del tema, la mayoría de zoomorfos madura a esa edad, podremos deshacernos de ella con la conciencia limpia – El pelo plateado no paro de trabajar con sus papeles mientras pronunciaba con decisión cada una de sus palabras- Si queremos permanecer puros, alejados de la maldad de aquel mundo… Esta es la mejor manera.
- Y la mas lenta.
- ¡Es por nuestra Raza! -El pelo plateado dejo caer algunos papeles por puro impulso, a toda prisa un pequeño animalillo los recogió y los volvió a colocar en su mesa. -… Si se queda, nos contaminara desde dentro, si la matamos nuestras manos estarán sucias siempre y si la exiliamos ahora nuestra conciencia se tornara negra y turbia, como la de… Ellos…
El lagarto digirió todas aquellas palabras como si un ciervo in masticar bajara por su garganta, al final solo carraspeo y dijo:
- Todo sea por la Raza -Acto seguido se levanto y estiro las alas de su espalda, listo para emprender vuelo. - Pero se ira ese mismo día, ni uno solo menos.
- Nadie la quiere aquí mas de lo necesario.
