El Cielo esta llorando rabiosamente, pareciera que estuviera despidiéndose triste de mi, lamentablemente tengo que abandonar la ciudad, es muy injusto pero no me queda mas alternativa; solo en otro lugar podré quizá algún día con suerte cicatrizar las heridas de mi alma. Fracase como amigo, como hijo y lo más importante como hombre, esta lejos aquel tiempo en el que sentía que tocaba el cielo con mis manos, descendí en picada al más profundo de los abismos.

Si tan solo hubiera sido mejor persona, no me hubieras dejado por el pobre desgraciado ese; pero ya es muy tarde para lamentarse, al fin y al cabo lo hecho ya no puede deshacerse, jugué mal las cartas que me tocaron en suerte, pero a pesar de todo no puedo aceptarlo.

En fin, se acerca la hora de partir, el tren pasara por la estación en una hora, debería apurarme, mi amigo se enojaría si llegara tarde, al fin y al cabo el me acompañara en el viaje; ya debe estar impaciente por que llegue.

Según mi amigo una vez empiece el viaje no tendré posibilidades de regresar, de todas maneras no es mi intención volver.

Hasta siempre Madre, cuídate hermano y dile a Roxana que a pesar de todo la amare por toda la eternidad, adiós