He decidido hacer un fic sobre el héroe Spider-Man (Mi personaje favorito de Marvel) pero en vez de Peter Parker, será Izuku Midoriya quien sea mordido por la Araña radioactiva.

Claro que sucederán los eventos que han ocurrido en el anime de Boku no Hero, pero con varios giros radicales en la trama… Antes de empezar quiero aclarar que este fic junto con el de Dragon Ball: DG serán los más activos.

Sin más que decir, vamos con el capítulo

- mrCRACKZvid.

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SPIDER-MAN: ¡EL PRÓXIMO SÍMBOLO DE LA PAZ!

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- ¡Hay que encontrarlas a como dé lugar! ¡El maestro la necesita para crear al Nomu perfecto!

- ¡Sí, señor!- Respondieron todos los villanos subordinados al unísono para luego salir corriendo a buscarlas.

Luego de que todos salieran de ese lugar, se sentó en una silla y agarró un pequeño vaso de vidrio para servirse un poco de sake. Rogaba que el alcohol le calme un poco la ira.

- Fuiste muy descuidado, Shigaraki.

El mencionado volteó a ver a su mano derecha, Kurogiri. No dijo nada, solo se limitó a dejar su vaso en la mesa luego de echar un pequeño sorbo a la bebida

- Ese maldito… ¡¿Cómo es que pudo infiltrarse y robar las cápsulas en donde se encontraban las arañas?!- Empezó a rascarse el cuello para así calmar su enojo.

- No te preocupes… En cuánto identifiquemos al traidor, lo aniquilaremos… A él y a todo lo que ama…- Dijo el villano de traje elegante, tratando de calmar a su compañero.

Tomura sonrió. Ya quería presenciar eso… Pero lo que deseaba era…

¡MATAR A ALL MIGHT DE UNA VEZ POR TODAS!

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Los sueños se hacen realidad…

Izuku se repetía eso una, y otra y otra vez… El peliverde se encontraba sentado sobre la suave arena justo después de su primer día de entrenamiento con el héroe que le otorgó la oportunidad de ser el próximo símbolo de la paz.

Levantó su mano y la miró detenidamente. ¡Salvaré a todos con una sonrisa!, Pensó mientras apretaba su puño con determinación.

- Pero… Aun me queda mucho por hacer…- Se dijo a sí mismo, volteando para ver el montón de basura que le faltaba por limpiar. Esos diez meses sí que iban a ser duros.

Izuku se puso de pie y decidió ir a su hogar. Mañana tenía una prueba en su escuela y no podía darse el lujo de faltar.

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Ya había pasado tres semanas desde que Izuku comenzó su entrenamiento con All Might. El joven estaba en la cama de su habitación mientras hacía pesas con su mano izquierda. Tenía que tomar en cuenta que no podía entrenar todos los días. Había que tomar momentos de descanso cuando los calambres y dolores musculares estén presentes.

Izuku suspiró. Él quería seguir entrenando todos los días para fortalecerse y así poder ser un buen recipiente para el One For All. Pero a su escuela se le ocurrió la gran idea de hacer un pequeño viaje a un Museo de Ciencias, en donde les presentarían los nuevos "experimentos" que han realizado en insectos como "sujetos de pruebas"… Y para el colmo, era de obligatoria asistencia.

Suspiró. No es que no quería ir, es solo que no podía darse el lujo de faltar en su entrenamiento… Miró el reloj que estaba en la pared y…

- ¡NO PUEDE SER! ¡VOY TARDE!- Gritó, agarrando su mochila amarilla para luego abrir la puerta e ir directo a la sala.- ¡Nos vemos, madre! ¡Te amo!

- ¿I-Izuku?- Inko estaba en la cocina hasta que vio pasar corriendo a su hijo. La peliverde fue rápidamente a la entrada de su hogar y vio a lo lejos a Izuku corriendo.- ¡Cariño, olvidaste tu desayuno!- Trató de llamar su atención pero fue inútil, ya había cruzado la esquina.

- ¡Demonios, demonios, demonios!- Seguía corriendo y corriendo sin parar. Mentiría si dijera que sus piernas no le dolían, pero no podía llegar tarde.

Pasó un tiempo y el peliverde pudo visualizar a lo lejos, el transporte escolar que los llevaría al Museo.

- ¡Bien! ¡Parece que llegué a tiempo!- Pensó. Siguió corriendo para acercarse al autobús, ya casi llegaba… De repente el sonido del motor siendo encendido llegó a las orejas del peliverde.- No puede ser… ¡No, no, no, no! ¡Espérenme, por favor!- Siguió corriendo, tratando de alcanzar el autobús. Pero era inútil, su velocidad jamás se compararía con la de un vehículo.

Izuku dejó de correr debido al cansancio. Jadeante, colocó sus manos sobre sus rodillas y levantó su mirada para ver como el autobús se iba alejando. ¿Por qué todo lo malo le pasaba a él?

- Bueno… Tengo que llegar como sea…- Dijo, colocándose firme y limpiando el sudor en su frente.

De la nada, un fuerte calambre hizo presencia en su pierna izquierda. Izuku cayó al suelo mientras se agarraba la pantorrilla. ¡¿Ahora le daba un calambre?! ¡¿Por qué a él?!... Tuvo suerte de que un banquillo estuviera cerca de él. El peliverde logró llegar al asiento como pudo para luego recostarse a él.

El peliverde flexionaba la pierna para así calmar el dolor. Una vez aliviado, logró sentarse completamente en el banquillo.

Se dio por vencido, jamás llegaría al Museo a tiempo. Estaba cabizbajo. Ese día no podía ser peor… Como si no tuviese nada que hacer, el chico sacó del morral amarillo, su malgastada libreta de héroes. La abrió y notó como había unas hojas en blancos en donde pensaba dibujar a los insectos que viera en el Museo. Total, no siempre tenía que dibujar héroes. Volvió a pasar de página y pudo ver el boceto que había dibujado sobre cómo sería su futuro traje de héroe.

Una persona llegó y se sentó al lado de Izuku, quien ni siquiera se había dado cuenta de ello ya que seguía concentrado en su libreta. Siguió pasando de página y se podía observar diferentes héroes, cada quien con sus habilidades escritas de manera detallada.

- Muy interesante…

La voz de la persona que estaba a su lado captó su atención. Izuku levantó la mirada y pudo ver como una chica de ojos negros y cabello del mismo color, lo observaba directamente a los ojos. No pudo evitar sonrojarse.

- Ah… Eeeh… Yo…- Fue lo único que pudo expresar. Su rubor no cedía. Esa chica que estaba viendo era una preciosidad.

- D-Disculpa si te asusté.- Dijo la pelinegra con una sonrisa divertida al ver el claro sonrojo del peliverde.- Me presento; Mi nombre es Momo Yaororozu, un placer. ¿Cuál es tu nombre?- Le preguntó gentilmente, manteniendo su sonrisa. Pudo notar como los ojos del chico eran color verde esmeralda, lo cual le llamó mucho la atención.

- I… I… Izuku… M-Midoriyya.- Tartamudeó, pasando su mano por su cabellera.- U-Un placer co-conocerme...- Se abofeteó mentalmente tras darse cuenta de lo que había dicho.- ¡Digo!... E-Es un placer conocerla, s-señorita…- Rio nerviosamente.

Momo no pudo evitar reír. Se veía tan tierno… La pelinegra vio la vestimenta de Izuku y no pudo evitar preguntar:

- ¿Te dirigías al Museo de Ciencias, cierto?

Quedó perplejo ante la pregunta de la chica, ¿Cómo es que sabía eso?

- S-Sí…- Respondió.- P-Pero el autobús y-ya se fue, llegué tarde…- Agregó, tratando de sonar lo menos "perdedor" posible.

- Es una pena…. ¿Te parece si te llevo?- Le ofreció, con la sonrisa que le ha provocado a Izuku uno de los mayores sonrojos en su vida.

- ¿E-Eh?... N-No, gracias, s-señorita.- ¿Cómo rayos lo llevaría? ¿Acaso tenía licencia de conducir?

- No seas tímido, Izuku… De todas maneras, ya ha llegado…- Señaló a dirección opuesta de donde miraba Izuku. El peliverde siguió el dedo de la pelinegra y vio como un vehículo de color negro que tenía un aspecto elegante, se iba acercando a ellos.- Y por si no lo sabías… Soy la guía de tu clase…

Izuku se sorprendió al escuchar lo último. Volteó a verla pero no pudo preguntarle nada debido a que el automóvil ya se había estacionado en frente de ellos. Quedó asombrado al ver a un hombre mayor abrir la puerta para salir del vehículo.

- Buenos días, señorita Yaororozu.- Le saludó el chofer, ya estando fuera del vehículo.

- Buenos días. Gracias por venir.- Devolvió el saludo la pelinegra. El chofer le abrió la puerta trasera para que Momo entrase. Pero antes…- Vamos, Izuku.- Volteó a verlo.

El peliverde salió de su trance y rápidamente se sonrojó.

- N-No, gracias, s-señorita… Y-Yo creo que-…

No pudo terminar lo que iba a decir porque Momo lo sujetó por la mano y lo obligó a adentrarse en el vehículo. Sentir la suave piel de la pelinegra, provocó que el sonrojo aumentara. Definitivamente tenía que aprender a socializar con chicas…

El transcurso iba rápido. Izuku no decía ni una sola palabra mientras iba al lado de Momo. En cambio la fémina, estaba de lo más tranquila mientras miraba por la ventana del auto.

- Jóvenes, hemos llegado.- Dijo el chofer, sacando a los dos estudiantes de sus pensamientos.

- Muchas gracias.- Agradeció Momo antes de abrir la puerta para salir del vehículo.

- S-Sí, Muchas g-gracias.- También agradeció el peliverde. Salió del auto con la mano en su cabellera. Una vez que el auto aceleró para después perderse de vista, Izuku volteó a ver a Momo. Tenía que agradecerle.- L-Le agradezco m-mucho, señorit-…

- No te preocupes.- Lo interrumpió.- Fue todo un placer… Ah y por cierto, no seas tan formal conmigo, solo dime Momo.

- Está bien, señori… Momo.- Corrigió en el último momento.

- Bien, Izuku… Será mejor que encuentres a tu clase antes de que comience la expedición.- Recomendó, sonriéndole mientras sacaba una carpeta de quien sabe dónde.- Nos vemos, Izuku.- Se despidió, girando para empezar a caminar hacia la entrada del museo.

El joven con pecas veía la espalda de Momo alejándose. Cuando la perdió completamente de vista, poco a poco, una tonta sonrisa iba apareciendo en su rostro… Eso solo significaba una cosa…

- ¡No puedo creer que acabo de conocer a una linda chica!- Pensó emocionado mientras sus mejillas estaban coloradas. De repente, la recomendación de Momo apareció en su mente, interrumpiéndole su entusiasmo.- ¡Es cierto! ¡Tengo que darme prisa!- empezó a correr hacia la entrada del museo.

Ya una vez dentro, pudo notar lo grande que era el Museo. Izuku empezó a caminar lentamente mientras miraba alrededor. Podía observar como había varias personas que leían grandes biografías sobre Científicos que habían dejado huella en la historia. Enormes estructuras del ADN Y EL ARN no podían faltar. Al peliverde le brillaron los ojos. La ciencia era algo que le gustaba la verdad.

Siguió caminando y caminando por ese enorme Museo poblado por una gran cantidades de personas, hasta que al fin pudo visualizar a su clase. Sin vacilar, empezó a correr hacia ellos.

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- Que aburrido… Me hubiese quedado en hogar durmiendo…- Dijo mientras veía una pequeña biografía sobre las arañas y sus distintas especies. ¡¿A quién demonios le importaba saber sobre esas asquerosas?! ¡Qué se mueran!

- Oigan ¿Ese no es Midoriya…?

Todos los estudiantes, incluyendo a Bakugo, voltearon a ver a un Izuku corriendo hacia ellos. El rubio frunció el ceño y apretó los dientes apenas lo vio. Aun recordaba el incidente con el Villano de Barro.

"¡Parecía que estabas pidiendo ayuda!"

Las palabras de Izuku resonaron en su mente por milésima vez, provocando que fulminara con la mirada al peliverde.

- Quiere ser un héroe y es impuntual.

- Puntual o no, eso no quita el hecho de que no podrá ser un héroe.

- Tienes razón, de todas maneras es un Quirkless.

Izuku escuchaba comentarios negativos hacia él una vez se acercó al grupo de su clase. Quedó cabizbajo. En el fondo sentía que sus compañeros tenían razón.

- ¡¿Qué haces aquí, maldito nerd?!

- ¡K-Kacchan!- Exclamó asustado, viendo como este se acerba a él con una mirada amenazante.

- ¡Respóndeme!

Izuku se sobre exaltó.- B-Bueno… V-Vine porque ya sabes. M-Me gusta la c-ciencia y es a-alg-…

- Él vino al Museo porque quiso, ¿quedó claro?

Una voz de seria y femenina respondió por Izuku. Todos voltearon a ver a Momo, quien estaba con una bata de laboratorio y unos lentes. Tenía una carpeta apoyada en su pecho que le daba un aspecto elegante.

Bakugo le iba a decir algo de mala gana pero cedió ya que notó que el profesor de su clase estaba junto a ella.

Por otro lado, Izuku sonrió al verla. Se veía como toda una profesional con esa vestimenta.

- Chicos.- Habló el profesor, ganando la atención de todos.- Ella es Momo Yaororozu, y desde ahora será nuestra guía en esta expedición.- Momo miró a Izuku y le envió una cálida sonrisa. El peliverde se sonrojo y le devolvió el gesto a la vez que levantaba su mano en forma de saludo.- Ella es la mejor estudiante en su Institución y es una de los recomendados para ingresar a la A.U.- Todos se sorprendieron por eso, sobretodo Izuku y Bakugo.- Espero que aprendan un poco de ella.- Agregó.- Y la traten con mucho respeto, ya que se ha tomado la molestia de venir a darnos información detallada sobre los experimentos que veremos.

Un silencio reinó por unos segundos. Al parecer todos quedaron muy perplejos por lo maravillosa que era la pelinegra.

- No, no, no, señor. No es ninguna molestia, para mí es todo un placer.- Dijo con una sonrisa nerviosa. Miró a todos los estudiantes.- Síganme, por favor.- Agregó, empezando a caminar.

- Quédense cerca el uno al otro para no perderse, ¿está bien?- Agregó el profesor.

- ¡SÏ!- Respondieron todos los estudiantes al unísono.

Todos empezaron a seguir Yaororozu…

Pasó un buen tiempo, y seguían caminando. ¿Qué acaso ese Museo no tenía fin?

- Hemos llegado.- Momo detuvo su caminata y volteó para observar a sus seguidores.

Muchos suspiraron en alivio luego de haber caminado tanto. Izuku notó que se detuvieron en una enorme entrada que encima de esta había un holograma que decía: "Experimentos en insectos como sujetos de pruebas"

- Por favor, chicos. Apaguen sus celulares y saquen cualquier objeto que sirva para tomar apuntes sobre lo que nos dirá la joven Yaororozu.- Dijo el profesor de la clase. Todos dieron un "sí" como respuesta.

Apenas entraron y un claro "Wow" hizo presencia por parte de los alumnos (excepto por Bakugo). Era impresionante al ver a los científicos haciendo investigaciones. Pero eso no era lo único. Izuku pudo notar varias cápsulas en donde supuso que era donde estaban los insectos.

Rápidamente sacó su libreta para escribir información de lo que estaba a punto de decir Momo. Todos siguieron caminando y se detuvieron en frente de un gran cristal, que detrás de este se encontraban unas…

- ¡¿M-M-M… MOSCAS GIGANTES?!- Gritó una de las chicas de la clase al ver a los desagradables insectos que medían casi 40 centímetros.

Momo no pudo evitar soltar una risilla ante la reacción de la chica.

- Te entiendo, amiga. A mí me dio mucha grima cuando las vi por primera vez.- Dijo Momo con una sonrisa.- A continuación. Procederé a explicarle el motivo de su tamaño…

Izuku podía observar como explicaba la pelinegra. Quedó boquiabierto al escuchar toda la información dada por ella. El peliverde sonrió. Su intelecto era sumamente espléndido.

Luego de observar y tomar apuntes de experimentos en: Mariposas, cucarachas, luciérnagas, hormigas, avispas, etc. Llegó el último experimento que verían. Nada más ni nada menos que unas Arañas…

Izuku notó a varias de ellas dentro de una mediana caja de cristal. Se preguntaba qué tenían de especial, ya que parecían arañas comunes y corrientes... Excepto su color. Pudo apreciar que el abdomen de estas era de color rojo y azul.

- Y por último…- La voz de Momo lo sacó de sus pensamientos.- Estas arañas…

- Vaya. Siempre me han gustado las arañas.- Dijo el profesor, ganándose unas miradas extrañas por parte de sus alumnos.- ¿Nos podría explicar que hacen, joven Yaororozu?

- S-Seguro.- Respondió. Se aclaró la garganta para explicar.- Estas arañas tienen una cualidad especial. Y es que son "Súper Arañas", ya que la composición genética de estas 12 arañas fue alterada… Es pocas palabras, son Radioactivas…- Momo iba a seguir con su explicación pero se acordó de algo muy importante.- Y… Lamentablemente no puedo revelarles más información ya que es confidencial… Es una pena.

- No importa, joven Yaororozu. Usted hizo un gran trabajo en explicarnos todos los experimentos en insectos que hemos visto hasta ahora.- La alagó el profesor.- ¡Bien muchachos! Es hora de irnos. Espero que hayan disfrutado esta gran experiencia.- Volteó a ver a los estudiantes.- Y también espero que hayan tomado apuntes sobre todo lo que hemos visto hasta ahora…- Después de un tiempo, se le ocurrió una idea.- ¿Qué les parece si nos quedamos un tiempo para presenciar otros lugares en este Museo?

Un "¡Sí!" por parte de todos se escuchó. Los alumnos empezaron a ir hacia la salida luego de que el profesor se despidiera de Momo.

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Un insecto se balanceaba por su red de telaraña en el techo mientras observaba detenidamente a su futura víctima…

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La pelinegra decidió acompañarlos hasta la salida, pero se detuvo ya que sintió que alguien faltaba. Volteó y pudo ver a Izuku escribiendo en su desgastada libreta mientras estaba al frente de las cápsulas de las Arañas. Momo sonrió, de seguro estaba escribiendo algo sobre esos insectos… ¿O los dibujaba?

Sin más que pensar. Momo se acercó al peliverde.

- ¿Izuku…?

- ¿S-Sí?- Detuvo su actividad en la libreta para verla directamente.

- ¿Qué haces?- Le preguntó, acercándose con una sonrisa gentil para ver la libreta del pecoso.

- B-Bueno yo… Quería dibujarlas, me parecen muy interesantes.- Respondió un poco sonrojado por la cercanía de la chica.- He dibujado a todos los insectos que hemos visto hasta ahora. También he escrito la información que has dado.- Empezó a pasar de página para mostrarle a Momo.- Aunque la información de estas Arañas es confidencial. Me gustaría aunque sea dibujarlas… Pero claramente no soy un profesional en eso.

- ¿Qué dices? ¡Dibujas increíble!

- ¿T-Tú crees?

- ¡Pues claro!- Le respondió con una sonrisa. Izuku se sonrojó ¿Cuántas veces se había sonrojado por esa sonrisa?

- G-Gracias, Momo…- Agradeció antes de que se formara un silencio incómodo.- ¿T-Te puedo hacer una pregunta?

- Dime.- Dejó de ver el dibujo de la Araña en la libreta que sostenía Izuku.

- Anteriormente h-habías dicho que habían doce Arañas… Pero me he dado cuenta de que hay once.- Le notificó, señalando la caja de vidrio. Momo observó el lugar donde estaban las Arañas.

- Uh, es verdad.- Se quedó observando la caja.- Los científicos deben estar experimentando con ella.- Concluyó, volteando para observar al chico.

- Ya veo…

- Izuku.- captó su atención.- ¿Me puedes prestar tu libreta un momento?

- Uh. C-Claro.- Se la entregó, un poco inseguro de sí mismo. Le daría cierta vergüenza que Momo viese sus dibujos.

Cuando la pelinegra tomó la libreta. Izuku notó como esta sacaba un lapicero de un bolsillo de su bata blanca.

- Ten.- Dijo, devolviéndole la libreta.

Cuando Izuku vio su libreta, no pudo evitar sonrojarse por milésima vez en el día. Cerca del dibujo de la Araña se encontraba escrito el número telefónico de la pelinegra.

- Espero que me llames. Me gustaría que seamos buenos amigos.- Le dijo, aumentando el sonrojo del peliverde.- Nos vemos, Izuku.- Se despidió para después dar media vuelta para ir a la salida.

- S-Sí, n-n-nos vemos, M-Momo.- También se despidió, alzando su mano como un hasta luego. No podía creer lo que le había pasado. Tal vez ese día no fue tan malo después de todo.

Izuku quedó tan perplejo. Que no se había dado cuenta de que una pequeña Araña se había posicionado en su mano aun levantada. Las patas del insecto eran imperceptibles para el peliverde, quien seguía en su trance.

La Araña caminó por la mano del pecoso para luego…

¡TRACK!

- ¡Agh!- Izuku salió de su asombro tras sentir la dolorosa mordida del insecto. Por instinto, agitó su mano haciendo que la Araña cayera al suelo. El peliverde bajó su vista y la vio…- ¿Esa Araña no es…?- Observaba como el pequeño insecto se escondía debajo de un objeto rápidamente.

La ignoró ya que sentía un dolor en su mano. La vio y notó que el lugar de la mordida estaba muy inflamado. Parecía como si una pelota estuviese en su mano.

Izuku se preocupó de inmediato. Tenía que ir rápidamente a su casa…

Cuando el peliverde salió del Museo. Agradeció a los cielos de que ya su curso se estaba adentrando al autobús.

En todo el transcurso. Le dio varias nauseas, ocasionando el aumento de su preocupación.

Apenas desalojaron el transporte. El peliverde salió corriendo directo a su casa. Bakugo, el profesor y los demás se le quedaron viendo extrañados.

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El sonido de la puerta siendo tocada desesperadamente hizo que Inko Midoriya saliera de la cocina para dirigirse a la entrada de hogar.

Cuando abrió la puerta. Sus ojos se abrieron como platos al ver a su hijo con un aspecto…

- ¡IZUKU! ¡¿Qué te ocurrió?!- Preguntó desesperadamente al ver a su hijo como si su sangre hubiese sido absorbida por el mismísimo Drácula. ¡Estaba súper pálido!

- M-Mama… Yo…- Intentó decir algo pero las ganas de vomitar se lo impidieron. Izuku salió corriendo hacia el baño con una mano en su boca para evitar que salga el desagradable líquido. Apenas entró, se pudo escuchar el ruido del peliverde vomitando.

- ¡Cariño! ¡¿Te encuentras bien?!- Preguntó Inko, recostada en la puerta del baño. Se alejó de esta cuando se abrió, dejando ver a un Izuku en mal estado.

- No te preocupes, Madre…- Trató de no preocuparla, tapando la mordedura en su mano.- Solo… Necesito…. Descansar...- Dijo, dirigiéndose a su cuarto a duras penas.

Una vez dentro, no dudó en cerrar su puerta.

Se sentía fatal. Sin dudarlo, se dirigió a su cama para recostarse sobre esta. Lo que necesitaba su cuerpo era… Descansar…

Antes de que se diera cuenta. El peliverde había caído en los brazos de Morfeo…

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¡RING, RING!... ¡RING, RI-…

¡BOOM!

La alarma fue destruida por un Izuku que se había levantado de su cama. Luego el peliverde volvió a caer sobre la cama sin decir ni una palabra.

El silencio relajante se apoderó del cuarto por varios segundos, hasta que Izuku se volvió a levantar rápidamente de la cama tras darse cuenta de lo que había hecho. Se sentó sobre su cama y miró sus manos, luego miró a la destrozada alarma, luego volvió a mirar sus manos, luego volvió a mirar a la alarma, y así sucesivamente por cinco segundos. Que un Quirkless tenga la fuerza suficiente como para destruir una alarma de un solo golpe no era algo que se veía todos los días…

- ¿Q-Que acabo de hacer…? … ¿C-C-Como hice eso…?- Se preguntó a sí mismo, manteniendo su vista sobre la alarma. Giró para ver su mano, y notó como la mordida se había desinflamado. Se quedó observándola por un buen rato, hasta que sintió un olor desagradable… Proveniente de él…- ¡Ugh! Necesito una ducha urgentemente…

Empezó por quitarse la camisa de su institución (que no se había quitado el día anterior) para ir a bañarse.

¡TOC, TOC, TOC!

- Izuku, cariño. ¿Cómo amaneciste?- La voz de su querida madre se escuchó detrás de la puerta. El aludido se encaminó para abrirle la puerta, pero al pasar por su espejo se detuvo ya que había presenciado algo… Diferente.

- ¿Q-Qué demonios…?- No pudo decir nada más, al ver a su cuerpo definido y con masa muscular notable, todo lo contrario a como era hace horas atrás. También observó como este había crecido un poco.- ¡Está bien! ¡¿Qué diablos está pasando?!- Pensó.

- ¿Izuku?- Inko lo sacó de sus pensamientos.

- ¡V-Voy, madre!- Respondió para luego volver a mirarse en el espejo. Lo que estaba pasando no era normal.

Por puro instinto, su mirada se posó sobre su mano que había sido mordida. ¿Acaso la Araña tenía algo que ver en esto? Izuku no lo sabía… Pero de lo que estaba seguro era que…

Tenía que decírselo a All Might.

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