Prueba de Fe II
Capítulo 1 El Avatar de la Luz
En medio de antiguas paredes blancas el próximo avatar de la luz continuaba con su entrenamiento, el que en su mayoría consistía en meditación. Justo ahí se encontraba Inuyasha ya cambiado por los largos años que habían pasado, cuatro para se exactos, sus rasgos eran mas maduros, se notaba que ahora era por completo un hombre. En verdad que toda esta meditación lo estaba hartando, si seguía así no había duda de que se convertiría en un anciano antes de llegar a ser un avatar, y así lo hacía, todo este tiempo se pasaba quejando, era como si no quisieran dejarlo progresar.
-ya estoy harto de toda esta meditación – se quejaba Inuyasha, estaba sentado en medio del salón de avatar acompañado de este
-falta de paciencia, típico de los jóvenes, ya has pasado cuatro años aquí y al parecer aún no has olvidado a aquella muchacha
-¿Cómo quieres que la olvide si a cada rato me la recuerdas?- el solo pensar en ella hace que sus ojos quieran humedecerse, pero su orgullo puede mas y con pesar guarda las lágrimas que tanto quiere expresar
-su recuerdo mantiene tibio tu corazón, hasta que no te olvides de ella el poder de los avatares no podrá pasar a ti, y seguirás siendo un aprendiz… si sigue así tendré que tomar medidas mas extremas, ahora puedes retirarte, Kouga te esta esperando en el salón de los espejos, dijo que quería hablar algo importante contigo
-muy bien viejo- se levanta de su incómoda postura- pero espero que sea para algo importante- aquel salón al que se refería el avatar en realidad era una sala de portales, ante los ojos de cualquiera parecían espejos, pero con las palabras adecuadas podían llevarte a cualquier lugar, no importaba cual fuese. En aquel lugar se encontró con Kouga, quien ya era un hombre de edad media.
-al fin llegas Inuyasha
-¿para que me llamaste anciano?
-quiero que tengas la oportunidad de ver todo lo que ha sucedido con los tuyos
-¿podré volver a mi mundo?
-no, lo mas que puedo hacer por ti es mostrártelos a través del espejo de arena- a su espalda hay una gran cantidad de hermosos espejos- cada espejo tiene una función, algunos son para viajar otros para controlar, y algunos tienen todos los usos que te puedas imaginar, el espejo que usarás tiene vida, puedes preguntarle lo que quieras, te dejaré solo para que estés tranquilo
-¿puedo preguntarle todo lo que quiera? Quiero decir ¿sin ninguna condición ni nada?
-¿vas a usarlo o no?
-lo siento, es que me puse algo nervioso… hace mucho que no veo a todos mis seres queridos
-… - al parecer Kouga iba a decirle algo, pero por alguna razón prefirió callar y salir de aquella habitación lo antes posible, mientras que Inuyasha se acerca al último espejo que hay en toda la habitación, este era con un bello marco de madera, tallado con ángeles, lo que le daba un toque muy celestial
-¿este es el espejo que me mostrará mi mundo?
-así es- responde el espejo haciendo que Inuyasha de un gran grito y luego se tranquilice
-¿Cómo es que puedes hablar? Será que ¿me estoy volviendo loco?
-no, en realidad soy un espíritu que habita dentro de este espejo al igual que en los demás ¿hay algo en lo que pueda servirte?
-me dijeron que podrías mostrarme lo que yo quisiera
-claro, tu solo dime a quien quieres ver y lo localizaré
-quisiera ver a Kagome, ya van cuatro largos años desde la última vez que la vi y en verdad la extraño mucho
-recuerda que como te estas preparando para ser un avatar todos a los que en algún tiempo llamaste seres queridos te han olvidado
-solo quisiera verla una vez mas… aunque sé que ya no significo nada en su vida
-si eso es lo que deseas… - el espejo comienza a volverse nubloso y comienza a enfocar el desierto, era el pueblo de Sengoku, de donde provenía Kagome, con cuidado la imagen se acerca a una casa hasta atravesar por las paredes. En medio de aquella habitación se encontraba Kagome, pero lo que Inuyasha vio en verdad que le estaba rompiendo el corazón, ella estaba allí con un hermoso vestido de novia, al parecer no iba a casarse aún, era solo una prueba.
En verdad que se veía hermosa, hubiese deseado que ese vestido lo hubiese lucido para él, pero al parecer otro había cautivado su corazón. Su cabello había crecido, y el él llevaba un velo muy delicado, mas en medio de toda esa belleza su rostro no mostraba emoción alguna, algo le sucedía, al parecer no estaba feliz
-¿Qué le sucede a Kagome? Ella siempre sonreía
-no sonría porque ya no tiene ningún motivo para hacerlo
-pero se va a casar, debería estar feliz
-no lo hace a voluntad- al escuchar aquello no puede mas que indignarse, ¿será acaso como cuando la conoció? ¿Alguien la quiere obligar a casarse?
-¿quien la esta obligando?
-un joven de linaje gitano
-Houyo… ¿Qué fue lo que le hizo?
-lo siento, eso no te lo puedo decir, me lo prohibieron
-no me importa, si no me lo puedes decir lo averiguaré por mi mismo, no me sacrifique para que la persona que mas amo este sufriendo- al darse la vuelta para marcharse choca con alguien mas, se trataba de Kouga
-escuche lo que dijiste, ¿en verdad piensas huir de aquí?
-si, y no trates de detenerme
-no lo haré, ya que aunque intentes salir de aquí te será imposible sobrevivir ahí afuera
-¿de que hablas?
-tu cuerpo se adaptó a estar aquí, apenas salgas morirás
-¿Cómo es posible que me digas esto?
-no te alarmes, cuando llegué aquí me sucedió lo mismo, es algo muy común cuando te has involucrado mucho con una persona, es una dura forma de romper tu alma- ahora Inuyasha entendía cuando el avatar le dijo lo de tomar medidas mas extremas, querían que sufriera, que abandonara su corazón mortal
-¿acaso ya perdiste tus sueños y esperanzas?
-… mas que nada perdí mi corazón Inuyasha
-… cada día que paso aquí siento que pierdo una parte de mi,… en verdad no quiero perder mi corazón
-tu corazón se vuelve frío, pero… esto lo mantendrá tibio- le extiende la mano y le da los anillos que le pertenecieron a Kagome
-¿Cómo los conseguiste?
-no preguntes, sólo llévatelos y escapa de aquí, aun tienes oportunidad de recuperar tu vida
-¿y como se supone que escape? Ya me dijiste que es imposible
-descubrí como funciona el espejo viajero, pero sólo te permitirá estar en tu mundo cuando sea de noche, escúchame bien Inuyasha, si logras recuperar el lazo que te ataba a la vida como mortal podrás volver para siempre
-¿Por qué me estas ayudando?- en verdad que no lo entendía, ya que en todos estos años lo único que hacía Kouga era torturarlo, apenas si hablaban, no mas cuando era necesario
-porque cuando yo descubrí todo esto ya era demasiado tarde, el tiempo había pasado y la mujer a la que amaba se había ido con otro, sin embargo al principio me odie y luego me di cuenta de que ella era feliz, tenía una buena vida y eso también me hacía feliz a mi, el tiempo se encargó de curarlo todo… pero tu caso es diferente, la persona que mas amas esta sufriendo
-el avatar jamás me dejará salir de aquí, al primer indicio de mi ausencia me mandará a cazar como a un perro, además me costará mucho usar solo la noche para encontrarme con Kagome y hacer que ella me recuerde
-tu eres listo, ya hallarás la forma de encontrarte con ella, pero te advierto que hasta que no recuperes el lazo que se rompió no podrás usar tus habilidades naturales, me refiero a las que tenías antes de venir aquí, si vas a tu mundo…
-iré como un avatar
-exacto… tu solo confía y ten cuidado con las emociones fuertes, podrías causar grandes estragos y peor aún ponerte en evidencia ante los demás demonios… en tu mundo ya se comienza a hacer de noche, puedes ir a echar un vistazo
-¿tu me cubres verdad?..Oye ¿A dónde me llevara el espejo viajero?
-por lo que investigué… a la montaña
-… ya me lo veía venir, prácticamente tendré que suicidarme… otra vez
-Inuyasha… hay algo que siempre quise preguntarte, pero quizás no lo hice por miedo
-pregunta
-si extrañas tanto tu mundo… ¿por que viniste hasta aquí?
-en verdad que yo tampoco lo entiendo muy bien… mi mayor deseo era quedarme con los míos, hacer feliz a Kagome, hice muchas promesas que tuve que romper, lo hice por ellos, porque sabía que al sacrificarme podrían tener lo que perdieron, Kagome perdió a toda su familia… y yo quería hacer algo bueno para variar
-ella te necesita, confío en que podrás ganarle al destino… ahora vete, ya me contarás todo cuando vuelvas
-en verdad gracias…- sin nada mas que decir Inuyasha emprende camino hasta su habitación y vuelve a colocarse sus antiguas ropas, las que llevara cuando se hizo presente en este mundo de inmortales- creo que crecí unos cuantos centímetros
-acércate Inuyasha, y recuerda, esto solo funciona de noche- en el espejo viajero se enfoca el antiguo mundo de Inuyasha- para utilizarlo solo debes visualizar el lugar al que quieres ir y tocar el espejo
-parece simple
-no te confíes, el mas mínimo error sería mortal, tenlo muy claro en la mente antes de usarlo, debes visualizar
-entiendo, no me será difícil- se acerca al espejo y en su mente imagina el lugar en donde quiere esta, ya convencido deja una de sus manos en el espejo y su cuerpo se deshace, Kouga observa como se evapora y en el espejo ve el reflejo de otra persona
-sabía que estarías espiando
-¿lo enviaste como te lo pedí?- pregunta algo preocupado mientras que Kouga solo puede sonreír
-te preocupas demasiado, Inuyasha estará bien, pero ¿Por qué no le dijiste tu mismo?
-porque no confía en mi
-si le dijeras quien eres realmente lo haría… después de todo, ambos pasaron por lo mismo
-el pasado debe quedarse allí, en el pasado, no traigas mas recuerdos dolorosos a mi alma
-haces lo correcto, nada mas, Inuyasha te estará eternamente agradecido cuando sepa todo lo que haces por él, tenlo por seguro amigo mío
Mientras que en el otro lado de la puerta, Inuyasha se encontraba atravesando por una especie de túnel hacia su mundo, este se asemejaba a estar en el ojo del huracán, y por un momento sintió miedo, hasta que al fin comenzó a ver una luz a su final y al alcanzarla fue expulsado violentamente hacia el desierto, cerca del pueblo en donde vivía Kagome
-… no lo puedo creer… funcionó… he vuelto- estaba tan feliz que ni siquiera se dio cuenta de que había empezado a correr hacia ese lugar en donde lo esperaba su amada, al llegar las luces llamaron toda su atención, parecía como si se estuviera celebrando una fiesta, en medio de su curiosidad se acercó hasta un pueblerino- ¿podría decirme que sucede? ¿Por qué tanto alboroto?
-es una fiesta de compromiso muchacho, un príncipe y una plebeya, parece cuento de hadas
-… ¿y sus nombres?
-Houyo y Kagome- de solo escucharlo a Inuyasha casi se le rompe el corazón, no podía creerlo, pero así era, y lo comprobó de la peor manera que pudo
