LÁGRIMAS EN EL DESIERTO
BY
SABAKU NO KENDRA
Aclaraciones: Bleach no me pertenece, ni la trama del manga o su personajes, solamente a Tite Kubo porque sino os aseguro que nuestra Orihime tendría ya un hijo de Ulquiorra y otro más en camino, en fin es la vida. La apariencia de los oc no me pertenece, una es de un deviantart que vi y me gustó mucho y me inspio para hacer ete fanfic.
La historia en si, si que es mía. Espero y les guste.
El ayudante de Ulquiorra
La sala de reuniones donde Aizen se reunía con sus Espadas y Arrancar más elevados se encontraba habitada por estos a rebosar, cada uno acomodado en un respectivo lugar, Ulquiorra como siempre estaba allí sin pena ni gloria contemplando el espectáculo de la Hogyoku, dando una nueva forma, alrededor de la sala no dejaban de oírse los quejidos del Quinto Espada, Nnoita Jiruga.
-¡¿Por qué, señor Aizen?-se quejó apretando los puños-. ¡¿Acaso intenta reemplazarme por otro más fuerte?
Aizen se giró clavando su mirada en el Espada con una sonrisa.
-Si tal fuera el caso tu existencia ya hubiera sido erradicada, Nnoitra-explicó tranquilamente-. No te preocupes, esto es para darle una pequeña ayudita a Ulquiorra con nuestra Orihime.
Ulquiorra no cambió la expresión de su rostro.
-No pedí ayuda, señor Aizen. Ni la necesito.
-No quiero tenerte ocupado todo el día con nuestra Orihime, Ulquiorra, estoy seguro de que puedes entender que decida prestarte a alguien para que la cuide de los otros mientras tú no estas-respondió deslizando la vista hacia la forma-. El hecho de que tenga un número como el de Nnoitra no significa que pretenda que lo sustituya, sólo quiero que los otros no puedan destrozarle con facilidad.
Nnoitra dejó de gritar aunque seguía sin sentirse conforme con la respuesta, sin embargo, Ulquiorra simplemente asintió con la cabeza acatando las palabras de Aizen. Entonces finalmente una figura desnuda se dejó ver, Nnoitra sin evitarlo volvió a gritar airado al ver que era una mujer. Una mujer con el mismo nivel de poder que él, indignante. La mujer poseía una voluptuosa aunque joven figura como Orihime, su apariencia equivalía a alguien que estuviera entre los 16 y los 20 años de edad, su cabellera era larga hasta más abajo de sus senos cubriendo estos con ella, era de un extraño color como sus ojos pues ambos oscilaban con el tono de luz siendo de color chocolate con mucha luz y volviéndose rojiza como la sangre con oscuridad, por lo que se veía que eran castaños rojizos, los ojos eran grandes y lucían dulces aunque solitarios dándole un aspecto aún más aniñado a su rostro, tenía una pequeña nariz y cejas finas, sus labios sonrosados y fino el superior y el inferior ligeramente más carnoso, todo su cuerpo era pálido y deseable lo cuál hacia dudar a algunos Espadas como Grimmjow o Nnoitra si Aizen realmente había creado a una "ayudante espada" o una perra más de su harem como Menoly y Loly.
La mujer exhaló aire y parpadeó confundida encogiéndose, buscando cubrir su desnudez de cualquier forma, Aizen se acercó un paso tendiéndole una larga yukata blanca poniéndola sobre sus hombros, a pesar de que los ojos maliciosos del sexto y el quinto buscaron los senos de la mujer, estos se llevaron un gran chasco al ver que los restos de la máscara de Hollow cubrían por completo ambos senos dejando ver tan sólo un pequeño escote y en el esternón se localizaba el agujero Hollow, ella se cubrió a toda prisa con la yukata con las mejillas ruborizadas y los ojos apenados ante su estado.
-Tu nombre, mi querida Espada-pidió Aizen tomando el mentón de la joven para que lo mirara.
Ella tembló y miró a su señor con sumisión.
-Nayra Grray-respondió, más como si hablase para si misma como para que la escuchase el señor de Las Noches.
Aizen acarició el rostro de su nuevo juguete.
-Mi pequeña Nayra, debes vestirte, me parece que despiertas un pequeño sentimiento pervertido en algunos de mi Espada-le dijo como si hablase con un niño que no sabía que dos y dos son cuatro-. En cuánto te vistas, espera por Ulquiorra, él te llevará con Orihime a la cuál debes proteger con tu vida, ¿de acuerdo?
Ella asintió y se levantó del suelo con esfuerzo, sus delgadas y largas piernas temblaron como si la fueran a hacer caer de un momento a otro, hecho que parecía divertir allí a más de uno incluido al propio Aizen, demostrándose así su naturaleza cruel, la menor no dejó de cubrirse con la yukata y dió sus primeros pasos, los cuales poco a poco se volvieron firmes hasta que fue capaz de moverse de forma bastante aceptable como para salir del lugar sin necesitar ayuda.
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Orihime observaba la eterna noche a través de lo barrotes de su habitación, rezaba por su hermano, rezaba por sus compañeros y tan sólo rezaba para tener el poder suficiente para devolver la Hogyoku al momento en que ni siquiera existía. Sus ojos grises vagaban con tristeza anhelantes de sentir algo de compañía, a sus espaldas la puerta emitió un pequeño chirrido, señal de que la estaban abriendo.
La joven emitió un respingo preguntándose si era su carcelero o si se trataba de Menoly y Loly que venían a golpearla, sin embargo, sólo veía una vez más a los sirvientes con cabeza de calavera entrando por la puerta trayendo lo que parecía ser una cama en brazos, varios más entraron comenzando a mover entre todos los objetos de la habitación de forma que la nueva cama se encontraba en el extremo opuesto a la pared dónde estaba la cama de Orihime, el sofá cerca de la puerta y la mesa de comida a unos metros detrás de la cama de Orihime.
-¿Por qué me ponéis otra cama?-cuestionó la humana con confusión.
Pero la respuesta no vino de ellos.
-Fueron órdenes mías, mujer-respondió el Cuarto Espada entrando al lugar.
Las mejillas de la joven se tiñeron de un poderoso rojo y comenzó a mover sus delgados brazos de arriba a abajo, haciendo que con cada movimiento la capa de su traje oscilara de un lado a otro.
-¡No puede ser que duermas conmigo! ¡No es correcto!-chilló avergonzada-. ¡No puedes ver como cambio mi ropa! ¡Ni debes verlo! ¡Eres un pervertido! ¡Nunca lo creí de ti!
Ulquiorra cerró los ojos con molestia y dejó escapar un suspiro.
-Ya te dije que me molesta cuándo gritas, mujer-dijo el Espada abriendo sus ojos esmeraldas-. La cama no es para mí.
-Oh-Orihime se quedó quieta y se preguntó si habían capturado a otra humana y la metían allí con ella.
-Mi ayudante dormirá aquí contigo y te vigilará mientras yo no esté cerca-el Espada no se molestó en girarse hacia la puerta para hablar a una figura que medio se escondía allí observando-. Pasa adentro, ella es Orihime Inoue, la mujer que debes cuidar, Nayra.
Orihime se giró hacia la puerta con curiosidad a tiempo de ver como un ojo castaño rojizo se abría de sorpresa y se escondía detrás de la pared, el Cuarto Espada que había visto aquello de reojo frunció el ceño con desagrado.
-Sino entras te agarraré por el brazo y te haré entrar a rastras.
Al otro lado se escuchó algo dar un pequeño bote y acto seguido una mujer entró, Orihime retrocedió un paso al ver que la persona que entraba era otra arrancar, el hueco en su esternón no mentía al igual que los restos de la máscara Hollow recubriendo su pecho, la zanpakuto se hallaba en su espalda y aunque parecía una guadaña era terrorífica, en el extremo opuesto a la hoja filosa había una calavera con la boca abierta y al lado de la calavera dos ojos violetas enormes que parecían mirarla, era como otra calavera más sólo que esta sujetaba con su mandíbula, la cuál estaba cosida con hilos de metal, la hoja. La pelinaranja observó que si bien su vestuario era más discreto que el de Loly también era diferente al de ella o al de los otros arrancar que había visto puesto que su chaqueta blanca, estaba abierta y sólo le llegaba a la altura de la cintura, los bordes eran tan largos que casi cubrían sus manos y el tradicional pantalon que tenía todos parecía más bien occidentalpuesto que se ajustaba a ella igual que si llevara puesto unos pantalones vaqueros, los zapatos también se salían de lo común puesto que los llevaba por encima del pantalón, como si fueran botas, los ojos castaños rojizos la miraban con expectación como si ella fuera la cosa más curiosa que hubiera visto nunca.
-Ella te cuidará durante mis ausencias, mujer por lo que dormirá aquí contigo-dijo el Espada echando a andar-. Es mi ayudante, así lo ordenó el señor Aizen.
Orihime la miró a ella, quién dió un respingo y miró aterrada a Ulquiorra.
-Señor Ulquiorra...¿s-se va?-preguntó en un pequeño susurrito.
Orihime estaba segura de que si ella no hubiera estado cerca no la hubiera oido a hablar.
-Ocúpate de la mujer, imagino que podrás hacer eso sin causar un gran problema o de lo contrario te meteré en la caja de Negación.
Y dicho esto abandonó la habitación dejando a las dos mujeres solas. Las dos se miraron largo rato sin abrir la boca, Orihime no sabia si ella sería como Loly y Menoly y la maltrataría aprovechando la ausencia de su carcelero, Nayra por su parte observaba con curiosidad a Orihime, cómo no veía si tenía agujero o no ella dió por hecho que era una arrancar como ella puesto que vestía de la misma manera y sentía el reiatsu salir de ella, quizás más flojo que el pesado de los demás pero lo sentía.
-Así que...¿Eres la mujer del señor Ulquiorra?
Orihime se ruborizó fuertemente y negó sacudiendo la cabeza de un lado a otro.
-N-No, ¡p-por supuesto que no! ¡¿Q-Que clase de pregunta e-es esa?
Nayra la miró sin comprenderla demasiado bien y cómo si una idea hubiera cruzado por su cabeza, golpeó su puño con la mano con la cara iluminada por una evidente verdad.
-¡Entiendo! ¡Lo que pasa es que estás esperando un hijo suyo!
Orihime abrió los ojos al extremo y su rostro se sonrojó con tal fuerza que toda la sangre estaba en su cabeza haciendo que se mareara ligeramente y antes de que tan siquiera pudiera explicarse, la criatura a su lado continuó desbarrando cosas sin sentido.
-Pero no te preocupes, estoy segura de que el señor Ulquiorra hará lo correcto y se casará contigo-continuó hablando ahora con más confianza-. Pero, ¿por qué no tienes nada para el bebé? Nunca he visto un bebe hollow, pero creo que necesitan una cuna, seguro que se puede conseguir una, y también necesita zapatos pero más pequeños y la ropa, ¿qué crees que será? ¿niña o niño? ¿Pensaste algún nombre?
Entonces, la única reacción de la humana ante el monólogo que estaba soltando la arrancar fue la de partirse la risa, hasta el punto de sujetarse el estómago, la cabeza de Nayra se cubrió de interrogantes al ver la reacción de la mujer y ella seguía tronchándose, al menos ahora sabía sobre seguro que estaba a salvo con ella puesto que no parecía tener la misma naturaleza despiadada que las otras Arrancar, finalmente consiguió calmarse y se sentó en el sofá agotada de tanta risa.
-Te has confundido completamente, mi nombre es Orihime Inoue y soy una chica humana, Ulquiorra me trajo aquí como prisionera de Aizen para ayudar a los Arrancar con mis poderes de curación-explicó con paciencia.
Ella la miró como si hablara en un idioma desconocido.
-¿Entonces no tienes un hueco como yo?-dijo señalándose el esternón.
Orihime negó y Nayra se dejó caer con decepción sobre la cama.
-¿Estás...aquí por la fuerza?-volvió a preguntar.
Orihime tragó saliva antes de asentir y la arrancar se encogió en la cama, casi quedando hecha una bola, la pelinaranja se preocupó y se levantó un poco.
-Oye, ¿estás bien?
Nayra suspiró.
-Supuse que había encontrado alguien parecido a mí, hace un rato conocí a Mila Rose, a Apache y a Sun Sun de la fracción de la señora Harribel-Orihime notó el corazón encogido cuándo la escuchó fueron demasiado buenas...Mila Rose y Apache fueron muy crueles...y Sun Sun soltaba comentarios horribles...tuve suerte de que la señora Harribel apareciera...Menoly y Loly fueron peor pero el señor Ulquiorra las hizo a un lado y me ordenó que la próxima vez me defendiera...pensé que ahora había tenido suerte...pero...entonces odias a los arrancar, ¿Verdad?
Orihime se acercó un poco más dejándose llevar por la compasión que tanto la caracterizaba.
-A ti no, tampoco a Ulquiorra-le dijo pasándole la mano por el hombro.
La arrancar sonrió más tranquila pero, repentinamente la puerta se abrió dejando ver las cabezas de Menoly y Loly.
-¿Ves como no está Ulquiorra?-anunció triunfante Loly-. Ahora si podemos jugar, mira también está la arrancar que hizo el señor Aizen, vamos a desquitarnos un poco con las dos.
Menoly asintió y entró con Loly cerrando la puerta, Orihime se puso delante de Nayra para protegerla puesto que ella no veía muy adecuada a la criatura para protegerla a ella, sin embargo, la arrancar le tocó el brazo pidiendo el paso y se puso delante de la humana.
-El señor Ulquiorra me ordenó que la protegiera y eso haré-dijo con determinación y alzó su mano hacia las dos arrancar que iban hacia ellas.
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Ulquiorra observaba con absoluto disgusto el único trozo que había quedado de la pared, que no era más grande que un taburete y después se giró hacia la humana y la arrancar.
-¿Puedes explicarme por qué has lanzado un cero?-preguntó con las manos en sus bolsillos.
Nayra se encogió.
-Para proteger a Orihime...de Menoly y...Loly...-susurró.
Ulquiorra arrugó la nariz observando los cuerpos de ambas arrancares que Orihime acababa de regenerar y les arreró una patada mandándolas afuera del cuarto.
-La próxima vez sólo sacalas a patadas, informaré al señor Aizen de lo sucedido-el espada observó a la mujer-. ¿Algún daño, mujer?
Ella negó rápidamente.
-Estoy muy bien.
Ulquiorra salió del cuarto conforme con la respuesta y sin saber muy bien por qué aliviado, tendría que aprender a controlar mejor a su ayudante.
Continuará...
Como el nombre de los espada estan basados en arquitectos españoles, hice el de Nayra basado en la arquitecta Aileen Gray ^^
¿Me dan algun review, por favor?
