FINAL MISSION STATUS
Por Zapenstap
Traducido por Inuhanya
NOTA DE LA AUTORA: Esta idea fue inspirada por un episodio de La Femme Nikita y un amor por GW y 1xR. Nos gusta el misterioso Heero. No declaramos poseer algo de esto. Disfruten!
Nota de Inu: Hola a todos!!! Como lo prometí, aquí les traigo esta nueva traducción de Gundam Wing, espero no haberme demorado mucho, jejeje... Disfrútenla y cualquier comentario no duden en escribirme. Feliz Lectura!!!
------
Capítulo 1 - Misión Propuesta
------
Algo sobre la situación perturbaba sus instintos.
Relena se precipitaba por el corredor principal de las Oficinas de los Preventivos, impecable en su apariencia externa, su traje prensado y perfecto, su cabello limpio y cepillado, zapatos de tacón sonaban ansiosamente en las baldosas de mármol negro. Les sonrió a los oficiales pasantes quienes se inclinaron en respeto, cada ojo reconocía Quien Era Ella, cada rostro sumamente complacido de verla. La hacía sentir bien que todo su trabajo fuera pagado con tal admiración y respeto, que su sacrificio a su trabajo produjera tanta cooperación por el bien del mundo, pero por dentro estaba confundida, ansiosa; algo estaba mal.
Sólo una hora antes, Lady Une la llamó a casa, despertándola de su sueño, y le dijo estar en su oficina a las 8 en punto. El tono de la Comandante Preventiva había sido sospechosamente austero, sus direcciones crípticas. Cuando Relena la había interrogado para averiguar si pasaba algo, la mujer le había colgado. Era Heero, se preguntó? Tal vez la forma como se sentía por él era obvia, lo suficiente que la llamarían si algo horrible hubiese pasado, pero de nuevo, en tanto como sabía sus sentimientos no eran correspondidos y por lo tanto, irrelevantes. La línea de pensamiento era paranoica, pero aún, algo estaba mal.
Relena pasó a la tranquila secretaria de Lady Une sin necesitar anunciarse y entró directamente en la oficina. Se sorprendió inmediatamente. Su hermano estaba sentado en una de las dos sillas que encaraban a Une en su escritorio. Trowa también estaba ahí, sentado discretamente en una silla contra la pared derecha, piernas cruzadas, para que ningún ojo observador pudiera verlo. De pie ante su alguna vez enemiga, su alejado hermano y un Piloto Gundam, todos tres en sus uniformes de Preventivos, Relena decididamente se sintió marginada. Su traje gris parecía muy civil junto a las prensadas chaquetas y orgullosos botones dorados de esos veteranos soldados.
"Vice Ministra de Exteriores." Lady Une se levantó y gesturizó hacia la silla junto a Zechs, la cual tomó Relena elegantemente, no segura si debía reconocer a su hermano y al piloto Gundam en forma amistosa o adherida a la seriedad de la atmósfera. "Gracias por venir en tan corto tiempo," continuó Une en un tono desarmador pero no despreciable. "Espero que esta reunión no altere sus planes terriblemente."
"En absoluto," aseguró ella, pero con el aire así de tenso, quería despedir las formalidades. Las personas en esta habitación se conocían personalmente. Sobre qué era esto? Qué había pasado? "Comandante Une, hay algo que necesita decirme en persona. Por favor, dígame lo que es."
Une asintió y tomó el control de su video pantalla, el gesto con su brazo derecho desvió toda su atención a la foto sobre su escritorio mientras cambiaba de una brillante línea azul a la imagen de un hombre grande, de cabello gris en un esmoquin. "Tenemos una situación en mano que se acerca al punto crítico. Reconoce a este hombre, Srta. Darlian?"
Ciertamente se veía familiar. Un amistoso hombre en esmoquin pidiéndole bailar llegó a su mente. Inversamente recordó lo que había estado usando, y luego mentalmente ubicó el momento y el lugar del evento. "Es el Sr. Cole del baile de la ESUN del año pasado?" Tuvo que bailar con él varias veces y recordó una larga conversación con él sobre sus planes para la paz y su mutuo afecto por Van Gogh.
"William Cole," dijo Une, "es un rico minero en los Estados Unidos. Nevada. Recibí un mensaje de él hace tres días. Resulta que en sus expediciones alrededor de la Montaña Yucca descubrió esto." Ella presionó un botón en el remoto y la imagen cambió para mostrar una fila de largos cilindros de cemento, de veinte pies de altos y tan anchos por la indicación de los alrededores.
"No estoy segura de entender."
Una mueca se apretó en el rostro de Une como si no estuviera excitada de explicar. "En el siglo 21, el gobierno de los Estados Unidos decidió mover todo si su energía nuclear se guardaba en contenedores como estos, los cuales fueron enterrados bajo tierra en lo que en el momento fue el método más seguro. Años después, después de que la tecnología mejorada resultara en viajes espaciales más frecuentes y confiables, se creyó que todos los contenedores fueron dispuestos al sol, donde los materiales nucleares no podrían estallar accidentalmente o caer en las manos equivocadas." Señaló de nuevo la foto en la pantalla. "Sin embargo, esos contenedores de alguna forma escaparon a la destrucción, y la información de nuestro satélite nos dice que William Cole de hecho tiene diecisiete de ellos."
Los dedos de Relena estaban fríos con repentina aprehensión, pero no era enteramente por el peligro representado por esta amenaza. Miró alrededor del salón, estudiando su posición en él. Las amenazas terroristas no eran exactamente un nuevo concepto para Relena, pero normalmente no le informaban nada de eso hasta que la información fuera contenida y una contra misión estuviera planeada y lista para ser ejecutada. Un simple reporte sería enviado a su oficina, algunas veces para su aprobación, pero más usualmente para mantenerla informada. Tener que sentarse personalmente para una descripción era altamente inusual. Los Preventivos nunca antes habían actuado tan furtivos a su alrededor cuando exponían el trabajo de campo para una crisis potencial. La expresión de Relena se apretó gravemente, sus ojos fijos en el rostro de Lady Une en la forma confiada e imperativa que la hizo famosa durante debates políticos. "Qué tiene que ver esto conmigo?"
Lady Une miró a Trowa. Sus brazos estaban cruzados sobre su pecho, su expresión contenía poco consejo o seguridad. Suspirando, Lady Une regresó a Relena, su voz tomó un tono peculiar, como si estuviera por reportar algún tipo de tragedia en la vida personal de Relena. "En este mensaje," dijo Lady Une, "Cole demanda una cosa a cambio del desperdicio nuclear." La embarazosa pausa entre las palabras de Une le confirmó a Relena que algo sin duda estaba mal. "Pidió tu mano en matrimonio."
Un destello de luz blanca oscureció los pensamientos de Relena, y por unos momentos su mente estuvo vacía. "Qué?" dijo ella, como si no hubiese escuchado, o entendido, aunque había hecho ambas. Sólo era que no lo había esperado, o para lo que había estado preparándose. Cuando su sorpresa se desvaneció, desvió sus ojos hacia la ventana, observando un pájaro solitario pasar volando, y se preguntó qué era lo que estaba pensando. Ciertamente, este era un acontecimiento inesperado. El anciano, el Sr. Cole, había sido amigable, y había bailado con él como con muchos otros oficiales y muchos funcionarios durante la progresión de su carrera, pero no había sido algo más que afable, amistoso; una joven mujer entreteniendo a un caballero mucho mayor.
"No vamos a obligarte a hacerlo," dijo Trowa estoicamente.
Relena saltó, girándose hacia ellos. "Oh, no, no estaba pensando eso. Sólo… no entiendo."
Lady Une asintió. "Desde su último encuentro, el Sr. Cole ha desarrollado una seria obsesión con usted, Srta. Darlian, pero fue claro de nuestra correspondencia que no está a cargo de todas sus facultades."
Ahora que Relena lo pensaba, tal vez había estado un poco más inclinado a hablar con ella que con los otros invitados en el baile. Y tal vez le había pedido bailar con él más veces que alguien más. Lo había pensado viejo y amable, tal vez un poco solitario, pero nunca había sospechado algo como esto. Era mucho para asimilarlo de una vez.
Lady Une suspiró, poniendo sus manos en su escritorio, y levantó su cabeza para mirar a los ojos a Relena. "William Cole declaró que si no te casas con él entonces liberará la radiación de los contenedores. Tenemos una razón para creer que su equilibrio mental es tal que su amenaza no es una fanfarronada."
Relena levantó una mano hacia su rostro, mirando la alfombra mientras contemplaba la crisis. Entendía el riesgo. Había una posibilidad de ataque nuclear, llevando a la destrucción de la vida vegetal del mundo y eventualmente la pérdida de invaluable vida animal y humana. No era un riesgo que pudiera aceptar, ni algo que sus emociones y preocupación personal pudiera valer más. Respondió en una voz compuesta, fría bajo la presión, siempre anteponiendo su trabajo a su vida personal. Era un elemento disciplinario requerido de alguien en su posición; haría que lo que tuviera que hacer si el público ignorante iba a estar protegido. "Qué han decidido como el mejor curso de acción para evitar esta tragedia? Quieren que me case con este hombre?"
"Tú no vas a casarte con un terrorista psicópata, Relena," dijo Zechs en una voz que podía quebrar piedra.
"No," dijo Trowa. "Eso dañaría el pequeño propósito y te haría lucir débil a los ojos de la gente. No podemos ceder a esta amenaza, ni estar seguros que este hombre cumpla cualquier contrato."
"Entonces cuál es la contra misión?" preguntó Relena.
"Sólo hay una cosa que apaciguará a William Cole," le dijo Lady Une, "o al menos retrasará su demanda para darnos tiempo para preparar y ejecutar nuestro golpe. Y esa es si ya estás casada."
Relena miró a la Comandante. Una rápida mirada hacia Trowa y su hermano le reveló que habían decidido volverse estatuas.
Los labios de Lady Une se torcieron en algo como una malvada sonrisa. "Él se decepcionó de escuchar que recientemente ya te habías fugado para contraer matrimonio, en secreto, por supuesto, para evitar la prensa." Los ojos de Relena se ampliaron. "Sin embargo," continuó Lady Une, "todavía quiere encontrarse contigo, y aunque ha aceptado no cumplir su amenaza en tanto como estés casada con otro, quiere reunirse contigo para convencerte de elegirlo sobre tu tan llamado esposo. Le dije que entregaríamos sus demandas y te permitió una semana para considerar su propuesta. La reunión tendrá lugar en una locación de su elección, seguramente su propiedad donde tiene el mayor poder. Se rehusó a venir aquí." Aclarando su garganta, Une continuó. "Esto le dará a nuestro equipo suficiente tiempo para ejecutar nuestros planes para asegurar la contención del desecho nuclear y tu seguridad."
Relena se sintió de cierta forma conmocionada. Sabía que este plan había venido de Milliardo. Cuidar a su pequeña hermana significaba que se quedaría asegurada hasta que fuera muy tarde mantenerla inocente. Ahora, se encontraba inmersa en algo de lo que no podía retroceder: una misión. Tal vez pensó que a la edad de veintiuno era lo madura suficiente para cuidarse sola. Pero no, sabía que eso no era verdad. Tensándose, ella miró la habitación y buscó algo que decir. "Confío en que manejarán este asunto de la forma más discreta posible. No podemos dejar que el público en general crea que estoy casada."
"Relena, siéntate. Hay algo más que no te he dicho," reprimió Lady Une. Zechs frunció notablemente. "Oficial Barton?"
Trowa se levantó, su alta y seria forma imponente mientras caminaba elegantemente hacia el escritorio para aceptar el control del video de Une. "Como jefe de Asuntos Internos, es mi trabajo supervisar a los Preventivos mismos," explicó formalmente. "Ayer, durante la vigilancia de rutina, estuve al tanto de las comunicaciones entre William Cole y su recluta." Él golpeó el mismo botón que Une había estado usando y trajo una foto de un joven vagamente familiar. En realidad eran dos ángulos, uno de su rostro de frente y el otro de su perfil: su identificación de Preventivo fotografiada. "El Raso Douglas Richmond ha estado encubierto como un topo, pagado por William Cole para hacer trabajo de vigilancia para verificar nuestras declaraciones. Cole le ha pagado una considerable cantidad de dinero para instalar cámaras escondidas en tu residencia para asegurar que lo que la Comandante Une le dijo fuera verdad." En ese momento la estoica máscara de Trowa se desvaneció por un instante y le dio una arrepentida mirada. "Hizo la declaración de que si descubre que no estás casada, abrirá los contenedores antes de su reunión la próxima semana."
Ahora Relena estaba alarmada. Cómo podrían probar que estaba casada? "Entonces asumo que tenemos que cambiar los planes y formular un plan de emergencia." Ahora entendía por qué la habían llamado personalmente. Estaban preocupados de que sus mentiras hubiesen puesto en serio peligro no sólo a ella, sino también a todo el mundo.
"No." Une extendió su brazo hacia Trowa. "Eso será todo, Oficial Barton."
"Comandantes, Vice Ministra." Después de devolverle el control a Une e inclinarse, Trowa los dejó solos. A pesar del hecho de que ella y Trowa estaban relacionados amistosamente, tomaba sus obligaciones con los Preventivos muy seriamente.
Relena esperó a que Une explicara su respuesta con gran detalle, pero por la forma en que retiró su cabello detrás de sus orejas y la forma como su hermano estaba alisando sus pantalones ya lisos, podía decir que estaban nerviosos, guardando algo tremendo. Movió su mirada entre ellos, tornándose irritada por haber sido dejada en la oscuridad. "Exactamente qué está pasando aquí?" demandó ella. "Dime todo, Milliardo." Raramente usaba tal tono, pero en este caso podía decir que lo necesitó. Estaban tratando de soltarle fácilmente lo que sea que fuera, como si no fuera fuerte, y este no era el momento o el lugar para endulzarla.
Su hermano estaba reacio a hablar. "Relena, ha sido mi decisión, o nuestra decisión mejor, que el mejor curso de acción es evitar volver atrás y proceder con nuestra misión en una semana. Nos haremos los ciegos y le permitiremos al Raso Richmond instalar cámaras en tu casa. Esta situación es muy peligrosa para arriesgar maniobras y Cole es un cañón suelto. Tememos que cualquier cosa fuera de lo ordinario podría dispararlo."
"Entonces alguien va a interpretar a mi esposo para una cámara?" preguntó ella incrédula.
Lady Une abrió su boca para responder pero Zechs la detuvo con su mano. "Estaré liderando el equipo que te escoltará a Nevada, Relena. Hasta ese momento, estaremos trabajando día y noche para evitar que ocurra cualquier desastre. Trowa se quedará aquí y mantendrá un ojo en nuestro espía. Noin, Chang y yo estaremos organizando los aspectos tácticos. Maxwell está a cargo de dirigir a Sally Po y a su grupo para desactivar la seguridad alrededor de los desechos nucleares y los prepararán para la remoción." Relena asintió, valorando la inteligente asignación de roles. Esperó paciente por el resto. "Alguien tendrá que actuar como tu nuevo esposo," dijo Zechs al fin con disgusto.
"Va a tener que ser convincente," añadió Lady Une tranquilamente. "Que los dos están recién casados. Realmente convincente."
Relena se giró para mirarla, perpleja, su aprehensión creciendo. Ellos no…
"Podría ser difícil para ti," añadió Lady Une, casi gentil, "considerando."
Relena sabía que sólo quedaban cinco hombres en el mundo que su hermano consideraría para una misión como esta. Tres de ellos estaban en la misión con él. Uno de los otros estaba en el espacio exterior manejando un enorme negocio familiar. Eso dejaba al último. O el primero, en realidad. Su corazón se aceleró, vibrando en su pecho, su cuerpo caliente y débil, sus dedos fríos, su voz gruesa.
"Heero," respiró ella
------
Continuará…
