Notas: Ho-Hola... ¡Lo siento mucho! Se que aún no he subido el otro capítulo de "My Dream", pero es sólo que no he podido inspirarme, y no es la idea subir cualquier estupidez que se me venga a la mente como para rellenar, sería decepcionante u.u Ahora, este fic surgió de la nada, como que tenía miles de idea que no tenían nada que ver unas con otras y las fui anotando en mi cuadernito conforme se me ocurrían y, después de releerlas, traté de juntarlas y terminó en esto, luego sólo tuve que adaptarlo al AoKise :3 Espero y les guste~
Advertencias: Drama, Angst, cambio continuo de narradores, así que hay una gran probabilidad de que se pierdan en algún punto de la historia, pero tengan paciencia y lean lentamente.
Enjoy~
㊅ ═
Mi corazón late a mil por segundo, siento que en cualquier momento se detendrá por completo y eso me aterra.
El ruido que hacen los automóviles en las calles, los motores rugiendo, la bocinas gritando; todo me da vueltas en la cabeza, siento náuseas y una presión en el pecho y en el estómago.
Mi respiración esta agitada, quizá esta sea la primera vez que me he sentido tan cansado en toda mi vida, pero continúo corriendo, no puedo detenerme, no me lo perdonaría.
"Aomine-kun, Kagami-kun pregunta si hoy irás a jugar basquetbol con nosotros"
"Por supuesto que sí, Tetsu. Darle una paliza a ese tipo es más divertido de lo que parece"
"¿Estás seguro? Pensé que tenías un compromiso con Kise-kun"
"¿Kise? Olvídalo, le diré que tengo algo importante que hacer y ya. Seguro lo entenderá, siempre lo hace"
"No deberías hacer eso, Aomine-kun. Sabes, Kise-kun no siempre aceptará tus excusas"
"Cállate Tetsu, siempre las ha aceptado, una más no le hará daño"
"De acuerdo, si tú lo dices, Aomine-kun"
Los ojos me arden, siento como las lágrimas quieren caer, pero si las dejo, estoy seguro de que perderé todas mis fuerzas; aunque, siendo sincero, hace ya tiempo que agoté toda mi reserva.
"¿Aominecchi?"
"Hola, Kise"
"¡Justo a tiempo! Te iba a llamar para preguntarte a qué hora nos vamos a juntar hoy. Verás, yo termino mi trabajo cerca de las cuatro, así que pensé-"
"Ah, lo siento, no podré ir hoy"
"¿Eh?"
"Tengo algo importante que hacer, así que no podré ir a jugar básquet contigo"
"Pero… Tú dijiste que hoy es tu día libre… Y yo-"
"Ya te dije que surgió algo, no seas molesto. Jugaré contigo otro día"
"Ah… De acuerdo…"
Verifico la hora en mi celular cada cinco segundos, pero cinco segundos para mí parecen ser mucho más en tiempo real. La hora pasa tan rápido, es como si estuviera tratando de alcanzarla, pero mis piernas no pueden ir tan rápido. Es frustrante, doloroso, agotador. ¿Siempre fue así para ti?
"Kise-kun"
"¡Kurokocchi! Que sorpresa, ¿cómo estás?"
"Estoy bien, gracias. Oye, Kise-kun, ¿pasó algo con Aomine-kun?"
"… ¿Por qué lo preguntas, Kurokocchi? No ha pasado na-"
"-¡Oye, Tetsu! Date prisa, me estoy aburriendo-"
"… ¿Aominecchi?"
"Kagami-kun lo invitó a jugar básquet con nosotros hoy… Kise-kun, ¿estás bien?"
"… Ah… Sí, estoy bien…"
"Kise-kun, quizá quieras-"
"Kurokocchi, lo siento, pero estoy algo ocupado en estos momentos"
"… De acuerdo"
"Adiós"
Los semáforos en rojo son lo peor del mundo, y pareciera que justamente el día de hoy conspiraran en mi contra todas la fuerzas existentes para hacer del rojo el color favorito de las calles y así impedirme llegar a ese lugar. No puedo dejar que suceda, necesito hablar con él. ¿Qué con esto basta? ¡Y una mierda! No es suficiente…
"Aominecchi, tu sabes bien que te he estado tratando de alcanzar desde hace ya algunos años, pero siempre que creo poder llegar a ti, tú te escapas de mi alcance. ¿Recuerdas lo que te dije en ese partido de la Winter Cup? ¿Eso de que dejaría de admirarte? Lo siento, mentí. O bueno, quizá no tanto, lo que siento ahora no es simple admiración como tal"
Siento que ya no puedo respirar, debo verme ridículo, se lo cobraré bien caro una vez que lo alcance. Lo obligaré a jugar básquet conmigo un día entero, luego será él quien pague la comida, juro que comeré como nunca lo he hecho en mi vida, será el doble de lo que Kagami suele comer; luego iremos a una fiesta, tomaré hasta quedar inconsciente y será él quien tenga que cargarme hasta su casa para después dejarme durmiendo en su cama mientras él duerme en el sofá. Ya lo verá, todo volverá a ser normal, como antes… ¿Alguna vez fue así?
"La verdad, quería despedirme, porque me di cuenta de que por mucho que intentara, el hecho de que no soy necesario en tu vida jamás cambiará. No te preocupes, lo entiendo perfectamente – Aunque no creo que estés preocupado por eso – pero no porque lo entienda voy a poder vivir recordándomelo a diario"
Te crees innecesario, pero eso no es verdad. Te necesito, más de lo que crees, sé que en algún momento lo dije, o por lo menos lo demostré… ¿O me equivoco? ¿Tanto mal te hice, que ahora piensas de esa forma?
Ahora, mientras espero mi turno en esta larga fila, puedo pensar claramente en todo lo que ha sucedido en este último tiempo. Ahora, mientras ignoro por completo el parloteo de las demás personas que también están esperando su turno, me doy cuenta de que debí haber tomado esta decisión hace ya mucho tiempo atrás.
"Cuídate, ¿sí? No le causes muchos problemas a Momoicchi"
Pero esta no es la forma correcta, tenemos que conversar esto con más calma, en persona, juntos. Sé que podremos encontrar una solución, lo que sea, por favor, ya no puedo correr más.
"Gracias, y lo siento"
Porque soy un cobarde, pero para mí, esta es la única forma de liberarme y olvidar. Aunque jamás seré capaz de olvidar todo.
La fila avanza lentamente, un par de personas más y llegará mi turno.
"En fin, esta será la última vez que hable contigo en algún tiempo, y a pesar de que quisiera continuar, tu probablemente ya estés aburrido de tanto palabrerío"
Deberías haber seguido, deberías haber hablado conmigo, solo un poco más.
Finalmente puedo pasar a través de las grandes puertas transparentes que se abren de forma automática cuando me detengo frente a ellas durante apenas un segundo. Paseo mi vista de forma apresurada por todo el lugar, no te veo. Siento pánico, no puedo evitarlo, empiezo a correr nuevamente.
"Adiós, Aominecchi"
Ya estoy sentado en el cómodo asiento de cuero. Suspiro. Veo a través de la ventada una larga calle pavimentada, empiezo a moverme. Aprieto mis puños con fuerza, ya no hay vuelta atrás, se cierra un capítulo de mi vida y se abre uno nuevo, lejos de él.
"-Kise Ryouta"
Una voz lo anuncia por el altoparlante, mi corazón se detiene al igual que mis piernas, mi vista viaja a lo lejos, viendo ese gran objeto ruidoso a través del cristal que hay como pared. Inevitablemente, mis puños viajan con rapidez y golpean con fuerza el cristal, me tiemblan las piernas, no puedo sostener mi propio peso y caigo de rodillas.
"PD: Volvamos a jugar básquet algún día, ¿sí?"
No puedo contener las lágrimas que ahora caen descontroladas, humedeciendo mis mejillas. Muerdo mi labio inferior en un intento de reprimir los sollozos que conlleva el llanto, pero lo único que logro es sentir un leve sabor metálico en la lengua y el paladar; no duele, ese pequeño corte no se compara a la presión que siento en mi pecho. Un frío insoportable me recorre el cuerpo de pies a cabeza, sólo quiero que se detenga, pero mientras más deseo eso, más lágrimas caen desde mi ojos, y más me duele.
"¿Por qué?... ¿Por qué tuvo que ser así?..."
Cierro mis ojos mientras me acomodo en el asiento, recostándome de una forma en la que pueda quedarme dormido. El ambiente se mantiene en relativo silencio, si no fuera por las voces que se escuchan de vez en cuando, mayormente provenientes de mujeres, y por el continuo ruido que viene de la gran máquina. Suspiro, creo que ese vacío que siento en el pecho no podré quitarlo tan fácilmente.
Sé la respuesta, sé que es mi culpa. Prometo cambiar, haré hasta lo imposible por cambiar, prometo que no volveré a herirte.
Aprieto fuertemente mi puño derecho, arrugando el trozo de papel, húmedo por las lágrimas, que encontré en la mañana dentro de mi buzón.
Sé que no soy perfecto, sé que mi personalidad no es la mejor, sé que puedo ser un idiota la mayor parte del tiempo, sé muy bien que en lo único que soy bueno es en el basquetbol.
Nadie es perfecto, eso lo tengo claro, yo tampoco lo soy, pero me hubiera gustado sentir que lo intentaba, me hubiera gustado que por lo menos me hiciera creer – Aunque fuera una simple farsa – que se preocupaba por mí, por lo menos un poco.
Las lágrimas no se detienen, siento que me hundo poco a poco en un oscuro agujero de que no puedo salir si no está él.
Quiero decirle lo que estoy sintiendo ahora, pedirle que me perdone, pero me resigno y me pongo de pie sin molestarme en secar mis lágrimas. Ya no hay vuelta atrás.
No puedo reprimir las ganas de llorar, no ahora que todo ha quedado atrás, no después de años aguantando a solas estos sentimientos sin poder expresarlos como es debido, todo por miedo a salir aún más herido. Me doy vuelta sobre mi asiento, quedando de frente hacia la ventana para que así nadie pueda ver mi rostro, de todas formas, parece que estoy dormido. No es la primera vez que me encuentro sobre uno de estos asientos, pero el solo hecho de pensar en que esta vez no volveré a sentarme en uno igual a estos dentro de una semana, tras haber terminado mi trabajo, me produce ganas de vomitar.
Salió del edificio, allí lo esperaban sus amigos, igualmente tristes, se notaba en sus rostros, pero había algo que él no tenía. En ese momento se dio cuenta.
"Lo sabían…"
No había sido una pregunta, sino más bien una afirmación ligeramente susurrada, una pequeña frase que se disipó con el viento, pero cuyo significado fue percibido perfectamente por los demás.
"Les dijo a ustedes. Soy el único que no sabía nada acerca de esto. ¿Por qué?"
-¿Tanto me odia?- Pensó para sí. Ese solo hecho había generado millones de preguntas que necesitaban ser respondidas, pero que él sabía, no obtendría respuesta alguna.
Pero por sobre todo, había una duda que sí debía ser aclarada, y que por el cambio en las expresiones de sus compañeros, fue completamente evidente cual era la respuesta.
"¿Tanto daño le hice?"
Sí, cada vez que Aomine decía: -Kise entenderá, siempre lo hace- Kise entendía; entendía que sus esfuerzos por acercarse a esa persona eran completamente inútiles. Porque si no fuera porque él estaba siempre pendiente de arreglar encuentros, de mandarle mensajes de texto, de hacerle llamadas o de regalarle una visita sorpresa yéndolo a buscar a su instituto para luego jugar un par de horas al básquet, su relación se habría visto rota hacer varios años atrás.
Pero, ¿qué podría hacer ahora?... Nada, porque para intentar reparar aunque fuera un poco el daño que le hizo, ya era tarde.
Kise se había ido.
"Querido Aominecchi:
Probablemente estés pensando algo así como: "¿Una carta? ¿Por qué demonios no me dice lo que tenga que decirme a la cara? ¡Vivimos a un par de casas de distancia!". Bueno, en realidad, quizá ni siquiera te hayas dado cuenta de eso último, pero no importa, de verdad.
Verás, la razón por la que te estoy escribiendo esto – Porque he de admitir que no tenía planeado hacerlo en un principio – es porque siento que si no cierro ahora este capítulo de mi vida como corresponde, no podré hacerlo nunca.
Aominecchi, tu sabes bien que te he estado tratando de alcanzar desde hace ya algunos años, pero siempre que creo poder llegar a ti, tú te escapas de mi alcance. ¿Recuerdas lo que te dije en ese partido de la Winter Cup? ¿Eso de que dejaría de admirarte? Lo siento, mentí. O bueno, quizá no tanto, lo que siento ahora no es simple admiración como tal.
De acuerdo, iré directo al grano, ya que quizá te esté aburriendo. Te amo, y no, no voy a pedirte que seas mi novio o que salgas conmigo o cosas por el estilo; aunque he de decirte que no le encuentro nada de raro a esto, salvo por el hecho de que ambos somos hombres, creo que es lo más normal del mundo.
La verdad, quería despedirme, porque me di cuenta de que por mucho que intentara, el hecho de que no soy necesario en tu vida jamás cambiará. No te preocupes, lo entiendo perfectamente – Aunque no creo que estés preocupado por eso – pero no porque lo entienda voy a poder vivir recordándomelo a diario.
Es por eso que te escribí esto, probablemente yo ya esté en el aeropuerto en estos momentos.
Cuídate, ¿sí? No le causes muchos problemas a Momoicchi.
Hay una última cosa que quiero decir.
Gracias, y lo siento.
En fin, esta será la última vez que hable contigo en algún tiempo, y a pesar de que quisiera continuar, tú probablemente ya estés aburrido de tanto palabrerío.
Adiós, Aominecchi.
-Kise Ryouta
PD: Volvamos a jugar básquet algún día, ¿sí?
㊅ ═
Eso es todo, espero que les haya gustado.
No se preocupen por mi otro fic, lo continuaré, de eso no hay duda, pero debo asegurarme de que el siguiente capítulo sea algo decente, por lo menos :)
Matta ne~
