Capitulo 1: Misión Fallida

- ¡Creo que ha habido una clara falta de información para esta misión! – Gritó Ino evitando varios kunais tirándose al suelo y acto seguido rodó hasta resguardarse tras un árbol donde se clavaron otros tantos.

- ¡Rasengan! – Gritó Naruto impactando su técnica en el pecho de uno de los ninjas del sonido que les perseguían… pero no terminó de ver como el pobre diablo quedaba empotrado, literalmente, en un árbol al tener a otros cinco ninjas atacándole casi al mismo tiempo. - ¡Son demasiados! ¡¿De dónde cojones salen tantos?!

Ino lo notó y logró apartarse lo suficiente para evitar un potente corte que traspasó el árbol. Sintió una terrible punzada en el hombro izquierdo y también el calor que desprendía su sangre al derramarse por él.

- Mierda. – Susurró y el árbol comenzó a caer en su dirección a la vez que otros dos ninjas saltaban hacia ella lanzando unas cadenas de metal que tenían enrolladas en sus manos.

Las cadenas la apresaron impidiendo que pudiera moverse a la vez que los dos ninjas caían a su lado y la sujetaban de pies y manos… pero Ino explotó en una nube de humo dejando tras de sí un tronco de árbol con su ultimo sello explosivo pegado en él. Los ninjas apenas tuvieron tiempo de reaccionar y la explosión les pillo de lleno. El árbol finalmente cayó entre la nube negra producida por la explosión.

Sentada tras otro árbol Ino se sujetaba su hombro herido mientras jadeaba cansada. Estaba herida, cansada y con arañazos por casi todo el cuerpo. Tenía un traje negro, parecido al de los ninjas del sonido que los estaban atacando a los dos. Estaba completamente rasgado, manchado y la manga izquierda había desaparecido, arrancada por huir de uno de sus perseguidores. La bolsa de utensilios se estaba vaciando por momentos y ya solo quedaban los objetos de primeros auxilios que en una refriega como aquella de poco le serviría. Su cara también tenía manchas negras que con el sudor le manchaban por completo la frente y las mejillas. Su cabello, recogido en una larga coleta, también estaba sucio.

Naruto recibió otro fuerte puñetazo en la cara. Apenas tenía tiempo para poder contrarrestar y defenderse de los ninjas enemigos y ya tenía a otros seis casi encima.

- ¡Matadle a él primero! ¡Luego nos encargaremos de la chica!

- "Joder. No me dejan tiempo. Apenas puedo usar el Kagebunshin."

- "¿Qué ha salido mal?" – Se preguntó Ino mirando a su compañero. – "¡No tiene sentido! ¡Todo marchaba bien! ¡¿Cómo lo supieron?!"

Flashback

- ¿Una misión de infiltración? ¿Yo sola? – Preguntó Ino sorprendida por aquello pero entonces miro con horror a la persona que tenía a su lado. – "No puede ser…"

Su padre estaba sentado al lado de la Hokage, Tsunade Senju. Tenía una expresión seria y pensativa.

- No irás sola. Naruto ira contigo.

- ¡¿Qué?! – Gritaron los dos. Después se miraron enfurecidos.

Naruto se cruzó de brazos apartando la mirada. Ino apretó los dientes como si su peor temor se hubiese hecho realidad. ¿Por qué con Naruto? De entre todos los ninjas de Konoha, ¿Por qué él?

- ¿Por qué tiene que ser este idiota? – Preguntó molesta y Naruto la volvió a mirar con el entrecejo fruncido. - ¿Por qué no vamos Shikamaru, Chouji y yo? ¡Ya estamos acostumbrados a este tipo de misiones y trabajamos muy bien en equipo!

- Shikamaru y Chouji están en otra misión que tiene que ver con esta. Debéis ir en dos equipos pero por razones de seguridad no podéis estar en contacto. Cada equipo hará su trabajo por separado.

La explicación de Tsunade la silencio pero no le gustaba. Se golpeó la frente con su mano y murmuró cosas en voz baja.

- Que te quede claro, a mí tampoco me gusta. Me han traído obligado.

- Pues por mí no te cortes. – Respondió Ino mirándole con enfado. – Te doy permiso para largarte.

- ¡¿Tú me das permiso?!

- ¡Si, Gennin de pacotilla!

- Ya empezamos… - Murmuró Tsunade cerrando los ojos y apoyando ambas manos en la mesa, preparada para intervenir si comenzaban una de sus ya habituales discusiones pero no hizo falta.

- Ino, Naruto. – El tono de voz de Inoichi sorprendió a Ino. Los nombrados miraron con cierta sorpresa al líder del clan Yamanaka. Ino estaba convencida de que nunca lo había visto tan serio como ahora. – Sabemos que el Sonido está detrás del ataque al castillo del Feudal del Fuego. Han robado varios rollos secretos que en su día fueron entregados al Feudal como señal de amistad por todos los clanes que conforman Konoha. El nuestro incluido.

- Los secretos y habilidades de los principales clanes de Konoha se han visto comprometidos por esto. Es una información que solo debería de estar en manos de Konoha y de su señor Feudal. – Tsunade se levantó de su sitio para acercarse a los dos chicos.

La Hokage puso una mano en el hombro de Naruto y otro en el de Ino.

- Se que no os lleváis bien. Que os cuesta trabajar juntos.

Naruto e Ino se miraron de reojo. Para qué negarlo, se llevaban mal. Las misiones que habían realizado juntos habían acabado siempre de manera desastrosa por qué no se soportaban.

- Pero Naruto es el mejor ninja que la aldea tiene en estos momentos para asignarlo a tu protección.

- ¡¿El me va a proteger a mi?! – Preguntó molesta señalándole con el dedo.

Naruto se cruzó de brazos molesto. Sus ojos miraron durante unos segundos a Inoichi y después los bajo hacia el suelo. Tsunade asintió mirando fijamente a Ino a los ojos.

- Y tú eres la mejor espía sensor del clan Yamanaka. Dejad a un lado vuestras tontas rencillas, los dos. El bienestar de los clanes de Konoha, de toda la aldea, depende de esta misión. Depende de vosotros dos.

Naruto e Ino se miraron de reojo. No les gustaba pero aquello les superaba. Tendrían que hacer de tripas corazón.

Fin del Flashback

Todo había salido bien. Habían logrado suplantar a dos ninjas del Sonido que previamente habían noqueado. Habían robado sus ropas, sus objetos y la rubia había conseguido las contraseñas para poder moverse por la inmensa guarida del sonido. Su entrada era bajo unas raíces enormes de un gran árbol y la guarida entraba al interior de la tierra, varios pisos por debajo del nivel del suelo.

Pero no llegaron a poner un pie en su interior. Cuando quisieron darse cuenta, habían caído en una emboscada. Superados en número, no vieron otra salida que huir pero aquello parecía una misión imposible. Los ninjas del sonido que había en aquella guarida superaban los doscientos y ambos estaban convencidos de que todos habían salido tras ellos.

Con rapidez Naruto se defendió del ataque de cuatro ninjas bastante corpulentos. Pudo esquivar los tres primeros golpes pero un poderoso puñetazo le golpeo en la cara haciéndole trastabillar hacia atrás. Otros dos combinaron su fuerza lanzando un puñetazo simultáneo en dirección al pecho de Naruto. Este solo pudo poner sus brazos como escudo y esperar a sentir el impacto.

Fue como si una roca impactara sobre ellos. Naruto salió disparado hacia atrás cayendo al suelo de espaldas. Apenas pasaron dos segundos y otros tres ninjas saltaban hacia él. Rodó rápidamente por el suelo y saltó en el momento en que una espada se clavaba donde, hasta escasos segundos atrás, estaba él. Logró realizar el sello del Kagebunshin y dos copias salieron en su ayuda bloqueando los golpes de otros dos ninjas. Pero estaba agotado y tras sacarlos sintió un pequeño mareo por el abuso excesivo del chakra.

- Estoy… en mi límite… - Dijo poniendo una rodilla en el suelo.

- ¡Ahora! ¡Todos!

Naruto alzó su vista y vio a por lo menos a más de veinte ninjas saltándole encima desde los arboles.

Ino se agachó para esquivar la patada de otro ninja. Aprovecho su altura para asestar tres patadas al ninja y una cuarta en un lugar concreto asegurándose de que el ninja tardaría los suyo en querer tener descendencia.

Cuando se giró para ver a Naruto lo vio agotado, con una rodilla en el suelo y más de veinte ninjas del sonido saltándole encima.

- ¡Naruto! – Gritó y algo en su interior le instó a salir corriendo hacia él para ayudarle. Cosa que hizo pero otros dos ninjas de gran estatura le cortaron el paso.

No dejó de correr a pesar de haberlos visto y cuando uno de los ninjas alzó su brazo para golpearla, está se agachó y pasó derrapando por debajo de sus pies… pero no hubo tanta suerte con el segundo. El ninja atrapó uno de sus brazos y la lanzó lejos de su destino hasta que impactó con un árbol. Abrió la boca a causa del impacto y sintió como si todo el aire se le escapara por la boca.

- No tan rápido. A él le mataremos pero contigo nos divertiremos un rato.

Naruto vio de reojo la escena y apretó los dientes al volver a contemplar a sus adversarios. Los dos Naruto no vieron otra salida. Crearon un Rasengan cada uno de gran tamaño con todo el chakra que podían reunir en ese momento.

- Después de esto… te quedas solo. – Dijo el clon y Naruto apretó los dientes asintiendo sabiendo perfectamente a lo que se refería. Casi sin chakra ya no podría hacer nada más contra ellos.

Esperó hasta el último momento en que los tenía completamente encima y…

- ¡Ahora!

Los dos Rasengans impactaron contra el suelo provocando un autentico levantamiento de tierra y una gran cantidad de polvo. Los ninjas del sonido se sorprendieron por aquello. Ya habían visto aquella técnica y estaban convencidos de que se lanzaría contra ellos con ella pero no contra el suelo. Esté continúo temblando y la nube de polvo lo cubrió todo.

- ¡Nos está distrayendo! ¡Buscadlo!

Ino recuperaba el aliento. Jadeaba mientras veía a aquellos dos acercarse hacia ella. El suelo comenzó a moverse y una nube de polvo se acercó rápidamente hacia ellos. Los dos ninjas del sonido se giraron para ver que ocurría e Ino vio su oportunidad de escapar pero se asustó y gritó al notar una mano agarrándola del brazo y levantándola con fuerza. Era Naruto y tenía varias heridas en el pecho y en la cara.

- ¡Tenemos que irnos ya! – Dijo a la vez que empezaba a correr arrastrando a Ino.

Alertados por aquella voz, los dos ninjas se giraron nuevamente para ver como los dos salían corriendo. Iban a ir hacia ellos pero el sonido de algo prendiéndose fuego les alertó. Bajo sus pies había un sello explosivo.

- ¡Mierd…!

La explosión dio de lleno a los dos ninjas pero también alertó al resto de los del Sonido de la ubicación comenzando a correr hacia ellos.

Sujetándose de la mano Naruto e Ino corrieron como pudieron hacia el puente que los alejaba de las tierras del Sonido.

- Ese era mi último sello explosivo. ¿Te queda algo?

- Nada. – Dijo la rubia sintiendo a cada movimiento del brazo un fuerte dolor en la herida.

- Escúchame… no vuelvas hacia atrás y menos para ayudarme. Si ves la oportunidad, escapa sin mirar atrás...

- ¡¿Sin mirar atrás?! ¡¿Me estás diciendo que te deje tirado?!

- ¡Si es necesario, si! ¡Deberías de haber salido corriendo nada más ver que todo se fue a la mierda!

- ¡¿Y dejarte a ti solo frente a todo un montón de ninjas enemigos?! ¡¿Quién demonios te crees que eres?!

Naruto la miró preocupado y aun más al ver la sangre que salía de la herida del hombro. Pero apenas pudo preocuparse por ello. Empujó a Ino para colocarla delante de él con tal fuerza que hizo que la rubia cayera al suelo varios metros delante de su posición.

- ¡¿Qué haces?! – Preguntó molesta pero vio como Naruto recibía el impacto de una espada donde momentos atrás ella misma estaba.

Naruto apretó los dientes con fuerza y detuvo la hoja con sus manos. Aun así, el ninja sonrió tras su máscara pues ya le había logrado clavar la punta de la espada en el pecho.

- ¡Naruto! – Gritó preocupada y rápidamente salto hacia el ninja separándolo de Naruto con una fuerte patada que le giro la cara.

Naruto lanzó la espada lejos cuando el ninja del sonido la soltó, gracias a la patada de Ino.

- ¡Te he dicho que no volvieras! ¡Te pones en peligro y mi misión es protegerte! ¿Recuerdas?

- ¡¿Así me agradeces que te ayude?!

- ¡No necesito tu ayuda!

Ino parecía estar a punto de contestarle pero Naruto vio a otro ninja caerle justo en la espalda a la chica. Si ella lo sintió o no, no lo supo pero se agachó y paso al lado de Naruto con rapidez. Esté aprovechó que el ninja solo estaba concentrado en Ino y saltó hacia el hundiendo su puño en la cara del individuo con todas las fuerzas que podía reunir en ese momento.

El ninja cayó de espaldas varios metros atrás y con la cara cubierta de sangre. Se retorcía de dolor en el suelo mientras Naruto jadeaba y se giraba hacia atrás para comprobar si Ino estaba bien. Nada más hacerlo vio a otro ninja en el suelo, tumbado boca abajo y a ella encima de él con sus manos retorciéndole un brazo.

Ambos se quedaron mirándose unos segundos con cara de no saber qué había pasado. Un ninja había aparecido detrás de Ino sin que ella se diera cuenta pero lo mismo había pasado con Naruto. Solo se dieron cuenta de ello cuando vieron al otro reduciendo al agresor. Ino sonrió con arrogancia.

- ¿No necesitabas mi ayuda?

Naruto bufo cansado y molesto.

- ¿Es que siempre me vas a llevar la contraria?

- Hare lo que me dé la gana. Por algo soy Jounnin… y tú aun un Gennin. Eso hace que tú estés bajo mi mando. No al revés. – Respondió ella soltando al ninja y apoyándose en sus rodillas para descansar un poco.

Naruto gruño molesto. Estaba a punto de recriminarle pero…

- ¡Los tenemos!

Ambos vieron como otra gran cantidad de ninjas iban hacia ellos con rapidez. Se miraron durante dos segundos y de nuevo Naruto cogió la mano de Ino. Juntos, comenzaron a correr a todo cuanto sus pies les permitían.

Habían llegado por fin al gran acantilado que separaba los países del Fuego y del Arroz, lugar donde se ocultaban los ninjas del Sonido, y delante de ellos estaba el puente de unión. Si lograban traspasar el puente estarían en tierras del Fuego y los ninjas del sonido no los seguirían. Estarían a salvo.

- "¡Solo un poco más!" – Pensaron los dos al mismo tiempo.

Ino sintió un fuerte dolor en la pierna, tropezó y cayó justo cuando llegaban al saliente donde se hallaba el puente. Naruto se detuvo al sentir la mano de Ino escapársele de la suya y se giró para socorrerla.

Entonces lo vio. Un kunai se había clavado en la pierna derecha de Ino. Alzó su cara al escuchar unos extraños silbidos. Más kunais inundaban el cielo e iban en dirección a ellos. Bajó su vista hacia Ino, ella también los había visto y los miraba completamente aterrada. No tenía escapatoria posible. No se lo pensó dos veces y saltó encima de la rubia, sorprendiéndola y asustándola al mismo tiempo.

Ino no pudo ni protestar. Cerró los ojos, apretó su cara contra el pecho de Naruto y aferró sus manos en la camisa de este. Entonces lo comprendió. Le estaba haciendo de escudo. El iba a…

Escuchó el sonido de los kunais clavándose a su alrededor en el suelo y en la madera del puente a la vez que Naruto gruñía con los dientes apretados, abrazándose más fuertemente a ella. Segundos después, Naruto e Ino abrieron los ojos. Ninguno les había alcanzado. Todos habían caído delante de ellos, cerca del puente… pero tenían sellos explosivos atados que comenzaron a arder en cuanto alzaron sus ojos para verlos.

- Naruto… - Dijo asustada al ver aquello pero no pudo ver más al sentirse rodeada de nuevo por los brazos de Naruto que la apretaba fuertemente contra él. Sintió calor, un calor que la envolvía por completo junto a un extraño color rojizo. Eso fue lo último que vio antes de que todo se volviera oscuridad…

Las explosiones sucedieron casi simultáneamente creando una inmensa nube negra y aquel saliente donde se encontraban se desprendió por el enorme precipicio. El puente también recibió gran daño por las explosiones y comenzaron a caer trozos de madera junto con las rocas y la tierra. El hundimiento de tierra quedo oculto por la inmensa polvareda y por el humo de los sellos.

- ¡Mierda, la perdimos!

- Es imposible que hayan sobrevivido si han caído por el barranco. – Dijo uno de los ninjas viendo como se desprendía todo aquel amasijo de tierra y roca por el precipicio desde su posición.

- Y eso que la explosión era para evitar que escaparan.

- ¿Usamos demasiados sellos explosivos?

También vieron como el puente no aguantaba su propio peso al haber perdido el soporte de su lado y comenzaba a caer por completo.

- Ese chico los tenía bien puestos para volver a ayudarla en su estado.

- Dio bastante guerra a pesar de ser uno solo. Aguantó bastante.

- Señor. – Dijo uno de los ninjas acercándose a otro que parecía ser el jefe. - ¿No nos ordenaron capturarlos con vida? Esto puede traernos problemas.

- Hemos perdido una gran oportunidad pero esto solo lo retrasa. Nada más.

El jefe miró al resto del equipo con seriedad.

- Regresemos a la guarida. Aun tenemos trabajo que hacer. – Dijo el jefe con una mala intuición dentro de él.

- ¿No enviamos a alguien para buscar sus cuerpos? Es posible que la chica aun este viva.

- No será necesario. De sobrevivir a esta caída sería un milagro y... ese lugar…

El jefe se acercó hasta el borde del precipicio y miró hacia el fondo. Había una gran altura y en el fondo se podía ver las copas de algunos árboles y varias capas de verdes sobresalir por encima de algunas nubes blancas. ¿Era niebla lo que había ahí abajo? Nunca lo supo y tampoco quería averiguarlo.