Nos encontramos en Europa, en 2013. La economía de Suecia iba en decadencia. Muchas familias estaban en crisis, y sin trabajo. La mayoría no tenía mas remedio que buscar dinero de donde sea. Pero otras, como la familia Kjellberg, podían permitirse el lujo de emigrar hacia otro país, en busca de esperanza.
Nuestra historia se centra en el único hijo de ésta familia.
Felix Kjellberg.
Era un joven de 17 años. Tenía el pelo hacia un lado, y rubio. Sus eran ojos profundos como el océano y azules como el cielo. Y su actividad favorita era grabar vídeos de juegos, y hablar con sus mejores amigos virtuales, Marzia y "Cry".
El padre de Felix había encontrado un buen trabajo como cirujano en París, Francia, por lo que tuvieron que mudarse allí.
Felix tenía que cursar el primer año de bachillerato. Y aunque se defendía bastante bien con el francés, debía admitir que estaba bastante nervioso.
De una forma u otra acabó en el primer día de clase. Su madre le llevó en coche a su nuevo instituto.
-Felix... Ya hemos llegado, cariño. -Le dijo ella, mirando a su lado. Llevaba el pelo suelto y ondulando, del mismo color que el de su hijo. Pero sus ojos eran marrones, oscuros como la noche. -¿Lo tienes todo?
-Ja... -Felix agarró su mochila y abrazó a su madre como despedida.
-Vendré a recogerte después, pásalo bien, cielo. -Sonrió ella.
-¡Adiós, mamá! -Se quedó mirando un rato el coche de su madre, y cuando estuvo lo bastante lejos, entró al edificio.
-A ver... 1-C ... Debería estar por aquí. -Susurraba, mientras miraba distraído los carteles de las puertas. -Ah, Jävla. ¿Dónde demonios est... WOAH.
Felix chocó con alguien cayendo al suelo de bruces.
-¡Ah! ¡Knulla! -Alzó la mirada para ver con quien había chocado. Se trataba de un chico algo mas alto que él. También tenía el pelo rubio, solo que algo mas corto, y en la nuca un mechón largo, recogido con una gomilla. Su piel era morena, como si viniera de un país cálido como España o Italia.
Llevaba una camisa amarilla de cuadros, y una camiseta del mismo color mas fuerte. Luego, Felix se fijó en sus ojos, eran de color amarillo oro, aunque en esos momentos le miraban con enfado.
-Mira por donde vas... -Le regañó con voz grave.
Felix se levantó rápidamente y con torpeza.
-A-ah... Jag beklagar. -Se disculpó en sueco, algo nervioso.
-... ¿Qué?
-Que... ¡L-lo siento mucho! -Se volvió a disculpar.
-Uh... vale. -El chico alto levantó una ceja, y se fue.
-Ugh... ¿Por qué he tenido que ponerme tan nervioso? -Hizo una mueca y se giró. -¡Eh! Ahí está mi clase. -Y olvidando el incidente anterior, entró a la clase la mar de feliz.
-Bien, clase demos la bienvenida a un nuevo curso. -Felix miró alrededor. No conocía a nadie, y le había tocado al lado de un niño raro con el pelo rosa, que no dejaba se mirarle, lo que le ponía nervioso. Al entrar se había fijado en que tenía una cicatriz en el ojo izquierdo. Parecía muy pequeño, como si no fuera de la edad del resto de la clase. Pero aun asi tenía una mirada traviesa.
-Pst. -¿Su compañero de pupitre le estaba llamando? -Pssssssst.
El sueco miró hacía él lentamente. Se fijó en sus ojos grises, y tuvo que admitir que eran bonitos. También admiró la cicatriz que le llegaba hasta la mejilla, y se preguntó interiormente como se la habría hecho.
De pronto un escalofrío le recorrió la espalda.
¿Ese niño acababa de guiñarle un ojo?
-Pssst. -¿Otra vez? Le daba miedo volver a mirar. -Pssst PSSSSSSSST PSSSSSST.
Al fin dejó de insistir, cuando vio que no le hacía caso... O eso pensó Felix. Una notita le dio en la cabeza y cayó en su mesa. La abrió con curiosidad, y una letra rosa e irregular decía;
"Kieres jugar al teto? ;)"
Felix puso una mueca rara, garabateo algo en la notita, y se la pasó al chico. Su letra, aun habiendo escrito rapido, era clara y pequeña, respetando los cuadros.
"¿Qué es el teto?"
Oyó una risita de parte de su compañero, pero no volvió a ser molestado.
-Bueno chicos, tras esta charla de bienvenida podéis ir al recreo hasta la salida. Mañana las clases tomaran su rumbo normal. Tened un buen día. -El profesor se retiró, y los alumnos comenzaron a abandonar la clase.
Felix empezó a recoger sus cosas, y a meterlas en la mochila, cuando el chico de pelo rosa se le acercó.
-Bueno... -El chico, aun con voz aguda, ponía tono de ligón. -¿Juegas o no? -Sus cejas no dejaban de subir y bajar, lo que le ponía nervioso.
-Es que... -Intentó alcanzar su mochila, pero su compañero le cerró el paso. -Escucha... No se qué es el teto.
-He... Hehe... -Se puso de puntillas, (ya que era más bajito que él) y llegó a su oreja. -Tu te agachas, y yo te la me- AWWH
Se alejó, repentinamente agarrando su cabeza.
-¡Piggeh! Deja en paz al pobre chico. -Dijo una voz femenina.
-Uhh... -Felix se alejó un poco, y vio una chica de melena morena, y piel blanca. Con los ojos de color rosa claro.
-Ho-hola... -La chica se sonrojó. -Soy Jennifer, ¿y tu?
-Me llamo Fe-
-¡NO DIGAS TU NOMBRE REAL! -El chico pelirrosa le tapó la boca. -Eso es muy cutre. Necesitas un apodo molón.
-Un apodo molón... -Felix se quedó pensando. ¿Un apodo molón así de pronto? Aunque... podía utilizar su usuario de YouTube. -Vale... ¡Mi nombre es PewDiePie!
-Encantada, PewDiePie. -Jennifer le abrazó con una gran sonrisa en su cara, pero rápidamente le empujó el chico.
-Yo soy Piggeh. -Le guiñó un ojo, y luego le dió un beso en la mejilla.
-Ehh... Encantado... -Respondió "PewDiePie" algo incomodo por el beso. Aunque sabía que era costumbre, allí en Francia.
-PewDiePie es muy largo. ¿Puedo llamarte... Pewds? ¿O PewDie?
-Claro... como quieras. -Al fin alcanzó su mochila, y planeó salir, pero Piggeh se puso en medio.
-Pewds, heh... Eres nuevo aqui, ¿verdad? -Preguntó.
-Uh... Sí... -Asintió Felix.
-¡Pues te presentaré a los demás!
Y lo siguiente que sabía es que su compañero le había agarrado de la mano, y corrían por el pasillo. La gente los miraba de forma extraña, pero eso a los chicos les daba igual.
-¿Quienes son los demás? -Preguntó el sueco.
-¡Mi grupo de amigos! -Gritó el más bajito, felizmente.
Llegaron a la cafetería, y Piggeh no le soltó la mano en ningún momento, mientras miraba alrededor. Al parecer sus amigos no estaban ahí, así que decidieron volver a la salida. Pasaron por una mesa llena de chicos con chaquetas marrones. Uno de ellos, que parecía el líder, se levantó y se acercó a los dos chicos. Era mas grande que ellos, sin duda. Llevaba gafas de sol, y los miraba con superioridad.
-Piggeh... ¿Quién es este? -Preguntó con desprecio hacia Felix, lo que le molestó bastante.
¿Quién se creía que era?
Piggeh, sin embargo empezó a reír, lo que pareció molestar al mayor.
-Eso no te importa~ -Declaró el pelirrosa. Y tras sacarle la lengua siguió andando.
-¿QUÉ? Vuelve aquí, ahora mismo.
Piggeh se giró sonriendo ampliamente.
-¿No lo sabes? Pewdie es mi nuevo novio~ -Dijo abrazándose a él.
-¿QUÉ? -Gritaron a la vez Felix, el chico, y Jennifer que los acompañaba silenciosamente hasta ahora.
-Oh oh... -El pelirrosa soltó una risita, al ver que el chico mayor empezaba a ponerse rojo de ira. -Pewds, a la de tres corre... -Susurró.
-¿Q-qué?
-¡TRES!
Volvieron a salir corriendo por el pasillo, esta vez siendo perseguidos por un grupo de chicos mayores.
-¡Izquierda! -Al girar, Felix casi choca con la esquina, pero consiguió esquivarlo.
-Piggeh... ¿Quienes son esos? -Preguntó, ya cansado.
-Son los Barrels. Son divertidos, ¿verdad?
-Me caen mal... Además quieren pegarnos. ¿Qué tiene eso de divertido? -Gritó el rubio.
-Noo~ Quieren pegarte a TI. Haha. -Piggeh le guiñó un ojo, y luego señaló una gran puerda de cristal. -¡Mira, Pewds! Ya llegamos.
Salieron al jardín, y al parecer despistaron al grupo de chicos... Pero también a Jennifer.
-Oye Piggeh...
-Oh~ Me encanta cuando dices mi nombre -Dijo sonriendo seductoramente.
-No, escucha, Jennifer se ha perdido.
-Bah, da igual, esa tía sólo molesta. No está en mi grupo de todos modos.
Felix se encogió de hombros, y le siguió por el jardín del instituto.
-¡Ahí están! -Volvieron a correr unos metros, hasta un par de chicos que estaban charlando sentados. Uno llevaba una boina verde, y el pelo oscuro. Unas gafas tapaban sus ojos. Para Felix tenía pinta de inteligente.
-Hola, chicos. ¿Me echabais de menos~?
Piggeh se lanzó a ellos para intentar besarles, lo que causó gracia al rubio. El otro chico tenía el pelo blanco, y los ojos rojos. Llevaba un jersey negro, y le daba algo de mala espina.
-Chicos, os presento a PewDiePie~ -El pelirrosa se lanzó hacia él. -Nos vamos a casar~
-¿Pero qué dices? -Comenzó a reír él.
-Encantado, PewDiePie. Soy Francis Dubois. -Se presentó el chico de la boina.
-Bla bla bla. Ni caso, este es Mr. Chair. -Piggeh frunció el ceño. -Y ese es Skully.
-Uh... ¿Y por qué tenéis esos motes tan raros? -Preguntó el rubio, curioso.
-Bueno. Skully siempre está enfadado, como las calaveras. Hahaha~
-Piggeh, las calaveras no están enfadadas. -Rectificó Mr. Chair.
-Cállate. -Le respondió el otro sacando la lengua. -Mr. Chair siempre está sentado leyendo. Y mi mote es el mejor. ¡El gran Piggeh!
-Porque eres un cerdo. -Rió Skully. Aunque su risa dió escalofrios a los presentes.
-¡Y aún falta Stephano! Me pregunto dónde estará... -Piggeh se sentó bajo un árbol e invitó al rubio a sentarse a su lado. -Por cierto, no eres de aquí, ¿verdad? Tienes un acento raro. -Rió.
-Si, vengo de Suecia. Mis padres y yo nos mudamos este verano aquí a París.
-Ohoho~ Bienvenido a la ciudad del amour~ -Piggeh se inclinó hacia él poniendo morritos.
-Piggeh, ¿Ya te has ligado a otra perrilla? -Una voz familiar para Felix venía de enfrente suya, pero no podía ver con el pelirrosa en su cara.
-Stephano~ -El aludido se levantó y se lanzó hacia donde venía la voz.
-Los barrels se han cabreado, Piggeh. Te estan buscando.
Felix se puso en pie. Y rápidamente fue tirado del brazo por Piggeh.
-Pewds este es Stephano. -Le presentó, ignorando lo que le decían.
-¿¡TÚ!? -Gritaron los dos a la vez.
El rubio miró al chico, era el mismo con el que se chocó antes, y por alguna razón empezó a ponerse nervioso de nuevo.
-E-esto.. Encantado uh... eh... S-soy PewDie... esto.. -Se le borró completamente el nombre del chico. Además notaba su cara arder de pronto. ¿Pero que demonios le pasaba? Piggeh le miró una ceja alzada, y parecía estar haciendo un gran intento por no reír.
El chico rubio y mayor suspiró.
-'Ellos, Pewdie. Me llamo Stephano. -Ambos se estrecharon la mano, y Felix notó como si una corriente invadía todo su cuerpo.
-Stephano... -Repitió en un susurro. Luego sonrió ampliamente. -Me suena ese nombre.
-Mmm... Es raro. Creo que nunca nos hemos visto, ¿verdad? -Preguntó tras soltar su mano.
-No... Que yo sepa no.
Ambos se quedaron mirando un rato, hasta que Piggeh los interrumpió.
-Bueno, Pewds. ¿Qué te parecen tus nuevos amigos? -Dijo, colgándose de su brazo, como un koala.
-¿Amigos...?
-Si, bobo. ¡A partir de ahora somos tus amigos! No puedes estar solo en el instituto, ¿no? -Rió el chico de pelo rosa.
Felix miró a los demás, los cuales le sonreian... Excepto Stephano. Stephano se había girado a hablar con una chica, y estaba demasiado ocupado como para sonreirle.
-Umm... Si... Me gustan mis nuevos amigos. -Rió PewDie, y justo después de eso oyó el timbre del colegio.
-¡Pewds! ¿Quieres volver a casa con nosotros? -Le ofreció Mr. Chair.
-Oh, lo siento mucho... Mi madre viene a recogerme. Otra vez será, ¿vale? -Sonrió.
-Bueno... Cuidado por el camino, PewDie~ Échame de menos~ -Gritó Piggeh lanzandole un beso, cuando ya estaba lejos. Felix empezó a reír.
-Hola, tesoro. -Su madre le dio un abrazo cuando entró al coche. -¿Qué tal tu día?
El rubio dejó su mochila en la parte de atrás, y la mujer arrancó.
-Bastante... Interesante. -Rió él.
-¿Ah, si? -Sonrió ella. -¿Has hecho amigos?
-...¿Amigos? -Felix miraba por la ventana, distaido, y casualmente un grupito muy pintoresco caminaba por las calles.
-¡AWWWH YEAH~! I'm pumped. -Un pelirosa corría, subiendo a árboles, farolas y demás sitios altos.
-¡Piggeh, ponte la camiseta ahora mismo! -Un chico con boina verde, lo perseguía con una camsieta gris en la mano.
-Chicos, ¿Habeís visto a PewDie? -Una chica con un lazo rosa le preguntaba a otros dos chicos que acompañaban a los anteriores.
-¿A mi qué me cuentas? Pft. Pregúntale a otro. -Un albino, que daba repelús le sacaba el dedo de en medio a la chica.
-... -Y por último, un rubio de piel bronceada iba escuchando música, ignorando a todo el grupo.
-¿Felix? -Pasaron las calles, y el grupo se perdió de vista.
-¿Ah? ¿Amigos? -El aludido empezó a reír. -Si, he hecho algunos amigos.
-¿Ah, si? ¿Y como son?. Cuéntame.
-Son... raros... -Felix empezó a reír. -Me gustan.
Bueno~ Final soso para capitulo soso, de historia sosa.Este fanfic va dedicado a mi queridisima (y única) lectora~ Mi mejor amiga Kyandi.
A la que espero que le encante el fanfic x33
Un saludo, y hasta el próximo capítulo!
-Anii The Hero.
