Primer encuentro y despedida.

Harry Potter se encontraba en la estación King Cross para volver a Hogwarts a cursar su séptimo año. Después de la pelea con Voldemort, Harry había vuelto a Grimmauld Place con Remus, Tonks y su ahijado Teddy. Todo en ese verano había sido fabuloso, empezó a salir con su mejor amiga Hermione Granger y aparte, desde que era un niño nunca había tenido tanta tranquilidad en unas vacaciones. La verdad, él esperaba que con Voldemort muerto todo iba a ser normal y que iba a llevar una vida mejor, pero… ¿Será eso cierto?

Pasaron la barrera todos los Weasley, los Lupin, Hermione y el.

/En otro lugar de la estación/

—James, no creo que esto sea buena idea, algún día Harry volverá al colegio —dijo una pelirroja a su marido.

—Lily, Harry se debió graduar el año pasado —rebatió James.

—¿Quién es Harry? —preguntó una niña de ojos verdes y pelo negro azabache con algunos mechones rubios, la cual correspondía al nombre de Renata.

Renata tenía una gemela, muy parecida a ella solo que con el pelo rojo y un hermano menor llamado Daniel.

—Nadie, cariño —contestó James.

—Cariño, vayan a acomodar sus cosas —pidió Lily.

En eso apareció Sirius Black, con Meredith Gresham y su hija Andrea, que también iba por primera vez a Hogwarts.

—En serio, Sirius, ¿crees que no te va a reconocer? —espetó James.

—Oye, por ningún motivo me voy a perder el primer viaje a Hogwarts de Andrea —contestó Sirius

Los cuatro niños habían pasado por Durmstrang y Beauxbatons, antes de ir a Hogwarts.

—James, vámonos, él está aquí —rogó Lily.

—No nos vamos a ir, los niños van a empezar en Hogwarts —respondió James.

—EN SERIO, HARRY POTTER, SI NO ME DEVUELVES A MI HIJO, VAS A VER —gritó una muchacha de pelo rosa chicle.

—Pero Tonks, me quiero despedir de él —rezongó el muchacho.

—Por más que sea tu ahijado no lo vas a subir al tren —advirtió Tonks.

—Remus, mira a Tonks —se quejó Harry y sin entregarle al niño a la señora, salió corriendo hacia donde estaba Remus y éste abrazó a Harry junto con el bebé.

Harry de repente miro hacia donde estaban sus padres, los miro por un momento y se acerco a Remus y los señalo y solo negó con la cabeza.

/Volviendo al otro lugar de la estación/

—Harry, no es posible— dijo Remus

—Lo sé, Remus, pero mira, ¡es Sirius! Lo juro, es él —afirmó el muchacho.

Con todo y el niño que todavía no entregaba, salió corriendo hacia donde se imaginó ver a Sirius.

—¿Sirius? —preguntó Harry.

De pronto el muchacho empezó a derramar lágrimas.

—Harry —dijo Sirius.

El muchacho no pudo hacer nada más que abrazarlo y empezar a llorar sobre su hombro.

—¡Remus! —trató de gritar Harry —¡Remus!

El licántropo caminó hacia donde estaban ellos.

—Harry Potter, te lo advierto, nada de ir a convencer a Remus para subirlo, quiero de vuelta a mi hijo —vociferó Tonks.

Se fue acercándose con Victoire Weasley en sus brazos.

—Sirius, primo, ¿Cómo es que…? ¡Eres un idiota! Harry sufrió mucho por ti —regañó Tonks, abrazando a Sirius.

—Yo también te quiero —ironizó el aludido.

—Harry, devuélveme a Teddy ahora —dijo Tonks

—¿Qué tal si te lo regreso antes de subirme al tren? —propuso Harry.

—No —respondió seriamente.

—Por favor, por favor —rogó Harry como niño pequeño, lo cual hacía reír mucho a Teddy.

—No, bueno… Está bien —se rindió la metamorfomaga.

—Remus —llamó James.

—Entonces Harry tenía razón —soltó el aludido.

En eso llegaron los Weasley y Hermione Granger.

—Amor, ¡Sirius está vivo! —exclamó Harry.

—¿Cómo que "amor"? —se extrañó Sirius.

—Si bueno… Han pasado muchas cosas desde que nos dejaste —explicó Hermione.

—¿A quién es este pequeño que no quieres dejar? —inquirió Lily.

—Es Teddy, el hijo de Remus y Tonks, señora —informó Harry.

—¿No sabes quién soy?

—Sí, sé quién es —contestó Harry.

—Harry —llamó Hermione —Son tus padres, cuanto sufriste porque no los tenias…

—Sí, me abandonaron y por eso sufrí —le recordó el joven.

Hermione se acerco a él, al ver que estaba llorando, lo abrazó.

Teddy quedó entre los dos y al segundo siguiente, acercó su manita hacia la cara de Harry y la posó en su mejilla.

Molly Weasley se acerco a Harry y le dio un beso en la otra mejilla.

—Tienes que ser compresivo, Harry —susurró antes de separarse de él. Hermione no soltó su mano.

En eso sonó el silbido que significaba que todos tenían que subir al tren.

Harry abrazó muy fuerte el niño y el niño a él. Una lágrima cayó por el ojo del bebé, que sabía que ya no iba a ver a su padrino todos los días.

El joven Potter se despidió de Molly, Arthur, Fred, George, Bill y Charlie, que también iban con ellos. Después pasó a despedirse de Remus.

—No tengo que ir —renegó.

—Sí tienes que ir, si quieres ser auror, debes acabar —contradijo Hermione.

—Bueno, creo que les bastará con que haya salido vivo de seis o siete enfrentamientos con Voldemort —intentó bromear Harry.

—No me vas a dejar sola, ¿o sí? —quiso saber Hermione de forma seductora y le dio un beso en los labios.

—Claro que no —contestó Harry —Bueno, supongo que sí voy —se rindió —Adiós, Remus, cuídate y también a tu familia —pidió, mientras lo abrazaba —Tonks, ¿segura que no quieres que me lleve a Teddy?

—Segura.

—Está bien, toma. Adiós pequeñito, adiós Tonks, cuídalo, como si fuera tuyo y… Espera, ¡es tuyo! —la abrazó y le dio un beso en la mejilla.

—¿Qué, no hay despedida para mí? —preguntó Sirius.

—Sí, pero no creas que te vas a zafar tan fácilmente, me debes miles de disculpas y explicaciones, pero estoy feliz de que estés conmigo —aseguró Harry mientras lo abrazaba.

Volvió a tomar de la mano a Hermione y subió al tren. Todos se les quedaban viendo. ¡Pues claro! Eran el trío dorado.