Bueno, éste es el primer fic que escribo y tal vez sea bastante ambicioso para un principiante que apenas está empezando a escribir. He leído ya varios fanfics de Merlín que la verdad me inspiraron mucho a escribir esta historia. Si lo leen, espero que les guste y lo comenten; cualquier duda, aclaración o crítica constructiva se acepta y se tomará en cuenta.
Antes que nada, no poseo los derechos sobre la serie televisiva de Merlín o sus personajes, todos estos pertenecen a la BBC, así que esta historia la escribo sin fines de lucro o comercialización sin ninguna ganancia monetaria ni nada por el estilo. Sólo es un pequeño hobby que estoy empezando a desarrollar.
Capítulo 1
'Merlín'
'Merlín'
Había pasado tiempo desde que el dragón lo había contactado mentalmente. "¿Kilgharrah? ¿Qué sucede?" respondió telepáticamente el brujo mientras caminaba apresuradamente a la armería para pulir la armadura del rey y terminar con todas las tareas del día. Para variar, el Rey Idiota se había molestado por haber llegado tarde con su desayuno.
Hace unos minutos parecía que este sería un día tranquilo como cualquier otro en Camelot; sin embargo, el llamado del dragón sólo podía significar problemas para el reino, problemas que Merlín tendría que solucionar, evitando que Arturo se mate en el proceso y que se descubra su mayor secreto: la magia.
'Encuéntrame en el claro en una hora, joven brujo. Es importante que hablemos'.
Kilgharrah estaba preocupado, no había duda en ello; por lo general, era Merlín quien lo convocaba buscando consejo y ayuda frente a los peligros a los que se enfrentaban él, Arturo y los caballeros. '¿Qué estará sucediendo?' pensó Merlín.
Había pasado tiempo desde que Morgana había sido derrotada y expulsada de Camelot tras su último intento de hacerse al poder con ayuda del ejército Southron. Si no fuera por el hechizo de Merlín para atar la magia de la bruja, evitando que pudiera usarla durante la batalla y obligándola a huir y a dejar a su general Helios lidiando con Arturo y con sus aliados contrabandistas, Tristán e Isolda, seguramente Arturo y el resto de los caballeros no lo hubieran logrado y el destino de Albión nunca se hubiera cumplido. Durante el caos de la batalla, Morgana fue herida de gravedad, desapareciendo tras casi asesinar a Gwen y ser nuevamente herida por Merlín mientras defendía a su amiga. Después de eso, nadie había vuelto a ver o a saber de Morgana.
Camelot había alcanzado un tiempo de tranquilidad, más no la paz, ésta sólo se lograría una vez que hubiera la certeza de que la bruja no regresaría nunca más para atentar contra el Rey Arturo, la Reina Guinevere y el reino.
'Kilgharrah, ¿ella regresó?' preguntó Merlín.
'Hablaremos en el claro, joven brujo' dijo Kilgharrah, cerrando la conexión mental entre él y el brujo.
Merlín suspiró, la tranquilidad llego a su final y tal parece ser que no podría cumplir con las tareas de Arturo. Oh sí, el idiota no iba a estar nada feliz con eso. Dando media vuelta, Merlín aceleró el paso para llegar a su cita con Kilgharrah.
-oOo-
Jadeando y acalorado, Merlín finalmente llegó al claro en medio del bosque donde él y Kilgharrah se habían reunido en tantas otras ocasiones. El dragón todavía no había llegado, Merlín no pudo evitar recordar que fue en ese claro donde descubrió sus poderes de dragonlord, salvando a Arturo de morir mientras se enfrentaba al dragón, frenando su ataque a Camelot. También, no pudo evitar recordar que fue ahí donde Merlín le ordenó al dragón que le entregara el hechizo que salvaría la vida de Morgana a pesar de las quejas y advertencias sobre las consecuencias de sus acciones. Tal vez, si solo tal vez, él hubiera escuchado sus advertencias, tal vez en ese momento estarían viviendo una auténtica era de paz.
El batir de las alas de Kilgharrah mientras se acercaba sacó a Merlín de sus recuerdos, mirando hacia el cielo, no pudo evitar que una pequeña sonrisa apareciera en su rostro. A pesar de la inminente llegada de malas noticias, Merlín no podía negar su herencia dragonlord, ver al dragón siempre hacía que se sintiera tranquilo y en familia, aliviando la sensación de soledad.
"Joven brujo", saludó Kilgharrah al aterrizar suavemente en el claro, "me alegra que vinieras".
"Kilgharrah" Merlín dijo a modo de saludo, "¿qué está sucediendo?". El dragón, mirándolo seriamente con sus dorados ojos, finalmente dijo:
"El momento se acerca Joven Brujo. El momento de que decidas dar el siguiente paso para cumplir con tu destino".
"No entiendo, ¿qué quieres decir con dar el siguiente paso?" preguntó Merlín mirando confundido a Kilgharrah.
"La edad dorada de Albión se aproxima. Debes decidir dar el siguiente paso y abrir las puertas para permitir que llegue. Escúchame bien Merlín, en este momento tú y el joven Rey se encuentran ante una encrucijada, ante la cual debes de tomar una difícil decisión, de la cual dependerá el curso de los eventos futuros. Ambos caminos llevarán al mismo destino, pero serán las circunstancias que se desprendan de esto lo que lo moldearan".
"Espera, ¿de qué decisión estás hablando?" durante el discurso del dragón, Merlín no pudo evitar sentir que un nuevo peso se añadía a todos los que ya estaba cargando, el cual sólo le hacía sentirse más nervioso y asustado, estaba seguro de saber cuál era la decisión de la que Kilgharrah estaba hablando, pero aún así, no pudo evitar preguntárselo.
"Creo que ya sabes la respuesta, Joven Brujo", dijo Kilgharrah mirándolo fijamente. "¡No! ¡No estoy listo! ¡Arturo tampoco está listo para saberlo! ¡No pueden saberlo!" gritó angustiosamente Merlín.
"¿Es esa tu decisión?", le preguntó el dragón.
"¿Qué pasa si decido no decirle? No en este momento" lloró Merlín. Respirando profundamente, Kilgharrah le dijo: "El destino se está estancando y para avanzar debes tomar está difícil decisión. Sea cual sea tu elección, el destino se cumplirá. Tarde o temprano el destino te alcanzará, y el Actual y Futuro Rey sabrá sobre ti. De ti depende el decidir si serás tú el que tomará las riendas del futuro o simplemente dejarás que sea el futuro el que se encargue de ti. Elige sabiamente".
Dándose la vuelta, Kilgharrah remontó en vuelo, alejándose del claro y de Camelot, dejando a un angustiado y nervioso brujo, que le gritaba para que volviera y se explicara.
