L A D I O S A D E L M A K A I
Por DarkCryonic
Capítulo 1: Maldición ¿qué sucede?
Kurama cerró los ojos y dejó que el viento de la mañana cubriera su rostro. Le agradaba demasiado aquella sensación. Era como si su cuerpo se alivianara y todos sus recuerdos se perdieran, sin confundirlo, liberándolo. Llevó su mano derecha al cuello, aún sentía cansancio. No había pasado ni una semana desde que había tenido la pelea con Baramanu y su cuerpo no había recuperado la totalidad de la fuerza.
Shiori y el resto de la familia habían vuelto del viaje y parecían no haber notado ningún cambio en él. Quizás sólo que parecía algo más delgado de lo común. Shiori no dejaba de obligarlo a comer, Kurama sólo sonreía.
Recordaba que Hiei lo había acompañado los dos días en que se dedicó a dormir en el Templo de Genkai para recuperarse antes de que llegara su familia del viaje. Se había quedado sentado a su lado como si esperara para preguntarle algo, pero la pregunta nunca llego a sus oídos.
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"-- ¿Por qué no vuelves a Makai? -- Le preguntó Kurama sin abrir los ojos, mientras le daba la espalda al youkai de fuego.
-- Hm...-- Fue la única respuesta que obtuvo.
-- Yo.. ya me encuentro bien.-- Había dicho el pelirrojo sonriendo y abriendo los ojos.
-- ¿Crees que me quedo por ti?-- Soltó Hiei.
Kurama se acostó de espaldas y miró el techo.
-- No. Supongo que lo haces por Yukina... ¿Verdad? -- Dijo Kurama sin pestañear.
-- Hm...-- Hiei miró hacia otro lado con indiferencia. Kurama cerró los ojos con fuerza como si una imagen le hubiera cruzado la cabeza provocándole dolor. Hiei notó el gesto.
-- Creo que dormiré un poco más...-- Dijo Kurama volviendo a darle la espalda a Hiei."
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Kurama miró el árbol en que solía sentarse Hiei cuando lo visitaba. ¿Cuánto tiempo pasaría antes que su amigo se dignara a venir nuevamente al Ningenkai? Eso nadie lo sabía.
-- ¡Shuuichi, ya es hora de que te alistes! -- Escuchó decir a su madre.
-- ¡Sí, Shiori!...-- Respondió alejándose de la ventana y preparándose para asistir a sus clases en la universidad.
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Cuartel de Mukuro.
-- Hiei, ¿me contarás que sucedió? -- Le preguntó Mukuro mientras lo veía desde su cama.
Hiei parecía perdido entre sus pensamientos y no pareció escucharla, hasta que vio caerle algo encima.
-- Baka Mukuro... Baka...--Dijo parándose de la silla sobresaltado.
Mukuro rió al ver la cara del youkai de fuego. Hubiera jurado que éste no iba a reaccionar tan sorprendido ante un cojinazo.
-- Calma... Sólo quería traerte de vuelta.
-- ¿De vuelta de dónde?
-- De tus pensamientos...-- Dijo Mukuro clavando la mirada en los ojos rojos de su pequeño amigo.
-- Hm...-- Dijo Hiei sentándose nuevamente y cruzando sus brazos sobre su pecho.
-- Veo que no estás de buen humor.-- Dijo Mukuro mirando el techo de la gran habitación. Sacarle una palabra a Hiei era más difícil que conquistar el Makai.
-- No digas tonterías... ¿Cuándo he tenido buen humor?-- Soltó Hiei cerrando los ojos.
-- Eso es verdad...-- Dijo antes de soltar una carcajada.-- Pero me contarás que sucedió con ese asunto que te tuvo más de una semana en el mundo humano.
-- Hm... Eso no te incumbe.
Mukuro no preguntó más. Ya sabía todo. Nada se le podía ocultar. Había sentido a Youko Kurama en el Makai y a otro tan fuerte como él. Por un leve momento había sentido a Kurama desaparecer y con él... la desesperanza que le causaba cada vez que lo veía con Hiei. No podía negarlo. Envidiaba a Kurama, ya que era la única persona en los tres mundos a la que Hiei consideraba su amigo y en quien confiaba. Y eso era fácilmente deducible al notar el tiempo que Hiei le dedicaba al pelirrojo. Aún después de un año en que no se veían, ella sabía que Hiei usaba su jagan para saber de sus amigos en Ningenkai.
Aún entre dos youkais se había creado un lazo de amistad, muy poco frecuente en Makai. Quizás era el lado ningen de Kurama, el brillo cálido de sus ojos verdes, el que había sabido ver más allá de la oscuridad que los rodeaba.
Mukuro no dijo más... cerró los ojos esperando que Hiei siguiera junto a ella cuando despertara.
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-- Maestra Genkai...
-- Sí, Yukina.
-- El joven Kurama vendrá hoy, ¿verdad?-- Preguntó la chica mientras observaba las rosas rojas y blancas que había cortado del jardín.
-- Sí, por lo menos fue lo que dijo hace unos días...-- Respondió la anciana.
-- Cree que él esté bien...-- Dijo Yukina sentándose junto a Genkai.-- Digo... esa planta...
-- Mientras no la vuelva a usar, no creo que haya problemas... Pero.. ¿Qué haces con esas flores?
-- ¿Flores? ¡ah! Son para mostrárselas al joven Kurama...quiero que vea las flores que he podido cultivar gracias a sus consejos...-- Dijo la chica ruborizándose. Gesto poco común en una doncella de hielo, pero que sorprendió de gran manera a Genkai.
-- Son hermosas..-- Dijo Genkai sonriendo.
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Universidad de Kurama
El pelirrojo se levantó de la silla con calma. Sentía un extraño frío recorrer su cuerpo. Salió silenciosamente de la gran sala, sin que profesor o alumnos se dieran cuenta. Cuando cerró la puerta a sus espaldas trató de respirar hondo para que sus pulmones se llenaran de oxígeno... Pero la sensación extraña no lo dejaba. La idea de debería haberse quedado más tiempo haciendo reposo en casa le cruzó la mente.
Caminó hacia uno de los baños del recinto, quizás el mojarse la cara lo volviera más conciente de lo que sucedía a su alrededor... ya que parecía sentirse perdido entre imágenes de su pasado como youko y viejas batallas junto a los Tantei.
Caminó por el pasillo, con sus libros en una mano. Entró en el baño y se miró al espejo. Aún seguía siendo él. Un dolor punzante se hizo sentir en su cabeza lo que hizo que soltara sus libros cayendo de rodillas en el suelo con sus dos manos en la cabeza, mientras sus ojos se abrían mientras extrañas imágenes cruzaban su retina a toda velocidad, como si alguien quisiera que recordase algo especial de su larga vida como Youko Kurama...
-- Maldición ¿qué sucede?
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Hiei dio un salto y miró a su alrededor con sorpresa. Había jurado que había sentido a Kurama.
-- ¿Qué sucede?-- Le preguntó Mukuro despertando.
-- Nada... Voy a dar una vuelta...-- Dijo Hiei saliendo del lugar en dirección a cualquier lugar.
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-- ¿Minamino? ¿Te encuentras bien?-- Preguntó uno de sus compañeros de Universidad al encontrarlo arrodillado en el suelo tratando de recuperar la calma de su respiración.
-- Sí... -- Contestó tratando de sonreír, mientras el chico recogía sus cosas y lo ayudaba a ponerse de pie.-- Sólo me caí. -- Dijo mientras se miraba al espejo y se daba cuenta que estaba más pálido de lo acostumbrado.
-- Que descuidado te has puesto..-- Dijo el chico entregándole sus cosas, y respondiéndole con una sonrisa " a lo Kurama"
-- Me resbalé... El piso está mojado...-- Agregó como excusa el pelirrojo.
-- Ten más cuidado...
-- Así lo haré...-- Dijo Kurama saliendo del baño como si nada.
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"Es mejor que me vaya a casa"-- Pensó Kurama.
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Fin Capitulo 1
DarkCryonic
Chile 2005.
